Los colores entran en una disputa sobre cuál es el mejor, presumiendo cada uno de sus atributos ante el juez. Sin embargo, las flores intentan intervenir para aportar una perspectiva más equilibrada, aunque los colores no les prestan atención. Finalmente, el juez los regaña indicando que todos los colores son necesarios para crear la belleza en el mundo, y que deberían escuchar a las flores en lugar de solo alardear.