El uso de la creatividad y la práctica con continuidad es la mejor manera de desarrollar la habilidad mental y los hábitos mentales del pensamiento creativo. En otras palabras, se trata de entrenar el músculo creativo con dedicación y voluntad. Se sabe que bajo una situación de estrés, el potencial creativo merma. Reacciones químicas en nuestro cuerpo son las responsables que la transmisión de impulsos disminuya, por ende, la información no va a llegar a su lugar de destino. Las personas creativas también alcanzan fácilmente sus límites. En este estado las chances de obtener una idea creativa es realmente escasa y, permíteme arriesgar, que tenderemos a repetir lo aprendido o a utilizar la primera idea que aparezca para no correr riesgos.