Patricia Vásquez cría caballos de paso fino colombianos en su criadero Villa del Suroeste. Actualmente está criando descendencias de su yegua estrella Paz del Suroeste con sementales como Dulce Sueño, Patrimonio y Quinto Elemento. También cría caballos de la línea de su otro reproductor importante, Secreto de Paz. Ve el futuro de la trocha colombiana con optimismo dado los avances en suavidad y velocidad, y destaca al semental Onix. Cree que cada paso del caballo colombiano debe conservar

1. ¿Qué está criando Patricia Vásquez?
“A nuestra generación nos toca velar porque el caballo colombiano sea una raza
reconocida mundialmente y para eso cada paso tiene que tener una virtud y una
diferencia, no asemejarse ni parecerse, ser autentico, para eso tenemos que
posicionar al caballo en las en las ferias mundiales, tenemos que volver al caballo
colombiano una raza”
Mi criadero se llama Villa del Suroeste, nació en 1990, cuando regrese de estudiar en
Estados Unidos, llegue con la idea de fundar un criadero de caballos de paso fino.
¿Por qué el paso fino y por qué un criadero de caballos colombianos?
En toda mi infancia y recorrido en la vida fui muy cercana a los caballos. Primero a mi
papá le fascinaban las fincas porque tenía 14 hijos y entretener a tantos no era fácil.
En sus fincas tenía sus vacas y a cada hijo le regalaba un caballo, desde ahí lo más
grande que existía en nuestras vidas era un caballo. Aunque bien pudieron no
gustarme los caballos, hoy en día son mi desayuno, almuerzo, comida, son mis
sueños, el abrir y cerrar de ojos y el deseo de vivir desde que me conozco. Siempre
tuve entre mis planes ser la fundadora de un criadero de paso fino porque el caballo
es el símbolo, es el animal que expresa poder, amor , magia, cuando uno mira un
caballo no se alcanza a imaginar quién es él.
Cuando iba a las Ferias Equinas, me enloquecía en ese entonces al ver a Contra
Punto, Bochica, Resorte IV, Amadeus, Atrevido, El Clásico. ¡Ver cómo era ese milagro
del Paso Fino Colombiano era una cosa de locura!, usted parte una línea del horizonte
y de ahí para abajo ve un motor a mil revoluciones y arriba es como si nada estuviera
sucediendo, es un sueño, es magia, por eso me decidí por el Paso Fino Colombiano.

2.
¿Qué está criando ahora, que tiene en sus pesebreras?
Mis primeras crías fueron de la línea de la Cautiva y Bacardí, un caballo muy fogoso y
con gran potencia. De ahí en adelante hice unas mezclas muy interesantes, le cogí a
Amadeus, Candelazo y Carnaval, además también a un caballo muy importante que
se llamado Cirirí, criado por Jorge Vásquez, hijo de la Casquivana y Candelazo.
Cuando yo veía a ese caballo moro, no era el caballo para decir “va a ganar en las
pistas” pero era un caballo de silla donde uno se montaba y era el Taca Taca Taca…
sin parar y me encantó. Cuando le cogí a Cirirí me dio unos mellizos, uno de ellos
(potro) se murió y quedó una potranquita de la cual nació la Cariñosa, la mamá de
todas mis yeguas del criadero (Paz, Piquiña, La Libertad, Sentimiento), de aquí salió la
yegua Paz del Suroeste, que hoy es una yegua insignia del Paso Fino Colombiano con
su marca de velocidad exquisita, definición de paso y una característica inmejorable:
gran trasmisora de sus cualidades, gran reproductora. Yo de ella he hecho una
empresa buscándole genéticamente los mejores “novios” en el mundo. Con esta
yegua abordé fronteras internacionales, estuve en Estados Unidos tres años con ella
donde quedó Campeona de Ocala, primer puesto en el Grand Prix, en el Spectrum de
tercera y también le sacamos cuatro embriones. Luego de regreso a Colombia hemos
empezado a crear embriones con grandes ejemplares, van alrededor de 25, entre ellos
una yegua que es un fenómeno en el mundo, la Paz de Sueño, la yegua que más ha
alcanzado velocidad y por eso mismo no ha podido ser la campeona, porque su
velocidad no alcanza a pausar sin perder el paso fino.
Hoy tengo en mi criadero varias descendencias importantes: con la yegua Paz del
Suroeste le estoy cogiendo al caballo Dulce Sueño y ya tengo tres embriones que me
nacen este año. Le estoy cogiendo al caballo Patrimonio que tiene dos líneas del Paso
Fino muy importantes como la de Bochica y Amadeus, además me parece
fundamental afinar las velocidades que hoy tenemos y con la Paz ha marcado divino la
línea de Patrimonio. Le estoy cogiendo al caballo Quinto Elemento que tiene, madre,
abuela y bisabuela campeonas, viene de la línea de Retorno. Al caballo Tormento de
la Virginia también le estamos cogiendo. Como proyecto para cogerle en el segundo
semestre tengo al caballo Millonario que fue Campeón en Estados Unidos, hijo de la
Rubí, una de las yeguas más importantes de Resplandor.

3. Tengo una yegua en el criadero que se llama Picara de Paz, la segunda yegua más
importante de las hijas de Paz, de ella tengo una potranca de 12 meses que a mi
gusto va a ser histórica, se llama Amor Perfecto de Paz (hija de Pícara de Paz en
Patrimonio). A la Pícara en éste momento le estoy haciendo embrión con Quinto
Elemento, con Dulce Sueño y Firmamento. Tengo también un reproductor muy
importante que no sale a las pistas porque se dañó arrendándolo, pero de él ya tengo
cinco hijos con la otra línea de mi criadero que es Clásico, el reproductor se llama
Secreto de Paz (hijo de Paz del Suroeste y Dulce Sueño), al mercado se han vendido
25 saltos del caballo y de esas hay ya 3 crías nacidas.
¿Cómo ve usted la trocha colombiana?
Anteriormente cuando asistía a las Ferias Equinas en el país uno veía unos
diagonales que siempre marcaron muy bien pero eran caballos que no se lucían como
se lucen hoy porque en su momento cuando hacían el Tas, Tas, Tas, había alguna
brusquedad y el jinete se veía muy fuerte. Hoy pienso que la trocha ha tenido un
avance genético fenomenal y ha ganado dos virtudes internacionalmente muy
provocativas: la suavidad y la velocidad, entonces hoy el caballo trochador es muy
agradable criarlo y verlo porque es alegre en la sonoridad, pisa muy fuerte, muy
suave, usted ve el jinete casi navegando, no tanto como el Fino, pero casi, con unas
velocidades abrumadoras porque la pisada de la trocha es una pisada muy franca y
firme, entonces veo en la trochas caballos con mucho futuro.
¿Cuál reproductor destacaría en trocha?
Me gustan varios, en cada feria les he visto las bondades, pero hoy por hoy el
reproductor que más me gusta es Onix. Acabo de llegar de la Feria en Manizales y vi
cinco hijos de Bucéfalo buenísimos, con unas velocidades exquisitas y me encantaron.
Hasta hace dos años me gustaba mucho Hermano Sol, hoy lo veo superado.

4.
¿Cómo ve usted el trote y galope?
La importancia del trote es la cadencia, que es muy agradable para la vista, me
encanto ver al caballo Premio Mayor de San Marcos que tiene el trote que debe
perdurar, porque cuando se acelera esa cadencia del trote, eso se vuelve otra cosa.
Yo prefiero el trote autentico con armonía. A nuestra generación nos toca velar porque
el caballo colombiano sea una raza reconocida mundialmente y para eso cada paso
tiene que tener una virtud y una diferencia, no asemejarse ni parecerse, ser autentico.
Y el trote cadencioso es autentico.
Y si queremos que el caballo colombiano tenga un posicionamiento mundial, tenemos
que volverlo una raza y para eso cada paso debe ser autentico, no parecerlo sino
serlo. Y cuando es serlo es que lo transmite en su genética. No podemos transformar
ni habilitar los caballos porque perdemos lo que es la esencia de una raza. La raza del
caballo colombiano que es de tres pasos, la trocha, el fino y el trote y galope.