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ALONSODOMINGUEZRASCÓN
Procesos Agrarios en Chihuahua
4
CUADERNOS DE INVESTIGACIÓN
Director: Dizán Vázquez
Publicados por la Unidad de Estudios Históricos y Sociales - Extensión Chihuahua
Instituto de Ciencias Sociales y Administración
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Chihuahua, Mayo de 2004.
INSTITUTODECIENCIASSOCIALESYADMINISTRACIÓN(ICSA)
UNIDADDEESTUDIOSHISTÓRICOSYSOCIALES–EXTENSIÓNCHIHUAHUA
Cuadernos de Investigación
DIRECTORIO
FelipeFornelliLafón
Rector
JorgeQuintanaSilveyra
Director del ICSA
JavierSánchezCarlos
Jefe del Departamento de Ciencias Sociales
DizánVázquezLoya
Coordinador de la UEHS
Unidad de Estudios Históricos y Sociales – Extensión Chihuahua
Álvarez deArcila No. 2107, Colonia San Felipe
31240 Chihuahua, Chih., México
Teléfono (614) 4 14 50 23
Correo electrónico: uacj2003@prodigy.net.mx
CONTENIDO
INTRODUCCION ............................................................................................. 5
I. PROCESOS AGRARIOS EN CHIHUAHUA ............. ............................. 7
II. REVISIONISTAS VS. AGRARIO-POPULISTAS Y AGRARISMO
REVOLUCIONARIO EN CHIHUAHUA........................................................17
III.LA DESINTEGRACION DEL LATIFUNDIO TERRAZAS...................... 27
IV.EL REPOBLAMIENTO GANADERO DEL LATIFUNDIO TERRAZAS ..37
CUADROS................................................................................................... 45
BIBLIOGRAFIA BASICA............................................................................ 57
INTRODUCCIÓN
El trabajo que a continuación se presenta contiene avances de trabajo relativos a los procesos rurales que se
dieron en el estado de Chihuahua.Apartir de la reforma agraria, iniciada por el Estado de la posrevolución,
seproblemátizaacercadelaspeculiaridadesque tuvieronlugarenelrepartode tierras.Sobre todose preten-
de poner sobre la reflexionar las ambigüedades y contradicciones de la puesta en marcha de un proceso de
reparto de tierras, pero que se trata de frenar a toda costa.
La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de laAgricultura adquirió, en un movimiento
político, el latifundio de LuisTerrazas convirtiéndose así en la terrateniente más grande en el país. La Caja
logró evitar por mucho tiempo las mas de 2 millones de hectáreas, lo cual nos lleva a cuestionarnos sobre el
carácter y dirección del programa agrario del estado y del papel del campesinado.
Nosepretendegranprofundidadydarrespuestas,sinomásbienexponerunaseriedeproblemashistoriográficos
quenecesitansertrabajados.Empezandoporlasincongruenciasdellentísimoprocesodedesintegracióndel
latifundioTerrazasylafaltadepresiónrealcampesina para surepartoenelmarcode unterritoriorevolucio-
nario y el inicio de la implementación de la reforma agraria por el Estado.
El tema de la tierra, que en la actualidad se encuentra en gran abandono, es una línea de investigación que
reúne varios actores, entre los más sobresalientes el terrateniente, el campesinado y el mismo estado.
El primer capítulo es un somero paso por los aspectos agrarios del régimen de la revolución. El segundo
capítulo presenta el debate que se ha dado entre los que ven en la revolución un origen y desarrollo popular
yentrelosquerebatenestaideatratandodemostrar,enlaversiónmásextrema,quefueburguesa,loanterior
lo contextualizamos en Chihuahua en relación a la lucha concreta por la tierra. El tercer capítulo muestra el
tardado proceso de enajenación del latifundioTerrazas, las fuerzas sociales que se encontraban en pugna, el
regresodelafamiliaterrazascomograndesterratenientesyelsurgimientodeunanuevaoligarquíaterratenien-
tesurgidadelaRevolución.Enelcuartocapítulose danindiciosde lasactividadesespeculativasque realizó
la Caja con las tierras y el ganado que adquirió, tratando de eliminar todo obstáculo como al propio campe-
sinado.
El trabajo es acompañado de una serie de cuadros que tratan de sintetizar y de hacer más comprensible y
llevadero el desarrollo de la exposición, que pudiera resultar ser lo contrario, el lector podrá evaluar.
EnlaconclusióndeesteCuadernoagradezcoalasautoridadesdenuestraUniversidad:DoctorFelipeFornelli,
rector, Licenciado Jorge Quintana, director del Instituto de Ciencias Sociales yAdministración, maestro
Javier Sánchez, jefe del Departamento de Ciencias Sociales, Presbítero Dizán Vázquez, coordinador de la
UnidaddeEstudiosHistóricosySociales–Chihuahua,aReginaNavarroDückerpordarleformatoyatodas
las personas que de una forma u otra colaboraron para su realización.
ALONSO DOMÍNGUEZ RASCON
MAYO 2004
Cuadernos de Investigación No. 4 7
La política conservadora del máximo jefe
constitucionalista,VenustianoCarranza,leatrajolafalta
de apoyo por los sectores sociales que esperaban
reformas sociales profundas. En 1913 cuando lanzó
el Plan de Guadalupe, no incluyó una propuesta para
solucionar los problemas agrarios. Los objetivos es-
tabanenfocadosalosasuntospolíticos.Alredactarse
la ley del 6 de enero de 1915 parecía que Carranza
entendía más el problema del campo. La entrada de
losejércitoscampesinosdeVillayZapataalaciudad
de México en 1914 provocó que planteara algunas
reformas.
Sin embargo, Carranza no logró comprender en
todasumagnitudlanecesidaddedesmovilizarlasfuer-
zas sociales activadas en torno al problema agrario.
La ley del 6 de enero de 1915, elevada a rango cons-
titucional en 1917, estaba enfocada a restituir a los
pueblos las tierras que les habían sido despojadas.
Másnocontemplabalamodificacióndelaestructura
agraria todavía porfiriana.ACarranza le parecía una
locura repartir las tierras por eso, aun en cuestión de
restituciones,semanejomuyconservadoramente.
El plan de Agua Prieta lanzado en 1920 agrupó
fuerzasruralesinconformesporlapolíticadesarrolla-
da por Carranza, las cuales llevaron rápidamente a
Obregónalasillapresidencial.Elpoderdelasmasas
campesinas le dejaron más en claro a Obregón que
debía desarrollar una política que tomara en cuenta a
los sectores rurales.Adiferencia de Carranza supo
visualizar que necesitaba de estas si quería permane-
cer en el poder.
La experiencia revolucionaria de 10 años había
acentuado la conciencia agraria en las masas rurales.
Su participación en la revolución tenía su costo y era
Procesos agrarios en Chihuahua
laadquisicióndemejorescondicionesdevidayjusti-
cia social traducidos, en parte, en tierra para poder
trabajar.La alianza entre dirigentesycampesinos es-
tablecióuncompromisosocialenlostérminosexpues-
tos,elcualsehizomásfuerteconelencumbramiento
al poder de Obregón.
Alasumir ObregónelPoderEjecutivoen1920se
enfrentó a la enorme tarea de consolidar un nuevo
Estado. La revolución había creado nuevos plantea-
mientos en cuanto a los problemas económicos, po-
líticos y sociales del país. Nació una nueva cultura
política,larelaciónentrelasclasessocialesruralesse
transformó, surgieron nuevos grupos de poder. Para
1920laestructuraagrariadelporfiriato,enChihuahua,
estaba prácticamente intacta, parece ser que sólo los
latifundistasnorteamericanoshabíanadquiridomástie-
rras, sintiéndose seguros de no perderlas por la pro-
tección diplomática que su país les brindaba.
En el periodo de gobierno de Obregón se retomó
laideadecimonónicadelaescasezdepoblaciónenel
país y por lo tanto la necesidad de traer colonos ex-
tranjeros.1
La colonización tomó visos de un gran pro-
yecto federal auspiciado por el mismo presidente.
Dichoproyectosesituóenlaórbitadeloslineamientos
de reconstrucción económica del país bajo las direc-
trices del capitalismo que Obregón asumió. La pro-
mocióndelallegadadeextranjerosteníamásquever
con la atracción de capitales y hombres industriosos,
capaces, trabajadores y productores rurales eficien-
tes, virtudes de las cuales pensaba estaban ausentes
en el campesinado de México. De esta premisa parte
su programa de colonización como la menonita y la
recolonizaciónmormonaenChihuahuaylacampaña
de repatriación de mexicanos residentes en Estados
1
LUIS ABOITES AGUILAR. Norte precario, poblamiento y colonización en México (1760-1940). El Colegio de México / CIESAS, México, 1995.
Cuadernos de Investigación No. 48
Unidos. La idea de la escasez de población también
presuponía la de ausencia de demanda agraria. Bajo
estaperspectivasellegóamencionarquenohabíaen
el país problema agrario. Los latifundistas de
Chihuahua esgrimían esta tesis en contra de los
agraristas diciendo que en este estado sobraban tie-
rras y lo único que faltaba eran brazos que quisieran
trabajarlas. La respuesta antagónica la dio el propio
gobernador del estado, Ignacio C. Enríquez, quien
afirmóquesolodeseabanbrazosquecultivaranlatie-
rra pero en provecho de sus propietarios y expresaba
públicayabiertamentesuenojoantelallegadadelos
menonitas,sinantessatisfacerlasnecesidadesde tie-
rras de los mexicanos.2
Junto con esta postura generada después de la re-
volución se traslapan conclusiones relativamente re-
cientes de la historiografía que parecieran confirmar,
en otros aspectos, las ideas conservadoras de la ca-
rencia de demanda agraria. Entre estas conclusiones
tenemosaquellaqueargumentalafaltadearraigopor
latierradelasociedadruralchihuahuense.Estainter-
pretación surgió a partir del énfasis que se le ha dado
aldinamismodeestoshombresconrelaciónalaabun-
dante oferta de trabajo en el mismo estado y en los
Estados Unidos.Acontribuido a lo mismo la compa-
ración entre el zapatismo y el villismo con relación a
las propuestas y planes relativos al reparto de tierras.
Esto tiene que ver con la aparición tardía de postula-
dosrelativosalastierrasporpartedelvillismo,loque
hadadoapensarenél,enelmejordeloscasos,como
un movimiento carente de ideología agraria y en el
peorcomosimplementesalvaje.3
Todo esto conlleva
apresuponerqueenChihuahualoshombresdelcam-
ponoseunenalarevolucióncompulsadosporelpro-
blema agrario, sino por otros factores. Sin embargo,
la demanda agraria en el estado en el propio periodo
obregonista se contrapone a estas conclusiones.
Lasafirmacionesconservadorasquepresuponíala
ausencia de población en el norte, son desmentidas
por la gran cantidad de expedientes agrarios
instauradosenlaComisiónLocalAgraria.Lademan-
da agraria es producto de la convergencia de diver-
sas tradiciones de lucha por la tierra, cuando menos
se pueden ver dos claramente definidas: la indiana y
aquellaprovenientedelasantiguascoloniasmilitares
colonialesylasdecimonónicas,víctimasdeldespojo
de sus tierras ante el avance de las haciendas, que
reclamaban la recuperación del ejido. La presencia
deestasdostradicionesseexpresaymaterializaenla
gran cantidad de demandas y solicitudes agrarias en
el periodo presidencial de Obregón.
La idea de la escasez de población era una postu-
ra conservadora para tratar de restar fuerza al
agrarismo. En otras ocasiones Obregón reconoció la
existencia del problema agrario bajo otras perspecti-
vas como aquella, según sus propias declaraciones,
que afirmaba que dicho problema era un asunto de
productividad y escasez de trabajo. La existencia de
latifundiosimproductivosycomoconsecuencialafal-
ta de fuentes de trabajo eran los factores por los cua-
les los núcleos rurales demandaban tierras. El pro-
yecto de Obregón para el campo consistía en su mo-
dernización capitalista; la creación y promoción del
agricultorcapitalista,engranescala,constituía“elver-
dadero programa agrario de la Revolución.”4
En su
concepción modernizadora pugnó por la conserva-
ción de la propiedad privada como principio funda-
mentaldelaestructuracióncapitalistadelasociedad.
El actuar de los sonorenses está marcado por el
pragmatismo,cuyofineralaconservacióndelpoder.
Empeñados en la consolidación del régimen, uno de
loselementosesencialesparaestefinfuelarecupera-
cióneconómica,comoconsecuenciavieronenlauni-
dad productiva porfiriana, la hacienda, el medio in-
mediato y adecuado para lograrlo.
La visión de los sonorenses sobre el campesinado
2
ALONSO DOMÍNGUEZ RASCÓN. La política agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940.
3
JOHN WOMACK. Zapata y la revolución mexicana. SEP, México, 1985.
4
ARNALDO CÓRDOVA. La ideología de la revolución. Era, México, 1992.
Cuadernos de Investigación No. 4 9
era la de un sector social no apto para hacer producir
el campo y las diferencias de clase producto de un
orden natural. Por eso en la medida de las posibilida-
des trataron de evitar el reparto agrario. La entrega
de ejidos se dio cuando la presión campesina y los
acontecimientos políticos no dejaron otra salida. El
reparto agrario, en las ocasiones que se efectúo, giró
entorno a la imperiosa necesidad de la conservación
del poder y consolidación del nuevo régimen. Para
los sonorenses el ejido tenía la función primordial de
controlar a las masas rurales.
Aunquelossonorensesrechazabanelrepartoagra-
rio y la organización agrarista, impedidos para poder
deshacerse del compromiso social de la revolución
de reparto de tierras y, en su gran pragmatismo, lo
institucionalizaron. El desarrollo independiente del
movimientoagraristaeravistocomoungravepeligro,
por eso había que meterlo por los conductos oficia-
les. Toda demanda social debía canalizarse a través
delasnacientesinstitucionesdegobierno,nadadebía
desarrollarse en forma independiente. Era la idea de
un aparato de Estado omnipresente en todas las di-
mensionesdelavidapolítica,económicaysocialdel
país.Al no poder detener el agrarismo se le impulsó
con el objeto de meterlo por los conductos de go-
bierno y así controlarlo. Surgía así el Estado
paternalista,justicialista,corporativistayconunnue-
vo tipo de centralismo. Estas son las bases de la pro-
puesta de modelo cultural para la sociedad rural que
pusieron en marcha los sonorenses.
A pesar delantiagrarismodeObregónyde Calles
fueprecisamenteenlaépocadelperiodopresidencial
obregonista cuando se sentaron las bases del papel
que debía jugar el Estado en torno a la problemática
agraria,laorganizaciónagrarista, laorganizaciónso-
cial rural y las relaciones Estado sectores rurales. En
suma se crearon los soportes sociales, políticos, eco-
nómicos y jurídicos que crearon un nuevo modelo
cultural para la sociedad del campo.
La legislación del periodo refleja con más exacti-
tud el proyecto rural que puso en marcha el régimen
de la revolución. La Ley deTierras Ociosas de 1920,
decretada en el interinato deAdolfo de la Huerta, se
utilizócontraloslatifundistasqueamenazaronconuna
huelga de producción agrícola nacional sí la política
agraria se radicalizaba. La Ley de Ejidos de 1920 es
la respuesta y pago de Obregón a los sectores cam-
pesinos que lo llevaron al poder. Es la etapa agraria
radical del obregonismo que tomaba forma a través
deAntonioVillarreal,titularde la Secretaría deAgri-
culturaylaComisiónNacionalAgrariay,AntonioDíaz
Soto y Gama, líder del Partido NacionalAgrarista.
Sinembargo,elconservadurismoagrariodeObregón
iniciaconelReglamentoAgrariode1922quesustitu-
yó la Ley de Ejidos, lo cual, de paso, le devino en un
granconflictoconelradicalagraristaAntonioVillarreal.
Dichoreglamentolesdioaloslatifundistaslaposibili-
dad de defenderse y definió a los núcleos agrarios
conreconocimientopolíticooadministrativocomosu-
jetos a ser dotados, excluyendo a una infinidad de
sectoresagrariossinreconocimientoyestatus.Cuan-
do ya se veía venir la rebelión deAdolfo de la Huerta
y tres quintas partes del ejército se expidió el decreto
sobreelAprovechamientodelasTierrasBaldíasyNa-
cionales en 1923, para asegurarse el apoyo
campesino.
La recuperación económica
Lacomplicaciónentrerecuperacióneconómicaycom-
promisosocialdelarevoluciónestribabaenquesise
repartíanlastierrasydestruíanloslatifundios,elpro-
ceso de recuperación económico tendría que cargar-
se sobre los núcleos agrarios. Por otra parte Obregón
no confiaba en las posibilidades de un despegue im-
portante en la agricultura por medio de ellos. La gran
diferenciaentrelosnúcleosagrariosylaoligarquíarural
era que los segundos poseían el capital y por ello se
lesconsiderabacomolosúnicosquepodíanactivarla
producción con formas de explotación modernas.
Obregón sostuvo a la hacienda como principal uni-
dad productiva en el medio rural.
Para dar respuesta al compromiso social de la re-
Cuadernos de Investigación No. 410
volución, en el estado de Chihuahua, sin afectar en
gran medida a la hacienda, inició una incipiente pero
firmedevolucióndetierrasalospueblos.
Larestituciónodotaciónaestospueblossignificó,
enparte,desmantelarlasfuerzasagrariasyganarapo-
yo para el nuevo régimen. Por otra parte los peque-
ñosnúcleosagrariosformadosporpeones,aparceros
oagricultoresquetrabajabanlatierrasinestatuslegal
alguno quedaban sin ser dotados. La propia legisla-
ción agraria obregonista excluía a los peones
acasilladoscomosujetosarecibirdotacióndetierras.
El objetivo era no destruir a las haciendas y propor-
cionarles mano de obra.
Chihuahuafuedelosestadosnorteñosquerecibió
mayor atención de Obregón en cuanto a dotar a los
pueblos, su temor era que el villismo reviviera. En el
propio estado se le dio prioridad a las zonas que re-
sultaron ser más combativas durante el proceso ar-
mado como el Distrito de Guerrero. Pero, el costo
sería la sujeción política de los ejidatarios al Estado.
La dotación a los pueblos y la conservación de la
hacienda, en lo mayor posible, fue producto de la
emergenciapolítica,socialyeconómicadelmomen-
to, más que de un proyecto propio. Obregón desea-
ba crear una clase de media de pequeños propieta-
rios al estilo farmer con técnicasy tecnología de pro-
ducción de punta. La modernidad y progreso impli-
caba el crear políticas que favorecieran el desarrollo
de las relaciones capitalistas. Obregón veía en este
punto la recuperación y despegue económico de la
nación y a su vez de la consolidación del Estado
nacional.
Obregón confiaba en el establecimiento de la pe-
queña propiedad. Esta se daría conforme las formas
deproducciónenelcamposetransformaranporotras
más eficientes. Los pequeños propietarios serían el
modelo a seguir por los latifundistas y comunidades.
Enesteproyectoelparadigmaprincipalloestablece-
rían los colonos extranjeros. El presidente siguió la
líneaporfirianadetratardecolonizartierrasmexicanas,
principalmente del norte, con ellos. El resultado de
estapolíticaenChihuahuafuelacolonizacióndellati-
fundio Zuloaga con menonitas. Parece ser que esta
tendencia de traer colonos de fuera del país se supri-
mió después de 1924 por la fuerte oposición que re-
cibióelnuevorégimen.Comoenelporfiriatotalpos-
tura traía consigo su carga de racismo hacia el cam-
pesinomexicano.
Los latifundios de extranjeros
En el estado de Chihuahua se habían creando gran-
des y numerosos latifundios de extranjeros como la
Palomas Land and Cattle Co., la hacienda de San
JosédeBabícoradeWilliamRandolpHeartz,laCargill
Lumber Co. entre otras.Además había grandes inte-
reseseinversionessuspendidosentornoalaindustria
minera. Desde un principio el reparto de tierras pare-
ció a los estadounidenses doctrina bolchevique y en
ocasionessolicitaronasugobiernolaintervenciónar-
mada. Sobre todo cuando se instauraron en la Comi-
siónLocalAgrariaexpedientesdedotaciónapueblos
que podrían afectar sus propiedades. Heartz, dueño
de una cadena de periódicos en los Estados Unidos,
lanzó agres ataques en contra de Obregón. El pueblo
de Madera había solicitado tierras en dotación desde
1917 y una de las propiedades a afectar era la ha-
cienda de San José de Babícora.
EnunprincipioObregónsemostródecididoaafec-
tar estos latifundios, y aún más, para acabar con el
problema de inmediato resolvió expropiar a algunos
de ellos como la Palomas y la Cargill. Pero en los
momentos más tensos de la relación con Estados
Unidosresolvióaplazartalesmedidas.La afectación
y muy largo proceso de destrucción de estos latifun-
diossedaríanmásporlapresióndegruposagraristas
localesqueporunaaccióndecididadegobierno,prin-
cipalmente el latifundio Heartz. Las acciones
expropiatorias de Obregón no tuvieron efectos, ni
gobierno ni sociedad rural tomaron posesión de di-
chos predios.5
5
Véase a NOÉ PALOMARES PEÑA. Propietarios Norteamericanos y Reforma Agraria de Chihuahua, 1917-1942. UACJ, Chihuahua, México,
1991.
Cuadernos de Investigación No. 4 11
Las zonas de latifundios extranjeros se convirtie-
ron en una olla de presión que no explotó porque los
latifundistas recurrieron entre otras estrategias a dar
tierras a los agraristas. Estas sesiones de tierra tenían
el objeto de desactivar a los principales y más fuertes
núcleos solicitantes para evitar el avance y dotación
detodos los gruposagrarios.Enrealidadelasuntode
los latifundios extranjeros fue un problema que
Obregón no pudo resolver.
La respuesta agraria local
En el periodo de gobierno de Obregón se creó en
Chihuahua, por el gobierno local de Ignacio C.
Enríquez, un proyecto agrario paralelo al ejidal en
cuantoalrepartodetierrasydiametralmenteopuesto
en cuanto a su función política y social. Dicho pro-
yecto proponía un modelo cultural para los sectores
ruralesdiferenteyaúnmásresultabaserantagónicoal
federal.Enelañode1922lalegislaturalocalexpidió
la LeyAgraria elaborada por el propio gobernador.
En la misma Enríquez fijó un límite a la propiedad,
asuntoqueenningúnmomentoelgobiernofederalquiso
asumir y dispuso el acceso a la tierra para los peque-
ños agricultores por medio de colonias. El proyecto
local de Enríquez coincidía con el de los sonorenses
en los aspectos del fomento de la agricultura capita-
lista y conservación del régimen de la propiedad pri-
vada.Perohabíadiferenciasdiametralesyesenciales
encuantoalpapelqueelcampesinadodebíajugaren
el proyecto de reconstrucción nacional, así como el
que debía tener el estado en los procesos económi-
cos y sociales del campo.
Enríquez quería crear en el campo chihuahuense,
con los pequeños agricultores, una fuerte clase rural
medía, altamente productiva y autónoma.Así pues,
enelproyectoenriquistaelcampesinadoteníaunpa-
pelfundamental.
Aunque el proyecto de Enríquez está comprendi-
doenloslineamientosdelcapitalismo,paraél,elpro-
blemaagrarioconsistíaenelacaparamientodetierras
ynoenlaproducción,perotambiénmanifestabaque
eraalgofácilderesolver,cómo:mediantesuleybus-
caba que se creara un mercado dinámico de tierras
para atraer inversiones, principalmente extranjeras,
para fraccionar los latifundios, crear sistemas de rie-
go, establecer bancos refaccionarios y así poder acti-
varlaganaderíayfomentarlaagricultura.Lapolítica
enriquista gira en torno a este idealismo, llevado al
extremo cuando apoyó la venta del latifundio Terra-
zas a McQuatters y que lo llevaban a ver, en un prin-
cipio, el problema agrario como algo sencillo de re-
solver.Sielsellodelapolíticadelossonorensesesel
pragmatismo, el de Enríquez es el idealismo, al cual
fue fiel y lo llevó al enfrentamiento directo con el
pragmatismo de los sonorenses. Precisamente lo an-
tagónicodelosdosmodelosylaimposicióndelfede-
ral, lo cual fue asumido por el gobernador como una
violación de la soberanía del estado, lo llevaron a
manifestarlaposibilidaddelevantarseenarmas.
Era rotundo el rechazo de Enríquez al reparto de
tierras vía ejido. Para él la transformación de la es-
tructura agraria debía darse sosteniendola propiedad
privada.Siserepartíantierrasalospequeñosagricul-
tores debería ser mediante la venta de lotes, nunca
regaladas. Pensaba crear con las Defensas Sociales
colonias.Todonúcleoagrarioquequisieratierrasde-
bía hacerlo por medio de ese régimen. Por otro lado,
el establecimiento de la pequeña propiedad debía ser
un proceso paulatino, de forma que quedara garanti-
zadoquelosnuevospropietariostendríanloselemen-
tos suficientes para realizar una explotación agrícola
conaltosrendimientosde producción.
Aunque los gobernadores que sucedieron a
Enríquezfueronconservadores,elestablecimientode
más colonias no quedó fuera de las pocas iniciativas
agrarias. El limitado reparto vía colonia, para los su-
cesoresde Enríquez,másque contemplarun proyec-
to social para el campesinado, tiene que ver con el
apoyoaloslatifundistas,quienespreferíanfraccionar
y vender antes que ser afectados por los ejidos. Sin
Cuadernos de Investigación No. 412
embargo, en periodo quevedista (1932 – 1936) se
da un fuerte impulso a la formación de colonias y or-
ganizacióndelasyaexistentes.Quevedoseconvirtió
enunacérrimodefensordelascoloniasagrariasesta-
tales en contra de los ejidos que amenazaban con
afectarles tierras. El periodo que va desde que Calles
tomólapresidenciadelarepúblicahastalallegadade
Cárdenas al poder es en extremo conservador para
Chihuahuaencuantoalfraccionamientodelatifundios
para colonias o su afectación para ejidos.
Los acontecimientos después de Enríquez
EnChihuahuasesuscitaronalgunosmovimientosar-
mados que favorecieron al ejido; el cual recibió un
fuerteimpactopropulsordelosacontecimientosmili-
tares de 1927, cuando un gran número de comunida-
desrarámurisplaneabanunlevantamientoarmadode
grandes proporciones; así como el apoyo local a la
rebelión escobarista en 1929. Localmente se mani-
festó en el radicalismo agrario de 1930 de los gober-
nador substituto Luis L. León e interino Francisco R.
Almada,querelevaronalcaídoMarceloCaraveo.Un
aspecto muy interesante es que parece ser que en di-
cha rebelión, en Chihuahua, los colonos apoyaron al
movimiento local de Caraveo y los ejidatarios al fe-
deral.Asimismo,laderrotadelmovimientolocaltuvo
como consecuencia el debilitamiento de las posicio-
nesfavorablesalacolonia.Alvencerlafederaciónen
Chihuahuaapoyadaporlossectoresfavorablesaleji-
do, hicieron que los mandatarios locales asumieran
eseradicalismoagrariomencionado.Decomprobar-
se la anterior hipótesis (no se pretende hacer aquí)
tendríamos un excelente parámetro de las dimensio-
nes que estos proyectos prendieron alcanzar en el
proceso de institucionalización y la forma en que es-
tos se asumieron entre el campesinado.
El25demayode1922entróenvigorlaLeyAgraria
delestadodeChihuahua.MedianteestaleyEnríquez
buscabaelfraccionamientodeloslatifundiosylacrea-
ción de colonias agrícolas. Los latifundistas debían
fraccionar sus tierras en lotes no mayores de 40,000
ha.enterrenospástales,estaextensiónjuntocon1,000
ha. de riego ó 2,000 de medio riego ó 4000 de tem-
poral, era lo máximo que cualquier persona o socie-
dad podía poseer.
Para las colonias se determinaron lotes de 4 a 10
ha. de riego, 8 a 20 ha. de medio riego y de 16 a 40
en tierras de temporal Se fijaba un plazo de 90 días
para que lo latifundistas presentaran ante el goberna-
dor el proyecto de fraccionamiento.
Enríquezsequejabaagriamentedequelalentitud
enelfraccionamientodellatifundio Terrazasporpar-
tedelaCajaponíaelmalejemploalosdemáslatifun-
distas, los cuales al no ver determinación en tal pro-
pósito, no fraccionaban sus latifundios, sobre todo
porque el propio gobierno había acordado su com-
pra para ese fin.
Porunladolos latifundistasdesafiabanaEnríquez
al no cumplir con la Ley y detenían su proyecto, lo
cualpodríatraducirseendebilidadpolítica.Locierto
esqueseenfrentabaalordenporfirianofraguadopor
los liberales desde hacía un siglo. Por otro lado, los
agraristas lo acusaban de reaccionario, al establecer
lotes tan grandes como máxima propiedad. Sin em-
bargo, desde un principio fijo su postura al obligar a
los Zuloaga a venderles tierras a la futura colonia
Gardea.CarmenSalastambiénfraccionósuspropie-
dades para venderlas a colonos y en su hacienda El
Charcosurgiólacoloniadelmismonombre.Encuan-
toaloslatifundiosdeextranjeros,aligualqueObregón,
no pudo hacer nada.
El proyecto agrario enriquista que tenía como
máxima el no alterar el patrón de la propiedad priva-
dayelproyectodedominiodelasmasascampesinas
por medio de las dotaciones y restituciones de ejidos
de Obregón, fue el gran punto de diferencia entre los
dos. La lucha revolucionaria que Enríquez realizó al
ladodelossonorenseslehabíaganadorespetoypres-
tigio. Había contado con el apoyo y simpatía del pre-
sidente para su mandato de gobernador.
Sinembargo,Obregónnoveíaconagradoelrum-
bo que iba tomando el proyecto agrario local. Pensa-
Cuadernos de Investigación No. 4 13
ba que los colonos se podían desarrollar con gran in-
dependenciayconvertirseenfuerzascentrífugascon
respetoalrégimen.
Para los años de 1931–1932 el conservadurismo
agrario del gobierno federal se acentuó y se discutía
en el ámbito nacional el dar por terminado el reparto
ejidal.6
Parece ser que en el gobierno local de
QuevedoyelfederaldeCárdenasfueelsegundomo-
mentofuerte,yfinal,delchoquedelproyectofederal
de ejidos y el estatal de colonias. Más si el primer
momento (Enríquez-Obregón) el conflicto es por la
definicióndeunmodeloculturalruralenChihuahua,
el segundo tiene que ver con la lucha interna por el
poder, incrustado el momento de la pugna Calles -
Cárdenas y por la batalla contra el centralismo.
La etaparadicalagrariadelcardenismovade1934
a 1937 para llegar a una conservadora de 1938 a
1940. Sin embargo, en este periodo presidencial se
consolida el centralismo agrario y político. En este
contexto de la consolidación federal en cuanto al po-
dermonopólicoenelmanejodetierras,laleyagraria
localdeEnríquezquedaprácticamentesinefectocon
relaciónalacreacióndenuevascolonias,yelejidose
impone como vía principal de acceso a la tierra en
Chihuahua. Es la batalla a favor del sistema cultural
comunal de uso y acceso a la tierra imbricada con la
obtencióndelpoderabsolutodelafederación.Elpro-
yectolocaleslaluchadelestadoporlahegemoníade
lospodereslocalesenrelaciónconsolucionarlospro-
blemasruralesaquímismo.
En el cardenismo el papel que el ejidatario debía
jugar es muy diferente al de los sonorenses. Se le dio
importancia como sector productivo. Pero se retomó
con más fuerza la función política del ejido con rela-
ción al control del campesinado y el propio Estado
como aparato benefactor, paternalista, justicialista y
corporativisante. Cárdenas, en su pugna con Calles,
hace un nuevo pacto con el campesinado a cambio
deapoyo al nuevorégimen.Tambiénesunpactocon
lospartidariosdelcallismo,adhiriéndosesufidelidad
a cambio de tierras.
Dos proyectos agrarios
En la posrevolución convergieron en Chihuahua dos
proyectos agrarios que significaron la confrontación
de dos propuestas de modelos culturales diferentes
para la sociedad rural, cuando menos en tres vertien-
tes importantes: 1) la refuncionalización y organiza-
ción de la sociedad rural. 2) el papel y práctica del
Estado en los procesos en dicha reorganización. 3) la
consolidación de la hegemonía federal en el manejo
delosprocesoseconómicos,socialesypolíticosenel
ámbito rural. Todo esto en el marco de la búsqueda
imperiosadelareconstruccióneconómica,políticay
socialdelpaís,marcadoporelfinúltimodelaconser-
vación del poder. Pero a su vez estos dos proyectos
se insertan en dos sistemas culturales presentes en el
devenirhistóricodeMéxico,aquelquedefiendeypro-
pulsa los usos y costumbres comunales de la tierra
presenteenelMéxicoindígenayengrandessectores
de la sociedad nacional y aquel que pugna por su uso
individualyprivado.Esteúltimotomafuerzaconlas
reformasborbónicasenlaépocacolonialyenelsiglo
XIX con los liberales. Es la gran batalla de estos dos
sistemasculturalesporimponersecomoproyectona-
cionalyasumirnuevasformasdereproduccióncultu-
ralrural.
Larevoluciónmexicanaes,entreotrosmuchosas-
pectos, la síntesis de estos dos sistemas culturales:
propiedad social y uso colectivo versus propiedad
privadayusoindividual.Lapropuestavillistadecrea-
ción de colonias es parte de esa expresión liberal con
relaciónalatierra,neoliberalismoagrario.Sinembar-
go,elliberalismomáspuro,alestilodecimonónico,se
hace presente con Ignacio C. Enríquez.Al igual que
aquellos rechazaba la propiedad comunal con el ar-
gumentodequelaausenciadelsentimientoquedala
propiedad privada impediría a los pequeños agricul-
6
ABOITES, 1995, op. cit.
Cuadernos de Investigación No. 414
tores trabajar las tierras con ahínco y mejorarla al
considerarla como propia. Consideraba que la afec-
tación y reparto gratuito a los agraristas era un artero
despojo. En su pensar el ejido ligado al despojo ma-
tabanelespíritudetrabajoysuperaciónpersonalque
otorgalaseguridadenlapropiedadprivadaindividual.
Por otra parte el Estado emergido de la revolu-
ción creó un hábil programa político para dar cabida
a los dos sistemas culturales, cuidando que ninguno
se saliera de los cauces que él mismo le impuso. El
ejidocomoinstitucióncolonialfuerefuncionalizado,
en su aspecto social, para lograr controlar al campe-
sinado.Sufunciónpasóasermeramentepolítica.Esta
eslapropuestadelnuevomodeloculturadelrégimen
delaposrevolución:latransformacióndelasrelacio-
nessocialesruralesencaminadasaladominacióndel
campesinadoyelimpulsoalproductorcapitalista.La
propuesta de Enríquez, como modelo cultural, es la
creación de un campesinado de capacidad económi-
ca media que posea y trabaje las tierras en forma pri-
vadaeindividual.
Aunquelossectoresruralescomoaparceros,peo-
nes y arrendatarios, entre otros, eran los herederos
delatradiciónliberaldefomentodelapropiedadpri-
vadaeindividualdelascoloniasagrícolas,ymuchos
de ellos se convertirían en colonos mediante la Ley
Enríquez, no eran agricultores capitalistas. Es más,
todavíaduranteelporfiriatosepracticabaenlospue-
blos,ranchosyhaciendaschihuahuensesunaagricultura
tradicional.7
Estos sectores rurales se encontraban
entreloqueEricWolfdefinecomolatribuprimitivay
lasociedadindustrial,8
niprimitivosnimodernos.Para
elloslatierraylaproduccióneranlabasedelarepro-
duccióncultural.Estosgrupossosteníanrelacionesde
solidaridadcomunitariaenlosaspectossocialesyeco-
nómicos.PrecisamenteelsueñodeEnríquezparacon
estosagricultoresfueconvertirlosenproductoresca-
pitalistas.
Adiferenciadelejido,lacoloniaporsumismadi-
námica de nacer para ser participe de la agricultura
capitalista, quedó expuesta e inserta al mercado de
tierras y a las inversiones de capital. Es decir, a dife-
rencia del ejido, sus tierras ya no son la base de la
reproducción de la cultura comunal, sino que se con-
viertenenbienesdecapital(aunqueesnecesarioacla-
rarqueejidonoessinónimodecomunidad).Lacolo-
nia expuso a los campesinos a las formas de explota-
ción mercantil del capitalismo voraz, así algunos de
estosnúcleosagrariosfueronvíctimas,primerodelos
altospreciosqueimpusieronloslatifundistas,segun-
do de la llegada de inversionistas como colonos, que
si buscaban establecer una moderna empresa agríco-
la y eran totalmente ajenos a la cultura local.
Los pueblos y las comunidades
Junto a los pueblos y comunidades indígenas que lu-
chaban por la recuperación de la tierra, existían otros
núcleos rurales que también pugnaban por acceder a
la misma. Eran una amplia gama de aparceros que
trabajabantierrasenlashaciendasporfirianassinnin-
gúnestatusniamparolegalalguno.Losaparcerostra-
bajaban las tierras al partido y las condiciones del re-
parto de las cosechas variaban según diversos facto-
resqueibandesdelosgeográficos,económicoshasta
losimpuestosporlafuerzadelacostumbreylatradi-
ción en cada región y hacienda. Junto a los aparceros
tenemosalospeonescuyafunciónprimordialeraservir
en las necesidades domésticas y podían trabajar tie-
rrasparalahaciendabajootrascondiciones,general-
mente era gente que recibía su sustento del propio
hacendado, además de la protección, y no del pro-
ducto de las tierras, podían trabajar tierras pero no al
partido.
Otro sector social relacionado directamente con
lastierrasdelashaciendaseranlospequeños,media-
nos y grandes arrendatarios que parecen ubicarse en
7
CARLOS GONZÁLEZ HERRERA “La agricultura en el proyecto económico chihuahua durante el Porfiriato” Siglo XXI, No. 5, Febrero 1993.
8
ERIC WOLF. Los campesinos. Labor, España, 1982 3a. ed.
Cuadernos de Investigación No. 4 15
la posición de una clase social rural medía, por su-
puesto con más capacidad económica y mayores be-
neficiosquelosquepudieraobtenerunaparcero.Otro
grupo rural amplio era el de los vaqueros que aspira-
banaserpropietariosdetierras.Elproyectoenriquista
encontraba en estos sectores sociales a los mejores
partidarios y defensores de su proyecto de colonias.
Eran ellos los que le daban sustento y bases sociales:
semanifestabanclaramenteporunsistemadeacceso
a la tierra mediante su compra. Para ellos el proyecto
enriquista de colonias era la respuesta ideal a sus as-
piraciones de poder ser propietarios de una parcela.
Se convertirían en los principales partidarios de los
proyectos de fraccionamiento y venta de los latifun-
dios a largo plazo.
Hay pues dos bloques de sectores rurales, uno de
ellos se inclina por el proyecto federal de ejidos y el
otro por el proyecto estatal de colonias agrícolas.
Aunquelarevoluciónleshabíaganadoelderechoala
tierra,rehusabanenunprincipiorecibirejidos. Exis-
tía en este bloque una moral que los hacía ser pudo-
rososenelsentidoderecibirtierrasgratuitas,primero
por no pagarlas y segundo por la gratitud con los ha-
cendados. Eran sectores que no estaban insertos en
la tradición de lucha por la tierra de los antiguos pue-
blos. Todo lo contrario, eran herederos de la tradi-
ciónliberaldecimonónicadelfomentoyusodelatie-
rra en forma privada e individual. Hay que distinguir
dos aspectos en este legado: la herencia ideológica y
ladelosefectos.Laspreguntasserían:¿estabanestos
agricultorespermeadospordichaideologíaosólofue-
ron beneficiarios de los logros de ese pensamiento?
Larevolucióngeneróuncompromisoparalosnue-
vos gobernantes de repartir tierras que los sectores
rurales demandaban. Los constitucionalistas al tratar
de quitar la bandera agraria a Zapata yVilla, que uni-
dos y con sus ejércitos campesinos habían tomado la
ciudad de México en 1914, crean también un pacto
con ellos que tendrían que resolver. Es a través de
este pacto que exigen tierras o la reintegración de las
usurpadas, en este sentido el proyecto federal más
que recoger las aspiraciones del campesinado, nace
de ellas. En varias ocasiones tratará de tomar distan-
cia de ese pacto y dejarlo de lado, pero las fuerzas
rurales y la misma lucha interna por el poder harán
que siempre sea retomado. Por efectos de ese pacto
surge la ley del 6 de enero de 1915 y se eleva a rango
constitucionalen1917.Secreanlosaparatosqueeje-
cuten y hagan cumplir estas enmiendas: la Comisión
NacionalAgrariaylaComisiónLocalAgraria(encada
estadodelarepública).Surgenorganizacionespolíti-
cas que toman como estandarte el agrarismo, lo que
por sí solo les da fuerza y poder como el Partido
NacionalAgrarista.EnelestadodeChihuahuasecrean
los centros y clubes agraristas emulando a los clubes
antireeleccionistas,loquedapasoalasligasregiona-
les agrarias y se realizan diferentes convenciones.
Dado lo anterior es necesario preguntarse si ¿Estas
iniciativasdeorganizaciónsegenerandentrodelpro-
piocampesinadoopartendelEstado?¿Eselagrarismo
unmovimientoindependientequepaulatinamentefue
institucionalizado?
Cuadernos de Investigación No. 416
Cuadernos de Investigación No. 4 17
En la producción historiográfica acerca de la revolu-
ción mexicana existen dos posturas antagónicas cla-
ramente definidas que debaten en torno al tema de sí
el movimiento armado fue popular o una guerra de
sucesión por el poder. La primera agrario-populista
ha generado toda una tradición historiográfica y su
contraparteel“revisionismo”haderrumbadoalgunas
de sus tesis. Los exponentes clásicos de la primera
son George M. McBride9
y sobre todo Frank
Tannenbaum,10
quienesconcluyeronquelarevolución
Mexicana se había llevado a cabo por la sociedad
campesinaygiradoentornoalaluchaporlaapropia-
ción de la tierra. Ellos se basaron en los trabajos de
AndrésMolinaEnríquezyWistanoLuisOrozco,quie-
nes en su deseo de justificar la reforma agraria arre-
metieroncontralahaciendaargumentandoqueerauna
instituciónfeudal,antieconómicaytiránicaeneltrato
hacía los peones. Pero además, los investigadores
extranjeros, polarizaron a la sociedad rural: hacen-
dados y peones, metiendo en esta última categoría a
unainfinidaddecampesinoslibres.RomanaFalcón11
iniciólapolémicaconestosestudiososargumentando
que el movimiento revolucionario no había sido ex-
clusivodelcampesinado,sinoquehabíanparticipado
lossectoresmediosyacomodadoscomolíderes.Pero
la crítica más sólida la hizo Francoise Xavier Gue-
rra12
y enseguida Jean Meyer.13
Peroconmuchoelprincipalrevisionistaymásra-
dical es DavidA. Brading, quien en su ensayo “La
políticanacionalylatradiciónpopulista”14
para el li-
bro que él mismo compiló: Caudillos y Campesinos
enlaRevoluciónMexicana,cuestionóelasuntodela
omisión por los agrario-populistas del análisis de
aparceros y rancheros. También puso en tela de jui-
cio el argumento del carácter feudal de la hacienda,
llegando a proponer que “el desarrollo económico
general del porfiriato produjo una gran mejoría en la
agricultura. Por consiguiente que no fue el feudalis-
mo, sino una forma de explotación más intensa de
capitalismoagrícola,loqueamargóaloscampesinos
mexicanos”.Aunqueponeciertasatenuantescomola
necesidad de estudiar el peso de los medieros en la
sociedad rural; comprobar si en realidad hubo una
gravecrisisenlaestructuradelaproducciónagrícola
en todo México, tomando en cuenta el equilibrio re-
gional;yconocermásprofundamenteloscambiosde
tenencia de la tierra durante el porfiriato. Todo esto
enordenasabersilossoportesymotivosesgrimidos
porlosagrario-populistasquepudieronhaberimpul-
sado al campesinado a la lucha son reales. En suma
Brading propone que la relación de los campesinos
conlaRevolución,todavíaesunenigma.CitaaKatz,
quien mostró que existió muy poca correlación entre
elgradodeexplotaciónyelniveldeactividadrevolu-
cionaria como en el caso de las zonas henequeneras
deYucatán, donde los mayas participaron poco en el
movimientoarmadodelarevolución.
Pero en el mismo libro en el que Brading exponía
9
GEORGE M. MCBRIDE “Los sistemas de propiedad rural en México”, en Problemas Agrícolas e Industriales de México, III: 3, julio-septiembre
de 1951.
10
FRANK TANNENBAUM. “La revolución agraria mexicana”, en Problemas Agrícolas e Industriales de México, IV: 2, abril-junio de 1952.
11
ROMANA FALCÓN. “¿Los orígenes populares de la revolución de 1910?. El caso de San Luis Potosí", en Historia Mexicana, XXIX, octubre-
diciembre de 1979. Pp. 197-199.
12
FRANCOISE XAVIER GUERRA. México: del Antiguo Régimen a la Revolución. FCE, México, 1988.
13
JEAN MEYER. “Haciendas y ranchos, peones y campesinos en el porfirismo. Algunas falacias estadísticas”, en Historia Mexicana, XXXIV,
enero-marzo de 1986.
14
FCE, México, 1985.
Revisionistas vs. agrario-populistas y
agrarismo revolucionario en Chihuahua
Cuadernos de Investigación No. 418
susideasyconclusiones,elprincipalagrario-populis-
taactualAlanKnight,defendíalatradiciónpopulista.
Haciendo un bravísimo recuento de los factores que
ocasionaron el descontento popular en el campo: de-
presióneconómica,desempleoymalascosechas,pasa
aafirmarqueelproblemaagrariofueelcorazóndela
rebelión campesina,aunquenofueunfactorexclusi-
vo. Incisivo arremetió contra los revisionistas: “Esta
interpretación puede parecer trivial, pero desafía los
puntos de vista que, desde diferentes perspectivas,
pero con creciente vigor, niegan que la Revolución
hayarepresentadounmovimientogenuino,quehaya
incorporado las quejas populares definidas (en espe-
cial del tipo agrario), y que prefieren presentar un
movimiento de masas iniciado, controlado y consu-
mado por los jefes burgueses”, capaces de movilizar
ydesmovilizaraunpopulachodependiente,ingenuo.15
Pero en este debate ¿cómo se inserta el norte de
México, en especial el estado de Chihuahua, y su
máximaexpresiónrevolucionarialocal,elvillismo?.Ha
sido inevitable la comparación del carácter agrario y
populistadelvillismoyelzapatismo.Asícomoenlas
posturas de agrario-populistas y revisionistas viajan
en el tiempo en líneas paralelas sin parecer poder te-
ner contacto en algún punto, de la misma manera a
ocurrido con el zapatismo y el villismo. Zapata,
Morelos y el Plan deAyala son el eje y la referencia
obligada del aspecto agrario de la revolución. Con
frecuencia Zapata ha sido puesto en el pedestal del
agrarismo.Enrelaciónalvillismohansurgidoopinio-
nesdeque nofueunmovimientocampesino,niporla
apropiación de la tierra. Uno de los principales agra-
rio-populistasactualescomoJohnWomack16
al com-
parar el zapatismo con el villismo, describe a este úl-
timocomounmovimientosinmetas,carentedeideo-
logíaosimplementesalvajeymercenario.Enesemis-
mosentidovanloscomentariosde JeanMeyeren La
Cristiada. Para Knight el zapatismo y el villismo son
lasmanifestacionesmásprominentesdelmovimiento
popularylaprincipalbasedelejercitovillistaelcam-
pesinado. Sin embargo, para este autor el villismo
degenerópara1914"enunaexistenciasinmetas,casi
mercenaria".
LaformaenqueinicialarevoluciónenChihuahua,
el levantamiento espontáneo de grandes sectores so-
ciales,eldesarrolloylospersonajesinvolucradoshan
llamado sobre manera la atención de muchos histo-
riadores extranjeros y nacionales. Son precisamente
elloslosquehanintentadocaracterizaralcampesina-
donorteñoyenparticularalchihuahuense.Sucampo
de análisis e interpretación han sido los motivos y la
forma de como se incorporaron los sectores rurales a
lacontiendaysuscaracterísticassociales.AFriedrich
Katz le ha fascinado la gran capacidad combativa y
de movilización de los hombres del campo
chihuahuense.Éldescubriótodaunaculturaguerrera
enalgunossectoresrurales.AlanKnightintrodujoen
sus análisis sobre la revolución la categoría analítica
delos“movimientosserranos”paradefiniryexplicar
la autonomía política de los pueblos de la montaña
chihuahuense.
Hace ya algunos años Katz propuso una serie de
categoríasdelcampesinadonorteño:lostrabajadores
semiagrícolasysemiindustriales17
y los colonos mili-
tares.18
Los colonos militares contaban con toda una
tradiciónguerrera.Suorigenseremontaalasegunda
mitaddelsigloXIX.Eldatohistóricomásimportante
a este aspecto es el bando de Teodoro de Croix de
finalesdelsigloXVIII,pormediodelcualsecreaban
cincocoloniasmilitaresenelnoroestedelestadopara
frenarlasincursionesyataquesdegruposétnicosve-
nidosdelnortecomolosapaches.ParaKatzestesector
15
ALAN KNIGHT. "Caudillos y campesinos en el México Revolucionario, 1910-1917", en Caudillos y campesinos en la revolución mexicana.
FCE, México, 1985.
16
JOHN WOMACK. Zapata y la revolución mexicana. SEP, México, 1985.
17
FRIEDRICH KATZ. La servidumbre agraria en México en la época porfiriana. Era, México, 1980. p. 45.
18
FRIEDRICH KATZ. Pancho Villa, los movimientos campesinos y la reforma agraria en el norte de México, en Caudillos y Campesinos en la
revolución mexicana. FCE, México, 1985. pp. 89-90.
Cuadernos de Investigación No. 4 19
rural desempeñó un “papel clave” en la Revolución
mexicana.19
Katz definió a los trabajadores
semiagrícolasysemiindustrialesdelasiguientemane-
ra: “trabajaban una parte del año como medieros o
trabajadores agrícolas en las haciendas y se pasaban
elrestodeltiempoenEstadosUnidoscomomineros,
leñadores o trabajadores inmigrantes.”20
Las cate-
gorías establecidas por Katz nos refieren, en el caso
de los campesinos militares, a la necesidad concreta
de la apropiación y defensa del territorio. Las cate-
gorías de los trabajadores semiagrícolas y
semiindustriales están establecidas a partir de las es-
trategias y tradiciones familiares productivas y de la
actividadeconómica.Más,sinembargo,Katznopro-
fundizaenestospuntos.
Eldebateentornoalaposicióndelvillismorelati-
vo a la entrega de tierras al campesinado en los terri-
torios que dominó tiene ya más de dos décadas de
haberse iniciado. Curiosamente, para dichos territo-
rios, todavía no contamos con un análisis profundo
delaproblemáticaagrariaquenosdéluzalrespecto.
Aunque Katz y el mismo Knight presentan casos in-
teresantes relativos a los problemas agrarios de cier-
tos pueblos no se hace ni se intenta un análisis regio-
nal, menos estatal, que es necesario para saber cual
eralasituaciónagrariaenelestado,dondequedebien
definidalaestructuraagrariaylasfuerzasruralescon-
tendientes como: aparceros, vaqueros peones, pue-
blos. Es importante ver que tan representativos son
los casos presentados por los estudiosos menciona-
dosconrelaciónasisonproblemáticaslocalistas,re-
gionales o representativas de un malestar general.
Todavía siguen vigentes aquellas preguntas que se
hacía Katz al cuestionarse del por qué no se había
dadounavigorosapresióncampesinaparaelreparto
de tierras, ni por qué no hubo más ocupaciones de
estas,nirebelionescampesinasenterritoriovillista.21
Porlodemás,yensintoníaconBrading,hafaltado
unanálisisdelaestructuradelapropiedad.Partamos
delaexistenciadediversasformasdetenencia,pose-
sión, apropiación o relación con la tierra, desde las
que fluctúan entre las formas de posesión comunales
hasta las de la propiedad absoluta. Una caracteriza-
ción de este aspecto se vuelve importante. Este asun-
toestáíntimamenteconectadoconotravariablecríti-
ca: la amplia y variada geografía chihuahuense. Por
los menos podemos diferenciar cuatro zonas: la sie-
rra, los valles centrales, el desierto y las cuencas
hidrográficas.
Ciertamente Villa tubo el dominio total de
ChihuahuaylaLagunaduranteaproximadamentedos
años, tiempo en el cual confiscó una serie de hacien-
das.LaspropiedadesdeLuisTerrazasfueronlasmás
importantes.Sinembargo,noserepartieronaloscam-
pesinos.EntrelasposiblessolucionesqueKatzargu-
menta, se encuentran las siguientes: 1.- Por la cerca-
níaconlafrontera,adiferenciadeZapata,Villapodía
con los recursos generados por las propiedades com-
prararmasypertrechos,asíqueunadistribucióntem-
prana de tierras podía haber reducido los fondos de
la División del Norte; 2.-Ya que por los menos hasta
1914 cuando Villa estaba bajo la autoridad de
Carranza, quien no deseaba que se realizara una re-
forma agraria, lo inhibió y no repartió las tierras. 3.-
Ya queVilla deseaba obtener el apoyo de sus genera-
les, el otorgarles haciendas fue uno de los métodos
queutilizó,locualcreóunanuevaclaseterrateniente,
y a algunos de ellos no les habría gustado que se re-
partieran esas tierras; 4.-Ya que el ejército se encon-
trabaencampañaeraprácticamenteimposiblerepar-
tir la tierra, pues los campañadores no habrían acep-
tado que se empezara el reparto agrario en su ausen-
cia.22
González Herrera ahonda en este respecto por el
19
Ibid. p. 89.
20
Ibid. p. 90.
21
FRIEDRICH KATZ. Pancho Villa, los movimientos campesinos y la reforma agraria en el norte de México, en Caudillos y Campesinos en la
revolución mexicana. FCE, México, 1985. p. 104.
22
Idem. P. 103-105. En su más reciente obra Katz básicamente sostiene la misma postura. Pancho Villa. Era, México, 1998. T. I, p. 276.
Cuadernos de Investigación No. 420
lado la composición social de los revolucionarios
chihuahuenses;eraunaampliacoalicióndeclasesme-
dias rurales y urbanas, vaqueros, mineros,
desempleados,artesanos,rancheros,campesinos,pe-
queñoscomerciantesyaúnprofesionistas:
Y atendiendo a esta composición tan
heterogénea, es también imaginable que las
propuestas villistas no podían ir en un sólo
sentido y complaciendo a un solo sector de la
población. Sus medidas hacen evidente que el
problema agrario, entendido como el reparto
de tierras, nunca tuvo lugar primordial en el
proyecto villista.23
Sin embargo, como dice el mismo Katz, todos
estos argumentosnoexplicanelporquénohubouna
accióncampesinaenlatomadetierrasopresiónpara
su reparto. El historiador al dar un argumento más
afirmaba:unmotivofueelhechodequelapoblación
campesina del estado era más pequeña en relación
con su población total, en comparación a la mayoría
de los demás estados. González nos da el dato preci-
so: para 1910 Chihuahua tenía un 65 % de su pobla-
ción en asentamientos urbanos y semi-urbanos.24
Katz también argumentó por el lado de la composi-
ciónsocialdelvillismo:unagranpartedesushabitan-
tes eran mineros o vaqueros y su interés en tener tie-
rras era más limitado que el de los campesinos. Sin
embargo, pueblos que tenían una gran tradición de la
lucha por la tierra, además de guerrera, formada por
las guerras indias, entre ellos las colonias militares y
antiguas misiones como la de Villa López, aportaron
grandes contingentes a la revolución. Pero su voca-
ción agrarista parece diluirse en el contexto general
delmovimientorevolucionario.Enestesentidosurge
una pregunta que tiene que ver con el carácter de los
chihuahuenses de entonces ¿sería su población una
sociedad que quería el reparto de tierras, pero que
necesitabaciertasformaslegales?
Tanto Katz como Knight argumentan que la pro-
blemática agraria enelestadoimpulsóalcampesina-
do al movimiento armado. El primero basado en los
archivos de la Dirección de terrenos nacionales del
DepartamentoAgrario en la ciudad de México hace
un recuento de los conflictos por la tierra que soste-
níanalgunospueblos(principalmentecoloniasmilita-
res) como: Namiquipa, Janos, Cuchillo Parado,
Bachíniva y SanAndrés.Además de remotas comu-
nidades indígenas como: Redondeados, Temeychi,
Monterde yArremoyo.25
A los colonos militares se
les unieron otros sectores rurales como los que Katz
llama trabajadores semiagrícolas y semindustriales.
Esteautortambiénveotrosfactoresimportantespara
el descontento rural como la perdida de las cosechas
en 1908 a 1910, sobre todo en el distrito de Guerre-
royunacrisiseconómicageneralizada.
Knighttambiéndestacólosconflictosagrariosque
en el escenario estatal se desarrollaban antes de la
revolución,sóloquebasadoenfuenteshemerográficas
como: El Correo y La Nueva Era. Señaló los casos
de SanAndrés y Bachíniva, además de Temosachi y
Villa López.Adiferencia de los populistas clásicos,
Knight introduce otro elemento de descontento po-
pular y no sólo el de la tierra, sin dejar de reconocer
que el centro de la rebelión es la misma: analiza el
factordelaluchacampesinaporlaautonomíapolítica
localenelestadodeChihuahuayprincipalmenteenel
Distrito de Guerrero. En base a la categoría analítica
de campesino periférico de Eric Wolf, cuyas princi-
pales características sociales son las de ser campesi-
nos que están fuera de los dominios y libres del con-
trol de los terratenientes y poco familiarizados con el
poderdelaautoridadpolíticaestatalofederal.Knight
ubicaestecampesinodelDistritomontañosodeGue-
rrero y a las rebeliones allí localizadas como “movi-
mientosserranos.”26
Las principales características de
23
CARLOS GONZÁLEZ HERRERA. “El villismo frente al problema agrario.” Cuadernos del Norte, No. 3. Chihuahua, noviembre-diciembre de1988.
p. 21. Katz, 1985, op., cit..
24
GONZÁLEZ, 1988. p. 21.
25
Los tres primeros casos en Katz, 1985, pp. 87-89. Los restantes en Katz, 1998. T. I, pp. 43-48.
26
ALAN KNIGHT. Caudillos y campesinos en el México Revolucionario, 1910-1917, en Caudillos y campesinos en la revolución mexicana.
FCE, México, 1985. p 46.
Cuadernos de Investigación No. 4 21
estasrebelionessonquegeográficamenteseoriginan
enlugaresmontañosos,remotosysonllevadosacabo
por comunidades autónomas que reaccionan contra
laintervencióndelEstado.
De los datos que los historiadores nos dan hace
faltacomprobarunos,profundizarotrosyavanzarcon
nuevas propuestas.Es necesario obtener una caracte-
rizaciónprofundadelcampesinado:¿Cuáleseransus
tradiciones productivas, migratorias y de
asentamientos? ¿cuáles eran sus formas de organiza-
ción?¿cuáleserasusmodelosderelación,usosycos-
tumbres con respecto a la tierra? ¿cuál era su visión
del estado y las estructuras jurídicas? ¿qué tipo de
relaciones sociales mantenían con otros sectores ru-
rales?¿cuálerasutradiciónpolítica?¿cuálerasuubi-
cación y posición respecto a las estructuras de tenen-
cia de la tierra? ¿De qué tradiciones provenía su au-
tonomía política? ¿Cómo y bajo que circunstancias
seformósuculturaguerrera?¿quétipodeagricultura
practicaban?
Viendoloscasosmencionadosinmediatamentesur-
gelasiguientepregunta:¿Porquéelvillismonoincor-
poró en su discurso y en su acción el problema agra-
rio?Apesar de lo dicho anteriormente, una pregunta
que parecería absurdo plantear sería si en realidad
existióenChihuahuaproblemaagrario,lainterrogan-
te es pertinente porque en la posrevolución la oligar-
quíalocalllegóaexpresarqueenChihuahuanoexis-
tía tal problema (más adelante nos extenderemos en
este punto). Es decir ¿sería el problema solo de de-
terminadosconflictosruraleslocalizadosenlaamplia
y variada geografía chihuahuense, que no llegaron a
prefigurar una problemática agraria general? En otro
caso¿losconflictosruralesestabanregionalmentelo-
calizados?
Un asunto que queda claro es que las causas de la
revoluciónenChihuahuasonmultifactoriales,donde
intervienenaspectospolíticos,socialesyeconómicos
amplios,ademásde losclimáticos(depresión econó-
mica a partir de 1907 con su secuela de desempleo y
bajadesalarios,imposicióndejefesmunicipales,per-
dida de cosechas). Pero, ¿Qué papel jugó el asunto
del conflicto por la tierra? Cuando se preparaba en
Chihuahualacontrarrevoluciónorozquista,Abraham
González que se encontraba formando parte del ga-
binete de Madero tubo que regresar y en una procla-
ma, inmediatamente aseguró: “La solución del pro-
blema agrario, que está en el fondo del descontento
sano, os aseguro que el gobierno procurará solucio-
narloenelmenortiempoposible.”27
Asimismo el go-
bernador del estado de 1920 a 1924 Ignacio C.
Enríquez, en el contexto de la reconstrucción econó-
mica, estaba obsesionado en la solución de lo que el
mismo llamaba “problema agrario”28
. Pero a lo que
nosllevatodoloescritoesainterrogarnossobre¿cuál
era la naturaleza o carácter del problema agrario en
Chihuahua?¿Cuáleralaestructuraagrariaporfiriana?
¿Cuál era la cantidad de tierras según su vocación,
riego,temporalganadería?¿Cómosedistribuíalatie-
rra socialmente según su vocación? ¿ Que modalida-
des de agricultura se practicaba? ¿Qué tipo de agri-
cultura se practicaba? ¿Cómo se concentraba la po-
blación? ¿Existía una relación directa entre la densi-
dad de población, tierras agrícolas y conflicto por la
tierra? Es importante señalar que para obtener res-
puestas a todo lo planteado se tendrá que hacer un
análisisquecrucelasetapasprerrevolucionaria,lare-
voluciónylasposrevolución.
Nos hemos acostumbrado a pensar que la hacien-
daavanzabaycrecíadevorandolastierrasdelospue-
blos y que dominaba por completo el paisaje rural.
La tesis anterior parece que podría aplicarse con más
razón a Chihuahua el estado de los latifundios. Pero
en contra de lo que se pudiera pensar, no era la ha-
cienda la que lideraba los índices de crecimiento en
asentamientos ni poblacional, todo lo contrario iba a
27
KATZ, op. cit. p. 167. El Correo de Chihuahua, febrero 19 y 20 de 1912.
28
ALONSO DOMÍNGUEZ. La política Agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940. Tesis de Licenciatura, ENAH-Chihuahua, 1999.
Véase el capítulo I.
Cuadernos de Investigación No. 422
la baja en el segundo rubro. Las haciendas habían
pasado de 162 en 1900 a 214 en 1910; nada com-
parado con los ranchos que van de 297 a 2528 para
esosmismosaños,estoshabíanmultiplicadopormás
de diez. Los rancheros se habían convertido en un
sector rural con una dinámica de crecimiento excep-
cional. Para 1900 vivía el 18.71 % de la población
chihuahuense en este tipo de asentamientos; en las
haciendas el 15.97 %. Para 1910 la población en los
ranchoshabíaaumentadovertiginosamentealpasara
tener el 34.12 % y en las haciendas había bajado al
9.69%.GonzálezHerreracomentaquesehabíacon-
solidadounfuertegrupodemedianospropietarios.29
Laatenuanteaquíessabersobrequecantidadyclase
de tierras. Pero de entrada los datos echan por tierra
la tesis del avance avasallador de la hacienda.
El proceso de desintegración del latifundioTerra-
zasparececonfirmarmuchasdelasaseveracionesque
vanencontradelaexistenciadeunagrarismorevolu-
cionario en Chihuahua. Las tierras fueron supuesta-
mente expropiadas en 1922 por el gobierno federal.
La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y
Fomento de laAgricultura las compró en 13.6 millo-
nes de pesos. En el decreto de expropiación se ex-
presó claramente que el objetivo sería fraccionarlo y
venderlo. Para 1930 las tierras del latifundio se en-
contraban repartidas como sigue: 322 679 por co-
lonias, 529 974 por particulares, 1 455 343 seguían
en posesión de la caja y 184 037 se habían dotado a
ejidos.30
Lo que más sorprende es la poca cantidad
de tierras repartidas vía ejido y el enorme número de
hectáreas que seguían perteneciendo a la Caja. Los
particulares que compraron lotes eran miembros de
la antigua oligarquía y de la nueva burguesía revolu-
cionaria. Las colonias estaban ocupadas por los anti-
guos aparceros, peones, vaqueros y arrendatarios del
latifundio,noporpueblos.Aunquedeciertaformase
habíansatisfecholasnecesidadesdelossectorescam-
pesinosinternosmencionados,víacolonia,pareceque
no hay una explicación del porque no hubo toma de
tierras de sectores campesinos externos.
Así que las preguntas de Katz respecto a los cam-
pesinosylastierraslaspodemostrasladaraestecaso:
¿Por qué los campesinos no tomaron las tierras del
latifundioTerrazasnihuborebelionesentornoaellas?
LoslatifundiosenChihuahuasesitúanprincipalmente
en la parte norte del estado, donde se tiene la impre-
sión de que la densidad de población es más baja con
respecto a otros paralelos del estado. El latifundio
Terrazas,enestrictosentido,nosehabíaconsolidado
avasallando las tierras de los pueblos. La dispersión
de estos en el vasto territorio del norte del estado es
grande. Prueba de lo anterior es que el latifundio Te-
rrazasconformóunagranunidadterritorial,dondede
ninguna manera se aprecianuna cantidadimportante
depueblosamaneradelunares.Esmáslastierrasdel
latifundio no circundaban o encerraban a ningún
pueblo.
Deningunamanerahayquesoslayaraquellospue-
blos que si habían sido usurpados en sus tierras por
los Terrazas como Buenaventura, Galeana Casas
Grandes yAldama. Pero parece que no hay propor-
ción entre la actividad revolucionaria y el acapara-
miento de tierras en este latifundio. Otro caso en esta
vena es el del latifundio de los Zuloaga, en donde se
les vendieron una gran cantidad de tierras a los
menonitas,peroaquísifueendetrimentodeaparceros
peones, vaqueros y arrendatarios. ¿Por qué no se dio
unamovilizaciónfuertecampesinaparaevitarlo?.
Sinembargo,lasociedadchihuahuensenoeraajena
al asunto del problema de la tierra; cuando Terrazas
intentó vender sus propiedades rústicas al estadouni-
denseArtur McQuarters la protesta fue unánime. La
situación se tornaba en extremo complicada para el
nuevo régimen que tuvo que dar marcha atrás en un
proyectoquefueaprobadoporelmismoObregón.Y
29
CARLOS GONZÁLEZ HERRERA. “Tierra, propiedad y propietarios a fin del porfiriato.” Cuadernos del Norte, No. 12. Chihuahua, noviembre-
diciembre de 1990. p. 11.
30
DOMÍNGUEZ. op. cit., 1999. p. 152.
Cuadernos de Investigación No. 4 23
hablamosdelasociedadchihuahuenseporquenosólo
participaron sectores rurales, sino también sectores
urbanos bajos y medios. En enero de 1923 el diputa-
do por Chihuahua y agrarista radical Ángel G. Caste-
llanos se quejó ante Obregón de que aún no se había
fraccionado el latifundioTerrazas y la presencia de 3
milmenonitasenelZuloaga.31
El mismo gobernador
del estado estaba disgustado con la Caja de Présta-
mosporlalentitudenelfraccionamientodelprimero
y en el segundo caso llegó a expresar que no quería
más menonitas antes de satisfacer las necesidades de
tierra de los campesinos nacionales.32
Recordemos
que dicha colonización fue asunto de Obregón.Así
pues, el que no hubiera toma de tierras no significa
que no existiera presión social para el reparto de los
latifundios.
Por otro lado, ante las declaraciones de Enríquez
delanecesidaddedarsoluciónal“problemaagrario”
la oligarquía chihuahuense respondió afirmando que
en Chihuahua no había “problema agrario” y lo que
hacía falta era brazos campesinos que sembraran la
tierra.Estaafirmaciónvaenconsonanciaconelargu-
mento de Katz de la proporción de la población ur-
bana y rural y los datos demográficos de González.
Enríquezquehabíaentabladounabatallafrontalcon-
traloslatifundistascontestaba:
Sí, desean brazos, muchos brazos que cultiven
la tierra pero en provecho de sus propietarios.
Precisamente el problema estriba en que exis-
ten grandes extensiones de terreno inculto y a
la vez gran número de ciudadanos en la miseria
quienes pudiendo poseer un hogar estable con
su terreno que cultivar, carecen de todo, y se
ven obligados a vender su trabajo personal por
un miserable salario, y aún tienen que emigrar
al extranjero [...]33
¿CuáleraparaEnríquezel“problemaagrario”?Es-
taba indisolublemente ligado al problema de la pro-
ducción. Quería crear una clase de pequeños y me-
dianos propietarios privados altamente productivos
estilofarmers.Enesteproyectolospequeñosagricul-
toresteníanunpapelfundamental.Todoslossectores
ruralessintierra,posesiónprecariadelamismaosuje-
tos al dominio de la hacienda estaban contemplados
para convertirse en pequeños propietarios privados
altamenteproductivos.Paralocual,medianteley,de-
cretóelfraccionamientodelapropiedadfijándoleun
límite de extensión territorial. En el proyecto federal
estossectoresruralesestabanconcebidoscomomano
de obra para las unidades productivas. El ejido esta-
ba concebido como un medio para dominar política-
mentealcampesinado.ElproyectoagrariodeEnríquez
implica la creación de una clase propietaria autóno-
ma.
El debate federal en torno a la reforma agraria en
los primeros años de la posrevolución se centró bási-
camente en los siguientes parámetros: 1.- La capaci-
dad o más bien la supuesta incapacidad productiva
del propio campesinado: se alegaba que si se entre-
gaban las tierras al campesinado se enfrentaría con
grandes problemas de producción y desalentado
abandonaría sus parcelas. Pero el trasfondo de estas
afirmaciones es que se consideraba al campesinado
como un sector rural sin capacidad para hacer pro-
ducirlatierra.2.-Imposicióndeunlímitealapropie-
dad: en el congreso de la unión se generaron acalora-
dos debates entre los diputados radicales y conser-
vadores en torno a este asunto.Antonio Díaz Soto y
Gamaargumentabaquesisefijabaunlímitealapro-
piedad privada se tendría que poner en venta la ma-
yoría de la extensiónterritorialde la republica y alno
verquienlascomprarallevaríaalareformaagrariaal
fracaso. 3.- Los alcances o intensidad de la reforma
agraria: este punto también está ligado a la forma en
que se debía hacer el reparto agrario, una de las solu-
ciones que se proyectaban era la de comprara ha-
ciendas, irrigarlas y venderlas a los campesinos: otra
propuestateníaqueverconaumentarlosimpuestosa
la propiedad y así propiciar su fraccionamiento; uno
31
LUIS ABOITES A. Norte precario,poblamiento y colonización en México (1760-1940).El Colegio de México/CIESAS, México,1995.p 176.
32
Excelsior, abril 3 de 1922: citado en Aboites, 1995 op. cit., p. 176.
33
Ídem. p. 180.
Cuadernos de Investigación No. 424
más era la expropiación de las haciendas para resti-
tuirlastierrasdelospueblosusurpadosydotarapue-
blosantiguosynuevos.Finalmentefueronexcluidos,
duranteelrégimendelossonorenses,delrepartoagra-
rio una infinidad de núcleos agrarios sin estatus legal
como: aparceros, peones y arrendatarios de las ha-
ciendas, se necesitaba mano de obra para las hacien-
das, era necesario no desarticular las unidades pro-
ductivas,peroprincipalmenteseleconsiderabacomo
sectores sociales incapaces de producir.
Enríquezpensabaqueesossectoressocialessepo-
dían convertir en productores eficientes si se les ven-
dían tierras vía colonia. Pero además el estado debía
garantizar que tendrían éxito, como: con la creación
de sistemasderiegoybancosagrícolas.Precisamen-
teseríanelloslosprincipalespartidariosdelproyecto
enriquista.También el gobernador buscaba la recon-
ciliacióndelasclasessociales.Todosloschihuahuenses
podrían acceder a la tierras en los límites señalados
por la ley.Aquí es donde retomamos el asunto de la
vocación de la tierra. Un aspecto importante del pro-
blemaagrarioenChihuahuatienequevercon suuti-
lidad. La ganadería extensiva era una actividad so-
bresalienteenelrenglóneconómicoyprobablemente
en detrimento de una cantidad importante de tierras
con posibilidadesagrícolas.¿Seríaelproblema agra-
rio en Chihuahua una competencia entre tierras agrí-
colas y ganaderas? Es decir que las tierras ganaderas
impedían la expansión de la frontera agrícola en
Chihuahua. ¿Cuáles eran las posibilidades agrícolas
de las tierras que se utilizaban en la ganadería?.
Enríquezpensabaquesolucionarel“problemaagra-
rio”erafácil.Asílocreíaporquequeríaconstruircuan-
do menos cuatro sistemas de riego en el estado. De
ellos el más importante sería el de la cuenca de los
ríos Conchos y San Pedro. Se aprovecharía la presa
LaBoquillaparairrigar170milhas.Lastierrasserían
compradas a los propietarios y se les venderían a los
34
DOMÍNGUEZ, op., cit., capítulo uno.
35
Idem. pp. 53-61.
colonos lotes ya irrigados.34
El problema para Enríquez fue que precisamente
enlascuencasdondeteníaplaneadollevaracabosus
proyectos de irrigación se encontraban asentados los
pueblos más antiguos del estado. Muchos de ellos
habían sido despojados de sus tierras y empezaron a
solicitarrestituciónodotacióndeejidos.Dichasitua-
ción provocó conflictos serios entre el gobernador y
los pueblos de las cuencas. En 1917 se instaló en
Chihuahua la Comisión LocalAgraria. Para 1920 se
habían instaurado sólo 33 expedientes, pero en 1921
seincrementócon91expedientesmás.Enelperiodo
de gobierno enriquista se dieron un total de 199 soli-
citudesdedotaciónorestitucióndeejidos.35
El asun-
toaquíesverlacorrelacióndelnúmerodesolicitudes
por región, buscando correspondencias o divergen-
cias con el análisis regional que resulte en la
prerrevolución. ¿En que regiones se concentran más
lassolicitudes?¿Quécorrelaciónregionalhayentrela
demanda agraria y las regiones conflictivas de la
prerrevolución?¿Quétipodenúcleosagrariossolici-
tan tierras vía ejido? Pero además ¿Qué tipo de nú-
cleossolicitantierrasvíacolonia?
El proyecto liberal de colonias de Enríquez abrió
unnuevoesquemadeanálisisdelagrarismoyelcam-
pesinado chihuahuense. Por una parte la colonia sig-
nificópara lossectoresruralessoslayadosporelpro-
yecto federal de ejidos, una vía de acceso a la tierra.
Elasuntoaquíessaber¿Quésectoresruralesseincli-
naron por una vía u otra?.Todos los elementos histó-
ricos que hemos mencionado, la cuestión de la
regionalización,lademografíaydelaposicióndelcam-
pesinado según su relación con la tierra nos lleva a
interrogarnos ¿Cuál era la tipología del campesino
chihuahuense?¿Cuáleseransuscaracterísticassocia-
les? ¿Cuál era su percepción del Estado? Para cada
tipo de campesino: ¿Cuál era su visión del problema
agrario?
Cuadernos de Investigación No. 4 25
Todos los casos de las colonias militares que nos
muestranKatzyKnightparecerprovenirdelascuen-
cas hidrográficas, donde se habían fundado las pri-
merasmisiones,presidiosocoloniasmilitares.Serían
lacuencadelosríosConchosySanPedroylaCuenca
Interna. Pero que pasa con las otras regiones del es-
tado: el desierto, los valles centrales y la Sierra
Tarahumara.Existíanconflictosporlatierracomolas
tradicionalesusurpacionesalastierrasdelospueblos
porlashaciendas.Ladimensióngeográficatieneque
seranalizadaparabuscarlasposiblessolucionesalas
preguntasplanteadas.LaSierraTarahumarahabíasido
antes, durante y después de la revolución un foco de
conflictosporlatierra.Sinembargo,suprincipalsec-
tor social, no en el sentido económico, los rarámuris
tuvieron una participación en la revolución fue muy
limitada. ¿Sería la Sierra Tarahumara una región no
integrada en la demanda de justicia en la lucha por la
tierra? Es decir que los sujetos sociales preferían li-
brar dicha lucha ellos mismos con sus propios recur-
sos. En este sentido ¿estaban las regiones
chihuahuensesintegradasenlaproblemáticarural?Por
otra parte ¿Cómo se articula el problema étnico con
elagrario?
Cuadernos de Investigación No. 426
Cuadernos de Investigación No. 4 27
Las cuestiones más interesantes en relación a los
latifundiosenMéxico,despuésdelarevolución,ten-
drían que ver con una de las propiedades más exten-
sa de Latinoamérica, la de LuisTerrazas: ¿Qué pasó
con el latifundioTerrazas? ¿Se repartió a los campe-
sinosvíaejidoocolonias?¿Sefraccionóysiguiócon-
servándose en grandes y medianas propiedades? En
elañode1920lafamiliaTerrazasintentónegociarsus
fincasrústicasconunestadounidensellamadoArthur
J. McQuatters que encabezaba a un grupo de ban-
querosyempresarios.El16deabrilsefirmóenNue-
vaYork un documento de promesa de venta, donde
lafamiliaTerrazassecomprometíaavenderalgrupo
de McQuatters 5 millones 644 mil acres a 2.5 dóla-
res cada uno. El costo total de las propiedades rústi-
cas sería de 14 millones de dólares. La caída de
Venustiano Carranza repercutió en el precio y en una
renegociación el acre se fijó en 1.5 dólares 36
.
Lostrámitesdelaventadellatifundiosellevabana
cabo con mucha reserva. Sin embargo, los rumores
acerca de la operación empezaron a correr. Para tra-
tar de evitarlos JuanTerrazas negó que su padre pre-
tendía vender las propiedades rústicas. Todo lo con-
trario, declaró que se llevarían a cabo obras de irriga-
ción, construyendo presas para beneficiar el mayor
número posible de tierras y venderlas a colonos en
pequeñasparcelasycontribuiraldesarrollodelaagri-
cultura.Enrealidad,unequipodeingenierostrabaja-
ba en el latifundio estudiando las condiciones de los
terrenos con fines de su venta.37
Ignacio C. Enríquez gobernador del estado de
Chihuahua en el periodo 1920-1924, impulsaba la
creación de una clase de medianos y pequeños pro-
pietarios estilo farmers. Su proyecto rural se plasma-
ría más tarde en la Ley Agraria del Estado de
Chihuahua.Elgobernadorplaneabafraccionarlosla-
tifundios poniendo un límite a la propiedad privada,
crearunbancoagrícolarefaccionarioyrealizarobras
parairrigargrandesextensionesdetierra.Enlacuen-
ca de los ríos Conchos y San Pedro, aprovechando
lasaguasdelapresaLaBoquilla,queríacrearlasobras
necesarias para irrigar hasta 170 mil ha. Pero el go-
bierno del estado no tenía con que financiar el pro-
yecto.EnríquezvioenelinterésdeMcQuatters,para
invertir en Chihuahua, la posible fuente de
financiamientoparasuproyectodeirrigación.Afina-
les de 1921 el gobernador y un grupo de capitalistas
extranjeros liderados por McQuatters, viajaron a la
ciudad de México para exponerle aAlvaro Obregón
los proyectos que planeaban desarrollar en el estado
de Chihuahua. El presidente, Calles y De la Huerta
les aseguraron que el gobierno protegería sus inver-
siones.
Enríquezintervinodirectamenteenlacompraventa
del latifundio de LuisTerrazas, de hecho el contrato
fue suscrito entre McQuatters y el gobierno del esta-
do. El estadounidense primero llenó las expectativas
deEnríquezfirmandouncontratoparadesarrollarlas
obras de irrigación de la cuenca de los ríos Conchos
y San Pedro. El precio de las propiedades fue tasado
en 20 millones de pesos. El 9 de febrero de 1922 el
propio McQuatters daba conocimiento del asunto a
Obregón:
Recordará Usted que durante mi visita a la ca-
pital en diciembre último, mis asociados y yo
discutimos detenidamente con Usted la posi-
bilidad de emprender una gran explotación de
36
RAMÓN EDUARDO RUIZ. México: la gran rebelión 1905-1924. Era, México, 1984. p. 298.
37
ALONSO DOMÍNGUEZ RASCÓN. La política agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940. Tesis de licenciatura, ENAH-Chihua-
hua, México, 1999. pp. 33-34.
La desintegración del latifundio Terrazas
Historia de la propiedad
Cuadernos de Investigación No. 428
agricultura en la parte norte de Chihuahua,
cuyo proyecto abarca la compra, desarrollo y
venta en su totalidad de las propiedades rura-
les pertenecientes al General Luis Terrazas.
Como resultado de las ideas avanzadas de
Usted sobre estos asuntos, y del incentivo
que recibimos de nuestras conversaciones con
Usted, mis amigos y yo hemos decidido defi-
nitivamente proceder a la compra de conformi-
dad con el contrato que acabamos de celebrar
con el Gral. Ignacio Enríquez gobernador del
Estado de Chihuahua, y cuyo contrato está
ahora siendo tomado en consideración por el
Congreso del Estado.38
En el transcursodelaventasemanejarondiferen-
tes extensiones. Según el contrato se autorizaba a
McQuatters a formar una compañía bajo las leyes
mexicanas, que debía llamarse CompañíaAgrarista
de Chihuahua, para poder comprar a los Terrazas 2
322 270 ha en 20 millones de pesos. Los comprado-
resseobligabana:formardistritosderiegoenunpla-
zo de 90 días en las tierras ya irrigadas, emprender
obrasparairrigar40milha,colonizarlosterrenoscon
mexicanos, destinar 200 mil ha del mejor temporal
para vender la mitad de tal extensión en lotes no ma-
yores de 4 mil y la otra para formar colonias en lotes
de 40, vender cada hectárea irrigada a 400 pesos, 50
la de temporal y 25 la de pastizal a un plazo de 20
años y con un 5% de interés anual.Además importar
50 mil cabezas de ganado para repoblar los terrenos
yfundarunbancoagrícolaehipotecarioconuncapi-
talmínimoexhibidode250milpesos,acambiodela
exención de diversos tipos de impuestos.39
Ampliossectoresdelapoblaciónchihuahuensese
opusieron a la venta del latifundio a los extranjeros.
EnelcongresolocallosdiputadosMarianoIrigoyen,
Carlos T. Pallán y FranciscoAcosta y Plata se opu-
sieron al contrato. Francisco Villa envió una carta a
Obregón donde le comunicaba que el descontento
provocaría hechos de armas.40
Antetalsituacióndeinconformidad,Enríquezacudió
a platicar personalmente con Obregón y Calles. En
defensa del contrato el gobernador planteó la
complicadasituacióneconómicaenqueseencontraba
elestadodespuésdelarevolución.Obregón,quepara
estos momentos quería detener la transacción, le
prometió que recibiría apoyo. Habiendo llegado a
dichoentendimientolosdostratarondedarsolucióna
laformadeterminarconellatifundio.Parafinesde
marzode1922Obregóninstruyóalprocuradorgeneral
delanaciónqueprocedieraaexpropiarellatifundio.41 7
El12deabrilaparecióenelDiarioOficialelacuerdo
presidencial mediante el cual se decretaba la
expropiación.Seaclarabaquenoseríansujetasatal
lastierrasquelosTerrazastuvierancultivadas,nilas
queestuvieranarrendadasodadasenaparcería.
El asuntoTerrazas más que una expropiación fue
una compraventa. El gobierno federal, por medio de
RobertoV.Pesqueira,negocióconlafamiliaTerrazas
el precio.Afinales de junio el comisionado anunció
que el Banco de Préstamos Mexicano compraría
aproximadamente 5.7 millones acres a un precio de
1.25dólarescada uno.Elgobiernose comprometía a
pagartodoslosgastoshechospreviamente,incluyen-
do los de McQuatters.
La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y
Fomento de laAgricultura S.A. compró a la familia
Terrazas todas sus fincas rústicas, a las cuales se les
asignó una superficie de 2 309 866 ha. a un precio de
13.6 millones de pesos. Se incluía en dicho valor no
sólo la superficie territorial, también las construccio-
nes, mejoras, maquinaria, ganado.Asimismo los es-
tudios completos sobre las propiedades y el diagnós-
ticoparasumejoraprovechamientoqueyahabíaefec-
tuado McQuatters con un grupo de ingenieros. Con
respecto al pago, se entregaría a los Terrazas 3.6 mi-
llones de pesos de contado. Para saldar los restantes
10millones,laCajaemitiríabonosdeprimerahipote-
ca sobre las mismas propiedades. Dichos bonos se-
rían amortizables en un plazo fijo de diez años, con
38
LUIS ABOITES AGUILAR. La irrigación revolucionaria. SEP, CIESAS, México, 1987. p. 126.
39
DOMÍNGUEZ, op. cit., p. 34.
40
RUIZ, op. cit., p. 300.
41
DOMÍNGUEZ, op. cit., p. 38.
·
Cuadernos de Investigación No. 4 29
42
AGN, Caja de Préstamos, exp. 138-I.
43
DOMÍNGUEZ, op. cit., p 43.
causa del 5% de interés anual que serían liquidables
porsemestresvencidos.Los3.6millonesdepesosse
pagaríandelasiguienteforma:2porlaCajay1.6por
laSecretaríadeHacienda.Laúltimacantidadsecon-
sideraríacomoabonodelgobiernofederalalacuenta
corrientequellevabaconlaCajayseríaentregadaen
lasiguienteforma:enefectivoporelBancoNacional
y a cuenta de la tesorería general de la nación, un mi-
llóndepesosyseiscertificadosdelatesoreríageneral
por 100 mil pesos pagaderos cada mes. La Caja pa-
garía en valores de la misma 700 mil pesos y lo res-
tante en efectivo.42
Precisarcualerala superficiedelaspropiedades
deLuisTerrazas,mismasqueseordenaronencatorce
unidades,fueunadelasprincipalestareasalaquese
abocólaCaja.Enalgunasdelasfincashabíagrandes
diferencias entre lo que señalaban los títulos y los
planos,(véasecuadro1).
Comovemoslostítuloscuantificabanunasuperfi-
cie total muy por debajo de la que arrojaban los pla-
nos. En la elaboración de la minuta se fijaron 1 966
933ha,perolosplanossumaban2366687.Llamala
atención que para las fincas de El Carmen y San Lo-
renzonosedaningunaextensiónsegúnlostítulos.Para
efectos de la compraventa la Caja propuso que se
tomaran en cuenta las señaladas en los títulos y para
las dos fincas anteriores las marcadas por los planos,
por obvias razones, o sea 2 039 436 ha. Finalmente
se aceptó por ambas partes 2 309 866. La principal
diferenciaentrelasuperficiedelostítulosylosplanos
se ve en las cantidades para la hacienda de Encinillas
de hasta 307 582 ha. Pero aún las hectáreas conveni-
das por ambas partes quedaron por debajo del tama-
ño real, más adelante retomaremos este punto.
Obregónhabíaordenadolacompradellatifundio
Terrazas por la Caja para evitar problemas y posibles
levantamientosarmadosenChihuahua.Nocavilóen
pensar que afectaba intereses de ciudadanos estado-
unidenses cuando buscaba a toda costa el reconoci-
miento diplomático de los Estados Unidos. Este he-
choesunadelastantasmuestrasdelpragmatismode
Obregón. Pero, después de ser adquiridas las pro-
piedades por la Caja ¿Qué se pensaba hacer con el
latifundio?¿Cuáleraelproyectodelgobiernoestatal
y federal? ¿Cuáles eran los planes de la Caja? En
abril de 1922 el general Enríquez declaraba:
La determinación tomada por el señor presi-
dente de la República en el caso de latifundio
Terrazas, ha sido enteramente de acuerdo con
el Ejecutivo de mi cargo, con la circunstancia
de que para llevar a cabo el fraccionamiento
de dicho latifundio, se me dará por acuerdo
delmismoseñorPresidenteunainjerenciaefec-
tiva en la dirección del mismo fraccionamien-
to, para lo cual se pondrán a mi disposición
ingenieros y elementos de la Secretaría de Fo-
mento. En la venta de dichos terrenos, que se
hará a precios cómodos y en fáciles términos
de pago se dará preferencia a los miembros de
la Defensas Sociales, en relación a la eficacia
con que hayan cooperado en las mismas para
la conservación de la paz en el Estado.43
El gobernador estaba decidido a llevar a cabo el
fraccionamientodellatifundioysolucionarenparteel
problema agrario del estado con sus tierras. Como
vimos su proyecto era crear una clase de pequeños y
medianospropietariosestilofarmers.Lascláusulasdel
cancelado contrato con McQuatters muestra los pla-
nes que antes había concebido para el latifundio: co-
lonias agrícolas para aparceros y peones con lotes de
40 ha y terrenos de hasta 4 mil ha para la clase media
comoarrendatariosyvaquerosylaantiguaburguesía
ylaemergentedelarevoluciónmexicana.
En mayo de 1922 el congreso del estado de
Chihuahua aprobó la Ley Agraria que el mismo
Enríquez había elaborado. Entre sus principales dis-
posicionesestabalarelativaallímitedelapropiedad.
Cualquier persona o sociedad legal no podía poseer
más de 40 mil hectáreas de pastizal. Todos los lati-
fundiosqueexcedieranesaextensióndebíanfraccio-
nar sus propiedades y ponerlas a la venta. Como pla-
zo para acatar lo anterior se daban seis meses.Apar-
tir de entonces la Caja se vio sometida a una gran
Cuadernos de Investigación No. 430
44
AGN, Ramo presidentes, exp. 552-14/128, octubre 30 de 1930. Citado en José Rivera Castro, “Notas acerca de la cuestión agraria en
Chihuahua, 1917-1940”, en: A. Tortolero, (coord.), Estudios históricos I. Col. Textos y contextos, No. 15, UAM-I, México, 1993. pp.
211-212.
45
Como se vió anteriormente, en 1927 la Caja había sido afectada con 96 474 ha, en tres años sólo había perdido 2 563 por restitución o
dotación de ejidos.
presión por el gobernador para llevar a cabo el frac-
cionamientoyenajenacióndeloslotesaparticulares
ycolonos.
A pesar de que los directivos de la Caja recono-
cían queelobjetivodelacompradellatifundiohabía
sido precisamente para fraccionarlo y ponerlo a la
venta, en todo momento se opondrían a la desinte-
gracióndelaspropiedades.Tresformasdedesmem-
bramientosepresentabanenelhorizonte:a).-laventa
de lotes grandes a particulares, b).- a aparceros y
peones para crear colonias, estas dos según las dis-
posiciones de la LeyAgraria de Enríquez, y c).- la
afectaciónvíadotaciónyrestitucióndeejidos.
Decualquierformaelfraccionamientodellatifun-
dio se llevó a cabo. El mismo gobierno del estado
colaboróconingenieros.Perolaventadelotesnose
realizaba. En diciembre de 1922 cuando se vencie-
ronlosseismesesquelaLeyAgrariafijabaparaque
seefectuaraelproyectodelfraccionamiento,Enríquez
objetó a la Caja por no haber realizado aún el pro-
yecto de fraccionamiento.También los acusó de ser
losculpablesdequenoseaplicaralaLey Agrariaya
quealnofraccionarseelprincipallatifundiodelesta-
do, no podía exigir a nadie que lo hiciera con el pro-
pio.
La Caja alegó que no se había concretado el tras-
lado del dominio de las propiedades. Sin embargo,
se le dijo a Enríquez que a los aparceros y peones
dellatifundioselesdaríanlastierrasbajocontratode
aparcería, mientras se resolvía la situación. No obs-
tante la Caja ofertaba los pastos del latifundio a ga-
naderos de Estados Unidos, ya que ante la perdida
de los pastos enTexas y Nuevo México buscaban la
forma de hacer que el ganado sobreviviera. Se pen-
saba arrendar hasta 1 millón de ha para más de 100
mil cabezas de ganado.
En 1924 Enríquez terminó su periodo como go-
bernadoryconellotambiénseacabóunadelasame-
nazas para la Caja. Sin embargo, partidarios de las
colonias y del ejido pugnaban por el reparto de tie-
rras del latifundio. Pero sobre todo la antigua oligar-
quía y la surgida de la revolución querían tierras.A
pesar de todo el proceso de enajenación de las tie-
rras de la Caja, por cualquier régimen de propiedad,
fuedemasiadolento.
Panorama de la desintegración del
latifundio Terrazas para 1930
Laprimerrelacióncompletadelprocesodeenajena-
cióndelastierrasdellatifundioTerrazasserealizóen
1930. En un documento titulado “Informe sobre el
estado actual de las propiedades que constituyen el
exlatifundiodeTerrazas,terrenospertenecientesala
Caja de Préstamos para obras de Irrigación y Fo-
mentodelaAgricultura”44
se detalla el proceso de su
desintegración.
Lasuperficietotaldellatifundioseincrementacon
muchoenrelaciónalasuperficiequelaCajacompró
a los Terrazas, de 2 309 866 ha. En el documento la
extensión del latifundio aparece con 2 679 954. En
estaocasiónladiferencialamarcalasuperficieterri-
torial de la hacienda de San Miguel de Babícora. Pa-
rece ser que a final de cuentas la cantidad acordada
en la compra de dicha hacienda fue de 21 067 ha, no
las 24 926 que se fijaron en 1922, según los planos,
(véase el cuadro 1), sin embargo medía 339 085 ha.
El proceso de desintegración del latifundio en 1930
se daba como sigue: la Caja había perdido 184 03745
ha del latifundio por concepto de dotación y restitu-
ción de ejidos (7%); 322 679 se habían vendido vía
colonias (12%); y 529 974 a particulares (20%). La
Caja seguía en posesión de 1 643 264 ha (61%),46
Cuadernos de Investigación No. 4 31
En el informe también se hace una descripción de
cada una de las 14 unidades en que fueron divididas
las propiedades de Luis Terrazas. Se localizaban en
los distritos de Guerrero, Galeana, Bravos, Morelos
yJiménez.Lasfincassedetallabancomosigue:
Hacienda San Miguel de Babícora: Se ubicaba en
los distritos de Guerrero y Galeana. Tres cordilleras
cruzan de sudeste a noroeste las tierras de lo que fue
esta hacienda. Los recursos hídricos del río San Mi-
gueloPalanganas,OjosAzules,losojosdeLaCatarina
y la Madera eran aprovechados. Los principales nú-
cleos de población se localizaban a lo largo del río
San Miguel: Peñitas (40 habitantes), Tres Castillos
(123), Zaragoza (901) y San Miguel Babícora (222).
Losprincipalescultivoseranelmaíz,laavena,lapapa
yseaprovechabanlosrecursosmaderables.Teníaim-
portantes vías de comunicación ya que existieron en
la finca hasta ocho estaciones de ferrocarril, además
de caminos carreteros a Casas Grandes, San Buena-
ventura y Madera.47
Hacienda San Diego: Se localizaba en el distrito
Galeana. El río Palanganas cruza de sudoeste a no-
reste lo que fue esta finca. El río PiedrasVerdes toca-
ba el lindero norte. Las dos corrientes forman el río
Casas Grandes.Al igual que la hacienda San Miguel
de Babícora era atravesada por el Ferrocarril No-
roeste de México. Los poblados eran estación
Pearson, colonia San Diego y colonia Cuauhtémoc.
Losprincipalescultivoseraneltrigo,elmaízylashor-
talizas.
Hacienda de Tapiecitas: Se situaba en el distrito
Galeana.Dadoqueselocalizabaenlasestribaciones
de la Sierra Madre Occidental tenía recursos
maderablesdepinoyencino.ElarroyodeTapiecitas
yeldelaTinajalasurtíandeagua.Tambiéneracruzada
porelFerrocarrilNoroeste.
HaciendadeSanLuisoLaNariz:Seubicabaenel
distritoGaleana.Doscordillerascorrendesuranorte
(véase el cuadro 2).
46
DOMÍNGUEZ, op . cit., p. 152. Cantidades formadas con los datos del informe de 1930.
47
RIVERA, op. cit., pp. 212-219.
a ambos lados de lo que fue esta propiedad, forman-
do un extenso valle. El río Santa María la cruzaba en
toda su longitud hasta desembocar en la laguna de
Santa María, ubicado en la misma propiedad. En el
casco de la hacienda se encuentra también el Ojo de
los Ruiz. Los principales núcleos de población se
situabanenlarancheríaelApache,coloniaSanLuisy
en Progreso. La finca se comunicaba con el Ferroca-
rril Central Mexicano y Noroeste de México: Villa
Ahumada y Casas Grandes eran las estaciones de fe-
rrocarrilmáspróximasa90y75kilómetrosrespecti-
vamente.
Haciendas El Carmen y San Lorenzo: Cruzan las
tierras de lo que fueron estas haciendas los ríos El
Carmen y San Lorenzo, donde se podía disponer de
tierras de riego, medio riego y riego de auxilio. Los
núcleos de población se situaban en las colonias San
Isidro, San Lorenzo, EL Carmen e Ignacio C.
Enríquez. En los cuatro poblados vivían 280 jefes de
familia. Se cultivaban el trigo, el maíz, la alfalfa y las
hortalizas.
HaciendasdeEncinillasyElTorreón:Selocaliza-
ban en los distritos Bravos y Morelos. Había dos ti-
pos de riego: medio riego en las colonias Ocampo,
SacramentoyElSauzyriegodeauxiliotambiénenEl
Sauz y Nueva Unión. Los principales núcleos de po-
blaciónsesituabanlascolonias:Ocampo,Sacramen-
to, Cuauhtémoc, Hidalgo, El Sauz, Nuevas Delicias,
Santa Cruz del Peñol, Ceres, Nueva Unión y El Pa-
palote.ElFerrocarrilCentralmexicanoatravesabade
sur a norte las dos haciendas y había catorce estacio-
nes: Corral, Molinar, Terrazas, El Sauz, Piñale,
Encinillas, Agua Nueva, Laguna, Arados, Mocho,
Loaeza,Gallego,SuecoyAlsacia.Lashaciendastam-
bién eran cruzadas por la carretera que comunica la
ciudadde Chihuahua conJuárez.
HaciendadeAguaNueva:Selocalizabaenlosdis-
tritos Bravos y Morelos. Colindaba al norte con la
testamentaría de Pablo Martínez del Río, al sur con
Cuadernos de Investigación No. 432
las haciendas de Encinillas y Hormigas y al poniente
con Encinillas. Fue recuperada en su totalidad por la
sucesiónTerrazas.
Hacienda de Hormigas: Se situaba en los distritos
Bravos y Morelos. La cruzaban tres cordilleras: la
oriental,lacentralylaoccidental.Laparteorientalde
la finca era atravesada por el Ferrocarril Kansas City
MéxicoyOriente.Elcascodelahaciendaquedóuni-
do por el camino carretero que une Chihuahua con
Ojinaga.
Hacienda de San Pedro, Las Carboneras y La
Cantera:SelocalizabaneneldistritoMorelos,alnor-
te de la ciudad de Chihuahua. Para 1930 la Caja se-
guía en posesión de las 24 926 ha que constituían es-
tas fincas. San Pedro tenía 18 116, Las Carboneras 4
972 y La Cantera 1838.
HaciendadeÁvalosyanexas:Sesituabaeneldis-
tritoMorelosmuypróximoalaciudaddeChihuahua.
SustierrasfueronafectadasporlospobladosdeRan-
cheríaJuárezySantaEulalia.Teníacomunicaciónpor
el Ferrocarril Central y carreteros a Chihuahua.
HaciendadeSanFelipeyanexas:Selocalizabaen
el distrito Jiménez, al sur del estado. Junto con San
Isidro y San Ignacio eran las únicas haciendas que
estabanseparadasdelagranunidadterritorialquelos
Terrazas poseyeron en el norte del estado. Los nú-
cleos de población eran San Felipe en el antiguo cas-
co de la hacienda y el rancho de San Luis. El Ferro-
carril Central Mexicanopasabaaochokilómetrosde
lahacienda.
HaciendadeSanIsidroySanIgnacio:Laprimera
se ubicaba en el distrito Jiménez, Chihuahua y la
segundaenelnortedeDurango,limítrofeconChihua-
hua.48
Para1930 lasdoshaciendassehabíanvendido
ensutotalidadaparticulares.
Panorama de la desintegración del
latifundio Terrazas para 1935
En cinco años las tierras vendidas a particulares se
habían prácticamente duplicado. De tener 529 974
ha. (20%), habían pasado a 1 028 394 (40%). Se
les habían enajenado 498 420 ha y ahora en conjun-
to poseían más tierras del latifundio que la caja. La
dueña había pasado de poseer 1 643 264 ha (61%)
a 780 597 (31%). En esos cinco años había vendi-
do un total de 705 764 ha. como sigue: a particula-
res las ya mencionadas; a los colonos 207 344 que
también habían casi duplicado el número de hectá-
reas en su posesión, habían pasado de tener 322 679
(12%) a 530 023 (21%); con afectaciones ejidales
la Caja había perdido en esos cinco años una raquí-
tica cantidad de 13 483 ha. número insignificante,
por lo que sólo había aumentado un punto porcen-
tual ( 8%), (compárese los cuadros 2 y 3).49
ComopodemosverlaCajahabíarealizadogran-
des ventas a particulares y colonos.50
Analizare-
mos a continuación el proceso de enajenación de
cada una de las 14 unidades para 1935.
HaciendadeSanMigueldeBabícora:Loquere-
salta es la cantidad de tierras entregadas vía ejido.
En un total de 334 376 ha, 91 114 pertenecían al
regimen ejidal, mientras la Caja poseía 150 780 ha.
Sinembargo,talcantidaddetierrasenregimenejidal
obedece al proyecto de la Caja para trasladar a to-
dos los solicitantes de ejidos ubicados en el latifun-
dioTerrazas, proyecto que fracasó en consecuencia
el poblado de Ignacio Zaragoza se quedó con toda
la zona ejidal, (véase el cuadro 4).
Hacienda de San Diego: Parece contrastante que
siendo una de las haciendas más pequeñas con 53
159 ha. fuera después de la Hacienda de San Luis o
La Nariz, pero sólo con 95 ha, en la que más tierras
estabanenposesióndeejidatarios25662ha.(48%),
lo anterior sin tomar en cuenta la situación en San
Miguel de Babícora. En San Diego no se habían
creado colonias ni se habían vendido tierras a parti-
·
48
Ibid.
49
Todos los cuadros relativos al estado de la propiedad del latifundio Terrazas para 1935, fueron formados en base a la información
encontrada en el expediente señalado en el Archivo Histórico del Registro Agrario Nacional, 23: 15065, Expedientillo, ff. 8-11.
50
Ibid.
Cuadernos de Investigación No. 4 33
culares.ElrestopermanecíaenpoderdelaCaja(véase
el cuadro 5).
Hacienda deTapiecitas:Tomando en cuenta sólo
lashaciendasquelaCajahabíavendidocomounida-
des completas (Agua Nueva, San Isidro y San Igna-
cio), en Tapiecitas junto con San Lorenzo y El To-
rreón, la Caja no poseía ya terrenos. Del total 75 811
ha. los particulares tenían mayor cantidad de hectá-
reas con 33 558 (44%), (véase el cuadro 6).
Hacienda de San Luis o La Nariz: En compara-
ciónconlashaciendasgrandesdellatifundio,SanLuis,
con un total de 312 774 ha, era en la que menos tie-
rrassehabíanenajenadoaparticularesconsólo5mil
ha(2%).LaCajaseguíaenposesióndeenormescan-
tidades de terreno con 210 210 ha (67%), (véase el
cuadro 7).
Hacienda El Carmen: La baja cantidad de tierras
víaejidoenellatifundioesunaconstanteentodaslas
fincas, en los casos en los que había. En El Carmen,
con una superficie de 289 753 ha, sólo 11 288 (4%),
estaban ocupadas por ejidos. Las tierras en posesión
de colonos, particulares y la Caja luce un tanto equi-
librado. Las colonias dominaban 87 444 ha (30% el
porcentaje más alto en relación a las demás fincas),
(véase el cuadro 8).
San Lorenzo: Junto con Tapiecitas y El Torreón
eran las únicas fincas, no enajenadas en su conjunto,
donde la Caja no poseía tierras. Las 96 067 ha pasa-
ron a ser propiedad privada, se vendieron principal-
mente a particulares que tenían el 88% (véase el cua-
dro 9).
HaciendadeEncinillas:Essorprendentequeenla
finca más extensa del conjunto de haciendas del lati-
fundio con 535 685 ha no se hubiera creado para
1935unsóloejido.Habíantranscurridoyatreceaños
desde que la Caja había adquirido las propiedades y
20 desde que se promulgó la ley de dotación y resti-
tución de ejidos de 1915. En esta finca los particula-
res ocupaban la mayor cantidad de tierras en número
de hectáreas y en porcentaje con 365 426 y 68%
respectivamente. En Encinillas las colonias tenían la
mayorcantidaddehectáreasenrelaciónconlasotras
fincas. La Caja sólo detentaba el 8% (véase el cua-
dro 10)
Hacienda El Torreón: Todas las tierras se habían
destinado para la creación de colonias, siendo la úni-
ca finca donde se cumple esta condición para 1935
(véase el cuadro 11).
HaciendadeHormigas:EnestafincacomoenSan
Luis, San Miguel de Babícora la Caja poseía más de
200 mil ha (249 454 ha, el 61%). Para ser precisos
era dueña en estas tres fincas de 610 444 ha, el 78%
de las tierras que todavía poseía del latifundio (véase
el cuadro 12).
FinalmentetenemosalasfincasdeSanPedro,Car-
boneras, la Cantera yAvalos, todas enclavadas en el
municipio de Chihuahua y muy cercanos a la capital
delmismonombre.Segúnelinformedelaspropieda-
des de 1930, enAvalos, quedaban en posesión de la
Caja 7 mil ha y para 1935 sólo 1607 (véase los cua-
dros 13 y 14). La hacienda de SanFelipe parece ser
que fue vendida ensutotalidadvía colonias
Uno de los aspectos que resalta es la extensión
total de cada finca. Las cantidades de la superficie de
cada una, según el informe de 1930, basada en los
planos, son iguales a las elaboradas por la Caja en
1922 (véase el cuadro 1), al efectuarse la compra.
Sólohayunapequeñadiferenciaenlaextensióndela
hacienda de San Felipe que no rebasaba las mil ha
(en las relaciones de 1922 y 1930, según los planos,
esta hacienda tenía 14 101 ha y 13 208 respectiva-
mente) y por supuesto el del caso de San Miguel de
Babícora ya comentado. Pero al observar los cua-
dros del estado de la propiedad de las 14 unidades
para 1935 vemos que hay variaciones importantes.
La principal es la de Encinillas con una diferencia de
hasta 158 131 ha. menos según la relación de 1922
(véase loscuadros1y10).Asimismolasextensiones
para El Carmen y Hormigas son menores en el orden
de entre las 30 a 40 mil ha (véase los cuadros 1, 8 y
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Procesos agrarios en Chihuahua y la desintegración del latifundio Terrazas

  • 1. ALONSODOMINGUEZRASCÓN Procesos Agrarios en Chihuahua 4 CUADERNOS DE INVESTIGACIÓN Director: Dizán Vázquez Publicados por la Unidad de Estudios Históricos y Sociales - Extensión Chihuahua Instituto de Ciencias Sociales y Administración Universidad Autónoma de Ciudad Juárez Chihuahua, Mayo de 2004.
  • 2. INSTITUTODECIENCIASSOCIALESYADMINISTRACIÓN(ICSA) UNIDADDEESTUDIOSHISTÓRICOSYSOCIALES–EXTENSIÓNCHIHUAHUA Cuadernos de Investigación DIRECTORIO FelipeFornelliLafón Rector JorgeQuintanaSilveyra Director del ICSA JavierSánchezCarlos Jefe del Departamento de Ciencias Sociales DizánVázquezLoya Coordinador de la UEHS Unidad de Estudios Históricos y Sociales – Extensión Chihuahua Álvarez deArcila No. 2107, Colonia San Felipe 31240 Chihuahua, Chih., México Teléfono (614) 4 14 50 23 Correo electrónico: uacj2003@prodigy.net.mx
  • 3. CONTENIDO INTRODUCCION ............................................................................................. 5 I. PROCESOS AGRARIOS EN CHIHUAHUA ............. ............................. 7 II. REVISIONISTAS VS. AGRARIO-POPULISTAS Y AGRARISMO REVOLUCIONARIO EN CHIHUAHUA........................................................17 III.LA DESINTEGRACION DEL LATIFUNDIO TERRAZAS...................... 27 IV.EL REPOBLAMIENTO GANADERO DEL LATIFUNDIO TERRAZAS ..37 CUADROS................................................................................................... 45 BIBLIOGRAFIA BASICA............................................................................ 57
  • 4.
  • 5. INTRODUCCIÓN El trabajo que a continuación se presenta contiene avances de trabajo relativos a los procesos rurales que se dieron en el estado de Chihuahua.Apartir de la reforma agraria, iniciada por el Estado de la posrevolución, seproblemátizaacercadelaspeculiaridadesque tuvieronlugarenelrepartode tierras.Sobre todose preten- de poner sobre la reflexionar las ambigüedades y contradicciones de la puesta en marcha de un proceso de reparto de tierras, pero que se trata de frenar a toda costa. La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de laAgricultura adquirió, en un movimiento político, el latifundio de LuisTerrazas convirtiéndose así en la terrateniente más grande en el país. La Caja logró evitar por mucho tiempo las mas de 2 millones de hectáreas, lo cual nos lleva a cuestionarnos sobre el carácter y dirección del programa agrario del estado y del papel del campesinado. Nosepretendegranprofundidadydarrespuestas,sinomásbienexponerunaseriedeproblemashistoriográficos quenecesitansertrabajados.Empezandoporlasincongruenciasdellentísimoprocesodedesintegracióndel latifundioTerrazasylafaltadepresiónrealcampesina para surepartoenelmarcode unterritoriorevolucio- nario y el inicio de la implementación de la reforma agraria por el Estado. El tema de la tierra, que en la actualidad se encuentra en gran abandono, es una línea de investigación que reúne varios actores, entre los más sobresalientes el terrateniente, el campesinado y el mismo estado. El primer capítulo es un somero paso por los aspectos agrarios del régimen de la revolución. El segundo capítulo presenta el debate que se ha dado entre los que ven en la revolución un origen y desarrollo popular yentrelosquerebatenestaideatratandodemostrar,enlaversiónmásextrema,quefueburguesa,loanterior lo contextualizamos en Chihuahua en relación a la lucha concreta por la tierra. El tercer capítulo muestra el tardado proceso de enajenación del latifundioTerrazas, las fuerzas sociales que se encontraban en pugna, el regresodelafamiliaterrazascomograndesterratenientesyelsurgimientodeunanuevaoligarquíaterratenien- tesurgidadelaRevolución.Enelcuartocapítulose danindiciosde lasactividadesespeculativasque realizó la Caja con las tierras y el ganado que adquirió, tratando de eliminar todo obstáculo como al propio campe- sinado. El trabajo es acompañado de una serie de cuadros que tratan de sintetizar y de hacer más comprensible y llevadero el desarrollo de la exposición, que pudiera resultar ser lo contrario, el lector podrá evaluar. EnlaconclusióndeesteCuadernoagradezcoalasautoridadesdenuestraUniversidad:DoctorFelipeFornelli, rector, Licenciado Jorge Quintana, director del Instituto de Ciencias Sociales yAdministración, maestro Javier Sánchez, jefe del Departamento de Ciencias Sociales, Presbítero Dizán Vázquez, coordinador de la UnidaddeEstudiosHistóricosySociales–Chihuahua,aReginaNavarroDückerpordarleformatoyatodas las personas que de una forma u otra colaboraron para su realización. ALONSO DOMÍNGUEZ RASCON MAYO 2004
  • 6.
  • 7. Cuadernos de Investigación No. 4 7 La política conservadora del máximo jefe constitucionalista,VenustianoCarranza,leatrajolafalta de apoyo por los sectores sociales que esperaban reformas sociales profundas. En 1913 cuando lanzó el Plan de Guadalupe, no incluyó una propuesta para solucionar los problemas agrarios. Los objetivos es- tabanenfocadosalosasuntospolíticos.Alredactarse la ley del 6 de enero de 1915 parecía que Carranza entendía más el problema del campo. La entrada de losejércitoscampesinosdeVillayZapataalaciudad de México en 1914 provocó que planteara algunas reformas. Sin embargo, Carranza no logró comprender en todasumagnitudlanecesidaddedesmovilizarlasfuer- zas sociales activadas en torno al problema agrario. La ley del 6 de enero de 1915, elevada a rango cons- titucional en 1917, estaba enfocada a restituir a los pueblos las tierras que les habían sido despojadas. Másnocontemplabalamodificacióndelaestructura agraria todavía porfiriana.ACarranza le parecía una locura repartir las tierras por eso, aun en cuestión de restituciones,semanejomuyconservadoramente. El plan de Agua Prieta lanzado en 1920 agrupó fuerzasruralesinconformesporlapolíticadesarrolla- da por Carranza, las cuales llevaron rápidamente a Obregónalasillapresidencial.Elpoderdelasmasas campesinas le dejaron más en claro a Obregón que debía desarrollar una política que tomara en cuenta a los sectores rurales.Adiferencia de Carranza supo visualizar que necesitaba de estas si quería permane- cer en el poder. La experiencia revolucionaria de 10 años había acentuado la conciencia agraria en las masas rurales. Su participación en la revolución tenía su costo y era Procesos agrarios en Chihuahua laadquisicióndemejorescondicionesdevidayjusti- cia social traducidos, en parte, en tierra para poder trabajar.La alianza entre dirigentesycampesinos es- tablecióuncompromisosocialenlostérminosexpues- tos,elcualsehizomásfuerteconelencumbramiento al poder de Obregón. Alasumir ObregónelPoderEjecutivoen1920se enfrentó a la enorme tarea de consolidar un nuevo Estado. La revolución había creado nuevos plantea- mientos en cuanto a los problemas económicos, po- líticos y sociales del país. Nació una nueva cultura política,larelaciónentrelasclasessocialesruralesse transformó, surgieron nuevos grupos de poder. Para 1920laestructuraagrariadelporfiriato,enChihuahua, estaba prácticamente intacta, parece ser que sólo los latifundistasnorteamericanoshabíanadquiridomástie- rras, sintiéndose seguros de no perderlas por la pro- tección diplomática que su país les brindaba. En el periodo de gobierno de Obregón se retomó laideadecimonónicadelaescasezdepoblaciónenel país y por lo tanto la necesidad de traer colonos ex- tranjeros.1 La colonización tomó visos de un gran pro- yecto federal auspiciado por el mismo presidente. Dichoproyectosesituóenlaórbitadeloslineamientos de reconstrucción económica del país bajo las direc- trices del capitalismo que Obregón asumió. La pro- mocióndelallegadadeextranjerosteníamásquever con la atracción de capitales y hombres industriosos, capaces, trabajadores y productores rurales eficien- tes, virtudes de las cuales pensaba estaban ausentes en el campesinado de México. De esta premisa parte su programa de colonización como la menonita y la recolonizaciónmormonaenChihuahuaylacampaña de repatriación de mexicanos residentes en Estados 1 LUIS ABOITES AGUILAR. Norte precario, poblamiento y colonización en México (1760-1940). El Colegio de México / CIESAS, México, 1995.
  • 8. Cuadernos de Investigación No. 48 Unidos. La idea de la escasez de población también presuponía la de ausencia de demanda agraria. Bajo estaperspectivasellegóamencionarquenohabíaen el país problema agrario. Los latifundistas de Chihuahua esgrimían esta tesis en contra de los agraristas diciendo que en este estado sobraban tie- rras y lo único que faltaba eran brazos que quisieran trabajarlas. La respuesta antagónica la dio el propio gobernador del estado, Ignacio C. Enríquez, quien afirmóquesolodeseabanbrazosquecultivaranlatie- rra pero en provecho de sus propietarios y expresaba públicayabiertamentesuenojoantelallegadadelos menonitas,sinantessatisfacerlasnecesidadesde tie- rras de los mexicanos.2 Junto con esta postura generada después de la re- volución se traslapan conclusiones relativamente re- cientes de la historiografía que parecieran confirmar, en otros aspectos, las ideas conservadoras de la ca- rencia de demanda agraria. Entre estas conclusiones tenemosaquellaqueargumentalafaltadearraigopor latierradelasociedadruralchihuahuense.Estainter- pretación surgió a partir del énfasis que se le ha dado aldinamismodeestoshombresconrelaciónalaabun- dante oferta de trabajo en el mismo estado y en los Estados Unidos.Acontribuido a lo mismo la compa- ración entre el zapatismo y el villismo con relación a las propuestas y planes relativos al reparto de tierras. Esto tiene que ver con la aparición tardía de postula- dosrelativosalastierrasporpartedelvillismo,loque hadadoapensarenél,enelmejordeloscasos,como un movimiento carente de ideología agraria y en el peorcomosimplementesalvaje.3 Todo esto conlleva apresuponerqueenChihuahualoshombresdelcam- ponoseunenalarevolucióncompulsadosporelpro- blema agrario, sino por otros factores. Sin embargo, la demanda agraria en el estado en el propio periodo obregonista se contrapone a estas conclusiones. Lasafirmacionesconservadorasquepresuponíala ausencia de población en el norte, son desmentidas por la gran cantidad de expedientes agrarios instauradosenlaComisiónLocalAgraria.Lademan- da agraria es producto de la convergencia de diver- sas tradiciones de lucha por la tierra, cuando menos se pueden ver dos claramente definidas: la indiana y aquellaprovenientedelasantiguascoloniasmilitares colonialesylasdecimonónicas,víctimasdeldespojo de sus tierras ante el avance de las haciendas, que reclamaban la recuperación del ejido. La presencia deestasdostradicionesseexpresaymaterializaenla gran cantidad de demandas y solicitudes agrarias en el periodo presidencial de Obregón. La idea de la escasez de población era una postu- ra conservadora para tratar de restar fuerza al agrarismo. En otras ocasiones Obregón reconoció la existencia del problema agrario bajo otras perspecti- vas como aquella, según sus propias declaraciones, que afirmaba que dicho problema era un asunto de productividad y escasez de trabajo. La existencia de latifundiosimproductivosycomoconsecuencialafal- ta de fuentes de trabajo eran los factores por los cua- les los núcleos rurales demandaban tierras. El pro- yecto de Obregón para el campo consistía en su mo- dernización capitalista; la creación y promoción del agricultorcapitalista,engranescala,constituía“elver- dadero programa agrario de la Revolución.”4 En su concepción modernizadora pugnó por la conserva- ción de la propiedad privada como principio funda- mentaldelaestructuracióncapitalistadelasociedad. El actuar de los sonorenses está marcado por el pragmatismo,cuyofineralaconservacióndelpoder. Empeñados en la consolidación del régimen, uno de loselementosesencialesparaestefinfuelarecupera- cióneconómica,comoconsecuenciavieronenlauni- dad productiva porfiriana, la hacienda, el medio in- mediato y adecuado para lograrlo. La visión de los sonorenses sobre el campesinado 2 ALONSO DOMÍNGUEZ RASCÓN. La política agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940. 3 JOHN WOMACK. Zapata y la revolución mexicana. SEP, México, 1985. 4 ARNALDO CÓRDOVA. La ideología de la revolución. Era, México, 1992.
  • 9. Cuadernos de Investigación No. 4 9 era la de un sector social no apto para hacer producir el campo y las diferencias de clase producto de un orden natural. Por eso en la medida de las posibilida- des trataron de evitar el reparto agrario. La entrega de ejidos se dio cuando la presión campesina y los acontecimientos políticos no dejaron otra salida. El reparto agrario, en las ocasiones que se efectúo, giró entorno a la imperiosa necesidad de la conservación del poder y consolidación del nuevo régimen. Para los sonorenses el ejido tenía la función primordial de controlar a las masas rurales. Aunquelossonorensesrechazabanelrepartoagra- rio y la organización agrarista, impedidos para poder deshacerse del compromiso social de la revolución de reparto de tierras y, en su gran pragmatismo, lo institucionalizaron. El desarrollo independiente del movimientoagraristaeravistocomoungravepeligro, por eso había que meterlo por los conductos oficia- les. Toda demanda social debía canalizarse a través delasnacientesinstitucionesdegobierno,nadadebía desarrollarse en forma independiente. Era la idea de un aparato de Estado omnipresente en todas las di- mensionesdelavidapolítica,económicaysocialdel país.Al no poder detener el agrarismo se le impulsó con el objeto de meterlo por los conductos de go- bierno y así controlarlo. Surgía así el Estado paternalista,justicialista,corporativistayconunnue- vo tipo de centralismo. Estas son las bases de la pro- puesta de modelo cultural para la sociedad rural que pusieron en marcha los sonorenses. A pesar delantiagrarismodeObregónyde Calles fueprecisamenteenlaépocadelperiodopresidencial obregonista cuando se sentaron las bases del papel que debía jugar el Estado en torno a la problemática agraria,laorganizaciónagrarista, laorganizaciónso- cial rural y las relaciones Estado sectores rurales. En suma se crearon los soportes sociales, políticos, eco- nómicos y jurídicos que crearon un nuevo modelo cultural para la sociedad del campo. La legislación del periodo refleja con más exacti- tud el proyecto rural que puso en marcha el régimen de la revolución. La Ley deTierras Ociosas de 1920, decretada en el interinato deAdolfo de la Huerta, se utilizócontraloslatifundistasqueamenazaronconuna huelga de producción agrícola nacional sí la política agraria se radicalizaba. La Ley de Ejidos de 1920 es la respuesta y pago de Obregón a los sectores cam- pesinos que lo llevaron al poder. Es la etapa agraria radical del obregonismo que tomaba forma a través deAntonioVillarreal,titularde la Secretaría deAgri- culturaylaComisiónNacionalAgrariay,AntonioDíaz Soto y Gama, líder del Partido NacionalAgrarista. Sinembargo,elconservadurismoagrariodeObregón iniciaconelReglamentoAgrariode1922quesustitu- yó la Ley de Ejidos, lo cual, de paso, le devino en un granconflictoconelradicalagraristaAntonioVillarreal. Dichoreglamentolesdioaloslatifundistaslaposibili- dad de defenderse y definió a los núcleos agrarios conreconocimientopolíticooadministrativocomosu- jetos a ser dotados, excluyendo a una infinidad de sectoresagrariossinreconocimientoyestatus.Cuan- do ya se veía venir la rebelión deAdolfo de la Huerta y tres quintas partes del ejército se expidió el decreto sobreelAprovechamientodelasTierrasBaldíasyNa- cionales en 1923, para asegurarse el apoyo campesino. La recuperación económica Lacomplicaciónentrerecuperacióneconómicaycom- promisosocialdelarevoluciónestribabaenquesise repartíanlastierrasydestruíanloslatifundios,elpro- ceso de recuperación económico tendría que cargar- se sobre los núcleos agrarios. Por otra parte Obregón no confiaba en las posibilidades de un despegue im- portante en la agricultura por medio de ellos. La gran diferenciaentrelosnúcleosagrariosylaoligarquíarural era que los segundos poseían el capital y por ello se lesconsiderabacomolosúnicosquepodíanactivarla producción con formas de explotación modernas. Obregón sostuvo a la hacienda como principal uni- dad productiva en el medio rural. Para dar respuesta al compromiso social de la re-
  • 10. Cuadernos de Investigación No. 410 volución, en el estado de Chihuahua, sin afectar en gran medida a la hacienda, inició una incipiente pero firmedevolucióndetierrasalospueblos. Larestituciónodotaciónaestospueblossignificó, enparte,desmantelarlasfuerzasagrariasyganarapo- yo para el nuevo régimen. Por otra parte los peque- ñosnúcleosagrariosformadosporpeones,aparceros oagricultoresquetrabajabanlatierrasinestatuslegal alguno quedaban sin ser dotados. La propia legisla- ción agraria obregonista excluía a los peones acasilladoscomosujetosarecibirdotacióndetierras. El objetivo era no destruir a las haciendas y propor- cionarles mano de obra. Chihuahuafuedelosestadosnorteñosquerecibió mayor atención de Obregón en cuanto a dotar a los pueblos, su temor era que el villismo reviviera. En el propio estado se le dio prioridad a las zonas que re- sultaron ser más combativas durante el proceso ar- mado como el Distrito de Guerrero. Pero, el costo sería la sujeción política de los ejidatarios al Estado. La dotación a los pueblos y la conservación de la hacienda, en lo mayor posible, fue producto de la emergenciapolítica,socialyeconómicadelmomen- to, más que de un proyecto propio. Obregón desea- ba crear una clase de media de pequeños propieta- rios al estilo farmer con técnicasy tecnología de pro- ducción de punta. La modernidad y progreso impli- caba el crear políticas que favorecieran el desarrollo de las relaciones capitalistas. Obregón veía en este punto la recuperación y despegue económico de la nación y a su vez de la consolidación del Estado nacional. Obregón confiaba en el establecimiento de la pe- queña propiedad. Esta se daría conforme las formas deproducciónenelcamposetransformaranporotras más eficientes. Los pequeños propietarios serían el modelo a seguir por los latifundistas y comunidades. Enesteproyectoelparadigmaprincipalloestablece- rían los colonos extranjeros. El presidente siguió la líneaporfirianadetratardecolonizartierrasmexicanas, principalmente del norte, con ellos. El resultado de estapolíticaenChihuahuafuelacolonizacióndellati- fundio Zuloaga con menonitas. Parece ser que esta tendencia de traer colonos de fuera del país se supri- mió después de 1924 por la fuerte oposición que re- cibióelnuevorégimen.Comoenelporfiriatotalpos- tura traía consigo su carga de racismo hacia el cam- pesinomexicano. Los latifundios de extranjeros En el estado de Chihuahua se habían creando gran- des y numerosos latifundios de extranjeros como la Palomas Land and Cattle Co., la hacienda de San JosédeBabícoradeWilliamRandolpHeartz,laCargill Lumber Co. entre otras.Además había grandes inte- reseseinversionessuspendidosentornoalaindustria minera. Desde un principio el reparto de tierras pare- ció a los estadounidenses doctrina bolchevique y en ocasionessolicitaronasugobiernolaintervenciónar- mada. Sobre todo cuando se instauraron en la Comi- siónLocalAgrariaexpedientesdedotaciónapueblos que podrían afectar sus propiedades. Heartz, dueño de una cadena de periódicos en los Estados Unidos, lanzó agres ataques en contra de Obregón. El pueblo de Madera había solicitado tierras en dotación desde 1917 y una de las propiedades a afectar era la ha- cienda de San José de Babícora. EnunprincipioObregónsemostródecididoaafec- tar estos latifundios, y aún más, para acabar con el problema de inmediato resolvió expropiar a algunos de ellos como la Palomas y la Cargill. Pero en los momentos más tensos de la relación con Estados Unidosresolvióaplazartalesmedidas.La afectación y muy largo proceso de destrucción de estos latifun- diossedaríanmásporlapresióndegruposagraristas localesqueporunaaccióndecididadegobierno,prin- cipalmente el latifundio Heartz. Las acciones expropiatorias de Obregón no tuvieron efectos, ni gobierno ni sociedad rural tomaron posesión de di- chos predios.5 5 Véase a NOÉ PALOMARES PEÑA. Propietarios Norteamericanos y Reforma Agraria de Chihuahua, 1917-1942. UACJ, Chihuahua, México, 1991.
  • 11. Cuadernos de Investigación No. 4 11 Las zonas de latifundios extranjeros se convirtie- ron en una olla de presión que no explotó porque los latifundistas recurrieron entre otras estrategias a dar tierras a los agraristas. Estas sesiones de tierra tenían el objeto de desactivar a los principales y más fuertes núcleos solicitantes para evitar el avance y dotación detodos los gruposagrarios.Enrealidadelasuntode los latifundios extranjeros fue un problema que Obregón no pudo resolver. La respuesta agraria local En el periodo de gobierno de Obregón se creó en Chihuahua, por el gobierno local de Ignacio C. Enríquez, un proyecto agrario paralelo al ejidal en cuantoalrepartodetierrasydiametralmenteopuesto en cuanto a su función política y social. Dicho pro- yecto proponía un modelo cultural para los sectores ruralesdiferenteyaúnmásresultabaserantagónicoal federal.Enelañode1922lalegislaturalocalexpidió la LeyAgraria elaborada por el propio gobernador. En la misma Enríquez fijó un límite a la propiedad, asuntoqueenningúnmomentoelgobiernofederalquiso asumir y dispuso el acceso a la tierra para los peque- ños agricultores por medio de colonias. El proyecto local de Enríquez coincidía con el de los sonorenses en los aspectos del fomento de la agricultura capita- lista y conservación del régimen de la propiedad pri- vada.Perohabíadiferenciasdiametralesyesenciales encuantoalpapelqueelcampesinadodebíajugaren el proyecto de reconstrucción nacional, así como el que debía tener el estado en los procesos económi- cos y sociales del campo. Enríquez quería crear en el campo chihuahuense, con los pequeños agricultores, una fuerte clase rural medía, altamente productiva y autónoma.Así pues, enelproyectoenriquistaelcampesinadoteníaunpa- pelfundamental. Aunque el proyecto de Enríquez está comprendi- doenloslineamientosdelcapitalismo,paraél,elpro- blemaagrarioconsistíaenelacaparamientodetierras ynoenlaproducción,perotambiénmanifestabaque eraalgofácilderesolver,cómo:mediantesuleybus- caba que se creara un mercado dinámico de tierras para atraer inversiones, principalmente extranjeras, para fraccionar los latifundios, crear sistemas de rie- go, establecer bancos refaccionarios y así poder acti- varlaganaderíayfomentarlaagricultura.Lapolítica enriquista gira en torno a este idealismo, llevado al extremo cuando apoyó la venta del latifundio Terra- zas a McQuatters y que lo llevaban a ver, en un prin- cipio, el problema agrario como algo sencillo de re- solver.Sielsellodelapolíticadelossonorensesesel pragmatismo, el de Enríquez es el idealismo, al cual fue fiel y lo llevó al enfrentamiento directo con el pragmatismo de los sonorenses. Precisamente lo an- tagónicodelosdosmodelosylaimposicióndelfede- ral, lo cual fue asumido por el gobernador como una violación de la soberanía del estado, lo llevaron a manifestarlaposibilidaddelevantarseenarmas. Era rotundo el rechazo de Enríquez al reparto de tierras vía ejido. Para él la transformación de la es- tructura agraria debía darse sosteniendola propiedad privada.Siserepartíantierrasalospequeñosagricul- tores debería ser mediante la venta de lotes, nunca regaladas. Pensaba crear con las Defensas Sociales colonias.Todonúcleoagrarioquequisieratierrasde- bía hacerlo por medio de ese régimen. Por otro lado, el establecimiento de la pequeña propiedad debía ser un proceso paulatino, de forma que quedara garanti- zadoquelosnuevospropietariostendríanloselemen- tos suficientes para realizar una explotación agrícola conaltosrendimientosde producción. Aunque los gobernadores que sucedieron a Enríquezfueronconservadores,elestablecimientode más colonias no quedó fuera de las pocas iniciativas agrarias. El limitado reparto vía colonia, para los su- cesoresde Enríquez,másque contemplarun proyec- to social para el campesinado, tiene que ver con el apoyoaloslatifundistas,quienespreferíanfraccionar y vender antes que ser afectados por los ejidos. Sin
  • 12. Cuadernos de Investigación No. 412 embargo, en periodo quevedista (1932 – 1936) se da un fuerte impulso a la formación de colonias y or- ganizacióndelasyaexistentes.Quevedoseconvirtió enunacérrimodefensordelascoloniasagrariasesta- tales en contra de los ejidos que amenazaban con afectarles tierras. El periodo que va desde que Calles tomólapresidenciadelarepúblicahastalallegadade Cárdenas al poder es en extremo conservador para Chihuahuaencuantoalfraccionamientodelatifundios para colonias o su afectación para ejidos. Los acontecimientos después de Enríquez EnChihuahuasesuscitaronalgunosmovimientosar- mados que favorecieron al ejido; el cual recibió un fuerteimpactopropulsordelosacontecimientosmili- tares de 1927, cuando un gran número de comunida- desrarámurisplaneabanunlevantamientoarmadode grandes proporciones; así como el apoyo local a la rebelión escobarista en 1929. Localmente se mani- festó en el radicalismo agrario de 1930 de los gober- nador substituto Luis L. León e interino Francisco R. Almada,querelevaronalcaídoMarceloCaraveo.Un aspecto muy interesante es que parece ser que en di- cha rebelión, en Chihuahua, los colonos apoyaron al movimiento local de Caraveo y los ejidatarios al fe- deral.Asimismo,laderrotadelmovimientolocaltuvo como consecuencia el debilitamiento de las posicio- nesfavorablesalacolonia.Alvencerlafederaciónen Chihuahuaapoyadaporlossectoresfavorablesaleji- do, hicieron que los mandatarios locales asumieran eseradicalismoagrariomencionado.Decomprobar- se la anterior hipótesis (no se pretende hacer aquí) tendríamos un excelente parámetro de las dimensio- nes que estos proyectos prendieron alcanzar en el proceso de institucionalización y la forma en que es- tos se asumieron entre el campesinado. El25demayode1922entróenvigorlaLeyAgraria delestadodeChihuahua.MedianteestaleyEnríquez buscabaelfraccionamientodeloslatifundiosylacrea- ción de colonias agrícolas. Los latifundistas debían fraccionar sus tierras en lotes no mayores de 40,000 ha.enterrenospástales,estaextensiónjuntocon1,000 ha. de riego ó 2,000 de medio riego ó 4000 de tem- poral, era lo máximo que cualquier persona o socie- dad podía poseer. Para las colonias se determinaron lotes de 4 a 10 ha. de riego, 8 a 20 ha. de medio riego y de 16 a 40 en tierras de temporal Se fijaba un plazo de 90 días para que lo latifundistas presentaran ante el goberna- dor el proyecto de fraccionamiento. Enríquezsequejabaagriamentedequelalentitud enelfraccionamientodellatifundio Terrazasporpar- tedelaCajaponíaelmalejemploalosdemáslatifun- distas, los cuales al no ver determinación en tal pro- pósito, no fraccionaban sus latifundios, sobre todo porque el propio gobierno había acordado su com- pra para ese fin. Porunladolos latifundistasdesafiabanaEnríquez al no cumplir con la Ley y detenían su proyecto, lo cualpodríatraducirseendebilidadpolítica.Locierto esqueseenfrentabaalordenporfirianofraguadopor los liberales desde hacía un siglo. Por otro lado, los agraristas lo acusaban de reaccionario, al establecer lotes tan grandes como máxima propiedad. Sin em- bargo, desde un principio fijo su postura al obligar a los Zuloaga a venderles tierras a la futura colonia Gardea.CarmenSalastambiénfraccionósuspropie- dades para venderlas a colonos y en su hacienda El Charcosurgiólacoloniadelmismonombre.Encuan- toaloslatifundiosdeextranjeros,aligualqueObregón, no pudo hacer nada. El proyecto agrario enriquista que tenía como máxima el no alterar el patrón de la propiedad priva- dayelproyectodedominiodelasmasascampesinas por medio de las dotaciones y restituciones de ejidos de Obregón, fue el gran punto de diferencia entre los dos. La lucha revolucionaria que Enríquez realizó al ladodelossonorenseslehabíaganadorespetoypres- tigio. Había contado con el apoyo y simpatía del pre- sidente para su mandato de gobernador. Sinembargo,Obregónnoveíaconagradoelrum- bo que iba tomando el proyecto agrario local. Pensa-
  • 13. Cuadernos de Investigación No. 4 13 ba que los colonos se podían desarrollar con gran in- dependenciayconvertirseenfuerzascentrífugascon respetoalrégimen. Para los años de 1931–1932 el conservadurismo agrario del gobierno federal se acentuó y se discutía en el ámbito nacional el dar por terminado el reparto ejidal.6 Parece ser que en el gobierno local de QuevedoyelfederaldeCárdenasfueelsegundomo- mentofuerte,yfinal,delchoquedelproyectofederal de ejidos y el estatal de colonias. Más si el primer momento (Enríquez-Obregón) el conflicto es por la definicióndeunmodeloculturalruralenChihuahua, el segundo tiene que ver con la lucha interna por el poder, incrustado el momento de la pugna Calles - Cárdenas y por la batalla contra el centralismo. La etaparadicalagrariadelcardenismovade1934 a 1937 para llegar a una conservadora de 1938 a 1940. Sin embargo, en este periodo presidencial se consolida el centralismo agrario y político. En este contexto de la consolidación federal en cuanto al po- dermonopólicoenelmanejodetierras,laleyagraria localdeEnríquezquedaprácticamentesinefectocon relaciónalacreacióndenuevascolonias,yelejidose impone como vía principal de acceso a la tierra en Chihuahua. Es la batalla a favor del sistema cultural comunal de uso y acceso a la tierra imbricada con la obtencióndelpoderabsolutodelafederación.Elpro- yectolocaleslaluchadelestadoporlahegemoníade lospodereslocalesenrelaciónconsolucionarlospro- blemasruralesaquímismo. En el cardenismo el papel que el ejidatario debía jugar es muy diferente al de los sonorenses. Se le dio importancia como sector productivo. Pero se retomó con más fuerza la función política del ejido con rela- ción al control del campesinado y el propio Estado como aparato benefactor, paternalista, justicialista y corporativisante. Cárdenas, en su pugna con Calles, hace un nuevo pacto con el campesinado a cambio deapoyo al nuevorégimen.Tambiénesunpactocon lospartidariosdelcallismo,adhiriéndosesufidelidad a cambio de tierras. Dos proyectos agrarios En la posrevolución convergieron en Chihuahua dos proyectos agrarios que significaron la confrontación de dos propuestas de modelos culturales diferentes para la sociedad rural, cuando menos en tres vertien- tes importantes: 1) la refuncionalización y organiza- ción de la sociedad rural. 2) el papel y práctica del Estado en los procesos en dicha reorganización. 3) la consolidación de la hegemonía federal en el manejo delosprocesoseconómicos,socialesypolíticosenel ámbito rural. Todo esto en el marco de la búsqueda imperiosadelareconstruccióneconómica,políticay socialdelpaís,marcadoporelfinúltimodelaconser- vación del poder. Pero a su vez estos dos proyectos se insertan en dos sistemas culturales presentes en el devenirhistóricodeMéxico,aquelquedefiendeypro- pulsa los usos y costumbres comunales de la tierra presenteenelMéxicoindígenayengrandessectores de la sociedad nacional y aquel que pugna por su uso individualyprivado.Esteúltimotomafuerzaconlas reformasborbónicasenlaépocacolonialyenelsiglo XIX con los liberales. Es la gran batalla de estos dos sistemasculturalesporimponersecomoproyectona- cionalyasumirnuevasformasdereproduccióncultu- ralrural. Larevoluciónmexicanaes,entreotrosmuchosas- pectos, la síntesis de estos dos sistemas culturales: propiedad social y uso colectivo versus propiedad privadayusoindividual.Lapropuestavillistadecrea- ción de colonias es parte de esa expresión liberal con relaciónalatierra,neoliberalismoagrario.Sinembar- go,elliberalismomáspuro,alestilodecimonónico,se hace presente con Ignacio C. Enríquez.Al igual que aquellos rechazaba la propiedad comunal con el ar- gumentodequelaausenciadelsentimientoquedala propiedad privada impediría a los pequeños agricul- 6 ABOITES, 1995, op. cit.
  • 14. Cuadernos de Investigación No. 414 tores trabajar las tierras con ahínco y mejorarla al considerarla como propia. Consideraba que la afec- tación y reparto gratuito a los agraristas era un artero despojo. En su pensar el ejido ligado al despojo ma- tabanelespíritudetrabajoysuperaciónpersonalque otorgalaseguridadenlapropiedadprivadaindividual. Por otra parte el Estado emergido de la revolu- ción creó un hábil programa político para dar cabida a los dos sistemas culturales, cuidando que ninguno se saliera de los cauces que él mismo le impuso. El ejidocomoinstitucióncolonialfuerefuncionalizado, en su aspecto social, para lograr controlar al campe- sinado.Sufunciónpasóasermeramentepolítica.Esta eslapropuestadelnuevomodeloculturadelrégimen delaposrevolución:latransformacióndelasrelacio- nessocialesruralesencaminadasaladominacióndel campesinadoyelimpulsoalproductorcapitalista.La propuesta de Enríquez, como modelo cultural, es la creación de un campesinado de capacidad económi- ca media que posea y trabaje las tierras en forma pri- vadaeindividual. Aunquelossectoresruralescomoaparceros,peo- nes y arrendatarios, entre otros, eran los herederos delatradiciónliberaldefomentodelapropiedadpri- vadaeindividualdelascoloniasagrícolas,ymuchos de ellos se convertirían en colonos mediante la Ley Enríquez, no eran agricultores capitalistas. Es más, todavíaduranteelporfiriatosepracticabaenlospue- blos,ranchosyhaciendaschihuahuensesunaagricultura tradicional.7 Estos sectores rurales se encontraban entreloqueEricWolfdefinecomolatribuprimitivay lasociedadindustrial,8 niprimitivosnimodernos.Para elloslatierraylaproduccióneranlabasedelarepro- duccióncultural.Estosgrupossosteníanrelacionesde solidaridadcomunitariaenlosaspectossocialesyeco- nómicos.PrecisamenteelsueñodeEnríquezparacon estosagricultoresfueconvertirlosenproductoresca- pitalistas. Adiferenciadelejido,lacoloniaporsumismadi- námica de nacer para ser participe de la agricultura capitalista, quedó expuesta e inserta al mercado de tierras y a las inversiones de capital. Es decir, a dife- rencia del ejido, sus tierras ya no son la base de la reproducción de la cultura comunal, sino que se con- viertenenbienesdecapital(aunqueesnecesarioacla- rarqueejidonoessinónimodecomunidad).Lacolo- nia expuso a los campesinos a las formas de explota- ción mercantil del capitalismo voraz, así algunos de estosnúcleosagrariosfueronvíctimas,primerodelos altospreciosqueimpusieronloslatifundistas,segun- do de la llegada de inversionistas como colonos, que si buscaban establecer una moderna empresa agríco- la y eran totalmente ajenos a la cultura local. Los pueblos y las comunidades Junto a los pueblos y comunidades indígenas que lu- chaban por la recuperación de la tierra, existían otros núcleos rurales que también pugnaban por acceder a la misma. Eran una amplia gama de aparceros que trabajabantierrasenlashaciendasporfirianassinnin- gúnestatusniamparolegalalguno.Losaparcerostra- bajaban las tierras al partido y las condiciones del re- parto de las cosechas variaban según diversos facto- resqueibandesdelosgeográficos,económicoshasta losimpuestosporlafuerzadelacostumbreylatradi- ción en cada región y hacienda. Junto a los aparceros tenemosalospeonescuyafunciónprimordialeraservir en las necesidades domésticas y podían trabajar tie- rrasparalahaciendabajootrascondiciones,general- mente era gente que recibía su sustento del propio hacendado, además de la protección, y no del pro- ducto de las tierras, podían trabajar tierras pero no al partido. Otro sector social relacionado directamente con lastierrasdelashaciendaseranlospequeños,media- nos y grandes arrendatarios que parecen ubicarse en 7 CARLOS GONZÁLEZ HERRERA “La agricultura en el proyecto económico chihuahua durante el Porfiriato” Siglo XXI, No. 5, Febrero 1993. 8 ERIC WOLF. Los campesinos. Labor, España, 1982 3a. ed.
  • 15. Cuadernos de Investigación No. 4 15 la posición de una clase social rural medía, por su- puesto con más capacidad económica y mayores be- neficiosquelosquepudieraobtenerunaparcero.Otro grupo rural amplio era el de los vaqueros que aspira- banaserpropietariosdetierras.Elproyectoenriquista encontraba en estos sectores sociales a los mejores partidarios y defensores de su proyecto de colonias. Eran ellos los que le daban sustento y bases sociales: semanifestabanclaramenteporunsistemadeacceso a la tierra mediante su compra. Para ellos el proyecto enriquista de colonias era la respuesta ideal a sus as- piraciones de poder ser propietarios de una parcela. Se convertirían en los principales partidarios de los proyectos de fraccionamiento y venta de los latifun- dios a largo plazo. Hay pues dos bloques de sectores rurales, uno de ellos se inclina por el proyecto federal de ejidos y el otro por el proyecto estatal de colonias agrícolas. Aunquelarevoluciónleshabíaganadoelderechoala tierra,rehusabanenunprincipiorecibirejidos. Exis- tía en este bloque una moral que los hacía ser pudo- rososenelsentidoderecibirtierrasgratuitas,primero por no pagarlas y segundo por la gratitud con los ha- cendados. Eran sectores que no estaban insertos en la tradición de lucha por la tierra de los antiguos pue- blos. Todo lo contrario, eran herederos de la tradi- ciónliberaldecimonónicadelfomentoyusodelatie- rra en forma privada e individual. Hay que distinguir dos aspectos en este legado: la herencia ideológica y ladelosefectos.Laspreguntasserían:¿estabanestos agricultorespermeadospordichaideologíaosólofue- ron beneficiarios de los logros de ese pensamiento? Larevolucióngeneróuncompromisoparalosnue- vos gobernantes de repartir tierras que los sectores rurales demandaban. Los constitucionalistas al tratar de quitar la bandera agraria a Zapata yVilla, que uni- dos y con sus ejércitos campesinos habían tomado la ciudad de México en 1914, crean también un pacto con ellos que tendrían que resolver. Es a través de este pacto que exigen tierras o la reintegración de las usurpadas, en este sentido el proyecto federal más que recoger las aspiraciones del campesinado, nace de ellas. En varias ocasiones tratará de tomar distan- cia de ese pacto y dejarlo de lado, pero las fuerzas rurales y la misma lucha interna por el poder harán que siempre sea retomado. Por efectos de ese pacto surge la ley del 6 de enero de 1915 y se eleva a rango constitucionalen1917.Secreanlosaparatosqueeje- cuten y hagan cumplir estas enmiendas: la Comisión NacionalAgrariaylaComisiónLocalAgraria(encada estadodelarepública).Surgenorganizacionespolíti- cas que toman como estandarte el agrarismo, lo que por sí solo les da fuerza y poder como el Partido NacionalAgrarista.EnelestadodeChihuahuasecrean los centros y clubes agraristas emulando a los clubes antireeleccionistas,loquedapasoalasligasregiona- les agrarias y se realizan diferentes convenciones. Dado lo anterior es necesario preguntarse si ¿Estas iniciativasdeorganizaciónsegenerandentrodelpro- piocampesinadoopartendelEstado?¿Eselagrarismo unmovimientoindependientequepaulatinamentefue institucionalizado?
  • 17. Cuadernos de Investigación No. 4 17 En la producción historiográfica acerca de la revolu- ción mexicana existen dos posturas antagónicas cla- ramente definidas que debaten en torno al tema de sí el movimiento armado fue popular o una guerra de sucesión por el poder. La primera agrario-populista ha generado toda una tradición historiográfica y su contraparteel“revisionismo”haderrumbadoalgunas de sus tesis. Los exponentes clásicos de la primera son George M. McBride9 y sobre todo Frank Tannenbaum,10 quienesconcluyeronquelarevolución Mexicana se había llevado a cabo por la sociedad campesinaygiradoentornoalaluchaporlaapropia- ción de la tierra. Ellos se basaron en los trabajos de AndrésMolinaEnríquezyWistanoLuisOrozco,quie- nes en su deseo de justificar la reforma agraria arre- metieroncontralahaciendaargumentandoqueerauna instituciónfeudal,antieconómicaytiránicaeneltrato hacía los peones. Pero además, los investigadores extranjeros, polarizaron a la sociedad rural: hacen- dados y peones, metiendo en esta última categoría a unainfinidaddecampesinoslibres.RomanaFalcón11 iniciólapolémicaconestosestudiososargumentando que el movimiento revolucionario no había sido ex- clusivodelcampesinado,sinoquehabíanparticipado lossectoresmediosyacomodadoscomolíderes.Pero la crítica más sólida la hizo Francoise Xavier Gue- rra12 y enseguida Jean Meyer.13 Peroconmuchoelprincipalrevisionistaymásra- dical es DavidA. Brading, quien en su ensayo “La políticanacionalylatradiciónpopulista”14 para el li- bro que él mismo compiló: Caudillos y Campesinos enlaRevoluciónMexicana,cuestionóelasuntodela omisión por los agrario-populistas del análisis de aparceros y rancheros. También puso en tela de jui- cio el argumento del carácter feudal de la hacienda, llegando a proponer que “el desarrollo económico general del porfiriato produjo una gran mejoría en la agricultura. Por consiguiente que no fue el feudalis- mo, sino una forma de explotación más intensa de capitalismoagrícola,loqueamargóaloscampesinos mexicanos”.Aunqueponeciertasatenuantescomola necesidad de estudiar el peso de los medieros en la sociedad rural; comprobar si en realidad hubo una gravecrisisenlaestructuradelaproducciónagrícola en todo México, tomando en cuenta el equilibrio re- gional;yconocermásprofundamenteloscambiosde tenencia de la tierra durante el porfiriato. Todo esto enordenasabersilossoportesymotivosesgrimidos porlosagrario-populistasquepudieronhaberimpul- sado al campesinado a la lucha son reales. En suma Brading propone que la relación de los campesinos conlaRevolución,todavíaesunenigma.CitaaKatz, quien mostró que existió muy poca correlación entre elgradodeexplotaciónyelniveldeactividadrevolu- cionaria como en el caso de las zonas henequeneras deYucatán, donde los mayas participaron poco en el movimientoarmadodelarevolución. Pero en el mismo libro en el que Brading exponía 9 GEORGE M. MCBRIDE “Los sistemas de propiedad rural en México”, en Problemas Agrícolas e Industriales de México, III: 3, julio-septiembre de 1951. 10 FRANK TANNENBAUM. “La revolución agraria mexicana”, en Problemas Agrícolas e Industriales de México, IV: 2, abril-junio de 1952. 11 ROMANA FALCÓN. “¿Los orígenes populares de la revolución de 1910?. El caso de San Luis Potosí", en Historia Mexicana, XXIX, octubre- diciembre de 1979. Pp. 197-199. 12 FRANCOISE XAVIER GUERRA. México: del Antiguo Régimen a la Revolución. FCE, México, 1988. 13 JEAN MEYER. “Haciendas y ranchos, peones y campesinos en el porfirismo. Algunas falacias estadísticas”, en Historia Mexicana, XXXIV, enero-marzo de 1986. 14 FCE, México, 1985. Revisionistas vs. agrario-populistas y agrarismo revolucionario en Chihuahua
  • 18. Cuadernos de Investigación No. 418 susideasyconclusiones,elprincipalagrario-populis- taactualAlanKnight,defendíalatradiciónpopulista. Haciendo un bravísimo recuento de los factores que ocasionaron el descontento popular en el campo: de- presióneconómica,desempleoymalascosechas,pasa aafirmarqueelproblemaagrariofueelcorazóndela rebelión campesina,aunquenofueunfactorexclusi- vo. Incisivo arremetió contra los revisionistas: “Esta interpretación puede parecer trivial, pero desafía los puntos de vista que, desde diferentes perspectivas, pero con creciente vigor, niegan que la Revolución hayarepresentadounmovimientogenuino,quehaya incorporado las quejas populares definidas (en espe- cial del tipo agrario), y que prefieren presentar un movimiento de masas iniciado, controlado y consu- mado por los jefes burgueses”, capaces de movilizar ydesmovilizaraunpopulachodependiente,ingenuo.15 Pero en este debate ¿cómo se inserta el norte de México, en especial el estado de Chihuahua, y su máximaexpresiónrevolucionarialocal,elvillismo?.Ha sido inevitable la comparación del carácter agrario y populistadelvillismoyelzapatismo.Asícomoenlas posturas de agrario-populistas y revisionistas viajan en el tiempo en líneas paralelas sin parecer poder te- ner contacto en algún punto, de la misma manera a ocurrido con el zapatismo y el villismo. Zapata, Morelos y el Plan deAyala son el eje y la referencia obligada del aspecto agrario de la revolución. Con frecuencia Zapata ha sido puesto en el pedestal del agrarismo.Enrelaciónalvillismohansurgidoopinio- nesdeque nofueunmovimientocampesino,niporla apropiación de la tierra. Uno de los principales agra- rio-populistasactualescomoJohnWomack16 al com- parar el zapatismo con el villismo, describe a este úl- timocomounmovimientosinmetas,carentedeideo- logíaosimplementesalvajeymercenario.Enesemis- mosentidovanloscomentariosde JeanMeyeren La Cristiada. Para Knight el zapatismo y el villismo son lasmanifestacionesmásprominentesdelmovimiento popularylaprincipalbasedelejercitovillistaelcam- pesinado. Sin embargo, para este autor el villismo degenerópara1914"enunaexistenciasinmetas,casi mercenaria". LaformaenqueinicialarevoluciónenChihuahua, el levantamiento espontáneo de grandes sectores so- ciales,eldesarrolloylospersonajesinvolucradoshan llamado sobre manera la atención de muchos histo- riadores extranjeros y nacionales. Son precisamente elloslosquehanintentadocaracterizaralcampesina- donorteñoyenparticularalchihuahuense.Sucampo de análisis e interpretación han sido los motivos y la forma de como se incorporaron los sectores rurales a lacontiendaysuscaracterísticassociales.AFriedrich Katz le ha fascinado la gran capacidad combativa y de movilización de los hombres del campo chihuahuense.Éldescubriótodaunaculturaguerrera enalgunossectoresrurales.AlanKnightintrodujoen sus análisis sobre la revolución la categoría analítica delos“movimientosserranos”paradefiniryexplicar la autonomía política de los pueblos de la montaña chihuahuense. Hace ya algunos años Katz propuso una serie de categoríasdelcampesinadonorteño:lostrabajadores semiagrícolasysemiindustriales17 y los colonos mili- tares.18 Los colonos militares contaban con toda una tradiciónguerrera.Suorigenseremontaalasegunda mitaddelsigloXIX.Eldatohistóricomásimportante a este aspecto es el bando de Teodoro de Croix de finalesdelsigloXVIII,pormediodelcualsecreaban cincocoloniasmilitaresenelnoroestedelestadopara frenarlasincursionesyataquesdegruposétnicosve- nidosdelnortecomolosapaches.ParaKatzestesector 15 ALAN KNIGHT. "Caudillos y campesinos en el México Revolucionario, 1910-1917", en Caudillos y campesinos en la revolución mexicana. FCE, México, 1985. 16 JOHN WOMACK. Zapata y la revolución mexicana. SEP, México, 1985. 17 FRIEDRICH KATZ. La servidumbre agraria en México en la época porfiriana. Era, México, 1980. p. 45. 18 FRIEDRICH KATZ. Pancho Villa, los movimientos campesinos y la reforma agraria en el norte de México, en Caudillos y Campesinos en la revolución mexicana. FCE, México, 1985. pp. 89-90.
  • 19. Cuadernos de Investigación No. 4 19 rural desempeñó un “papel clave” en la Revolución mexicana.19 Katz definió a los trabajadores semiagrícolasysemiindustrialesdelasiguientemane- ra: “trabajaban una parte del año como medieros o trabajadores agrícolas en las haciendas y se pasaban elrestodeltiempoenEstadosUnidoscomomineros, leñadores o trabajadores inmigrantes.”20 Las cate- gorías establecidas por Katz nos refieren, en el caso de los campesinos militares, a la necesidad concreta de la apropiación y defensa del territorio. Las cate- gorías de los trabajadores semiagrícolas y semiindustriales están establecidas a partir de las es- trategias y tradiciones familiares productivas y de la actividadeconómica.Más,sinembargo,Katznopro- fundizaenestospuntos. Eldebateentornoalaposicióndelvillismorelati- vo a la entrega de tierras al campesinado en los terri- torios que dominó tiene ya más de dos décadas de haberse iniciado. Curiosamente, para dichos territo- rios, todavía no contamos con un análisis profundo delaproblemáticaagrariaquenosdéluzalrespecto. Aunque Katz y el mismo Knight presentan casos in- teresantes relativos a los problemas agrarios de cier- tos pueblos no se hace ni se intenta un análisis regio- nal, menos estatal, que es necesario para saber cual eralasituaciónagrariaenelestado,dondequedebien definidalaestructuraagrariaylasfuerzasruralescon- tendientes como: aparceros, vaqueros peones, pue- blos. Es importante ver que tan representativos son los casos presentados por los estudiosos menciona- dosconrelaciónasisonproblemáticaslocalistas,re- gionales o representativas de un malestar general. Todavía siguen vigentes aquellas preguntas que se hacía Katz al cuestionarse del por qué no se había dadounavigorosapresióncampesinaparaelreparto de tierras, ni por qué no hubo más ocupaciones de estas,nirebelionescampesinasenterritoriovillista.21 Porlodemás,yensintoníaconBrading,hafaltado unanálisisdelaestructuradelapropiedad.Partamos delaexistenciadediversasformasdetenencia,pose- sión, apropiación o relación con la tierra, desde las que fluctúan entre las formas de posesión comunales hasta las de la propiedad absoluta. Una caracteriza- ción de este aspecto se vuelve importante. Este asun- toestáíntimamenteconectadoconotravariablecríti- ca: la amplia y variada geografía chihuahuense. Por los menos podemos diferenciar cuatro zonas: la sie- rra, los valles centrales, el desierto y las cuencas hidrográficas. Ciertamente Villa tubo el dominio total de ChihuahuaylaLagunaduranteaproximadamentedos años, tiempo en el cual confiscó una serie de hacien- das.LaspropiedadesdeLuisTerrazasfueronlasmás importantes.Sinembargo,noserepartieronaloscam- pesinos.EntrelasposiblessolucionesqueKatzargu- menta, se encuentran las siguientes: 1.- Por la cerca- níaconlafrontera,adiferenciadeZapata,Villapodía con los recursos generados por las propiedades com- prararmasypertrechos,asíqueunadistribucióntem- prana de tierras podía haber reducido los fondos de la División del Norte; 2.-Ya que por los menos hasta 1914 cuando Villa estaba bajo la autoridad de Carranza, quien no deseaba que se realizara una re- forma agraria, lo inhibió y no repartió las tierras. 3.- Ya queVilla deseaba obtener el apoyo de sus genera- les, el otorgarles haciendas fue uno de los métodos queutilizó,locualcreóunanuevaclaseterrateniente, y a algunos de ellos no les habría gustado que se re- partieran esas tierras; 4.-Ya que el ejército se encon- trabaencampañaeraprácticamenteimposiblerepar- tir la tierra, pues los campañadores no habrían acep- tado que se empezara el reparto agrario en su ausen- cia.22 González Herrera ahonda en este respecto por el 19 Ibid. p. 89. 20 Ibid. p. 90. 21 FRIEDRICH KATZ. Pancho Villa, los movimientos campesinos y la reforma agraria en el norte de México, en Caudillos y Campesinos en la revolución mexicana. FCE, México, 1985. p. 104. 22 Idem. P. 103-105. En su más reciente obra Katz básicamente sostiene la misma postura. Pancho Villa. Era, México, 1998. T. I, p. 276.
  • 20. Cuadernos de Investigación No. 420 lado la composición social de los revolucionarios chihuahuenses;eraunaampliacoalicióndeclasesme- dias rurales y urbanas, vaqueros, mineros, desempleados,artesanos,rancheros,campesinos,pe- queñoscomerciantesyaúnprofesionistas: Y atendiendo a esta composición tan heterogénea, es también imaginable que las propuestas villistas no podían ir en un sólo sentido y complaciendo a un solo sector de la población. Sus medidas hacen evidente que el problema agrario, entendido como el reparto de tierras, nunca tuvo lugar primordial en el proyecto villista.23 Sin embargo, como dice el mismo Katz, todos estos argumentosnoexplicanelporquénohubouna accióncampesinaenlatomadetierrasopresiónpara su reparto. El historiador al dar un argumento más afirmaba:unmotivofueelhechodequelapoblación campesina del estado era más pequeña en relación con su población total, en comparación a la mayoría de los demás estados. González nos da el dato preci- so: para 1910 Chihuahua tenía un 65 % de su pobla- ción en asentamientos urbanos y semi-urbanos.24 Katz también argumentó por el lado de la composi- ciónsocialdelvillismo:unagranpartedesushabitan- tes eran mineros o vaqueros y su interés en tener tie- rras era más limitado que el de los campesinos. Sin embargo, pueblos que tenían una gran tradición de la lucha por la tierra, además de guerrera, formada por las guerras indias, entre ellos las colonias militares y antiguas misiones como la de Villa López, aportaron grandes contingentes a la revolución. Pero su voca- ción agrarista parece diluirse en el contexto general delmovimientorevolucionario.Enestesentidosurge una pregunta que tiene que ver con el carácter de los chihuahuenses de entonces ¿sería su población una sociedad que quería el reparto de tierras, pero que necesitabaciertasformaslegales? Tanto Katz como Knight argumentan que la pro- blemática agraria enelestadoimpulsóalcampesina- do al movimiento armado. El primero basado en los archivos de la Dirección de terrenos nacionales del DepartamentoAgrario en la ciudad de México hace un recuento de los conflictos por la tierra que soste- níanalgunospueblos(principalmentecoloniasmilita- res) como: Namiquipa, Janos, Cuchillo Parado, Bachíniva y SanAndrés.Además de remotas comu- nidades indígenas como: Redondeados, Temeychi, Monterde yArremoyo.25 A los colonos militares se les unieron otros sectores rurales como los que Katz llama trabajadores semiagrícolas y semindustriales. Esteautortambiénveotrosfactoresimportantespara el descontento rural como la perdida de las cosechas en 1908 a 1910, sobre todo en el distrito de Guerre- royunacrisiseconómicageneralizada. Knighttambiéndestacólosconflictosagrariosque en el escenario estatal se desarrollaban antes de la revolución,sóloquebasadoenfuenteshemerográficas como: El Correo y La Nueva Era. Señaló los casos de SanAndrés y Bachíniva, además de Temosachi y Villa López.Adiferencia de los populistas clásicos, Knight introduce otro elemento de descontento po- pular y no sólo el de la tierra, sin dejar de reconocer que el centro de la rebelión es la misma: analiza el factordelaluchacampesinaporlaautonomíapolítica localenelestadodeChihuahuayprincipalmenteenel Distrito de Guerrero. En base a la categoría analítica de campesino periférico de Eric Wolf, cuyas princi- pales características sociales son las de ser campesi- nos que están fuera de los dominios y libres del con- trol de los terratenientes y poco familiarizados con el poderdelaautoridadpolíticaestatalofederal.Knight ubicaestecampesinodelDistritomontañosodeGue- rrero y a las rebeliones allí localizadas como “movi- mientosserranos.”26 Las principales características de 23 CARLOS GONZÁLEZ HERRERA. “El villismo frente al problema agrario.” Cuadernos del Norte, No. 3. Chihuahua, noviembre-diciembre de1988. p. 21. Katz, 1985, op., cit.. 24 GONZÁLEZ, 1988. p. 21. 25 Los tres primeros casos en Katz, 1985, pp. 87-89. Los restantes en Katz, 1998. T. I, pp. 43-48. 26 ALAN KNIGHT. Caudillos y campesinos en el México Revolucionario, 1910-1917, en Caudillos y campesinos en la revolución mexicana. FCE, México, 1985. p 46.
  • 21. Cuadernos de Investigación No. 4 21 estasrebelionessonquegeográficamenteseoriginan enlugaresmontañosos,remotosysonllevadosacabo por comunidades autónomas que reaccionan contra laintervencióndelEstado. De los datos que los historiadores nos dan hace faltacomprobarunos,profundizarotrosyavanzarcon nuevas propuestas.Es necesario obtener una caracte- rizaciónprofundadelcampesinado:¿Cuáleseransus tradiciones productivas, migratorias y de asentamientos? ¿cuáles eran sus formas de organiza- ción?¿cuáleserasusmodelosderelación,usosycos- tumbres con respecto a la tierra? ¿cuál era su visión del estado y las estructuras jurídicas? ¿qué tipo de relaciones sociales mantenían con otros sectores ru- rales?¿cuálerasutradiciónpolítica?¿cuálerasuubi- cación y posición respecto a las estructuras de tenen- cia de la tierra? ¿De qué tradiciones provenía su au- tonomía política? ¿Cómo y bajo que circunstancias seformósuculturaguerrera?¿quétipodeagricultura practicaban? Viendoloscasosmencionadosinmediatamentesur- gelasiguientepregunta:¿Porquéelvillismonoincor- poró en su discurso y en su acción el problema agra- rio?Apesar de lo dicho anteriormente, una pregunta que parecería absurdo plantear sería si en realidad existióenChihuahuaproblemaagrario,lainterrogan- te es pertinente porque en la posrevolución la oligar- quíalocalllegóaexpresarqueenChihuahuanoexis- tía tal problema (más adelante nos extenderemos en este punto). Es decir ¿sería el problema solo de de- terminadosconflictosruraleslocalizadosenlaamplia y variada geografía chihuahuense, que no llegaron a prefigurar una problemática agraria general? En otro caso¿losconflictosruralesestabanregionalmentelo- calizados? Un asunto que queda claro es que las causas de la revoluciónenChihuahuasonmultifactoriales,donde intervienenaspectospolíticos,socialesyeconómicos amplios,ademásde losclimáticos(depresión econó- mica a partir de 1907 con su secuela de desempleo y bajadesalarios,imposicióndejefesmunicipales,per- dida de cosechas). Pero, ¿Qué papel jugó el asunto del conflicto por la tierra? Cuando se preparaba en Chihuahualacontrarrevoluciónorozquista,Abraham González que se encontraba formando parte del ga- binete de Madero tubo que regresar y en una procla- ma, inmediatamente aseguró: “La solución del pro- blema agrario, que está en el fondo del descontento sano, os aseguro que el gobierno procurará solucio- narloenelmenortiempoposible.”27 Asimismo el go- bernador del estado de 1920 a 1924 Ignacio C. Enríquez, en el contexto de la reconstrucción econó- mica, estaba obsesionado en la solución de lo que el mismo llamaba “problema agrario”28 . Pero a lo que nosllevatodoloescritoesainterrogarnossobre¿cuál era la naturaleza o carácter del problema agrario en Chihuahua?¿Cuáleralaestructuraagrariaporfiriana? ¿Cuál era la cantidad de tierras según su vocación, riego,temporalganadería?¿Cómosedistribuíalatie- rra socialmente según su vocación? ¿ Que modalida- des de agricultura se practicaba? ¿Qué tipo de agri- cultura se practicaba? ¿Cómo se concentraba la po- blación? ¿Existía una relación directa entre la densi- dad de población, tierras agrícolas y conflicto por la tierra? Es importante señalar que para obtener res- puestas a todo lo planteado se tendrá que hacer un análisisquecrucelasetapasprerrevolucionaria,lare- voluciónylasposrevolución. Nos hemos acostumbrado a pensar que la hacien- daavanzabaycrecíadevorandolastierrasdelospue- blos y que dominaba por completo el paisaje rural. La tesis anterior parece que podría aplicarse con más razón a Chihuahua el estado de los latifundios. Pero en contra de lo que se pudiera pensar, no era la ha- cienda la que lideraba los índices de crecimiento en asentamientos ni poblacional, todo lo contrario iba a 27 KATZ, op. cit. p. 167. El Correo de Chihuahua, febrero 19 y 20 de 1912. 28 ALONSO DOMÍNGUEZ. La política Agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940. Tesis de Licenciatura, ENAH-Chihuahua, 1999. Véase el capítulo I.
  • 22. Cuadernos de Investigación No. 422 la baja en el segundo rubro. Las haciendas habían pasado de 162 en 1900 a 214 en 1910; nada com- parado con los ranchos que van de 297 a 2528 para esosmismosaños,estoshabíanmultiplicadopormás de diez. Los rancheros se habían convertido en un sector rural con una dinámica de crecimiento excep- cional. Para 1900 vivía el 18.71 % de la población chihuahuense en este tipo de asentamientos; en las haciendas el 15.97 %. Para 1910 la población en los ranchoshabíaaumentadovertiginosamentealpasara tener el 34.12 % y en las haciendas había bajado al 9.69%.GonzálezHerreracomentaquesehabíacon- solidadounfuertegrupodemedianospropietarios.29 Laatenuanteaquíessabersobrequecantidadyclase de tierras. Pero de entrada los datos echan por tierra la tesis del avance avasallador de la hacienda. El proceso de desintegración del latifundioTerra- zasparececonfirmarmuchasdelasaseveracionesque vanencontradelaexistenciadeunagrarismorevolu- cionario en Chihuahua. Las tierras fueron supuesta- mente expropiadas en 1922 por el gobierno federal. La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de laAgricultura las compró en 13.6 millo- nes de pesos. En el decreto de expropiación se ex- presó claramente que el objetivo sería fraccionarlo y venderlo. Para 1930 las tierras del latifundio se en- contraban repartidas como sigue: 322 679 por co- lonias, 529 974 por particulares, 1 455 343 seguían en posesión de la caja y 184 037 se habían dotado a ejidos.30 Lo que más sorprende es la poca cantidad de tierras repartidas vía ejido y el enorme número de hectáreas que seguían perteneciendo a la Caja. Los particulares que compraron lotes eran miembros de la antigua oligarquía y de la nueva burguesía revolu- cionaria. Las colonias estaban ocupadas por los anti- guos aparceros, peones, vaqueros y arrendatarios del latifundio,noporpueblos.Aunquedeciertaformase habíansatisfecholasnecesidadesdelossectorescam- pesinosinternosmencionados,víacolonia,pareceque no hay una explicación del porque no hubo toma de tierras de sectores campesinos externos. Así que las preguntas de Katz respecto a los cam- pesinosylastierraslaspodemostrasladaraestecaso: ¿Por qué los campesinos no tomaron las tierras del latifundioTerrazasnihuborebelionesentornoaellas? LoslatifundiosenChihuahuasesitúanprincipalmente en la parte norte del estado, donde se tiene la impre- sión de que la densidad de población es más baja con respecto a otros paralelos del estado. El latifundio Terrazas,enestrictosentido,nosehabíaconsolidado avasallando las tierras de los pueblos. La dispersión de estos en el vasto territorio del norte del estado es grande. Prueba de lo anterior es que el latifundio Te- rrazasconformóunagranunidadterritorial,dondede ninguna manera se aprecianuna cantidadimportante depueblosamaneradelunares.Esmáslastierrasdel latifundio no circundaban o encerraban a ningún pueblo. Deningunamanerahayquesoslayaraquellospue- blos que si habían sido usurpados en sus tierras por los Terrazas como Buenaventura, Galeana Casas Grandes yAldama. Pero parece que no hay propor- ción entre la actividad revolucionaria y el acapara- miento de tierras en este latifundio. Otro caso en esta vena es el del latifundio de los Zuloaga, en donde se les vendieron una gran cantidad de tierras a los menonitas,peroaquísifueendetrimentodeaparceros peones, vaqueros y arrendatarios. ¿Por qué no se dio unamovilizaciónfuertecampesinaparaevitarlo?. Sinembargo,lasociedadchihuahuensenoeraajena al asunto del problema de la tierra; cuando Terrazas intentó vender sus propiedades rústicas al estadouni- denseArtur McQuarters la protesta fue unánime. La situación se tornaba en extremo complicada para el nuevo régimen que tuvo que dar marcha atrás en un proyectoquefueaprobadoporelmismoObregón.Y 29 CARLOS GONZÁLEZ HERRERA. “Tierra, propiedad y propietarios a fin del porfiriato.” Cuadernos del Norte, No. 12. Chihuahua, noviembre- diciembre de 1990. p. 11. 30 DOMÍNGUEZ. op. cit., 1999. p. 152.
  • 23. Cuadernos de Investigación No. 4 23 hablamosdelasociedadchihuahuenseporquenosólo participaron sectores rurales, sino también sectores urbanos bajos y medios. En enero de 1923 el diputa- do por Chihuahua y agrarista radical Ángel G. Caste- llanos se quejó ante Obregón de que aún no se había fraccionado el latifundioTerrazas y la presencia de 3 milmenonitasenelZuloaga.31 El mismo gobernador del estado estaba disgustado con la Caja de Présta- mosporlalentitudenelfraccionamientodelprimero y en el segundo caso llegó a expresar que no quería más menonitas antes de satisfacer las necesidades de tierra de los campesinos nacionales.32 Recordemos que dicha colonización fue asunto de Obregón.Así pues, el que no hubiera toma de tierras no significa que no existiera presión social para el reparto de los latifundios. Por otro lado, ante las declaraciones de Enríquez delanecesidaddedarsoluciónal“problemaagrario” la oligarquía chihuahuense respondió afirmando que en Chihuahua no había “problema agrario” y lo que hacía falta era brazos campesinos que sembraran la tierra.Estaafirmaciónvaenconsonanciaconelargu- mento de Katz de la proporción de la población ur- bana y rural y los datos demográficos de González. Enríquezquehabíaentabladounabatallafrontalcon- traloslatifundistascontestaba: Sí, desean brazos, muchos brazos que cultiven la tierra pero en provecho de sus propietarios. Precisamente el problema estriba en que exis- ten grandes extensiones de terreno inculto y a la vez gran número de ciudadanos en la miseria quienes pudiendo poseer un hogar estable con su terreno que cultivar, carecen de todo, y se ven obligados a vender su trabajo personal por un miserable salario, y aún tienen que emigrar al extranjero [...]33 ¿CuáleraparaEnríquezel“problemaagrario”?Es- taba indisolublemente ligado al problema de la pro- ducción. Quería crear una clase de pequeños y me- dianos propietarios privados altamente productivos estilofarmers.Enesteproyectolospequeñosagricul- toresteníanunpapelfundamental.Todoslossectores ruralessintierra,posesiónprecariadelamismaosuje- tos al dominio de la hacienda estaban contemplados para convertirse en pequeños propietarios privados altamenteproductivos.Paralocual,medianteley,de- cretóelfraccionamientodelapropiedadfijándoleun límite de extensión territorial. En el proyecto federal estossectoresruralesestabanconcebidoscomomano de obra para las unidades productivas. El ejido esta- ba concebido como un medio para dominar política- mentealcampesinado.ElproyectoagrariodeEnríquez implica la creación de una clase propietaria autóno- ma. El debate federal en torno a la reforma agraria en los primeros años de la posrevolución se centró bási- camente en los siguientes parámetros: 1.- La capaci- dad o más bien la supuesta incapacidad productiva del propio campesinado: se alegaba que si se entre- gaban las tierras al campesinado se enfrentaría con grandes problemas de producción y desalentado abandonaría sus parcelas. Pero el trasfondo de estas afirmaciones es que se consideraba al campesinado como un sector rural sin capacidad para hacer pro- ducirlatierra.2.-Imposicióndeunlímitealapropie- dad: en el congreso de la unión se generaron acalora- dos debates entre los diputados radicales y conser- vadores en torno a este asunto.Antonio Díaz Soto y Gamaargumentabaquesisefijabaunlímitealapro- piedad privada se tendría que poner en venta la ma- yoría de la extensiónterritorialde la republica y alno verquienlascomprarallevaríaalareformaagrariaal fracaso. 3.- Los alcances o intensidad de la reforma agraria: este punto también está ligado a la forma en que se debía hacer el reparto agrario, una de las solu- ciones que se proyectaban era la de comprara ha- ciendas, irrigarlas y venderlas a los campesinos: otra propuestateníaqueverconaumentarlosimpuestosa la propiedad y así propiciar su fraccionamiento; uno 31 LUIS ABOITES A. Norte precario,poblamiento y colonización en México (1760-1940).El Colegio de México/CIESAS, México,1995.p 176. 32 Excelsior, abril 3 de 1922: citado en Aboites, 1995 op. cit., p. 176. 33 Ídem. p. 180.
  • 24. Cuadernos de Investigación No. 424 más era la expropiación de las haciendas para resti- tuirlastierrasdelospueblosusurpadosydotarapue- blosantiguosynuevos.Finalmentefueronexcluidos, duranteelrégimendelossonorenses,delrepartoagra- rio una infinidad de núcleos agrarios sin estatus legal como: aparceros, peones y arrendatarios de las ha- ciendas, se necesitaba mano de obra para las hacien- das, era necesario no desarticular las unidades pro- ductivas,peroprincipalmenteseleconsiderabacomo sectores sociales incapaces de producir. Enríquezpensabaqueesossectoressocialessepo- dían convertir en productores eficientes si se les ven- dían tierras vía colonia. Pero además el estado debía garantizar que tendrían éxito, como: con la creación de sistemasderiegoybancosagrícolas.Precisamen- teseríanelloslosprincipalespartidariosdelproyecto enriquista.También el gobernador buscaba la recon- ciliacióndelasclasessociales.Todosloschihuahuenses podrían acceder a la tierras en los límites señalados por la ley.Aquí es donde retomamos el asunto de la vocación de la tierra. Un aspecto importante del pro- blemaagrarioenChihuahuatienequevercon suuti- lidad. La ganadería extensiva era una actividad so- bresalienteenelrenglóneconómicoyprobablemente en detrimento de una cantidad importante de tierras con posibilidadesagrícolas.¿Seríaelproblema agra- rio en Chihuahua una competencia entre tierras agrí- colas y ganaderas? Es decir que las tierras ganaderas impedían la expansión de la frontera agrícola en Chihuahua. ¿Cuáles eran las posibilidades agrícolas de las tierras que se utilizaban en la ganadería?. Enríquezpensabaquesolucionarel“problemaagra- rio”erafácil.Asílocreíaporquequeríaconstruircuan- do menos cuatro sistemas de riego en el estado. De ellos el más importante sería el de la cuenca de los ríos Conchos y San Pedro. Se aprovecharía la presa LaBoquillaparairrigar170milhas.Lastierrasserían compradas a los propietarios y se les venderían a los 34 DOMÍNGUEZ, op., cit., capítulo uno. 35 Idem. pp. 53-61. colonos lotes ya irrigados.34 El problema para Enríquez fue que precisamente enlascuencasdondeteníaplaneadollevaracabosus proyectos de irrigación se encontraban asentados los pueblos más antiguos del estado. Muchos de ellos habían sido despojados de sus tierras y empezaron a solicitarrestituciónodotacióndeejidos.Dichasitua- ción provocó conflictos serios entre el gobernador y los pueblos de las cuencas. En 1917 se instaló en Chihuahua la Comisión LocalAgraria. Para 1920 se habían instaurado sólo 33 expedientes, pero en 1921 seincrementócon91expedientesmás.Enelperiodo de gobierno enriquista se dieron un total de 199 soli- citudesdedotaciónorestitucióndeejidos.35 El asun- toaquíesverlacorrelacióndelnúmerodesolicitudes por región, buscando correspondencias o divergen- cias con el análisis regional que resulte en la prerrevolución. ¿En que regiones se concentran más lassolicitudes?¿Quécorrelaciónregionalhayentrela demanda agraria y las regiones conflictivas de la prerrevolución?¿Quétipodenúcleosagrariossolici- tan tierras vía ejido? Pero además ¿Qué tipo de nú- cleossolicitantierrasvíacolonia? El proyecto liberal de colonias de Enríquez abrió unnuevoesquemadeanálisisdelagrarismoyelcam- pesinado chihuahuense. Por una parte la colonia sig- nificópara lossectoresruralessoslayadosporelpro- yecto federal de ejidos, una vía de acceso a la tierra. Elasuntoaquíessaber¿Quésectoresruralesseincli- naron por una vía u otra?.Todos los elementos histó- ricos que hemos mencionado, la cuestión de la regionalización,lademografíaydelaposicióndelcam- pesinado según su relación con la tierra nos lleva a interrogarnos ¿Cuál era la tipología del campesino chihuahuense?¿Cuáleseransuscaracterísticassocia- les? ¿Cuál era su percepción del Estado? Para cada tipo de campesino: ¿Cuál era su visión del problema agrario?
  • 25. Cuadernos de Investigación No. 4 25 Todos los casos de las colonias militares que nos muestranKatzyKnightparecerprovenirdelascuen- cas hidrográficas, donde se habían fundado las pri- merasmisiones,presidiosocoloniasmilitares.Serían lacuencadelosríosConchosySanPedroylaCuenca Interna. Pero que pasa con las otras regiones del es- tado: el desierto, los valles centrales y la Sierra Tarahumara.Existíanconflictosporlatierracomolas tradicionalesusurpacionesalastierrasdelospueblos porlashaciendas.Ladimensióngeográficatieneque seranalizadaparabuscarlasposiblessolucionesalas preguntasplanteadas.LaSierraTarahumarahabíasido antes, durante y después de la revolución un foco de conflictosporlatierra.Sinembargo,suprincipalsec- tor social, no en el sentido económico, los rarámuris tuvieron una participación en la revolución fue muy limitada. ¿Sería la Sierra Tarahumara una región no integrada en la demanda de justicia en la lucha por la tierra? Es decir que los sujetos sociales preferían li- brar dicha lucha ellos mismos con sus propios recur- sos. En este sentido ¿estaban las regiones chihuahuensesintegradasenlaproblemáticarural?Por otra parte ¿Cómo se articula el problema étnico con elagrario?
  • 27. Cuadernos de Investigación No. 4 27 Las cuestiones más interesantes en relación a los latifundiosenMéxico,despuésdelarevolución,ten- drían que ver con una de las propiedades más exten- sa de Latinoamérica, la de LuisTerrazas: ¿Qué pasó con el latifundioTerrazas? ¿Se repartió a los campe- sinosvíaejidoocolonias?¿Sefraccionóysiguiócon- servándose en grandes y medianas propiedades? En elañode1920lafamiliaTerrazasintentónegociarsus fincasrústicasconunestadounidensellamadoArthur J. McQuatters que encabezaba a un grupo de ban- querosyempresarios.El16deabrilsefirmóenNue- vaYork un documento de promesa de venta, donde lafamiliaTerrazassecomprometíaavenderalgrupo de McQuatters 5 millones 644 mil acres a 2.5 dóla- res cada uno. El costo total de las propiedades rústi- cas sería de 14 millones de dólares. La caída de Venustiano Carranza repercutió en el precio y en una renegociación el acre se fijó en 1.5 dólares 36 . Lostrámitesdelaventadellatifundiosellevabana cabo con mucha reserva. Sin embargo, los rumores acerca de la operación empezaron a correr. Para tra- tar de evitarlos JuanTerrazas negó que su padre pre- tendía vender las propiedades rústicas. Todo lo con- trario, declaró que se llevarían a cabo obras de irriga- ción, construyendo presas para beneficiar el mayor número posible de tierras y venderlas a colonos en pequeñasparcelasycontribuiraldesarrollodelaagri- cultura.Enrealidad,unequipodeingenierostrabaja- ba en el latifundio estudiando las condiciones de los terrenos con fines de su venta.37 Ignacio C. Enríquez gobernador del estado de Chihuahua en el periodo 1920-1924, impulsaba la creación de una clase de medianos y pequeños pro- pietarios estilo farmers. Su proyecto rural se plasma- ría más tarde en la Ley Agraria del Estado de Chihuahua.Elgobernadorplaneabafraccionarlosla- tifundios poniendo un límite a la propiedad privada, crearunbancoagrícolarefaccionarioyrealizarobras parairrigargrandesextensionesdetierra.Enlacuen- ca de los ríos Conchos y San Pedro, aprovechando lasaguasdelapresaLaBoquilla,queríacrearlasobras necesarias para irrigar hasta 170 mil ha. Pero el go- bierno del estado no tenía con que financiar el pro- yecto.EnríquezvioenelinterésdeMcQuatters,para invertir en Chihuahua, la posible fuente de financiamientoparasuproyectodeirrigación.Afina- les de 1921 el gobernador y un grupo de capitalistas extranjeros liderados por McQuatters, viajaron a la ciudad de México para exponerle aAlvaro Obregón los proyectos que planeaban desarrollar en el estado de Chihuahua. El presidente, Calles y De la Huerta les aseguraron que el gobierno protegería sus inver- siones. Enríquezintervinodirectamenteenlacompraventa del latifundio de LuisTerrazas, de hecho el contrato fue suscrito entre McQuatters y el gobierno del esta- do. El estadounidense primero llenó las expectativas deEnríquezfirmandouncontratoparadesarrollarlas obras de irrigación de la cuenca de los ríos Conchos y San Pedro. El precio de las propiedades fue tasado en 20 millones de pesos. El 9 de febrero de 1922 el propio McQuatters daba conocimiento del asunto a Obregón: Recordará Usted que durante mi visita a la ca- pital en diciembre último, mis asociados y yo discutimos detenidamente con Usted la posi- bilidad de emprender una gran explotación de 36 RAMÓN EDUARDO RUIZ. México: la gran rebelión 1905-1924. Era, México, 1984. p. 298. 37 ALONSO DOMÍNGUEZ RASCÓN. La política agraria en Chihuahua, 1920-1924: sus efectos hasta 1940. Tesis de licenciatura, ENAH-Chihua- hua, México, 1999. pp. 33-34. La desintegración del latifundio Terrazas Historia de la propiedad
  • 28. Cuadernos de Investigación No. 428 agricultura en la parte norte de Chihuahua, cuyo proyecto abarca la compra, desarrollo y venta en su totalidad de las propiedades rura- les pertenecientes al General Luis Terrazas. Como resultado de las ideas avanzadas de Usted sobre estos asuntos, y del incentivo que recibimos de nuestras conversaciones con Usted, mis amigos y yo hemos decidido defi- nitivamente proceder a la compra de conformi- dad con el contrato que acabamos de celebrar con el Gral. Ignacio Enríquez gobernador del Estado de Chihuahua, y cuyo contrato está ahora siendo tomado en consideración por el Congreso del Estado.38 En el transcursodelaventasemanejarondiferen- tes extensiones. Según el contrato se autorizaba a McQuatters a formar una compañía bajo las leyes mexicanas, que debía llamarse CompañíaAgrarista de Chihuahua, para poder comprar a los Terrazas 2 322 270 ha en 20 millones de pesos. Los comprado- resseobligabana:formardistritosderiegoenunpla- zo de 90 días en las tierras ya irrigadas, emprender obrasparairrigar40milha,colonizarlosterrenoscon mexicanos, destinar 200 mil ha del mejor temporal para vender la mitad de tal extensión en lotes no ma- yores de 4 mil y la otra para formar colonias en lotes de 40, vender cada hectárea irrigada a 400 pesos, 50 la de temporal y 25 la de pastizal a un plazo de 20 años y con un 5% de interés anual.Además importar 50 mil cabezas de ganado para repoblar los terrenos yfundarunbancoagrícolaehipotecarioconuncapi- talmínimoexhibidode250milpesos,acambiodela exención de diversos tipos de impuestos.39 Ampliossectoresdelapoblaciónchihuahuensese opusieron a la venta del latifundio a los extranjeros. EnelcongresolocallosdiputadosMarianoIrigoyen, Carlos T. Pallán y FranciscoAcosta y Plata se opu- sieron al contrato. Francisco Villa envió una carta a Obregón donde le comunicaba que el descontento provocaría hechos de armas.40 Antetalsituacióndeinconformidad,Enríquezacudió a platicar personalmente con Obregón y Calles. En defensa del contrato el gobernador planteó la complicadasituacióneconómicaenqueseencontraba elestadodespuésdelarevolución.Obregón,quepara estos momentos quería detener la transacción, le prometió que recibiría apoyo. Habiendo llegado a dichoentendimientolosdostratarondedarsolucióna laformadeterminarconellatifundio.Parafinesde marzode1922Obregóninstruyóalprocuradorgeneral delanaciónqueprocedieraaexpropiarellatifundio.41 7 El12deabrilaparecióenelDiarioOficialelacuerdo presidencial mediante el cual se decretaba la expropiación.Seaclarabaquenoseríansujetasatal lastierrasquelosTerrazastuvierancultivadas,nilas queestuvieranarrendadasodadasenaparcería. El asuntoTerrazas más que una expropiación fue una compraventa. El gobierno federal, por medio de RobertoV.Pesqueira,negocióconlafamiliaTerrazas el precio.Afinales de junio el comisionado anunció que el Banco de Préstamos Mexicano compraría aproximadamente 5.7 millones acres a un precio de 1.25dólarescada uno.Elgobiernose comprometía a pagartodoslosgastoshechospreviamente,incluyen- do los de McQuatters. La Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de laAgricultura S.A. compró a la familia Terrazas todas sus fincas rústicas, a las cuales se les asignó una superficie de 2 309 866 ha. a un precio de 13.6 millones de pesos. Se incluía en dicho valor no sólo la superficie territorial, también las construccio- nes, mejoras, maquinaria, ganado.Asimismo los es- tudios completos sobre las propiedades y el diagnós- ticoparasumejoraprovechamientoqueyahabíaefec- tuado McQuatters con un grupo de ingenieros. Con respecto al pago, se entregaría a los Terrazas 3.6 mi- llones de pesos de contado. Para saldar los restantes 10millones,laCajaemitiríabonosdeprimerahipote- ca sobre las mismas propiedades. Dichos bonos se- rían amortizables en un plazo fijo de diez años, con 38 LUIS ABOITES AGUILAR. La irrigación revolucionaria. SEP, CIESAS, México, 1987. p. 126. 39 DOMÍNGUEZ, op. cit., p. 34. 40 RUIZ, op. cit., p. 300. 41 DOMÍNGUEZ, op. cit., p. 38. ·
  • 29. Cuadernos de Investigación No. 4 29 42 AGN, Caja de Préstamos, exp. 138-I. 43 DOMÍNGUEZ, op. cit., p 43. causa del 5% de interés anual que serían liquidables porsemestresvencidos.Los3.6millonesdepesosse pagaríandelasiguienteforma:2porlaCajay1.6por laSecretaríadeHacienda.Laúltimacantidadsecon- sideraríacomoabonodelgobiernofederalalacuenta corrientequellevabaconlaCajayseríaentregadaen lasiguienteforma:enefectivoporelBancoNacional y a cuenta de la tesorería general de la nación, un mi- llóndepesosyseiscertificadosdelatesoreríageneral por 100 mil pesos pagaderos cada mes. La Caja pa- garía en valores de la misma 700 mil pesos y lo res- tante en efectivo.42 Precisarcualerala superficiedelaspropiedades deLuisTerrazas,mismasqueseordenaronencatorce unidades,fueunadelasprincipalestareasalaquese abocólaCaja.Enalgunasdelasfincashabíagrandes diferencias entre lo que señalaban los títulos y los planos,(véasecuadro1). Comovemoslostítuloscuantificabanunasuperfi- cie total muy por debajo de la que arrojaban los pla- nos. En la elaboración de la minuta se fijaron 1 966 933ha,perolosplanossumaban2366687.Llamala atención que para las fincas de El Carmen y San Lo- renzonosedaningunaextensiónsegúnlostítulos.Para efectos de la compraventa la Caja propuso que se tomaran en cuenta las señaladas en los títulos y para las dos fincas anteriores las marcadas por los planos, por obvias razones, o sea 2 039 436 ha. Finalmente se aceptó por ambas partes 2 309 866. La principal diferenciaentrelasuperficiedelostítulosylosplanos se ve en las cantidades para la hacienda de Encinillas de hasta 307 582 ha. Pero aún las hectáreas conveni- das por ambas partes quedaron por debajo del tama- ño real, más adelante retomaremos este punto. Obregónhabíaordenadolacompradellatifundio Terrazas por la Caja para evitar problemas y posibles levantamientosarmadosenChihuahua.Nocavilóen pensar que afectaba intereses de ciudadanos estado- unidenses cuando buscaba a toda costa el reconoci- miento diplomático de los Estados Unidos. Este he- choesunadelastantasmuestrasdelpragmatismode Obregón. Pero, después de ser adquiridas las pro- piedades por la Caja ¿Qué se pensaba hacer con el latifundio?¿Cuáleraelproyectodelgobiernoestatal y federal? ¿Cuáles eran los planes de la Caja? En abril de 1922 el general Enríquez declaraba: La determinación tomada por el señor presi- dente de la República en el caso de latifundio Terrazas, ha sido enteramente de acuerdo con el Ejecutivo de mi cargo, con la circunstancia de que para llevar a cabo el fraccionamiento de dicho latifundio, se me dará por acuerdo delmismoseñorPresidenteunainjerenciaefec- tiva en la dirección del mismo fraccionamien- to, para lo cual se pondrán a mi disposición ingenieros y elementos de la Secretaría de Fo- mento. En la venta de dichos terrenos, que se hará a precios cómodos y en fáciles términos de pago se dará preferencia a los miembros de la Defensas Sociales, en relación a la eficacia con que hayan cooperado en las mismas para la conservación de la paz en el Estado.43 El gobernador estaba decidido a llevar a cabo el fraccionamientodellatifundioysolucionarenparteel problema agrario del estado con sus tierras. Como vimos su proyecto era crear una clase de pequeños y medianospropietariosestilofarmers.Lascláusulasdel cancelado contrato con McQuatters muestra los pla- nes que antes había concebido para el latifundio: co- lonias agrícolas para aparceros y peones con lotes de 40 ha y terrenos de hasta 4 mil ha para la clase media comoarrendatariosyvaquerosylaantiguaburguesía ylaemergentedelarevoluciónmexicana. En mayo de 1922 el congreso del estado de Chihuahua aprobó la Ley Agraria que el mismo Enríquez había elaborado. Entre sus principales dis- posicionesestabalarelativaallímitedelapropiedad. Cualquier persona o sociedad legal no podía poseer más de 40 mil hectáreas de pastizal. Todos los lati- fundiosqueexcedieranesaextensióndebíanfraccio- nar sus propiedades y ponerlas a la venta. Como pla- zo para acatar lo anterior se daban seis meses.Apar- tir de entonces la Caja se vio sometida a una gran
  • 30. Cuadernos de Investigación No. 430 44 AGN, Ramo presidentes, exp. 552-14/128, octubre 30 de 1930. Citado en José Rivera Castro, “Notas acerca de la cuestión agraria en Chihuahua, 1917-1940”, en: A. Tortolero, (coord.), Estudios históricos I. Col. Textos y contextos, No. 15, UAM-I, México, 1993. pp. 211-212. 45 Como se vió anteriormente, en 1927 la Caja había sido afectada con 96 474 ha, en tres años sólo había perdido 2 563 por restitución o dotación de ejidos. presión por el gobernador para llevar a cabo el frac- cionamientoyenajenacióndeloslotesaparticulares ycolonos. A pesar de que los directivos de la Caja recono- cían queelobjetivodelacompradellatifundiohabía sido precisamente para fraccionarlo y ponerlo a la venta, en todo momento se opondrían a la desinte- gracióndelaspropiedades.Tresformasdedesmem- bramientosepresentabanenelhorizonte:a).-laventa de lotes grandes a particulares, b).- a aparceros y peones para crear colonias, estas dos según las dis- posiciones de la LeyAgraria de Enríquez, y c).- la afectaciónvíadotaciónyrestitucióndeejidos. Decualquierformaelfraccionamientodellatifun- dio se llevó a cabo. El mismo gobierno del estado colaboróconingenieros.Perolaventadelotesnose realizaba. En diciembre de 1922 cuando se vencie- ronlosseismesesquelaLeyAgrariafijabaparaque seefectuaraelproyectodelfraccionamiento,Enríquez objetó a la Caja por no haber realizado aún el pro- yecto de fraccionamiento.También los acusó de ser losculpablesdequenoseaplicaralaLey Agrariaya quealnofraccionarseelprincipallatifundiodelesta- do, no podía exigir a nadie que lo hiciera con el pro- pio. La Caja alegó que no se había concretado el tras- lado del dominio de las propiedades. Sin embargo, se le dijo a Enríquez que a los aparceros y peones dellatifundioselesdaríanlastierrasbajocontratode aparcería, mientras se resolvía la situación. No obs- tante la Caja ofertaba los pastos del latifundio a ga- naderos de Estados Unidos, ya que ante la perdida de los pastos enTexas y Nuevo México buscaban la forma de hacer que el ganado sobreviviera. Se pen- saba arrendar hasta 1 millón de ha para más de 100 mil cabezas de ganado. En 1924 Enríquez terminó su periodo como go- bernadoryconellotambiénseacabóunadelasame- nazas para la Caja. Sin embargo, partidarios de las colonias y del ejido pugnaban por el reparto de tie- rras del latifundio. Pero sobre todo la antigua oligar- quía y la surgida de la revolución querían tierras.A pesar de todo el proceso de enajenación de las tie- rras de la Caja, por cualquier régimen de propiedad, fuedemasiadolento. Panorama de la desintegración del latifundio Terrazas para 1930 Laprimerrelacióncompletadelprocesodeenajena- cióndelastierrasdellatifundioTerrazasserealizóen 1930. En un documento titulado “Informe sobre el estado actual de las propiedades que constituyen el exlatifundiodeTerrazas,terrenospertenecientesala Caja de Préstamos para obras de Irrigación y Fo- mentodelaAgricultura”44 se detalla el proceso de su desintegración. Lasuperficietotaldellatifundioseincrementacon muchoenrelaciónalasuperficiequelaCajacompró a los Terrazas, de 2 309 866 ha. En el documento la extensión del latifundio aparece con 2 679 954. En estaocasiónladiferencialamarcalasuperficieterri- torial de la hacienda de San Miguel de Babícora. Pa- rece ser que a final de cuentas la cantidad acordada en la compra de dicha hacienda fue de 21 067 ha, no las 24 926 que se fijaron en 1922, según los planos, (véase el cuadro 1), sin embargo medía 339 085 ha. El proceso de desintegración del latifundio en 1930 se daba como sigue: la Caja había perdido 184 03745 ha del latifundio por concepto de dotación y restitu- ción de ejidos (7%); 322 679 se habían vendido vía colonias (12%); y 529 974 a particulares (20%). La Caja seguía en posesión de 1 643 264 ha (61%),46
  • 31. Cuadernos de Investigación No. 4 31 En el informe también se hace una descripción de cada una de las 14 unidades en que fueron divididas las propiedades de Luis Terrazas. Se localizaban en los distritos de Guerrero, Galeana, Bravos, Morelos yJiménez.Lasfincassedetallabancomosigue: Hacienda San Miguel de Babícora: Se ubicaba en los distritos de Guerrero y Galeana. Tres cordilleras cruzan de sudeste a noroeste las tierras de lo que fue esta hacienda. Los recursos hídricos del río San Mi- gueloPalanganas,OjosAzules,losojosdeLaCatarina y la Madera eran aprovechados. Los principales nú- cleos de población se localizaban a lo largo del río San Miguel: Peñitas (40 habitantes), Tres Castillos (123), Zaragoza (901) y San Miguel Babícora (222). Losprincipalescultivoseranelmaíz,laavena,lapapa yseaprovechabanlosrecursosmaderables.Teníaim- portantes vías de comunicación ya que existieron en la finca hasta ocho estaciones de ferrocarril, además de caminos carreteros a Casas Grandes, San Buena- ventura y Madera.47 Hacienda San Diego: Se localizaba en el distrito Galeana. El río Palanganas cruza de sudoeste a no- reste lo que fue esta finca. El río PiedrasVerdes toca- ba el lindero norte. Las dos corrientes forman el río Casas Grandes.Al igual que la hacienda San Miguel de Babícora era atravesada por el Ferrocarril No- roeste de México. Los poblados eran estación Pearson, colonia San Diego y colonia Cuauhtémoc. Losprincipalescultivoseraneltrigo,elmaízylashor- talizas. Hacienda de Tapiecitas: Se situaba en el distrito Galeana.Dadoqueselocalizabaenlasestribaciones de la Sierra Madre Occidental tenía recursos maderablesdepinoyencino.ElarroyodeTapiecitas yeldelaTinajalasurtíandeagua.Tambiéneracruzada porelFerrocarrilNoroeste. HaciendadeSanLuisoLaNariz:Seubicabaenel distritoGaleana.Doscordillerascorrendesuranorte (véase el cuadro 2). 46 DOMÍNGUEZ, op . cit., p. 152. Cantidades formadas con los datos del informe de 1930. 47 RIVERA, op. cit., pp. 212-219. a ambos lados de lo que fue esta propiedad, forman- do un extenso valle. El río Santa María la cruzaba en toda su longitud hasta desembocar en la laguna de Santa María, ubicado en la misma propiedad. En el casco de la hacienda se encuentra también el Ojo de los Ruiz. Los principales núcleos de población se situabanenlarancheríaelApache,coloniaSanLuisy en Progreso. La finca se comunicaba con el Ferroca- rril Central Mexicano y Noroeste de México: Villa Ahumada y Casas Grandes eran las estaciones de fe- rrocarrilmáspróximasa90y75kilómetrosrespecti- vamente. Haciendas El Carmen y San Lorenzo: Cruzan las tierras de lo que fueron estas haciendas los ríos El Carmen y San Lorenzo, donde se podía disponer de tierras de riego, medio riego y riego de auxilio. Los núcleos de población se situaban en las colonias San Isidro, San Lorenzo, EL Carmen e Ignacio C. Enríquez. En los cuatro poblados vivían 280 jefes de familia. Se cultivaban el trigo, el maíz, la alfalfa y las hortalizas. HaciendasdeEncinillasyElTorreón:Selocaliza- ban en los distritos Bravos y Morelos. Había dos ti- pos de riego: medio riego en las colonias Ocampo, SacramentoyElSauzyriegodeauxiliotambiénenEl Sauz y Nueva Unión. Los principales núcleos de po- blaciónsesituabanlascolonias:Ocampo,Sacramen- to, Cuauhtémoc, Hidalgo, El Sauz, Nuevas Delicias, Santa Cruz del Peñol, Ceres, Nueva Unión y El Pa- palote.ElFerrocarrilCentralmexicanoatravesabade sur a norte las dos haciendas y había catorce estacio- nes: Corral, Molinar, Terrazas, El Sauz, Piñale, Encinillas, Agua Nueva, Laguna, Arados, Mocho, Loaeza,Gallego,SuecoyAlsacia.Lashaciendastam- bién eran cruzadas por la carretera que comunica la ciudadde Chihuahua conJuárez. HaciendadeAguaNueva:Selocalizabaenlosdis- tritos Bravos y Morelos. Colindaba al norte con la testamentaría de Pablo Martínez del Río, al sur con
  • 32. Cuadernos de Investigación No. 432 las haciendas de Encinillas y Hormigas y al poniente con Encinillas. Fue recuperada en su totalidad por la sucesiónTerrazas. Hacienda de Hormigas: Se situaba en los distritos Bravos y Morelos. La cruzaban tres cordilleras: la oriental,lacentralylaoccidental.Laparteorientalde la finca era atravesada por el Ferrocarril Kansas City MéxicoyOriente.Elcascodelahaciendaquedóuni- do por el camino carretero que une Chihuahua con Ojinaga. Hacienda de San Pedro, Las Carboneras y La Cantera:SelocalizabaneneldistritoMorelos,alnor- te de la ciudad de Chihuahua. Para 1930 la Caja se- guía en posesión de las 24 926 ha que constituían es- tas fincas. San Pedro tenía 18 116, Las Carboneras 4 972 y La Cantera 1838. HaciendadeÁvalosyanexas:Sesituabaeneldis- tritoMorelosmuypróximoalaciudaddeChihuahua. SustierrasfueronafectadasporlospobladosdeRan- cheríaJuárezySantaEulalia.Teníacomunicaciónpor el Ferrocarril Central y carreteros a Chihuahua. HaciendadeSanFelipeyanexas:Selocalizabaen el distrito Jiménez, al sur del estado. Junto con San Isidro y San Ignacio eran las únicas haciendas que estabanseparadasdelagranunidadterritorialquelos Terrazas poseyeron en el norte del estado. Los nú- cleos de población eran San Felipe en el antiguo cas- co de la hacienda y el rancho de San Luis. El Ferro- carril Central Mexicanopasabaaochokilómetrosde lahacienda. HaciendadeSanIsidroySanIgnacio:Laprimera se ubicaba en el distrito Jiménez, Chihuahua y la segundaenelnortedeDurango,limítrofeconChihua- hua.48 Para1930 lasdoshaciendassehabíanvendido ensutotalidadaparticulares. Panorama de la desintegración del latifundio Terrazas para 1935 En cinco años las tierras vendidas a particulares se habían prácticamente duplicado. De tener 529 974 ha. (20%), habían pasado a 1 028 394 (40%). Se les habían enajenado 498 420 ha y ahora en conjun- to poseían más tierras del latifundio que la caja. La dueña había pasado de poseer 1 643 264 ha (61%) a 780 597 (31%). En esos cinco años había vendi- do un total de 705 764 ha. como sigue: a particula- res las ya mencionadas; a los colonos 207 344 que también habían casi duplicado el número de hectá- reas en su posesión, habían pasado de tener 322 679 (12%) a 530 023 (21%); con afectaciones ejidales la Caja había perdido en esos cinco años una raquí- tica cantidad de 13 483 ha. número insignificante, por lo que sólo había aumentado un punto porcen- tual ( 8%), (compárese los cuadros 2 y 3).49 ComopodemosverlaCajahabíarealizadogran- des ventas a particulares y colonos.50 Analizare- mos a continuación el proceso de enajenación de cada una de las 14 unidades para 1935. HaciendadeSanMigueldeBabícora:Loquere- salta es la cantidad de tierras entregadas vía ejido. En un total de 334 376 ha, 91 114 pertenecían al regimen ejidal, mientras la Caja poseía 150 780 ha. Sinembargo,talcantidaddetierrasenregimenejidal obedece al proyecto de la Caja para trasladar a to- dos los solicitantes de ejidos ubicados en el latifun- dioTerrazas, proyecto que fracasó en consecuencia el poblado de Ignacio Zaragoza se quedó con toda la zona ejidal, (véase el cuadro 4). Hacienda de San Diego: Parece contrastante que siendo una de las haciendas más pequeñas con 53 159 ha. fuera después de la Hacienda de San Luis o La Nariz, pero sólo con 95 ha, en la que más tierras estabanenposesióndeejidatarios25662ha.(48%), lo anterior sin tomar en cuenta la situación en San Miguel de Babícora. En San Diego no se habían creado colonias ni se habían vendido tierras a parti- · 48 Ibid. 49 Todos los cuadros relativos al estado de la propiedad del latifundio Terrazas para 1935, fueron formados en base a la información encontrada en el expediente señalado en el Archivo Histórico del Registro Agrario Nacional, 23: 15065, Expedientillo, ff. 8-11. 50 Ibid.
  • 33. Cuadernos de Investigación No. 4 33 culares.ElrestopermanecíaenpoderdelaCaja(véase el cuadro 5). Hacienda deTapiecitas:Tomando en cuenta sólo lashaciendasquelaCajahabíavendidocomounida- des completas (Agua Nueva, San Isidro y San Igna- cio), en Tapiecitas junto con San Lorenzo y El To- rreón, la Caja no poseía ya terrenos. Del total 75 811 ha. los particulares tenían mayor cantidad de hectá- reas con 33 558 (44%), (véase el cuadro 6). Hacienda de San Luis o La Nariz: En compara- ciónconlashaciendasgrandesdellatifundio,SanLuis, con un total de 312 774 ha, era en la que menos tie- rrassehabíanenajenadoaparticularesconsólo5mil ha(2%).LaCajaseguíaenposesióndeenormescan- tidades de terreno con 210 210 ha (67%), (véase el cuadro 7). Hacienda El Carmen: La baja cantidad de tierras víaejidoenellatifundioesunaconstanteentodaslas fincas, en los casos en los que había. En El Carmen, con una superficie de 289 753 ha, sólo 11 288 (4%), estaban ocupadas por ejidos. Las tierras en posesión de colonos, particulares y la Caja luce un tanto equi- librado. Las colonias dominaban 87 444 ha (30% el porcentaje más alto en relación a las demás fincas), (véase el cuadro 8). San Lorenzo: Junto con Tapiecitas y El Torreón eran las únicas fincas, no enajenadas en su conjunto, donde la Caja no poseía tierras. Las 96 067 ha pasa- ron a ser propiedad privada, se vendieron principal- mente a particulares que tenían el 88% (véase el cua- dro 9). HaciendadeEncinillas:Essorprendentequeenla finca más extensa del conjunto de haciendas del lati- fundio con 535 685 ha no se hubiera creado para 1935unsóloejido.Habíantranscurridoyatreceaños desde que la Caja había adquirido las propiedades y 20 desde que se promulgó la ley de dotación y resti- tución de ejidos de 1915. En esta finca los particula- res ocupaban la mayor cantidad de tierras en número de hectáreas y en porcentaje con 365 426 y 68% respectivamente. En Encinillas las colonias tenían la mayorcantidaddehectáreasenrelaciónconlasotras fincas. La Caja sólo detentaba el 8% (véase el cua- dro 10) Hacienda El Torreón: Todas las tierras se habían destinado para la creación de colonias, siendo la úni- ca finca donde se cumple esta condición para 1935 (véase el cuadro 11). HaciendadeHormigas:EnestafincacomoenSan Luis, San Miguel de Babícora la Caja poseía más de 200 mil ha (249 454 ha, el 61%). Para ser precisos era dueña en estas tres fincas de 610 444 ha, el 78% de las tierras que todavía poseía del latifundio (véase el cuadro 12). FinalmentetenemosalasfincasdeSanPedro,Car- boneras, la Cantera yAvalos, todas enclavadas en el municipio de Chihuahua y muy cercanos a la capital delmismonombre.Segúnelinformedelaspropieda- des de 1930, enAvalos, quedaban en posesión de la Caja 7 mil ha y para 1935 sólo 1607 (véase los cua- dros 13 y 14). La hacienda de SanFelipe parece ser que fue vendida ensutotalidadvía colonias Uno de los aspectos que resalta es la extensión total de cada finca. Las cantidades de la superficie de cada una, según el informe de 1930, basada en los planos, son iguales a las elaboradas por la Caja en 1922 (véase el cuadro 1), al efectuarse la compra. Sólohayunapequeñadiferenciaenlaextensióndela hacienda de San Felipe que no rebasaba las mil ha (en las relaciones de 1922 y 1930, según los planos, esta hacienda tenía 14 101 ha y 13 208 respectiva- mente) y por supuesto el del caso de San Miguel de Babícora ya comentado. Pero al observar los cua- dros del estado de la propiedad de las 14 unidades para 1935 vemos que hay variaciones importantes. La principal es la de Encinillas con una diferencia de hasta 158 131 ha. menos según la relación de 1922 (véase loscuadros1y10).Asimismolasextensiones para El Carmen y Hormigas son menores en el orden de entre las 30 a 40 mil ha (véase los cuadros 1, 8 y