El documento habla sobre la maldición que trae el suicidio. Señala que el suicidio no solo causa la pérdida del alma de la persona, sino que también trae una terrible maldición sobre su familia y causa trauma y dolor por generaciones. Explica que cuando alguien se suicida, el demonio que ingresó se siente con derecho sobre los demás miembros de la familia. Sin embargo, recibir a Cristo como salvador rompe cualquier maldición, ya que una persona se vuelve una nueva criatura en Cristo.