Betina, una chica que amaba Halloween, fue al cementerio con su clase para festejar. Mientras buscaba a sus amigos entre las tumbas, fue encontrada por Drácula, quien se enamoró de ella porque estaba disfrazada de su esposa. Drácula la mordió en el cuello y la dejó inconsciente. Cuando despertó, Betina descubrió que estaba convirtiéndose en vampiro, con colmillos creciendo y marcas en el cuello.