Los dos pececitos amigos Rubencito y Juanito desobedecen a sus madres y visitan un barco abandonado, donde Juanito queda atorado en una ventana. Rubencito pide ayuda y varios animales marinos acuden para rescatar a Juanito antes de que el tiburón Simón lo encuentre y se lo coma. Con la ayuda de los otros animales, logran sacar a Juanito a salvo y escapan del tiburón Simón. A partir de entonces, los pececitos aprenden la lección de no alejarse de casa sin supervisión adulta.