La cultura aimara se desarrolló alrededor del lago Titicaca en los Andes del sur de Perú y el norte de Bolivia. Los aimaras vivían en reinos independientes como los Collas y Lupacas, aunque compartían el idioma aimara, los asentamientos construidos en piedra en las laderas de los cerros, y los monumentos funerarios cilíndricos llamados chullpas. La influencia aimara se extendió a regiones vecinas a través del comercio y la migración.