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1. ¿De qué se trata el libro Cien años de Soledad?
Los “Cien años de Soledad” escritos por García Márquez, describen la historia de una familia forjada
a partir del incesto, es decir, relaciones entre parientes.
Pero más allá de eso, narra los acontecimientos que llevan a sus siete generaciones al mismo destino:
terminar sin la compañía de una persona amada.
Es así como el afamado escritor colombiano nos presenta los diferentes sucesos que cada
descendiente experimenta, reviviendo ciclos repetitivos de amores imposibles y soledad.
Igualmente, Gabo (apodo del escritor) realiza una interesante mezcla entre situaciones que bien
podrían ocurrir en la vida real, con otras inclinadas hacia la fantasía.
Por ejemplo, la pareja que inició con el árbol genealógico completo de la familia Buendía, temía tener
hijos porque, presuntamente, alguno nacería con cola de cerdo y estaría predestinado a fallecer,
acabando con toda la descendencia.
Los hechos se desarrollan en “Macondo”, un poblado ficticio establecido por el más antiguo del árbol
genealógico de los Buendía, José Arcadio, casado con su propia prima, Úrsula Iguarán.
Además, a la par del avance de cada personaje, el autor también explica el surgimiento, desarrollo y
final del lugar fundado por José.
Árbol genealógico de la familia Buendía
Un dato interesante acerca del primer matrimonio del árbol genealógico de la familia, es que,
antes de crear Macondo, habían emprendido un viaje sin retorno.
¿El motivo? José Arcadio asesinó a un hombre que sostuvo un duelo con él y, ahora, el fantasma de
su contrincante lo atormentaba.
Fue durante esa travesía, que el esposo de Úrsula se dispuso a levantar un pueblo nuevo en medio de
un claro en el bosque.
Tiempo después, la pareja de recién casados consumó su relación y concibió a los siguientes
descendientes de los Buendía, sin embargo, es muy útil conocer el árbol genealógico por
generaciones a fin de distinguir entre tantas personas con los mismos nombres:
Primera generación: los primos que se casaron
José Arcadio Buendía: un verdadero seguidor de las costumbres y novedades de los gitanos
que contribuyeron al desarrollo de Macondo. Era tan fuerte como dominante, pero murió atado
a un árbol después de enloquecer a raíz del supuesto fantasma que lo llevó a la locura.
Úrsula Iguarán: realmente era ella quien se encargaba de administrar los recursos financieros,
pues se caracterizó por ser trabajadora, firme y decidida. Ciega y carente de fuerzas, Úrsula
perdió la vida durante un diluvio que se prolongó por 5 días, tras una larga vida de soledad.
2. De esta primera unión marital nacieron tres hijos: el mayor con el mismo nombre de su padre, José
Arcadio Buendía, seguido de Amaranta y el coronel Aureliano Buendía, además de Rebeca, una hija
adoptiva.
Segunda generación: la época del coronel Aureliano
Rebeca: Úrsula la adoptó luego de que, presuntamente, unos primos la abandonaran. Al
crecer, contrajo matrimonio con su hermanastro, José Arcadio. Lamentablemente, al enviudar
se limitó a una vida de encierro y pasó su vejez totalmente amargada hasta que falleció.
José Arcadio: es el primero de los hermanos y se caracteriza por ser bastante impulsivo. En la
novela, se va de viaje por el mundo, logrando darle la vuelta unas 65 veces. Tuvo un amorío
con una gitana, pero luego de muchos años regresó a Macondo y se casó con su hermanastra,
Rebeca, con quien estuvo hasta que fue asesinado.
Amaranta: es la menor de los hermanos y al igual que sus familiares anteriores, tuvo un
romance con otro pariente, en este caso su sobrino, Aureliano José. Este último era el hijo del
coronel Aureliano, pero nunca se casaron. Su destino también fue una vida de amargura y
resentimiento. Incluso elaboró su mortaja.
Coronel Aureliano: era un revolucionario que batalló en 32 guerras civiles sin éxito alguno. Se
casó con Remedios Moscote, quien murió a temprana edad con gemelos en el vientre.
Realmente, el coronel pidió la mano de Remedios cuando ella apenas tenía 9 años, pero el
matrimonio sucedió después que esta alcanzó la pubertad.
Un dato importante, es que la siguiente generación de los Buendía continuó gracias a las relaciones de
Arcadio y Aureliano, fuera de sus matrimonios.
De hecho, ambos hermanos tuvieron a la misma amante, Pilar Ternero, quien se dedicaba a leer el
futuro a través de las cartas y dirigir un prostíbulo.
Tercera generación: los 17 Aurelianos y dos hermanos más
Los 17 aurelianos: nacieron como resultado de las aventuras que tuvo el coronel Aureliano
durante las guerras civiles y cada uno fue de madres diferentes. Ninguno de ellos adoptó el
apellido Buendía, por lo que llevaron el de sus progenitoras, pero murieron progresivamente y
no continuaron con su linaje.
Arcadio: aunque él no lo sabía, era el hijo de Pilar Ternero y José Arcadio. Su madre se
encargó de que Santa Sofía de la Piedad, una mujer trabajadora, se hiciera su pareja. Arcadio
se dedicaba a la docencia, pero más tarde logró dirigir el pueblo bajo la figura de “dictador”,
utilizando a sus estudiantes como una especie de ejército y lo fusilaron.
Aureliano José: otro de los hijos del coronel Aureliano fuera del matrimonio. Su madre también
era Pilar Ternero, pero fue criado por su tía Amaranta. Tuvo una relación con su tía, de quien
se enamoró, aunque también salía con Carmelita Montiel, una virgen de 20 años. Fue
asesinado antes de dormir con ella.
El destino de los Buendía se extendió cuatro generaciones más, gracias a los descendientes de
Arcadio y Santa Sofía, que fueron Remedios y los gemelos.
Cuarta generación: el período de los gemelos
3. Remedios “la bella”: mujer que hacía gala de su apodo, pues contaba con una belleza
inigualable, no obstante, quienes intentaban relacionarse con ella, siempre morían. Otro rasgo
particular era su personalidad. Vivía ensimismada y aparentaba tener retraso mental. Al morir,
ascendió al cielo tanto en cuerpo, como en alma.
Aureliano Segundo: él era el más fiestero y glotón, lo contrario a su esposa, Fernanda del
Carpio, una mujer religiosa, engreída, neurótica y perfeccionista. Disfrutaba de la compañía de
su amante, Petra Cotes, porque a la par de sus vigorosos encuentros sexuales, su rebaño
comenzaba a reproducirse inmediatamente.
José Arcadio Segundo: aparte de compartir un poderoso vínculo con Aureliano Segundo (su
gemelo), tenía algo más en común con él, un amorío con Petra. Vendió sus gallos y financió el
único barco que llegaba hasta Macondo. También se salvó de la masacre producida a raíz de
las huelgas en las empresas bananeras. José Arcadio Segundo no tuvo hijos, pero su
hermano, Aureliano Segundo, sí se encargó de seguir adelante con la estirpe.
Quinta generación: el principio del fin
Renata Remedios (Meme): conoció a Mauricio Babilonia, un aprendiz de mecánico con quien
tuvo un romance, pero Fernanda los descubrió e ideó un plan para matarlo. Luego de atentar
contra Mauricio, Fernanda envío a Meme a un convento donde dio a luz a un niño. Ella hizo un
voto de silencio por el resto de sus días.
José Arcadio: siguiendo las costumbres religiosas impartidas por su madre, fue enviado a
Roma para educarse e intentar convertirse en Papa. Lo cierto es que regresó pronto y encontró
el tesoro tan buscado por su padre. Lo derrochó sobre todo teniendo sexo con menores, pero 4
de ellos lo ahogaron y lo robaron.
Amaranta Úrsula: ella se crío en Europa, dentro de un convento. Al crecer se casó con un
aviador llamado Gastón y se regresaron a Macondo. Su esposo descubrió que tenía una
aventura con un hombre del pueblo, Aureliano Babilonia, por lo cual se marcha del lugar y la
abandona. Lo interesante es que su amante era el hijo de su hermana Meme, pero ninguno
de los dos estaba al tanto. Amaranta murió dando a luz a otro niño producto de un incesto.
Sexta generación: el penúltimo descendiente
Aureliano Babilonia: una vez que se enteraron de su nacimiento en el convento, lo trajeron a
Macondo para criarlo ocultando la información de su procedencia. Fue un hombre sabio, tanto,
que pudo descifrar unos escritos elaborados por un conocido gitano llamado Melquíades.
Cuando Aureliano Babilonia tradujo el texto, descubrió una profecía donde se explicaba el final
de los Buendía y el pueblo entero.
Séptima generación: el final del árbol genealógico
Aureliano: el último con sangre Buendía. Como consecuencia del parentesco entre sus
padres, el niño llegó al mundo con una especie de cola de cerdo. Al pequeño bebé se lo
llevaron las hormigas y se lo comieron, marcando así, el final de toda la descendencia tal como
lo profetizó Melquíades.
Así se terminan los Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, con siete generaciones de
acontecimientos inusuales y amores prohibidos.