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2
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DE REGRESO A LA VIDA
(COMING BACK TO LIFE)
AUTOBIOGRAFÍA DE PABLO FERNÁNDEZ-
COLÓN
(AUTOBIOGRAPHY OF PABLO FERNÁNDEZ-
COLÓN)
COPYRIGHT © JANUARY 27, 1993
Derechos reservados © 1994
Copyright 1994. All rights reserved
DE REGRESO A LA VIDA
COMING BACK TO LIFE
Escrito por:
Written by:
PABLO FERNÁNDEZ COLÓN
Primera Edición
Copyright © 21st
Century Network Enterprises
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Todos los derechos reservados
Prohibida la reproducción o transferencia por
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3
cualquier medio electrónico o impreso sin
autorización escrita del autor.
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21st
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Guayama Digital Communications Network Inc
Urb. Blondet H-168, Guayama, PR 00784
e-mail: www.prof_pfenandez@yahoo.com
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
4
PREÁMBULO
Quisiera escribir algo que no sólo cambiara
mi vida, sino también la de todos aquellos que lo
leyeran. Transportarme en alas de la palabra escrita y
conmover, extremecer, influir no sólo en mi sino en
otros, haciendo de sus vidas y la mía propia una
manifestación encarnada del poder de la palabra.
Cambiar el derrotero de la vida humana.
Estoy convencido de cuanto pueden influir los
escritos de un artista de la pluma en las vidas que son
impactadas por sus letras. Escribir con un solo
propósito en mente: Cambiar vidas tristes,
decepcionadas y sin esperanzas en vidas rebosantes
de alegría, de orgullo propio, de seguridad y de
humildad - características de aquel que
verdaderamente ha alcanzado el éxito.
Hacer feliz a todo aquel que lea mis escritos
de la misma manera que yo deseo ser feliz al darme a
mí mismo a otros mediante mis palabras. Si mis
palabras tuvieran el poder de cambiar vidas, quisiera
ser el primero en ser cambiado; porque en la medida
que mis palabras cambien mi vida, estaré convencido
que cambiarán también las vidas de otros. Así me
ayude Dios, así lo haré.
Mi propósito al escribir mi biografía no es
vanagloriarme ni exhaltar mi ego; simplemente
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
5
encontrarme conmigo mismo y alcanzar la paz de
mente y espíritu que tanto ansío.
No pretendo ofender los principios morales o
religiosos de nadie que lea este escrito; sencillamente
deseo dar a conocer los tragos amargos que he tenido
que beber como parte de mis andanzas por esta
existencia
Tampoco pretendo ofender, menospreciar o
faltarle a la dignidad de las personas que han dejado
huellas en mi vida, y que, agradables o
desagradables, son parte de mi propia vida. Sus
nombres - hasta donde sea posible serán reales, no
ficticios. De haber algún nombre ficticio, o alguna
omisión, será por la protección e integridad de la
persona aludida en mi escrito.
Deseo dejar mis huellas, para que otros las
sigan y no tropiecen ni caigan donde yo tropecé y
caí.
A ti, Lily Vélez, dedico este preámbulo.
Enero 8, 1991. 12:15 - 12:53 am.
PABLO FERNÁNDEZ-COLÓN
9 de agosto de 1993. 3:30 - 3:55 am.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
6
DEDICATORIA
El dedicar un libro no es sólo un formalismo
literario. Es el deseo genuino y sincero de que a
aquellos a quienes se le dedica, sientan la misma y
profunda satisfacción de aquél que lo dedica.
Dedico este libro a las siguientes personas y
organizaciones, gracias a las cuales hoy estoy vivo y
a quienes estaré el resto de mis días, que espero que
sean muchos, profundamente agradecido.
Primero a Dios, quien me ha permitido
regresar a la vida.
Al cirujano, Dr. José Lucas Pimentel
Fernández, gracias a quien, después de Dios,
estoy vivo hoy.
Al Grupo de Apoyo a Pacientes Ostomizados
del Sur de Puerto Rico, en especial a la Sra.
María Vázquez, su presidenta y al Sr. Ángel
Torres, pacientes ostomizados, quienes fueron
mi apoyo al momento de tomar la difícil
decision pero única oportunidad de vida: ser
sometido a una colostomía.
A la licenciada Iris Rivera Soto, de la
Farmacia Mir Mar en Guayama, Puerto Rico
y demás personal que allí labora, en especial
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
7
en el área de recetas y equipos para pacientes
ostomizados. No se imaginan lo agradecido
que les estoy. Sin dichos equipos y ascesorios
¿Qué sería de los pacientes ostomizados?
A mi madre, la profesora retirada María Luisa
Colón Navarro, (Q.E.P.D.), quien a pesar de
haber estado en una silla de ruedas debido a
un infarto cardiaco primeramente y luego a un
sinnúmero de derrames cerebrales, fue mi
motivo de vivir y seguir luchando aún
después de mi prolongada hospitalización y
posteriormente, intervenciones quirúrgicas.
A mis hermanos, Jesús David, Ruth
(Q.E.P.D.) y Carmen Leticia
“Letty”(Q.E.P.D.), quienes fueron más que
hermanos en mis más difíciles momentos
durante y después de mis intervenciones
quirúrgicas.
A mis pastores metodistas Reverendos
Bienvenido Güisao (Q.E.P.D.) y Pedro
Valentín Peláez Sepúlveda; no sólo por sus
oraciones, sino por su apoyo espiritual y
solidaridad en el dolor y en la crisis.
A mis hermanos y amigos de la Primera
Iglesia Metodista “Centenaria” de Guayama:
Charles W. Drees Memorial, en especial a
María Eliza y su esposo Jesús Rivera.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
8
A mi hermano, compañero en educación y
sostén espiritual en y de la Iglesia Metodista
de Guayama, ahora, Reverendo Miguel
Ramos Lozada.
A Paulino Berríos, hermano amigo y
contador, quien con sus sabios consejos me
dió paz en medio de mi crisis económica.
A Juan Martínez y su esposa Loyda
Rodríguez, hermanos en Cristo y compañeros
en el ministerio de la enseñanza en las
escuelas públicas de Puerto Rico.
A mis vecinos en la Calle H de la
Urbanización Blondet de Guayama, Puerto
Rico: en especial a Gloria (la alcaldeza de la
calle H), Emanuel su hijo, Doña Ony, Goyita,
María, hermana Justa Rivera, a su hija Zoé, a
Héctor “Felo” Rodríguez y su esposa Smyrna
Berberena. A Albert, a don Santiago
(Q.E.P.D), a Toñito (Q.E.P.D), a William y a
todos en la vecindad.
A mi hermano, compañero educador y amigo:
Aurelio Díaz, “Chiringo” y a Catherine; sé
que lloraste mi muerte en vida, pero hoy
disfrutas que yo siga “vivito y coleando”.
En reconocimiento póstumo, a la hermana
Lucía Ramos, (Q.E.P.D.).
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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A mis amigos y hermanos en Cristo de la
Primera Iglesia Pentecostal de Jesucristo Inc.,
en la Barriada Marín de Guayama, Reverendo
Francisco Berberena (Q.E.P.D), Rosa
Rodríguez de Berberena, a su familia y al
Concilio Iglesia Pentecostal de Jesucristo
(IPJ) tanto en Puerto Rico como en la
República Dominicana y Estados Unidos
continentales.
Al Reverendo Dr. Quitin Silva y su esposa
Rosa Silva, del Concilio IPJ en Queens,
Nueva York.
A mis hermanos y amigos de la Iglesia
Metodista “Community” de Jackson Heights
en Queens, Nueva York.
Al Reverendo Carlos Rosa ex Obispo de la
Iglesia de Dios No-Sectaria, Inc., mi ex-
director escolar en la Escuela Ramona
Mendoza Santos, (ahora Adela Brenes
Texidor) de la comunidad Puente de Jobos de
Guayama y a su esposa Elizabeth Lynn.
Al pastor y pastora de la Iglesia Fuente de
Agua Viva de Guayama, Reverendo Ramón
Marrero y su esposa Lizette Marrero.
A mi hermano y amigo, Ángel David Díaz
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
10
Gual “Pirata” (ahora “Paz”) y su familia.
Sean todos bendecidos.
Al hermano Lorenzo Cruz (Q.E.P.D.) y su
esposa Georgina Rodríguez; gracias por
“darme pon” los domingos al salir de su
programa radial en WXRF “Radio Guayama”
(ahora Radio Voz), 1590 AM.
A mi ex-novia “grillita”, Wanda Yadira Silva
Sánchez, “Miss Aguada Televisión, 1993” y
su señora madre, la profesora Virginia
Sánchez; también a (su hijo) Juan Kennedy
Silva Sánchez, esposa e hijos.
A todos mis compañeros maestros, personal
no docente y administrativo de la escuela
secundaria Adela Brenes Texidor de la
comunidad Puente de Jobos de Guayama, a su
ex-directora escolar y hermana en Cristo,
Midiam Gómez Curet. En especial a todos
mis ex-alumnos de dicha escuela, quienes me
ayudaban a montar en la silla de ruedas y me
llevaban por toda la escuela, muchas gracias.
A mis compañeros maestros, al personal
administrativo y no docente de la escuela de
la Comunidad, Dr. Rafaél López Landrón, “la
High” de Guayama y a sus ex directoras
escolares, Santa Velázquez y Evelyn Díaz
Suárez, con quienes comparto al día de hoy
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
11
labores educativas en bien de nuestra
juventud guayamesa.
A la doctora en oftalmología, Sra. María
Flores Bones; fuiste la “privilegiada” (según
los especialistas y cirujanos de ojos de la
clínica de oftalmología en el Hospital
Universitario del Centro Médico en Río
Piedras), en ser la primera en darse con el
primer y único caso de endolftalmitis severa,
relacionada directamente con colitis ulcerosa,
en una probabilidad de una en diez millones,
en todo Puerto Rico. Talvez no se repita este
“privilegio”, ya que soy yo el primer caso en
Puerto Rico y quien sabe si el único en el
resto de nuestras vidas.
Al Dr. Gilberto Rodríguez, Octómetra, quien
recibió el referido de la Dra. María Flores
Bones, para verme esa mañana del 26 de
diciembre del 1998.
A todas las y los enfermeros, médicos
especialistas en diversas ramas de la salud,
personal médico y de apoyo en general,
quienes intervinieron conmigo durante mi
extensa hospitalización en e1 Hospital
Episcopal Cristo Redentor de Guayama,
Puerto Rico. A la directora del Departamento
de Terapia Física, Sra. Nilda Pomales y a todo
su equipo de terapia física. Al fisiatra, Dr.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Derick Colón. A la Trabajadora Social, Sra.
Vicente, mi ex-alumna de ingles de la “Inter”
de Guayama. Al Capellán y pastor de la
capilla del hospital, Rev. Wrainwright.
Al Dr. Heriberto Martínez, oftalmólogo y
cirujano de ojos, quien me sacó mi ojo
derecho, con tal de que hoy estuviese vivo.
A la Administración, facultad y estudiantado
de la Universidad Interamericana de Puerto
Rico, Recinto de Guayama. En especial al
profesor Ramón Soltero, Director del
Departamento de Humanidades y a Sonia
Rivera, nuestra secretaria en Humanidades.
En forma especial a la Profa. Carmen Gladys
Rivera y a mis grupos de estudiantes de Inglés
del Programa Avance, curso escolar de marzo
1999, quienes me demostraron que sigo
siendo su ejemplo de superación. Nunca
olvidaré esa primera experiencia educativa
después de salir del hospital; sin un ojo, sin
intestino grueso y sin apéndice. Gracias a
ustedes que me demostraron que soy su
“mejor profesor”. A mis alumnos de la
“Inter” quienes tomaron los cursos de inglés
“On-line” – a la fuerza – de agosto a
diciembre, 2001.
Al licenciado en leyes, Juan Israel Arizmendi
Rivera, por sus contínuos consejos y asesoría
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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legal.
A mi colaboradora en Recursos Humanos en
Guayama Digital Printing, Milagros
Planadebal, Miss Patillas 1995, “La Barbie”.
Lisandra Velázquez, secretaria de Recursos
Humanos de GDP; Glenda Solís, secretaria de
Remembering Puerto Rico Inc. En forma
especial a Lisa Burgos Muñoz, asistente
administrativa en contabilidad de GDP y
RPR. Al licenciado Ivan David Jiménez
González-Rubio y a su esposa Frances
Enriquez, mis contadores de GDP y RPR.
A mi consejero en la Administración de
Rehabilitación Vocacional, Sr. Héctor Isona.
Sencillamente a tantas y tantas personas,
quienes en forma anónima me visitaron en el
hospital, me brindaron apoyo emocional y
oraron por mí. Gracias a todos ustedes estoy
vivo hoy.
Y por último, pero no menos importante, a la
Asociación de Pacientes Ostomizados de
Puerto Rico y al Equipo de Apoyo EII,
quienes al igual que yo, reconocen que “la
colostomía es vida” y día a día, dan la “lucha
x la vida”.
Si dejé de mencionar a alguien, por favor,
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
14
anote su nombre aquí:
A ____________________ por
______________________________.
Ahora les invito a que compartan conmigo el
contenido de este libro autobiográfico, y espero, en
especial a aquellos pacientes ostomizados en Puerto
Rico y en cualquier parte del universo a donde pueda
llegar este libro, a que se puedan identificar conmigo
en sus experiencias personales y que mis palabras le
sean de estímulo, motivos de superación y de éxito en
la vida.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
15
DE REGRESO A LA VIDA
(COMING BACK TO LIFE)
CONTENIDO
DEDICATORIA ************* 4-6
PREAMBULO *********** 7-14
CAPITULO UNO:
MI INFANCIA *********** 17-35
CAPITULO DOS:
MI ADOLESCENCIA ***** 36-58
CAPITULO TRES:
MI ENCUENTRO CON CRISTO
*********** 59-72
CAPITULO CUATRO:
MI NUEVO NACIMIENTO
******************** 73-87
CAPITULO CINCO:
MI REGRESO A PUERTO RICO
********************* 88-100
CAPITULO SEIS:
MI AÑOS DE ESTUDIANTE Y LIDER
JUVENIL ********** 101-146
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
16
CAPITULO SIETE:
MS ULTIMOS DIAS EN LA IGLESIA
PENTECOSTAL DE JESUCRISTO INC., EN
GUAYAMA *************** 147- 213
CAPITULO OCHO:
DIEZ AÑOS DE MALDICION
*********************** 214-295
CAPITULO NUEVE:
1992-1997: MI ULTIMA DESGRACIA
************************ 296-321
CAPITULO DIEZ:
1998: EL AÑO DE LA GRAN CRISIS
*********************** 322-365
CAPITULO ONCE:
DE REGRESO A LA VIDA
************************ 366-382
CAPITULO DOCE:
QUINCE AÑOS DESPÚES
*********************** 383-396
APENDICES MEDICOS
********************* 397-408
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
17
CAPÍTULO UNO:
MI INFANCIA
Un día 19 de noviembre del 1956, a la una de
la madrugada se inicia la vida de quien más tarde será
conocido con el nombre de Pablo "Pablito"
Fernández-Colón, el cuarto y último hijo de Don
Pablo Fernández Burgos y Doña María Luisa Colón
Navarro.
Tal vez el detalle más interesante que ocurrió
en mi recién llegada fue el hecho, según me relatara
mi madre años más tarde, que tan pronto fui puesto a
su lado, sin que ella ni nadie me guiara en la
búsqueda de mi primera fuente de alimentación, es
decir, el seno materno, lo primero que hice fue
agarrarme a sus pechos y comenzar a alimentarme
con su leche materna. Este detalle dio margen a
pensar, que si desde ese mismo momento, era capaz
de poder encontrar cualquier cosa que se hubiese
perdido o extraviado, podría ser la persona indicada
para encontrarlo, nuevamente.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
18
Un segundo detalle que también impactó a mi madre,
eran aquellos grandes negros ojos, curiosos y
atrevidos que poseía "Junior", como fui llamado por
mis familiares y amigos cercanos.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
19
Mami y sus cuatro muchachitos
Ese primer día de mi llegada tuvo que haber sido un
momento especial para Doña Luisa, o "Mami", como
le llamamos en casa.
Este día sería el último día de su maternidad,
pues decidió operarse para no tener más ningún otro
bebe. Ni modo, con cuatro "muchachitos" en total
tenía suficiente.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
20
Esa noche no sólo se conmemoró el
Descubrimiento de Puerto Rico, mi bella Isla del
Encanto, sino que también celebraban el nacimiento
de el cuarto nieto de Doña Encarnación, "Cachón",
mi Abuelita, y de Don Fortunato, "Tato" Colón-
Cordero. Perdone el olvido, el involuntario descuido
de no citar los apellidos de mi abuelita: Doña
Encarnación Navarro-Ramos.
Lamentablemente, no puedo expresar que mis
abuelos paternos: Don Rafael Fernández-Díaz y
Doña Vicenta Burgos-Ramos estuviesen igualmente
de contentos con mi llegada, pues nunca los conocí,
ya que murieron cuando mi padre apenas era un niño.
Pasó aquel mi primer día, y con el pasar del
tiempo, cuando ya tenía cuatro años, recuerdo una de
mis primeras travesuras: Tenía gran afección por el
fuego, así que decidí un día prender fuego a unas
matas de plátano que había en el patio posterior a
nuestra casa en el Barrio Guardarraya de Patillas.
Días más tarde, parece que ya había olvidado la
experiencia anterior y, esta vez, prendí fuego a unas
cortinas de la puerta que separaba la sala-comedor de
la cocina. Esta vez sí que el susto fue mayor y me
dió mi Madre tremenda paliza. Después de esta vez,
no volví a jugar con fuego.
Otro recuerdo llega a mi mente: Esta vez
tendría entre cuatro a cinco años de edad. Mi
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
21
hermano mayor - David - acostumbraba
frecuentemente despertarme cuando regresábamos de
la iglesia por las noches, poniendo su dedo índice en
mi boca y luego, hacerme creer que el dedo era el
biberón o "bibí" de leche. El siempre decía: "Toma,
nene, bebe tu bibí".
A los cinco años de edad mi mamá, que era
maestra, logró que me admitieran en el primer grado
de escuela elemental en la Escuela Tomas Vera-
Ayala, en el Sector Recio, del Barrio Guardarraya de
Patillas. Tres memorias claras llegan a mi mente de
aquellos primeros días de estudiante. La primera fue
de aquella mañana de mi primer día de estudiante:
Mi mamá me llevó a la Escuela y mi primera Maestra
Sra. Montes - me recibió en el aula escolar. Como se
podría esperar, mis deseos eran regresar a mi casa, y
comenzé a llorar al quedarme en la escuela. La
segunda memoria clara fue: el día de la vacunación.
Aquella fila larga de niños de mi edad, nerviosos
según se acercaba el momento del "pullazo". La
tercera memoria clara fue una mañana de mis
primeros días de estudiante: Cuando ya casi llegaba
a la escuela, me hice el enfermo y regresé a casa; me
escondí detrás de la puerta de mi cuarto dormitorio,
hasta que mi padre me encontró, y me llevó de
regreso a la escuela.
A la edad de seis años, tras haber aprobado mi
primer grado de escuela elemental o primaria, pasé a
mi segundo grado. El edificio en el cual se hallaba la
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
22
escuela, era conocida como la casa del ahorcado.
Nunca me atreví a almorzar allí, ya que precisamente
en la chimenea de aquel antiguo edificio español
donde se ubicaba ahora el comedor escolar, fue
donde "el ahorcado" decidió privarse de su vida.
Lo que recuerdo claramente de este año en
particular fue aquella drástica tarde en que el
Presidente de los Estados Unidos de América, John
F. Kennedy fue asesinado. Recuerdo el momento en
que las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos
fueron puestas a media asta en señal de duelo
nacional por su muerte violenta. Este mismo día - 22
de noviembre (1963) mi primo Juan Estevan "Lulito"
Colón-Ríos, nació.
Otro pequeño recuerdo fue un día en que mi
mejor amigo - Pedro Rodríguez y yo, mientras
regresábamos a nuestras casas tras haber terminado el
día escolar nos enfrentamos a las pedradas con otros
compañeros de escuela. El motivo de la pelea no lo
recuerdo, sólo recuerdo el incidente.
Al proximo año escolar 1963-64, para cursar
los próximos grados fui ubicado en la escuela
Segunda Unidad Manuel Mendía-Moret en el Barrio
Guardarraya de Patillas, Puerto Rico. Allí también
ocurrieron cosas interesantes que trataré de recordar y
compartir con ustedes, mis apreciados lectores.
En este año 1964, apenas recuerdo que mi
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
23
madre enseñaba en la Escuelita "La Rambla" en el
sector Recio de Guardarraya, pero yo sólo iba allí de
visita y para repasar mis tareas ya que ella también
enseñaba tercer grado. La Rambla era un antiguo
salón de baile que luego fue convertido en una
pequeña escuela de grados primarios. Posteriormente
fue cerrada. En la actualidad es la Ferretería
Guardarraya. ( año 2000).
De mi tercer grado puedo recordar que yo
estaba ubicado en el grupo 3-3, pero posteriormente
fui ubicado en el grupo 3-2. Mis hermanos Jesus
David, Carmen Leticia "Letty" y Ruth también
estudiaban en la misma escuela ya que cubría los
grados primero al noveno; posteriormente, Kinder
Garden también. Viene a mi memoria los siguientes
recuerdos: A veces iba al salón de Economía
Doméstica, donde Letty tomaba clases, y
atrevidamente decía: "Economía doméstica - dame un
poquito de agua"; ya que no sabía el nombre de la
maestra.
Otro recuerdo fue el día de San Valentín. En
la Escuela había una actividad por motivo al día de
los enamorados o de la amistad. Ese día yo estaba
vestido de Cupido; con mi arco y flecha. Conociendo
mi hermano David lo atrevido que yo era, al
prepararme el arco y la flecha, se aseguró que la
misma estubiese clavada al arco para que yo no fuese
a "flechar" a nadie; en particular a las preciosas
estudiantes que participaban en la actividad extra-
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
24
curricular. Fue un gran día este.
No puedo precisar el año en que ocurrió este
otro relato. Sólo puedo precisar que también había
una "fiesta" en la escuela. Mi hermana Ruth bailaba
con un compañero de clase de ella, cuando yo pasé
por su salón y le dije: "Ajá, se lo voy a decir a papi,
que estas bailando en la escuela". A lo que su
maestra replicó: "Nene, que mente sucia tú tienes".
Recordé inmediatamente que el día anterior yo estaba
pintando en casa. Me pasé la mano por la cien, y le
dije: " Maestra, yo no tengo la mente sucia; esto es
pintura". Otro momento interesante fue un día en que
por ir corriendo por los pasillos del edificio principal
de la escuela, al pretender doblar por el pasillo de
frente a la Oficina del Principal, por accidente entré
por la puerta del salón que quedaba antes del pasillo
frente a la Oficina y el salón de economía. La
maestra preguntó al grupo inmediatamente que yo
entré abrúptamente a su salón, interrumpiendo la
clase: "¿Alguien sabe quién es este loco?" A tal
respecto mi hermana Ruth contestó: "¡Quién va a
ser! - Es mi hermano".
Otros recuerdos que brotan en mi memoria
eran aquellos hermosos días cuando al salir de la
escuela a las 12:30 pm., pues teníamos un programa
de clase de matrícula alterna o "inter-locking". Al
regresar al sector Recio de Guardarraya, nos íbamos
costeando la orilla de la playa, disfrutando aquel
hermoso brazo del mar Caribe de más de cuatro a
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
25
cinco millas de largo. Aquellas aguas claras;
transparentes; siempre cristalinas. No caminábamos
de prisa, ya que disfrutábamos al máximo aquel bello
paisaje.
Los días de juego o "field-days" eran también
algo imborrable. La primera vez que participé en las
competencias fue en la carrera de cien metros sin
obstáculos. Antes de la competencia, mientras
"calentaba" accidentalmente me llevé "enrredado" los
cables de alambre "dulce" que enmarcaban el área de
competencia para que nadie entrara sin autorización.
Aún me parece ver las marcas de los alambres en mi
pecho, cintura y muslos. Ese día llegué tercero.
También recuerdo un día de la carrera del pavo en la
celebración del día de Acción de Gracias. La carrera
era de una milla, pero para mi resultó ser larguísima.
Mister Conde - el maestro de Educación Física me
gritaba: "Sigue, David, que te falta poco". Detrás de
mí sólo venían dos o tres corredores; luego la
ambulancia. Me gritaba "David" ya que él sabía que
David era mi hermano y era muy buen corredor de
larga distancia; pero yo no era David: Lo mío era
velocidad en cien y doscientos metros. Este día no
me gané ni el rabo del pavo.
A medida que escribo, más hermosos
recuerdos llegan a mi mente. Recuerdo mis primeros
romances: Mi primera "Novia" que tuve a la edad de
unos ocho o nueve años se llamaba Maritza; Maritza
de León, hija de Don Yayo De León, vecino de
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
26
Recio. Nuestro "noviazgo" sólo duró UNA
SEMANA. De esta primera aventura amorosa
recuerdo que le regalé en el día de los enamorados un
corazón con las siguientes palabras: "Maritza y
Junior se aman". Recuerdo que cuando ella lo recibió
estaba en la biblioteca escolar. Me dió un besito en
la mejilla y me pidió que le comprara en la tiendita de
Don Tommy un emparedado (sandwish). Yo,
contento y emocionado fui corriendo a la tienda de
Don Tommy y le traje su emparedado.
Mi segunda enamorada fue Nydia Lebrón,
hija del dueño de la Gasolinera Texaco de
Guardarraya, Don Fernándo. Recuerdo el día que
ella salió Reina de la Escuela en el desfile del día del
Field-day (día de juegos).
Pero Nydia nunca llegó a ser "novia mía" ya
que se hizo novia de un compañero del tercer grado -
Ramón; no recuerdo el apellido de Ramón, sólo
recuerdo que vivía en una casita pobre frente al
Restaurante "El Cofresí".
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
27
Ramón en su bicicleta Swinn #20 en el field-day
Sandra de León, hermana de Maritza, Reina
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
28
Deportiva del Field-day
Sandra de León, hermana de Maritza, Reina
Deportiva del Field-day
En este mismo año - 1964 - llegó del Estado de
California un nuevo compañero de estudios: Roberto
Rivera Padilla. Tenía algo muy peculiar en una de
sus manos - me parece que era la derecha - tenía
cuatro dedos solamente, ya que el dedo del medio se
separaba y formaba parte del índice y el penúltimo
dedo.
Menciono a Roberto ya que formamos luego
una gran amistad, a pesar que yo no sabía hablar
inglés y él casi no hablaba español. A Roberto
también le gustaba Nydia. Con el tiempo, creo que
cuando ya estabamos en sexto grado, conocí a la
muchacha que más me ha gustado en toda mi vida:
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
29
LAURA ISSETTE COLLAZO PADILLA, conocida
en su vecindario por el apodo de Laura "Tirita".
Laura Issette Collazo Padilla, alias "Tirita",
era prima de Roberto. Nunca la olvidaré porque fue
la muchacha que más me gustó en toda mi vida. Ella
era "llenita", pero con muy bonitas formas; sus
piernas eran las piernas más hermosas de todas en la
escuela. Sus ojos, negros, grandes y hermosos. Su
rostro hermosísimo. Sus cabellos, marron oscuro. Su
mirada me cautivaba. Ella ciertamente llevará el
primer lugar en mis recuerdos. En esos días se
escuchaba a menudo la canción de Raphael de
España - Raphael Martos - que de nombre llevaba
"LAURA". Aquellas estrofas inolvidables que
decían:
No he vuelto a encontrarla jamás, desde aquel
día.
De su vida no sé que será, desde aquel día.
Es posible que hoy tenga otro amor; una
nueva ilusión.
Oh quizás, llorará; oh quizás, llorará.
Oh quizás llorará, desde aquel día.
CORO
Nada soy, sin Laura, sin Laura, sin Laura,
Sin Laura, sin Laura,...sin su amor.
RAPHAEL
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
30
Cuando estaba en el séptimo grado, recuerdo
una experiencia en particular: Frente a la escuela se
construía el edificio de retiro de las Damas
Metodistas de la Iglesia Metodista Unida. Un día, a
la hora de receso, jugaba a "cojer" con algunos
compañeros de estudio. Desde la escalera del
segundo piso, cuando vi que ya se acercaba el
muchacho que tenía que atraparnos, antes de que éste
llegara, me trepé sobre las barandas del segundo piso
de las escaleras y, cuando ya me había lanzado de
pie, Héctor Gómez Fuster, que había sido "atrapado"
en ese mismo momento, me fue a "atrapar",
agarrandome de una pierna. Ya yo estaba en el aire,
cuando, me di una vuelta y caí de cabeza hacia abajo.
Como consecuencia, me fracturé el brazo izquierdo,
por lo que fui enyesado por un mes.
Ese día que me fracturé el brazo, me llevaron
primero a la unidad de salud familiar que había en los
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
31
predios escolares. De allí, acompañado de mi
hermana Ruth, me llevaron a Maunabo, al Hospital
Municipal. Recuerdo que me llevaron precísamente
en el auto Chevrolet Impala, convertible, rojo,
modelo 1962; auto en el que una de mis amigas-
Carmen Noelia – prima hermana de Ramón, había
salido en el desfile del día del Field-day ese año:
1969-70.
El día que me quitaron el yeso,
accidentalmente me dieron una cortadura superficial
al cortar el duro yeso. En una foto que me tomaron
ese día, por la tarde, en el muelle del Balneario Rosa
en Recio, aparezco aún con el vendaje
.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
32
Despues de este año escolar, 1969-70, pasé al
octavo grado. Este año fue algo peculiar. En este
año, ya mis intereses por la escuela no eran los
mismos. Ahora me pasaba con otros dos amigos:
Pifito y El Indio. No recuerdo sus nombres
verdaderos; sólo sus apodos. Pifito era el hijastro de
Don Sifre, el conductor de carros publicos, y el Indio,
era primo lejano mío, hijo de Don Laureano Díaz,
todos ellos vecinos de Recio.
Con Indio, acostumbraba fabricar "carritos"
de rueditas de bolines (cajas de bolas de diferenciales
de autos) y con ellos nos lanzábamos cuesta abajo en
las apenas pavimentadas carreteras de la Barriada
Recio. A mí nunca me pasó ningún accidente con
ellos, pero a otros muchachos de Recio no les fue
igual, ya que hasta hubo algunos accidentes con
algunos autos en los cruces de las calles empinadas.
Los problemas e incidentes que tuve con
Pifito e Indio fueron de otras dos índoles. Nos
envolvimos en prácticas de hurtos menores y
experiencias de carácter sexual como producto de los
cambios biológicos de nuestros cuerpos.
Ya Pifito tenía experiencias sexuales previas;
pues había embarazado a una muchacha de uno de los
residenciales públicos de Arroyo, y por esa razón, lo
habían enviado con su madre y su padastro a vivir en
Guardarraya.
La otra experiencia fue relacionada a la
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
33
práctica de hurtar propiedad ajena. Todo comenzó
como juegos de verano. La ganguita: Indio, Pifito y
Yo, decidimos una tarde ir hasta la escuela, que
estaba cerrada, ya que era un domingo por la tarde.
Entramos ocultándonos al patio de la escuela por el
área posterior a los edificios escolares. Ya teníamos
práctica abriendo puertas sin forzarlas, así que
entramos a algunos salones: de arte y de ciencia.
Sacamos tizas de colores, plasticina, crayolas
grandes, y del salón de ciencia algunos envaces;
probetas y tazas. Sólo por diversión.
Luego la diversión se movió al área cerca a
donde vivíamos, ya que el asunto del hurto en la
escuela estaba bajo investigación; pero nunca se supo
que habíamos sido nosotros. Comenzamos entrando
a una de las lanchas que se hallaban ancladas en el
muelle del Balneario Rosa. La lancha era de un
doctor. Luego, esa misma noche, como no hallamos
nada de valor en la lancha, decidimos entrar a la
residencia del Doctor. De allí sustraímos una cajita
de balas calibre 22, un teléfono, y alguna otra tontería
que encontramos de paso.
Un día, decidimos hacer algo más interesante.
A Pifito se le ocurrió que, mediante su ayuda, él le
hurtaría a su padastro algún dinero que éste ocultaba
en su casa para con el mismo ir a Yabucoa y
comprarnos una bicicleta para cada uno. Así mismo
pasó. Ese día madrugamos y nos fuimos en guagua
(vehículo público) al pueblo de Yabucoa y
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
34
compramos las bicicletas. De regreso de Yabucoa,
hicimos una parada en el pueblo de Maunabo y
decidimos desmantelar un poco las bicicletas para
que no parecieran nuevas; si alguien nos preguntaba
por las mismas, diríamos que eran prestadas.
Efectivamente; cuando llegamos a Guardarraya,
alguien se le ocurrió preguntarnos por las bicicletas.
De esta manera, al darnos cuenta de los problemas
que nos traerían las mismas si llegábamos en ellas a
nuestras casas, procedimos a ocultarlas en un pastizar
cerca a un manglar en la playa. Pero un niño que
pescaba junto a su padre, nos vió al ocultarlas. No
pasaron tres horas antes de que la policía nos fuera a
buscar a Indio y a mi y nos llevaran a casa de Pifito,
donde se conducía la investigación policiaca.
En la investigación, por no perjudicar a
Pifito, tanto Indio como yo dijimos que las bicicletas
tanto de Indio como mía, habían sido compradas con
dinero que habíamos ahorrado como resultado de
nuestros trabajos de limpieza a algunos patios en la
Urbanización San Pedro de Maunabo, lo que podría
ser corroborado por mis abuelos y tíos de Indio. El
caso quedó cerrado.
Pero los tres amigos fuimos separados bajo la
supervisión más directa de nuestros padres.
Debido a que mis padres se habían divorciado
desde que yo tenía siete años de edad, y yo vivía
prácticamente con mis otros tres hermanos (David,
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
35
Letty y Ruth) en nuestra casa en Recio, me enviaron
a vivir con mis abuelos en Maunabo. A Pifito lo
devolvieron con su abuela en Arroyo. Sólo Indio
quedó en Recio, bajo la supervisión de sus padres. No
nos volvimos a encontrar otra vez hasta muchos años
después, cuando ya éramos adultos y cada cual era un
ciudadano productivo y responsable; pero no nos
llegamos a encontrar los tres juntos nunca más, ni lo
podremos hacer; ya que Pifito murió de cancer en el
año de 1991. Sólo Indio y yo quedamos vivos, al día
de hoy: 10 de septiembre de 1993.
Sé que desean saber que fue de nuestras vidas
a partir de entonces y como fue que cada uno se
encontró con el otro por separado. Pero eso se lo
haré saber cuando les relate mis experiencias como
profesional y hombre adulto; ahora, seguimos con
mis años de adolescente.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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CAPÍTULO DOS:
M I A D O L E S C E N C I A
Para inicio del año escolar 1970-71, ya me
encontraba viviendo en el pueblo de Maunabo,
Puerto Rico. Recuerdo haber vivido primero en el
Barrio Calzada, sector Batey Columbia; antiguo
ingenio azucarero del pueblo Maunabeño. Vivía en
la casa de mi madre y su esposo; al lado de mi amigo
Gregorio "Goyito" Casanova y Monserrate "Monsita"
Rivera.
De las cosas interesantes que llegan a mi
memoria fue que: Primero llegué a vivir allí antes
que terminara el octavo grado (1970), ya que
recuerdo que en el verano yo estaba tomando un
campamento escolar en la Escuela S.U. Manuel
Mendía Moret de Guardarraya, y un día que hubo una
jira, llegué bien tarde a Maunabo, y por poco la
guagua escolar no me llevaba hasta Maunabo, pues la
escuela pertenecía al municipio de Patillas, y yo vivía
en un área fuera de Patillas; pero llegué bien. La jira
cubría el Pueblo de Utuado ya que visitamos El
Parque Ceremonial Indígena "Caguana".
El tiempo que viví en el Batey Columbia fue
muy corto; tal vez unos dos meses solamente.
Recuerdo los momentos que disfrutaba en el tiempo
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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de cultivo de caña o "zafra" como le llamamos en
Puerto Rico. A veces tomaba "pon" o transportación
gratuita con Goyito, Nelson - éste último mecánico
de allí mismo del Batey o algún otro camionero de
los de allí. Cuando los
muchachos me veían llegar en los camiones de caña
se quedaban sorprendidos; ya que ellos quisieran
también poder vivir aquella aventura tan arriesgada y
maravillosa.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
38
Digo arriesgada, porque a veces los camiones o
"troces" se descomponían o viraban en el trayecto del
viaje de Maunabo a la Central Laffayette en Arroyo o
Aguirre en Salinas. Lo peor era cuando el camión se
"viraba" o volcaba por exceso de carga muchas
veces. Yo nunca estuve en un viaje donde el camión
se volcara pero mi hermano David sí le llegó
Central Aguirre
Central Laffayette en Arroyo
a suceder. Si mal no recuerdo uno de los
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Camión volcado
"troces" de Pedro Torres (del Barrio Palo Seco de
Maunabo) que él conducía llegó a volcarse. Lo que
me pasó a mí un día fue cuando llegamos a la Central
Laffayette: una de las moledoras se había atascado
con las cadenas de uno de los camiones al éste estar
descargando sobre la plataforma inclinada de
descarga.
Plataforma de descargue de caña
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
40
Éste mismo día en que la Central de Arroyo
se descompuso, mi hermano David se encontraba
también allí en ese momento. Ese día el conducía el
camión "Torzon" de Anibal Sánchez del Barrio
Palma de Arroyo. De regreso, debido a que la central
seguía descompuesta llegué como a las nueve de la
noche a nuestra casa en Recio. Tremendo regaño
que mami me dió esa noche. Otro día volvió a
descomponerse la Central otra vez; esta vez regresé
con David en el "Torzon" de Anibal (torzon es un
camión de carga con un total de diez gomas en vez de
seis). Como podrán notar, contínuamente me pasaba
viviendo poco tiempo en diferentes lugares.
Muestras de un camión “Torzon”
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
41
Otro día estaba corriendo la bicicleta "Swinn
26" de diez velocidades de uno de mis amigos de
Guardarraya. Llegué hasta el Texaco de
Guardarraya, cuando noté que venía uno de los
camiones cargados de caña; viré lo más rápido
posible y fui a detenerme en uno de los "muritos" o
vaya de protección sobre una seca quebrada cerca de
"La Rambla".
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
42
Cuando ya casi estaba detenido para esperar
el camión e irme pedaleando detrás del mismo,
cuando fui a poner el pie izquierdo sobre el murito de
cemento; al soltar el freno de mano de la bicicleta, la
bicicleta siguió moviéndose, y me fui con todo y
bicicleta por en medio de dos de los muritos de
cemento y caí con la bicicleta encima de mí en la
seca quebrada. Cuando el camión pasó yo estaba en
el suelo tras haber caído desde una altura de unos
cinco a seis pies de altura. No me pasó nada;
tampoco a la bicicleta. Sólo el sustito de creer que
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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me iba a "romper" un hueso otra vez.
Volviendo otra vez a Maunabo, a la Central
Batey Columbia; recuerdo que a veces yo barría las
guaguas escolares de Goyito. A veces tenía la suerte
de encontrarme alguna que otra moneda al barrer.
Allí en el Batey fue que por primera vez aprendí a
conducir camiones y buses (guaguas escolares).
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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La zafra o cosecha de la caña de azucar
Lo único excitante de la Central Batey Columbia era
el periodo de zafra. El resto del tiempo prácticamente
no había nada interesante sucediendo allí. Lo que era
muy común allí era encontrar alguna que otra
muchacha con un hijo ilegítimo de alguno de
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
45
Los mecánicos del barrio. Bien, además de la zafra,
lo otro interesante que podía pasar allí era los
momentos en que se montaba el motor de algún auto
en reparación; recuerdo cuando salía con Nelson,
Anibal (otro de los mecánicos) o Goyito a probar el
motor recién instalado en los autos reparados.
Lo emocionante de la velocidad en la recta de
la Central hacia Palo Seco y las contínuas y
frecuentes ocasiones que nos quedábamos "a pie"
por desajustes mecánicos como producto de las
pruebas iniciales a los motores recién reparados. Una
última atracción en La Central era los momentos en
que nos fugábamos para el Río Maunabo y nos
bañábamos con las vestiduras de Adán y Eva (es
decir, desnudos). A mí no me gustaba tanto bañarme
en el río; primero por lo sucio y frío del agua, y
segundo, por lo fangoso del suelo del río. Lo mío era
el mar, no el río.
Cuando fui a vivir en la Urbanización San
Pedro de Maunabo, en la casa C-21, donde mis
abuelos habían comprado casa y se habían
mudado reciéntemente; aún la mayoria de las casas
estaban sin terminar o sin ser habitadas. Así que yo
también vine a ser uno de los primeros residentes de
San Pedro. Recuerdo algunas experiencias allí
vividas. Recuerdo que uno de los primeros vecinos
fue Héctor Gómez Fuster, antiguo compañero de
estudios en Guardarraya, quien también se había
mudado a Maunabo junto a sus padres y hermanas.
Nuestras diversiones en la recién construida
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
46
Urbanización eran: correr en bicicleta, meternos en
los balcones y techos de las casas deshabitadas y
convertirlas en nuestro "Club de los amigos". En
esos días fuímos Héctor, mi primo Perrie Artie Ortiz-
Colón y otro gran amigo, de apellido Goderich, que
en este momento no recuerdo su nombre, perdón, lo
recuerdo ahora: se llama Iván, Jose Iván "Guivin"
Rivera Goderich, a comprar un cuadro de bicicleta
"20" que había visto días antes en la "tienda" de
Pedro "El Sapo" en el Barrio Tumbao de Maunabo.
Luego habilitamos el cuadro y esa fue mi primera
bicicleta - realmente mía; no como las de la aventura
pasada en Recio.
Disfrutábamos muchísimo corriendo bici todo
el día; todos los días. Una vez que yo le iba a
cambiar el color a la bici, Iván y yo fuimos desde
Maunabo hasta Guayama en bici. Nos tomó más de
cuatro horas de ida. De regreso, paramos en la casa
de Recio, Guardarraya para allí dejar mi bici; la que
pintaríamos en días posteriores. Si mi memoria no
me falla, creo que regresamos los dos juntos en la
bici "Swinn 26" de Iván; ya que la mía se quedó en la
casa de Guardarraya. ¡Sí, así fue! Eso pasó un
sábado; el domingo después yo regresé a Guardarraya
en carro público para trabajar en mi bici. De regreso,
si mal no recuerdo, tuve que irme a pie a Maunabo.
Parece que alguien de la Central, creo que fue
Nelson, me dió pon.
Cuando hube montado ya mi bicicleta, regresé
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
47
con ella a Maunabo. ¡Quedo como nueva! Luego
recuerdo que unos meses más tarde, mi primo Pierre
Artie me obsequió un cuadro de bicicleta Sears # 20,
ya que en esos días había recibido una nueva bicicleta
como obsequio de sus padres. Decidí guardar el
cuadro que le compré a Pedro "El Sapo", y monté la
bicicleta en el cuadro Sears # 20. Le había puesto
una orquilla # 26 con estrellas # 52 y # 14. Era muy
liviana y rápida. A un muchacho del Barrio
Emajaguas de Maunabo, que ahora no recuerdo su
nombre le fascinó mi bici y me pidió que se la
cambiara por su bicicleta Swinn 26 de cuadro semi-
fino. Era un poco pesada, pero como el cuadro semi-
fino no era muy fácil de conseguir, procedí al
intercambio.
La nueva bici # 52-14 tamano #26 era mi
motivo para mis cortes de clase casi diarios a la clase
de español de noveno grado. Era mi última clase en
la tarde y yo "me perdía" a la hora de la clase para
correr bicicleta. Me encantaba pedalear detrás de los
nuevos y rápidos "trailers" de caña de transmisión
doble de diez velocidades; los que llevaban caña
desde las centrales de Yabucoa y Humacao hasta la
Central Aguirre en Salinas. Montaban más de
cincuenta millas por hora cargados. Así que la
emoción de ir pedaleando detrás de ellos era
realmente fantástica. El reto era pedalear tan rápido
para que el camión no me dejara "votado". Aún los
corredores atléticos de bici # 52-14, # 52-16, # 24 y
# 26, pedaleaban tras ellos para practicar y mejorar su
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
48
resistencia y velocidad.
Trailers de cargar caña de diez velocidades
Ya que mencioné los cortes de clase de español a las
dos y diez de la tarde, frecuentes, debo señalar que
aprové mi octavo grado en la S.U. Manuel Mendía
Moret de Guardarraya, y ahora estaba cursando el
noveno grado en la nueva escuela intermedia-
superior Rafael Casta Martínez de Maunabo.
Si no me equivoco, esta era la escuela más
grande que habían construido en todo Puerto Rico:
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
49
Era de tres pisos o plantas, con dos alas de salones,
formando una “N”. Pero lo curioso de esta escuela
era que, cuando era la más grande y nueva de todo
Puerto Rico para el nuevo año escolar 1970-71,
estubo todo el año anterior cerrada por falta de
Maestros.
¡Sinceramente, no me gustaba ya la Escuela!,
aún cuando era tan bonita. Ya mi interés, como había
dicho anteriormente, eran otras cosas. Este año, lo
más que me fascinaba era correr bicicletas. De ahí,
que como era de esperar, bajé las notas. Por primera
vez en mi vida de estudiante, obtuve una "D" en el
curso de álgebra de matemáticas de noveno grado.
Era estudiante en una nueva escuela, y no tenía
amistades, prácticamente.
Así que me era bastante difícil adaptarme a la
nueva escuela. Pero, sin embargo, recuerdo algunos
momentos que sí fueron muy interesantes;
especialmente cuando se trata de "muchachas":
Recuerdo a dos de ellas en la clase de inglés, ya que
siempre se sentaban mal y yo me pasaba "ligándolas"
todo el tiempo, porque a la verdad, que estaban
"buenísimas" las dos.
Delia era llenita, bien bonita, y Socorro era
lindísima pero bien delgadita. Recuerdo que después
que salía de la clase de inglés iva desesperado para el
baño de los varones a masturbarme porque salía
super exitado después de haber ligado estas dos
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
50
hermosas muchachas; casi todos los días.
La única clase que realmente me llamaba la
atención era la clase de dibujo técnico. La acción que
me interesaba más acontecía fuera de la escuela.
A la hora de almuerzo yo siempre iba a la
casa de mi abuela en la Urbanización San Pedro, pues
la escuela quedaba apenas minutos de distancia de la
Urbanización. Yo creo que era más lo que me
masturbaba que lo que me alimentaba. Tenía algunas
revistas pornográficas, y a veces invitaba a mi primo
Lulito, a que también entrase conmigo a mi cuarto
dormitorio para ver las revistas y masturbarme. Otras
veces, nos ocultábamos frente al auto de nuestra tía
Hilda, y allí jugábamos nuestros juegos sexuales.
En los primeros días del año escolar 1970-71,
llegó a nuestra casa en la Urbanización San Pedro, un
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
51
hombre, llamado Mr. González. Este hombre,
provenía del pueblo de Yabucoa, y le habían referido
nuestra casa para que se hospedara allí. había sido
asignado como principal en una de las escuelas en el
pueblo de Maunabo. Supongo que fue recomendado
para vivir con nosotros ya que creo que el había
trabajado con mami cuando ella era maestra y trabajó
en Yabucoa, o talvez fue referido por algún familiar
nuestro que lo conoció en el pueblo de Rio Piedras,
mientras él estudiaba en la Universidad de Puerto
Rico. No se exáctamente como llegó, lo que sí puedo
afirmar sin lugar a dudas es que se hospedó con
nosotros todo ese año 1970-71.
Este señor González parece que era un poco
"homosexual", aún cuando era un hombre casado y
con hijos. Digo esto, porque cuando él se enteró de
las aventuras sexuales y excesiva actividad sexual en
la cual yo estaba frecuentemente envuelto, parece que
por pedido de mis abuelos y tías, le pidieron que me
aconsejara en cuanto a la sexualidad y cómo
canalizar mis impulsos sexuales. Algunas de las
cosas que él me decía era que: la sexualidad era algo
bonito y normal; que durante los primeros años de mi
pubertar era de esperar esos impulsos violentos de
masturbarme y de procurar estar envuelto en
actividades sexuales con bastante frecuencia.
Hasta aquí todo me parecía lógico y
aceptable. Pero lo que no me estubo aceptable fue
que un día me pidió que le pasara las manos por
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
52
sus..., tras el haberse bajado sus pantalocillos. Ahí
fue cuando note que este señor manifestaba unas
tendencias un poco desviadas de lo que yo entendía
un hombre completo debía ser. Yo recuerdo que
desde bien pequeñito, tal vez de tres o cuatro años de
edad, yo poseía un claro entendimiento de mi
masculinidad, y siempre tenía bién claro que me
atraian las muchachas o niñas. Que si me envolvía
con niñitos de tres o cuatro a cinco años de edad en
mis experiencias y aventuras sexuales e inocentes,
era porque mis juegos eran de varoncitos; jugar con
"carritos, camioncitos, trompos, canicas o corotes,
volar chiringas o cometas, pescar, etcetera"; pero
nunca jugar a "la niñita". Que yo bien recuerde, yo
nunca me vestí de mujer ni jugué con sus prendas
femeninas.
Es tan así, que ahora recuerdo un incidente
cuando yo tendría talvez tres o cuatro años de edad:
Un día, Olga Rodríguez-Rivera, quien hoy en día es
mi cuñada, y esposa de mi hermano David, por
equivocación me fue a regañar y me dijo "NENA"; a
lo que yo, furiosamente y enérgicamente le repliqué:
"Yo no soy ninguna nena". Me estuvo malo que me
llamara “nena”, y mucho más cuando me lo dijo
frente a Damaris, su hermana, quien me gustaba
muchísimo; aunque ella era un poco mayor que yo.
Regresando al relato del señor González.
Como habia mencionado previamente, me estuvo
raro y de mal gusto sus insinuaciones a que le pasara
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
53
las manos por sus nalgas descubiertas, y peor aún,
que él admitiera que él se seguía definiendo como
todo un hombre completo aún tras haberme permitido
que le "sobara" sus nalgas. Así, que decidí ya no
estar mucho con él, ya que dudaba de su
masculinidad.
Parece que sus ofrecimientos sexuales,
surgían como resultado de las quejas que le habrían
dado no sólo mis tías o abuelos, sino también, mi
vecina, en la casa C-20; ya que tal vez su hijo, de
nombre Ramoncito, se pasaba mucho conmigo, y a
veces yo me iba con él a las piezas de caña recien
cortadas que se hallaban en los terrenos inmediatos a
la Urbanización San Pedro. Supongo que por este
incidente fue que Mister González se ofrecio de
victima para que yo "canalizace" mis impulsos
sexuales, y no molestase a otros niños.
En cuanto a niñas se refiere, yo nunca tuve
ninguna experiencia sexual con alguna. Recuerdo
que cuando pequeñito, de unos cuatro años tal vez,
jugaba a solas con mi primita Vangie, pero nada malo
hicimos; solo que oribámamos juntos escondidos
detrás de la tienda de Monse, el padre de Monsita .
Eso fue todo.
Otro incidente aislado, lo fue cuando yo iba a
la casa de mi tío Lulo. Lulo y su cuñado Pedro Juan,
electricistas ambos, siempre se pasaban hablando de
mujeres y se pasaban molestando con palabras de
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
54
contenido sexual a las empleadas domesticas que
trabajaban en su casa, ya que Kitty, su esposa se
hallaba atendiendo la tienda de ropas que tenían al
frente de su casa, en la esquina de la Muñoz-Rivera y
frente a la antigua Farmacia de Don Gume Gallardo,
detrás de la Iglesia Católica de Maunabo.
Un día, mientras yo me encontraba alli, le
pedí a Lulito que jugase al noviesito con sus
hermanitas Linda y Cucusa. Pero esto fue todo,
nunca hubo un ataque sexual para con ninguna de
ellas de parte mía ni de Lulito. Sólo lo que acabo de
citar; jueguitos de niños.
Volviendo al año 1970, ya cerca del periodo
navideño, cuando la Ford Motors Company,
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
55
manufacturera de el auto deportivo Mustang,
anunciaba mediante comerciales televisados, su
nuevo modelo MUSTANG GRANDÉ, modelo
1971.Aún me es dificil porque, cada vez que veía este
comercial de TV, experimentaba una extraña
sensación, de que el año 1971, que apenas se
acercaba, sería mi último año de vida. Tenía ese raro
presentimiento. En esos días, mi madre se hallaba
residiendo en la ciudad de Hoboken, New Jersey,
Estados Unidos de America. Ella se había divorciado
de su segundo esposo y se había trasladado al estado
de New Jersey.
En una de sus cartas que nos escribiera a sus
hijos y familiares en Maunabo, nos hacía saber que se
había encontrado con mi padre, Pablo Fernández
Burgos, y con mi hermana Letty, quien para este
tiempo residía en Manhattan, New York con mi
padre. También nos hacía saber que regresaba junto
a mi padre y que habían decidido unir sus vidas
nuevamente y contraer nupcias matrimoniales por
segunda vez.
En otra de sus cartas, nos hacía saber que para
el próximo verano, 1971, nos enviaría los pasajes
para que tanto Ruth, mi hermana, como yo, nos
fuéramos a pasar nuestras vacaciones de verano con
ellos, quienes para este entonces, vivían en el 10-38
de Freeman Street, en el Bronx, New York.
No entiendo aún, pero un cambio comenzó a
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
56
surgir en mi vida: sentía miedo. Era navidad, pero
en mi no había felicidad. Se escuchaba por la radio
las canciones de Bobby Cruz y Richie Rey y de
Willie Colón; en particular aquella cancion con un
ritmo combinado de Salsa y algo de Jazz que decia:
Si tú quieres bailar, este ritmo africano yo te
enseñaré a bailarlo....
Los nuevos ritmos de salsa y boogaloo de los 70’s.
Creo que era la canción de Willie Colón con Héctor
Lavoe, “Che che colé”.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
57
A mi memoria llegan los recuerdos de aquella noche
de despedida del año 1970: Había ido a la plaza de
Maunabo. Mientras celebraban la misa de fin de año,
recuerdo entre otras cosas, dos incidentes que
acontecieron esa noche exáctamente frente a la puerta
principal de la Iglesia Católica.
Lo primero que allí pasó fue una pelea entre
un muchacho, aparentemente un poco bebido y uno
de los muchachos vecino de la Central Columbia; al
parecer este hombre un poco borracho, le hizo un
comentario ofensivo a la novia del muchacho de la
Central, estando este junto a ella. De inmediato se
entraron a los puños y recuerdo claramente que a
Eduardo, (ahora recuerdo su nombre), se le zafó su
reloj de pulsera y se le cayó al suelo durante la pelea.
Luego de la misma, alguien se lo entregó. Creo que
algunas personas salieron de la misa para ver la
pelea. El segundo incidente fue producido por mí
mismo. Tenía un petardo o explosivo, y lo encendí.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
58
Tras encenderlo, procedí a tirarlo exactamente frente
a la puerta de la Iglesia mientras la misa se celebraba.
Afortunadamente, uno de mis amigos se dió cuenta y
lo piso antes de que el mismo estallara. Creo que el
amigo fue Guivin. Él me dijo: "Estás loco".
Antes de que las campanas de la Iglesia
tocaran indicando que había terminado el año,
recuerdo que me dió con ir a la casa de mi Tío Tatín,
quien vivía en la misma calle Muñoz-Rivera,
prácticamente frente a la plaza pública; apenas a unos
diez piés de distancia de la casa de Lulo. En la casa
de Tatín, tomé una cerveza o "fría" guilladito, ya que
yo sólo tenía 14 años apenas cumplidos el pasado 19
de noviembre de ese saliente año 1970.
De la casa de mi tío Tatín, regresé a la casa de
mis abuelos en San Pedro. No recuerdo bien si de
paso entré la casa de Lulo. Creo que sí; entré par de
minutos solamente. Luego me fuí a San Pedro,
pasando la despedida de año ya acostado en casa.
Sólo deseaba que amaneciera para ir a correr en
bicicleta con mis amigos. Ciertamente esta sería la
última navidad que pasaría en mi Isla del Encanto
hasta dos años más tarde, que regresaría de nuevo a
Puerto Rico.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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CAPÍTULO TRES
MI ENCUENTRO CON CRISTO
Despues de aquella noche de despedida del
año viejo 1970 y recibimiento del nuevo año 1971,
mi vida comenzó a demostrar ciertos cambios
notables y tal vez, un tanto inexplicables. Todo
parece indicar que yo me estaba preparando para un
gran cambio en mi vida.
En estos primeros días del nuevo año mi
hermano David había decidido ingresar a las fuerzas
armadas (ARMY) y después de las navidades se
reportó a la base militar asignada en el estado de
Carolina del Norte. Como mencioné en el capítulo
anterior, mi hermana Letty vivía con mi padre y
madre en New York. Mi hermana Ruth vivía con mi
tía Toña en la casa de esta última en el centro del
pueblo; bastante cerca de la casa de Tatín y Lulo.
Pasaron los primeros cinco meses rápidamente y
llegó el fin del año escolar 1970-71. En este año,
1971, me graduaba de noveno grado; pero ni siquiera
me presenté ni a los actos de graduación ni mucho
menos al baile de graduación. Mi diversión era
correr en bicicleta todo el tiempo.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
60
Llego el mes de junio y me preparaba para ir
de vacaciones a Nueva York. Evangeline, Vangie,
mi prima iría también con Ruth y conmigo a pasar
sus vacaciones en New York. Tantas cosas estaban
cambiando en mí. Decidí regalarle a Piere Artie, mi
primo y a algunos amigos, las revistas pornográficas
que tenía. Llevé mi bicicleta "Swinn 26", de cuadro
semi-fino a la casa nuestra en Guardarraya. Todo
ciertamente indicaba que me estaba preparando para
un gran cambio en mi vida. Sentía que me iba a
morir ese mismo año.
Al fin llego el dia de partir hacia New York.
Yo nunca usaba corbata, así que ni tan siquiera las
sabía preparar. Recuerdo que Vangie fue la que me
hizo el lazo de la corbata. Parece que fue un día 12
de junio de 1971, sábado, que partimos hacia New
York. En esos días a mí me gustaba Vangie
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muchísimo.
Estaba hermosa; con sus cabellos largos,
formas perfectas y muy bonita de rostro. Parece que
estaba enamorado de ella. Los amigos míos, cuando
supieron que me iba, fueron a despedirse de mí.
Recuerdo que uno de ellos me dijo: "Aprovecha que
ella también va contigo para New York y ... allá.
Muchas veces me masturbaba pensando en ella.
Llegamos al Aeropuerto Internacional Isla
Verde, en San Juan, Puerto Rico. Como Ruth era la
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mayor de los tres, era la que estaba a cargo de Vangie
y yo. Vangie era bien activa. No se quedaba quieta
en ningún sitio, y ya Ruth estaba desesperada con
ella. Se pasaba regañándola todo el tiempo. El viaje
fue muy bueno y llegamos al Aeropuerto John F.
Kennedy en New York. Papi, Mami y Letty nos
estaban esperando en el aeropuerto JFK. Era la
primera vez que salía fuera de Puerto Rico. Bueno,
no exactamente la primera; era la segunda, ya que
cuando yo tenía apenas un mes de nacido, en 1956,
mis padres me habían llevado a New York. Pero eso
yo no lo recuerdo, así que para mí, esta era mi
primera vez que viajaba en avión.
Este día era un día hermoso. Llegamos como
a las cinco de la tarde a N.Y. Estaba maravillado al
ver los edificios altos, el Triboro Bridge (puente), la
exposición de la gran feria científica que se había
celebrado en N.Y. Ver aquel gran globo del mundo
que se conserva como un recuerdo permanente de
aquella gran feria.
Cuando salimos del Sheridan Expressway y
doblamos en la esquina del Sheridan Parkway y la
calle Freeman, al llegar frente al edificio 10-38, lo
que más me llamó la atención, fue ver aquél grupo de
niños que jugaban en la toma de agua de emergencia
(pompa) tirando aquel gran chorro de agua a toda
presión, que llegaba hasta el tercer piso del edificio
del 10-38 de la Calle Freeman; lugar donde iría a
residir por dos años; en el apartamento 2B.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Parecía como si aquél día no fuese a terminar
jamás, ya que eran casi las nueve de la noche y aún
no había oscurecido. Yo no estaba acostumbrado a
ver días tan largos como lo son en New York durante
el verano.
Foto tomada en el techo o “rufo” del edificio:
Mami, Papi, Ruth, Vangie y yo.
Asi que nos divertimos bastante rato viendo a los
muchachos jugar en la boca de incendio; arrojando
chorros de agua a presión, utilizando un pote sin
tapas en ambos extremos; mojando así a cuanto auto
pasaba por allí. Fue un día agradable.
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El próximo día era domingo; así que nos preparamos
para asistir a la escuela biblica dominical en la Iglesia
Asambleas de Iglesias Pentecostales de Jesucristo
Inc. Iglesia a la cual mis padres y mi hermana Letty
asistían. Esta Iglesia estaba ubicada en la calle
Westfarm Road, bastante cerca de donde nosotros
vivíamos. Me sentí bastante raro entrar a una Iglesia;
pues hacía bastante tiempo que no asistía a ninguna.
No recuerdo haber asistido a ninguna Iglesia excepto
a la Iglesia Pentecostal de Jesucristo Inc., que
radicaba en el sector Malapascua; del barrio
Guardarraya, en el pueblo de Patillas, Puerto Rico.
Pero eso había sido muchos años atrás, cuando
apenas era un niño de unos cinco o seis años; antes
que mis padres se hubiesen divorciado, más de siete
años atrás. Así, que después de más de siete años,
regresaba a una Iglesia otra vez. No estaba
acostumbrado a aquél ambiente.
La clase bíblica estuvo bastante interesante;
creo que se trataba de David y Goliat, o algo por el
estilo. Recuerdo que se reunía la clase de jovenes en
la parte anterior del templo; entre la entrada principal
de la Iglesia y las dos puertas secundarias. Tambien
recuerdo que el maestro de los jovenes era el
"Hermano Carlos Morales"; joven dinámico, cuñado
del novio de mi hermana, Papo, o sea; Hector Luis
Marrero. Carlos era novio de la sobrina de Papo,
Nydia “Nicky” Marrero. Bueno, no era exactamente
cuñado de Papo; era yerno del hermano de Papo;
Miguel, padre de Nicky.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Este primer domingo 13 de junio de 1971, tras
haber salido de la clase bíblica dominical, regresamos
a casa. Recuerdo que al frente de nuestro edificio
había un club hispano. En estos dias se escuchaba
mucho las canciones de Jose Feliciano, en especial
aquella que trataba de una muchacha de mi pueblo y
una guitarra. Parece que decía algo así:
"Que será, que será, que será;
Que será de mi vida sin tu amor.
Por la noche mi guitarra, tristemente sonara,
Y una niña de mi pueblo, llorará."
A la parte de arriba de nuestro apartamento,
en el tercer piso, vivía una muchachita bien bonita
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ella, Puertorriqueña, del pueblo de Santurce, Puerto
Rico. En este momento no logro recordar su nombre;
sólo recuerdo que ella tenia un impedimento físico:
era "cojita". Tenía una cadera dislocada y caminaba
torcida de un lado. La menciono, ya que ella vino a
ser una amiguita muy especial para mí; yo diría que
prácticamente novia.
Ella tenía dos hermanitos, quienes fueron mis
amigos, además de vecinos. Esta chica,
contínuamente era sometida a intervenciones
quirúrgicas, bastantes frecuentes. Su recuerdo
quedará en mi mente por siempre; es así, ya que al
año de yo haber regresado a Puerto Rico otra vez, es
decir, 1974, mi hermana Letty nos escribio
haciéndonos saber que ella había muerto. En su
memoria guardo un minuto eterno de silencio y
respeto. Y en su memoria, cada vez que escucho la
canción de José Feliciano, el ciego, me parece verla a
ella; asomarse a la ventana de su apartamento o
sentarse sobre la misma; frente a la salida de
incendios o "fire-escape". Tan pronto recuerde su
nombre, se los hare saber; queridos lectores.
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Fotos en el Bronx, verano 1971, cerca de nuestro
edificio
Aquél verano de 1971 pasó rápido. Recuerdo que
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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visitamos el Bronx Zoo o zoológico del Bronx unas
cuantas veces. Lo más que me fascinaba del mismo
eran las vitrinas de los pinguinos; vestidos ellos tan
elegantes con sus gavanes largos o "smoky".
Tambien disfrutaba mucho el pasar a pie por el
Sheridan Avenue, cuando íbamos desde nuestra casa
hasta el zoológico o a visitar los familiares de Papo
en la calle 180. Me parece recordar claramente la
cascada artificial del Río del Bronx, o Bronx River,
que había en el zoológico, en el extremo que miraba
hacia la 180.
Lo más que me gustaba al pasar a pie por la
Avenida Sheridan era aquella impresionante pared de
piedras cubiertas con particulas metálicas que
resplandecían frente a los rayos del sol, cual si fueran
piedras de oro. Cada vez que pasaba por allí, siempre
me paraba para recojer alguna que otra piedrecita
metálica con aleaciones que parecían tener
incrustaciones de oro y plata. Obviamente, no eran
piedras de oro; de lo contrario no estarían allí al
alcanze de todos los transeuntes.
Otras veces íbamos de paseo a Manhattan, o a
visitar nuestros tíos Andres y Cruz Fernández en
Brooklyn. Otras veces íbamos a la tienda Macy's o al
Empire State Building; edificio, que para este año
1971, era el edificio o rascacielos más alto de todo el
Mundo. Los edificios Torres Gemelas o "Twin
Towers" de lo que era el futuro World Trade Center
apenas se construían en este tiempo. Así que el
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Empire State Building reinaba en las alturas de todo
Manhattan.
Tambien de cuando en vez caminábamos por
la Avenida Broadway hasta llegar a Times Square.
Me encantaba comer pizzas; así que de cuando en vez
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entrábamos a una pizzeria italiana a comer aquellas
grandes, calientes y sabrosas pizzas.
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tanto
Ruth como Vangie regresarían a Puerto Rico,
recuerdo aquella mañana del 11 de julio de 1971.
Esa mañana no asistí a la escuela bíblica de la Iglesia.
No me encontraba bien de salud; así que me quedé en
casa escuchando unos discos de música cristiana:
Pacheco, Carmen Sanabria y Daniel Antonetti, entre
otros cantantes de música sacra o sagrada. Pero
recuerdo una grabación en particular: Era el Mensaje
Profetico del Evangelista Yiye Avila -
TERREMOTO.
Recuerdo sus palabras claramente, cuando
citaba "¿Vas a permitir que tu vida se derrumbe como
una choza, y la ira de Dios caiga sobre ti cual un
fuerte viento o terremoto?” - citaba: "Porque
temblará la tierra como un borracho, y se
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extremecerá como una choza. Porque su pecado
pesa sobre sus hombros".
Aquella mañana del domingo 11 de julio de 1971,
por primera vez en mi vida entendí que DIOS
hablaba directamente conmigo y no me permitiría
seguir la vida que llevaba de rechazarle
contínuamente como lo había hecho tantas otras
veces. Muchas veces, mientras estudiaba en la
Escuela Superior Rafael Casta Martínez de Maunabo,
Puerto Rico, los muchachos de la Iglesia Defensores
de la Fe Cristiana del barrio Calzada de Maunabo,
contínuamente me invitaban a su Iglesia y a sus
reuniones religiosas; a lo cual yo nunca les prestaba
atención y seguía mi vida apartado completamente de
DIOS. Años anteriores, recuerdo que mi amigo Jorge
Luis Berrios del barrio Guardarraya de Patillas,
Puerto Rico, también me invitaba a que asistiese a
sus reuniones de católicos carismáticos “cursillistas”,
que en esos años se iniciaban en la Isla de Puerto
Rico. El entendía que yo debía buscar de DIOS ya
que me estaba metiendo en problemas como
resultado de mi amistad con Indio y Pifito.
Tambien Pepo de Jesus, el hijo de Mrs. Delia
Colón, la esposa de Don Pepito, dueños del
restaurante JOAN ONELIA en Recio, Guardarraya
deseaba que yo mejorase mi estilo de vida y sobre
todo, mi vocabulario; el cual era bastante obsceno en
esos días cuando yo vivía en nuestra casa en Recio,
Guardarraya.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Como había citado previamente, yo sentía que
el año 1971 sería mi último año de vida. Así que
aquella mañana del 11 de julio, decidí por primera
vez en mi vida, permitirle a DIOS que llegase a mi
vida. En ese momento comencé a llorar, pues por
primera vez experimentaba lo que era el
arrepentimiento que me lleva a la salvación. Llamé a
mi padre y le pedí que orara por mí, ya que deseaba
aceptar a CRISTO como mi salvador personal esa
misma mañana. Mi padre oró por mí en ese mismo
momento.
Esa noche en la Iglesia no recuerdo el
mensaje que el Reverendo Antonio "Tony" Acosta,
pastor de la Iglesia, predicara. Sólo recuerdo que
estube llorando de rodillas durante todo el servicio; al
finalizar el mensaje, mi padre me llevó al altar para
que el Hno. Tony orara por mí. ESTA NOCHE ME
CONVERTÍ AL SEÑOR JESUCRISTO; aceptaba la
nueva vida que ÉL me ofrecía. Había nacido de
nuevo !ALELUYA!
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CAPITULO CUATRO
MI NUEVO NACIMIENTO
A la edad de catorce años, aquella hermosa e
inolvidable mañana del domingo 11 de julio de 1971
tuve la gracia de ser llamado por DIOS a vivir una
nueva vida - había nacido nuevamente; mas no del
vientre de mi madre otra vez sino del AGUA y del
ESPIRITU.
Como había augurado a finales del año
anterior, para el periodo navideño del año 1970,
mientras veía por televisión los anuncios comerciales
de la Ford Motors Company, introduciendo el nuevo
modelo Mustang Grandé 1971; sentía para aquellos
días que ciertamente moriría para el año entrante -
1971 - y no me equivoqué. Morí a mi antigua
manera de vivir. Mi antiguo hombre - el viejo
hombre carnal y mundano, había muerto esta mañana
del 11 de julio. Ciertamente un cambio
extraordinario se produciría en mí a partir de esta
experiencia espiritual.
A partir de este día, experimentaba gozo en
mi vida; sentía que había felicidad en mi alma y
espíritu. Por vez primera deseaba dedicar mi vida a
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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DIOS. No había sido simplemente un acto de
carácter emocional; era algo real. Una experiencia
rara pero placentera. Sabía que era una nueva
persona. Ahora entendía porque antes de salir de
Puerto Rico había tomado la decisión de regalar todas
las revistas pornográficas que poseía. Mi nueva
revista, a partir de este momento sería LA BIBLIA -
la PALABRA DE DIOS!
Pero algo sucedió en los primeros días de la
semana entrante: En la primera semana de
convertido tuve mi primera prueba. Como había
citado anteriormente, esa mañana del 11 de julio me
sentía un poco enfermo. En la semana siguiente del
12 al 18 de este mismo mes adquirí una infección en
mi boca. Toda la boca estaba llena de una mucosidad
que me impedía tragar alimentos, incluyendo
líquidos. La garganta me ardía y casi no podía abrir
la boca. También en mis órganos genitales estaba la
presencia de aquella mucosidad de mal apariencia
amarillosa y de olor desagradable. Casi no podía
orinar. Así, que mis padres preocupados, me llevaron
al Lincoln Hospital. Me recetaron lavados o
enjuagues con agua bórica; pero esto me puso peor de
lo que estaba. La infección había aumentado.
Al ver mis padres que la infección no cesaba,
me llevaron de nuevo al Hospital. Pero si mal no
recuerdo, esta vez no fueron al Hospital Lincoln, sino
al San Juan Medical Center, en la esquina de
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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Westchester Avenue y Southern Boulevard. Me
vieron los médicos de allí y esta vez me recetaron
Cloraseptic. Tras varias gárgaras con el Cloraseptic
me mejoré rápidamente en los próximos dos a tres
días, después de más de una semana de haber
adquirido aquella terrible infección. Si mal no
recuerdo, para las partes genitales me recetaron una
crema y lavados periódicos con agua tíbia. Había
pasado ya la crisis.
Mi hermana Ruth y Vangie, mi prima,
regresaban a Puerto Rico en esos mismos días; así
que no las pude acompañar al aeropuerto para
despedirme de ellas, pues aún no me había
recuperado plenamente. Sólo recuerdo un día, creo
que fue el día antes de que ellas regresaran a "la Isla".
Mientras me encontraba recostado con mi cabeza
sobre la falda de Vangie, ella me pasaba sus manos
por mi frente y me decía aquellas palabras del
escritor William Shakespeare:
"To be or not to be"
Luego añadió: ¡Ahora o nunca!
Nunca supe lo que realmente me quería decir
con esas palabras. Si era que me estaba haciendo una
proposición amorosa para que la tomara ese mismo
día, o si sólo se trataba de palabras vacías. Al día de
hoy, todavía desconozco el contenido simbólico de
las
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mismas, si es que había algún mensaje personal
envuelto en las mismas. No sé si ella también se
había enamorado de mí como lo había hecho yo de
ella. Sólo puedo decir que se portó muy tierna y
amorosa conmigo mientras me hallaba recostado
sobre su falda. De todos modos, si su intención era
que nos amáramos esa noche, eso nunca sucedió.
Las siguientes semanas transcurrieron normalmente.
Me preparaba para mi bautismo en las aguas, en
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testimonio de mi fe en CRISTO. También me
preparaba para ser admitido en la escuela. Desde la
ventana del frente de nuestro apartamento, se veían
claramente dos edificios escolares a la distancia;
mirando hacia Pelham Bay. Uno era de la escuela
CIS 77, y el otro edificio era de la Escuela Superior
James Monroe. Aún no sabía donde estudiaría, pero
me llamaba mucho la atención aquél edificio que se
podía ver claramente desde nuestro apartamento.
Días más tarde llegó la notificación de matrícula. La
notificación indicaba que mi zona de residencia era
servida por la James Monroe High School. Esa
noche le preguntamos a Nicky Marrero, novia de
Carlos Morales y sobrina de Hector Luis Marrero,
cuñado mío:
Nicky, ¿Dónde queda James Monroe High
School? A lo que ella respondió: Tú ves aquellas
dos escuelas que se ven desde aquí? La que queda a
la derecha es Monroe. Yo tambien estudiaré allí.
En la Iglesia también había otra de las
muchachas que era gran amiga de Nicky, novia esta
última de uno de los jóvenes de la Iglesia, llamado
Juan. Su nombre era Wilda. Ella también estudiaría
en Monroe. Así que ya al menos tenía a dos
conocidas que estudiarían conmigo.
El primer día que fuí a la escuela con mis
padres para matricularme, me impresionó aquel
grande edificio de cinco pisos de alto: En su interior,
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a la entrada, lo primero que encontramos fue aquel
enorme teatro o auditorio, como era llamado.
Próximo al edificio central, a su derecha, quedaban
los gimnasios I, II y III. La piscina en el primero de
ellos, y luego en los otros dos, el "Gym" de los
muchachos en el segundo y el "Gym" de las
muchachas en el tercero. A la parte posterior al
edificio central, quedaba la pista y a su derecha el
parque de futbol.
Cuando salíamos del edificio, recuerdo las
palabras grabadas en la parte superior de la entrada
principal de la Escuela: Decían:
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"WHERE LAW ENDS, TYRANNY
BEGINS" by William Pitt
Traducido al español:
"DONDE LA LEY TERMINA, COMIENZA
LA TIRANIA"
Mi primera impresión de la escuela fue
maravillosa. Me agradaba la idea de saber que ésta
sería mi escuela superior; lugar donde aprendería a
hablar Ingles, y a la misma vez, me prepararía para
ser un arquitecto, arquitecto civíl, que era lo que me
interesaba ser en el futuro; ya que me encantaba el
dibujo técnico y la preparación de planos o "croquis"
de edificios.
Dos niveles de mi nueva vida se desarrollaba
simultáneamente: Mi nueva vida de estudiante de
escuela superior en Nueva York, y mi nueva vida de
creyente en CRISTO JESUS. Ambas expresiones de
mi existencia se desarrollaban armoniosamente. Ya
no eran tan frecuentes las masturbaciones contínuas a
las que estaba acostumbrado. Aunque de cuando en
vez, me masturbaba. Ni modo; especialmente cuando
pensaba en Nicky y en especial, Wilda. Las dos eran
hermosísimas. Nicky era de cabellos marrón claro,
blanca y de una estatura de unos cinco pies, siete
pulgadas. Tenía ojos marrón y rostro muy delicado.
En cambio, Wilda, era más o menos de su misma
estatura. Con cabellos largos lácios, como los de
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Nicky, pero negros. Sus ojos eran grandes y
hermosos; color marrón claro o "Hazel". Poseía una
hermosa figura y una preciosa sonrisa. Ambas eran
dos monumentos de mujeres. Aún cuando no tenían
dieciocho años de edad, parecían como de veinticinco
o veintitrés cada una.
En la Iglesía asistia una hermana de Papo;
llamada ella Constanza. Consty, como le llamaban,
vino a ser novia mía. Ella era de unos doce o talvez
trece años. Tenía pelo largo, lácio, negro. Su rostro
era bien hermoso; blanca con ojos negros. Era bien
bonita. Una Taína. Medía aproximadamente unos
cuatro pies, diez pulgadas de estatura.
Yo tenía catorce años de edad para entonces.
Era delgadito, pesaría unas cien libras de peso, como
mucho. Tenía pelo negro, bastante abundante. Me
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peinaba hacia el lado derecho casi siempre, pero a
veces, me peinaba para el lado izquierdo para quitarle
las ondulaciones a mi pelo; que aunque era lácio, era
un poco ondulado. En esos días comenzaba mi
desarrollo. ¡Ya comenzaba a crecer!
Se acercaba el tiempo de invierno. Se
acercaba también la noche de mi bautismo. El
bautismo se realizaría en el templo de la Iglesia
Asambleas de Iglesias Pentecostales de Jesucristo,
Inc., en la 118, o "El Barrio" de Manhattan. Aquél
templo era una antigua sinagoga judía. En el altar se
encontraba el batisterio. Esta noche fué algo
extraordinario. Mientras estábamos en espera de ser
bautizados, hacíamos una fila de nuevos creyentes;
todos vestíamos de blanco; símbolo de santidad.
Cantábamos el himno: "Ven a las Aguas". La
semana anterior, en una campaña de oración en la
iglesia nuestra, había recibido las primeras
bendiciones del Espíritu. Esa noche, también fui
bautizado con la Promesa del Espíritu Santo. De
regreso venía hablando en otras lenguas: Lenguas
angelicales.
No puedo precisar con exactitud la fecha de
mi bautismo; sólo puedo señalar que fue para las
navidades del año 1971: a los tres o cinco meses de
haber aceptado a CRISTO. Para este tiempo todavía
Constanza era novia mía.
Recuerdo que en estos días de invierno no
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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había calefacción en nuestro edificio. Nos
calentábamos con un calentador eléctrico pequeño
que poníamos en medio de la sala; entre las puertas
que conducían a la cocina, el baño y cuarto
dormitorio de papi y mami, y la pared que separaba el
cuarto de Letty de la sala. Yo dormía en el sofá-
cama que estaba en la sala. Ahora recuerdo
claramente lo que aconteció en la despedida del año
1971. Fuimos a la iglesia. Se celebraba un drama
con motivo a la navidad. Recuerdo que mami recitó
una poesía relacionada a la Navidad. "La Navidad de
una Niña" creo que era el título de la misma.
Después de la despedida de año, que la celebramos
en la iglesia, regresamos a nuestro apartamento. Era
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la primera navidad que celebraba en la iglesia,
después de muchos años. Para ser más preciso:
Después de más de siete años. Para entonces yo ya
había cumplido quince años.
El día primero de enero de 1972 lo recuerdo
también claramente: En este día tuvimos el grato
regalo de navidad: Por primera y única vez, había
calefacción en nuestro edificio: El 10-38 de la calle
Freeman.
Otro recuerdo que llega a mi mente fue los
días próximos a la llegada del nuevo año 1972: En
este mes de enero, Consty y yo nos dejamos. Ella se
había enamorado de un compañero de estudios en su
escuela. Ella todavía estaba en la Junior High, o
intermedia. Ese día fue un domingo. Regresé a mi
apartamento después de haber terminado la escuela
bíblica. Al salir de la Iglesia recuerdo que ella y yo
hablamos; nos dejábamos en ese momento.
Recuerdo que le devolví una sortija que tenía de ella,
y si mal no recuerdo, ella también me devolvió una
sortija que ella llevaba mía. Era una sortija de piedra
verde que había comprado hacía unos cuantos años
en el pueblo de Guayama, Puerto Rico. Al llegar al
apartamento era grande la tristeza que había en mí.
Michael, el hijo del hermano Jose A. López, co-
pastor de la Iglesia, trataba de consolarme y me decía
que comiera alimentos, ya que él sabía que estaba en
ayuno y yo le había dicho que me mantendría en
ayuno hasta que Consty regresara conmigo. Era muy
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común para mí ayunar todos los domingos. Mi vida
se convirtió en un contínuo deseo de vivir para
agradar a Dios. Mis primeros días de convertido, a
partir de mi bautismo, cuando regresaba de la
escuela, iba al templo a barrer y mapear el mismo.
Muchas veces, cuando llegaban los primeros
hermanos a adorar, todavía me hallaba allí haciendo
limpieza. De ahí regresaba rápidamente a mi casa
para asearme, comer y regresar a adorar al templo.
Me llamaba mucho la atención la música.
Disfrutaba escuchar a los hijos del hermano Tony
Acosta, y los hijos del hermano Jose A. López tocar
instrumentos en la Iglesia. David Acosta, hijo mayor
del Hno. Tony, tocaba primera guitarra. Su hermano
Danny, tocaba la trompeta. Su hermana Ruthy,
cantaba. Los hijos de López: Junior, el mayor,
tocaba segunda guitarra. Su hermano Miguel o
Micky, tocaba la batería. Su hermanita Norma,
también cantaba, al igual que su padre: el Hno.
López. Días después se unió al grupo el novio de
Ruthy, quien tocaba el bajo. ¡Sonaban muy bien!
Me interesé en la música. Así que un día fui
con mis padres a Canal St. en Manhattan, y
compramos una guitarra estilo española, pero más
barata. Creo que costó unos veintisiete dólares. Con
esta guitarra humilde comenzé a practicar mis
primeros tonos. El Señor Jesucristo me ayudó
muchísimo y en poco tiempo ya sabía bastante. En la
Iglesia había una guitarra eléctrica que era la que
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Junior López tocaba antes de comprarse su nueva
guitarra eléctrica "Gibson". Así que decidí arreglar
aquella abandonada guitarra, y comenzé a tocar con
ella en la Iglesia. En estos días estaba de moda el
JAZZ, especialmente con el gran músico Carlos
Santanna. Es así como me convertí en guitarrista,
con especial interés en la musica JAZZ.
Mi cuñado Hector Luis "Papo" Marrero tenía
una sobrina, prima de Consty que vivía en
Bridgeport, Connectticut. Especialmente en el
verano, ella se quedaba en la casa de los padres de
Papo en la 180. Ella era bien hermosa. Pero Michael
López, era novio de ella. Así que sólo me deleitaba
en verla.
Una noche nos visitó en nuestra Iglesia un
grupo de jóvenes del Estado de Connectticut. Esta
noche cantaban y ministraban durante las partes
especiales del servicio.
Recuerdo que la sobrina de Papo también
cantaba con ellos. Recuerdo que mientras ella
cantaba, sus ojos parecían como si mostrasen llamas
de fuego. Al mirar a sus ojos atentamente, sentí la
presencia de Dios en mi vida en una forma muy
especial, cual si viese los mismos ojos de
JESUCRISTO según los vió Juan en el Apocalipsis.
Días después de esta experiencia mística, le
escribí a mi hermano David una carta en la cual le
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informaba de las bendiciones recibidas en esa noche
en particular. También le informaba mi deseo de que
cuando él saliese del ejercito "ARMY", me
acompañase de compra, para conseguir una buena
guitarra eléctrica para mí. En este tiempo él se
hallaba en el Fuerte de Keelen, Texas. Ya le faltaba
poco para concluir su obligación de tres años de
voluntario con el ejército de los Estados Unidos de
América.
Recuerdo que cuando el terminó sus tres años
con el ARMY, regresó a Nueva York y estubo con
nosotros algunos días antes de regresar él a Puerto
Rico. Aprovechamos y fuimos a una tienda de
instrumentos musicales que había en Southern
Boulevard, en el Bronx, bastante cerca de casa.
Compramos la guitarra; nos costó aproximadamente
ciento once dolares. Como era para tocar en la
Iglesia nos hicieron buen precio. Aprovechamos de
una vez y compramos un pedal de efectos de sonido:
Un "GUA-GUA". Lo único que no compramos fue
el estuche de la guitarra. Era una guitarra eléctrica
color rojo metálico, con formas parecidas a la
"Gibson" de Junior López. Días antes de que David
regresara a Puerto Rico, la llevé a la Iglesia y toqué
con ella. Recuerdo que Micky López se sintió celoso
al verla. Se sentía celoso ya que había visto la forma
tan bonita en que DIOS me bendecía. Días antes, una
noche había pasado un mal rato con los hijos de
López; pues, después que vieron que yo había
reparado la antigua guitarra, una noche ellos se
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
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quedaron con una línea eléctrica que yo habia
comprado para aquella guitarra, y luego dijeron que
esa línea era una nueva que ellos habían comprado,
mintiéndome. Pero DIOS me bendijo a pesar de su
envidia.
En cuanto a mi vida estudiantil, había
progresado mucho en mis estudios. En mis
evaluaciones de mi primer semestre escolar, apenas
había obtenido un 46% y algún que otro 55%. Ya
para mi tercer semestre escolar, 1972-1973, mi
promedio era de 80% a 84%. Me enviaron un
certificado de aprovechamiento con un sello de color
azul. Para el cuarto semestre del año 1973, mi
promedio era de +90%. Recibí esta vez un
certificado con sello de color oro. Sólo me faltaba un
término para graduarme en enero de 1974. Pero no
pudo ser, ya que regresé a Puerto Rico en el verano
de 1973, exáctamente el último día de clases.
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CAPÍTULO CINCO
MI REGRESO A PUERTO RICO
El último día de clases en la James Monroe
High School, 28 de junio de 1973, tan pronto terminé
mis últimas labores escolares, regresé rápidamente a
mi casa: apartamento 2B del 10-38 de la calle
Freeman. Ya papi estaba esperándome, ya que esa
misma noche saldríamos para Puerto Rico.
Recuerdo claramente la ropa que llevaba
puesta esa noche: Vestía un pantalón negro de
polyester, bien entallado. Mi camisa era color rosa
claro, también de polyester con cuello de solapa bien
larga y con unos zapatos de taco bien alto de $30.00:
de unas cuatro pulgadas aproximadamente; creo que
le llamaban a esos zapatos o zapatacones "salceros".
¡Wao! Estaba “regio”. Me parece verme en un
espejo vestido tan elegantemente. Impresioné a todos
en la iglesia esa noche. Digo en la iglesia, ya que de
allí seríamos llevados al aeropuerto internacional JFK
por el hermano López.
Llegamos al aeropuerto JFK sin ningún
problema y a tiempo. Esta noche era una noche
lluviosa, al punto que tuvimos que esperar en el avión
de la PAN AM desde las 11:00 p.m. hasta casi la
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1:00 a.m. debido a que no le permitían despegar por
las fuertes lluvias que caían. Estuvimos "taxiando"
en la pista del JFK hasta que al fin, os dieron
autorización para entrar en la pista de despegue.
Una vez en el aire, el vuelo no estubo tan mal.
Llegamos al aeropuerto internacional de Isla Verde
ya amaneciendo, prácticamente. Recuerdo cuando
pasamos por la puerta de salida del avión, luego por
las áreas rotuladas que nos conducirían al recogido de
maletas y salida del aeropuerto. Tan pronto salimos a
la calle, el calor de verano de Puerto Rico nos dió su
calurosa bienvenida a la Isla del Encanto, tras dos
años de ausencia de mi añorada patria: PUERTO
RICO. En el preciso momento que nos conducíamos
a tomar un carro público que nos llevaría a Maunabo,
lanzaban el globo del negociado de meteorología
desde la torre de observación y control de vuelo del
aeropuerto. Aún el aire que respirábamos era
diferente para mí. Respiraba nuevamente el aire
tropical de mi caribeña isla, una temperatura de casi
noventa grados Farenheight, muy usual en el Caribe.
Esto ocurría aquella bella y calurosa mañana del 29
de junio, del año 1973.
También llega claramente a mi memoria la
ruta que tomamos esa mañana. Desde el aeropuerto
en Carolina, tomamos la Avenida José De Diego
rumbo hacia la Avenida Campo Rico y de ahí a la PR
N°3: Avenida 65 de Infantería hasta el cruce de la
PR 185 hacia el pueblo de Juncos, pasando por el
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
90
Hipódromo el (nuevo) Comandante en Canóvanas.
Mientras continuábamos la marcha hacia la casa de
mis abuelos en Maunabo, no olvido lo lindo de
aquellos Flamboyanes que cubrían cual túnel natural
la ruta de Canóvanas a Juncos. Nos detuvimos
brevemente en un negocio de comidas típicas en
aquella ruta. Ahora no puedo recordar el nombre del
mismo, pero sí recuerdo que pedí una Coca Cola con
algo más de comer; ahora, no puedo precisar qué
exáctamente.
Ya en Juncos, tomamos la PR N° 30 hacia
Humacao. De ahí seguimos por la PR N° 3 hacia
Yabucoa, y posteriormente hacia Maunabo, por "La
Pica" (la misma PR N° 3).
Al fin llegamos a Maunabo a casa de mi
abuelita en el Urb. San Pedro C-20 donde ya estaba
David y mami, quienes habían llegado días antes que
nosotros.
Llegamos a Maunabo cerca de las once de la
mañana. Allí nos esperaban mis abuelos, Tato y
Cachón, Mami, y también David. Ruth se hallaba
estudiando en el Colegio del Turabo en Caguas y no
se hallaba en Maunabo aún.
Ya en Puerto Rico nuevamente, la pregunta
que me hacía era: ¿Estarán mis amigos aún aquí? Y,
¿Quienes realmente eran mis amigos ahora? Esta
pregunta, al parecer boba, era muy importante y
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
91
relevante para mí ya que ya yo no era el mismo
"Junior o Pablito" que había salido de Maunabo hacia
El Bronx, hacía ya dos años. Ahora, yo conocía a
Cristo, mi mejor y personal amigo. Tenía otra mente:
la mente de Cristo. Ya no interesaba estar corriendo
en bicicleta con Iván "Guivin" y Perry, Hector
Gómez y los demás muchachos de "la ganguita" de
San Pedro.
No me fue difícil hallar nuevos amigos. Una
de las noches de verano 1973, recuerdo que visitamos
la Iglesia Defensores de la Fe de Maunabo. Allí tenía
algunos amigos del Barrio Calzada que habían
estudiado conmigo en noveno grado en Maunabo.
Eran aquellos antiguos amigos, quienes me invitaban
a ir a sus "servicios religiosos" en la escuela, a los
cuales yo nunca iba ni nunca fui. Recuerdo algunos
de sus nombres o apodos: Justo Lebrón, Eliseo
“Coco liso” y había otro más que no recuerdo su
nombre. Creo que era Berti. Pero ahora sí podía
entender su "mensaje".
Esa noche nos gozamos en grande allí.
Recuerdo que nos dieron parte en el culto. Esa noche
yo tocaba la guitarra con el pedal de sonidos de "guao
guao" que David me había comprado allá en
Southern Boulevard en el Bronx, antes de venir para
"la isla". Si mal no recuerdo, creo que Ruth y Mami
cantaban, y David daba algunas palabras de
testimonio. Esa noche yo estaba vestido todo de
blanco y tenía un recortito bien bajito, con pollina
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
92
redonda al frente.
Ya para estos días, me interesaba pertenecer
al mundo de las profesiones relacionadas con la salud
(aún no me había decidido que habría de estudiar una
vez terminara el cuarto año el próximo año.); así que
asumo que la forma en que me vestía, de blanco, y lo
bién que me sentía vestir así, era lo que me inspiraba
hacia el mundo de la medicina. Si mal no recuerdo,
creo que inmediatamente salimos del culto fuimos a
llevar a papi a Guayama, ya que había consiguido
trabajo de conserje en la Univis Optical de dicho
pueblo, y comenzaba en el turno de las once de la
noche.
Otras de las iglesias que también visitábamos
aquellos días era la Iglesia Pentecostal de Jesucristo
del Reverendo Carlos Lebrón de Maunabo. También
llegamos a visitar la Iglesia de Dios Pentecostal M.I.
del Barrio Emajaguas de Maunabo y, por supuesto, la
Iglesia Pentecostal de Jesucristo del Barrio
Guardarraya, sector Recio (nuestro barrio),
pastoreada por el hermano Manuel Sostre.
Para este entonces ya la iglesia no estaba en
Malapascua, junto al mar; habían construido un
templo nuevo en el área que antes era una laguna al
lado de la casa de Geogie Berríos Collazo, mi antiguo
amigo de Recio, quien me aconsejaba que me
acercase a Dios, cuando estaba “al garete” tras el
divorcio de mis padres.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
93
En esos días yo me quedaba en la casa de
Toña, mi tía en el pueblo (Maunabo). Tras hacer
arreglos, logré matricularme en la Escuela Superior
de Patillas (Cecilio Lebrón Ramos) donde Arcenio
“Artie” Ortíz, esposo de Lula mi tía, era Director
escolar allí.
Ese verano estuve en el Programa de Empleo
de Verano del Municipio de Maunabo (ADT) donde
logré ganarme algún dinerito. Mi primera
oportunidad de experiencia de trabajo; en
mantenimiento en el Caserío Martorel de Maunabo.
Al comienzo del semestre escolar 1973-74
viajaba desde Maunabo hasta Patillas, a veces tomaba
“pon” con Artie de regreso.
Recuerdo que allí participaba en la “Confra” con el
Hno. Modesto Santiago y Vilma Cintrón era la
presidenta de la “Comfra” de la High.
Para el mes de Octubre de 1973 nos mudamos
para Guayama ya que papi consiguió trabajo en la
Univis Optical. Compramos casa en el 168, Calle H,
Bda. Blondet en Guayama.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
94
La casita era pequeña de cemento (Bloques) y
techo de zinc. Tenía una perciana en la parte superior
central (en el techo), tenía solo dos cuartos, sin
marquesina, y había sido construida sin columnas en
las esquinas, además no centralizada con los “puntos”
del terreno; quedaba más pegada de un lado del
terreno en la parte frontal izquierda que el resto.
Tenía la cocina en madera y zinc atrás; no tenía
baños, sólo una “letrina”. La verja era de alambre
finito de los que se usa para hacer jaulas y nasas de
pescar, luego David y papi le construyeron una
mejor.
Para David estacionar su auto tuvo que hacer
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
95
un portón “provisional” y ubicar su Datsun 1972
frente al balcón y primer cuarto. Pero la casa era
nuestra y allí fuimos a vivir. Recuerdo que el primer
día que fuí allá al salir de la escuelo me perdí y no
encontraba la casa. Pero llegué. Creo que era
viernes este día. Sí, el último viernes del final del 1er
semestre escolar 1973-74.
Al comienzo no pertenecíamos a ninguna
iglesia en Guayama. Comenzamos visitando la
Iglesia de Dios Pentecostal MI en la Ave. Los
Veteranos saliendo hacia Arroyo.
También ívamos a la iglesia del Bo. Olimpo
Iglesia Cristiana Rehobot, la Iglesia de Dios Mission
Board de la Bda. Marín y también a la Iglesia
Pentecostal de Jesucristo pastoreada por el Rvdo.
Francisco Berberena Sánchez, también en la
Barriada Marín de Guayama.
Después de un mes aproximadamente entre
David y yo decidimos quedarnos en la Iglesia de los
Hnos. Berberena. Entre otras razones para llevar a
papi al trabajo rápido; ya que era la más cercana a su
trabajo y a casa.
De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón
96
Para este tiempo (Nov. 1973) este templo
estaba finalizando su construcción en la planta alta;
se reunían en la planta baja. Allí comenzé a tocar la
guitarra junto al Hno. Santos Torres, quien tenía un
estilo bastante parecido al mío pero con menos
“Jazz”. También estaba su Hno. Angel “Guiso”
Malavé (Hno. por parte de madre de Santos). La
batería la tocaban Neftalí Berberena y Aurelio Díaz.
Tuvimos buena aceptación en la iglesia y como ya
veníamos de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo en
Guardarraya, nos fué más fácil ingresar a la Sociedad
de Jóvenes local.
Llegaron las Navidades de 1973 y salíamos de
matutinos con los hermanos de la iglesia. Recuerdo
una noche que fuimos a darle un matutino a la Hna.
Lucía Ramos en la Loma del Viento; el auto de
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De regreso a la vida revisada

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  • 2. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 2 21ST CENTURY NETWORK ENTERPRISES INTERNATIONAL DE REGRESO A LA VIDA (COMING BACK TO LIFE) AUTOBIOGRAFÍA DE PABLO FERNÁNDEZ- COLÓN (AUTOBIOGRAPHY OF PABLO FERNÁNDEZ- COLÓN) COPYRIGHT © JANUARY 27, 1993 Derechos reservados © 1994 Copyright 1994. All rights reserved DE REGRESO A LA VIDA COMING BACK TO LIFE Escrito por: Written by: PABLO FERNÁNDEZ COLÓN Primera Edición Copyright © 21st Century Network Enterprises International EIN: 11-3197358 Todos los derechos reservados Prohibida la reproducción o transferencia por
  • 3. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 3 cualquier medio electrónico o impreso sin autorización escrita del autor. Impreso en Puerto Rico, USA, 2008, por Guayama Digital Press Una división de Guayama Digital Communications Network Inc EIN: 66-0575690 Escriba a: (Write to): 21st Century Network Enterprises International / Guayama Digital Communications Network Inc Urb. Blondet H-168, Guayama, PR 00784 e-mail: www.prof_pfenandez@yahoo.com
  • 4. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 4 PREÁMBULO Quisiera escribir algo que no sólo cambiara mi vida, sino también la de todos aquellos que lo leyeran. Transportarme en alas de la palabra escrita y conmover, extremecer, influir no sólo en mi sino en otros, haciendo de sus vidas y la mía propia una manifestación encarnada del poder de la palabra. Cambiar el derrotero de la vida humana. Estoy convencido de cuanto pueden influir los escritos de un artista de la pluma en las vidas que son impactadas por sus letras. Escribir con un solo propósito en mente: Cambiar vidas tristes, decepcionadas y sin esperanzas en vidas rebosantes de alegría, de orgullo propio, de seguridad y de humildad - características de aquel que verdaderamente ha alcanzado el éxito. Hacer feliz a todo aquel que lea mis escritos de la misma manera que yo deseo ser feliz al darme a mí mismo a otros mediante mis palabras. Si mis palabras tuvieran el poder de cambiar vidas, quisiera ser el primero en ser cambiado; porque en la medida que mis palabras cambien mi vida, estaré convencido que cambiarán también las vidas de otros. Así me ayude Dios, así lo haré. Mi propósito al escribir mi biografía no es vanagloriarme ni exhaltar mi ego; simplemente
  • 5. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 5 encontrarme conmigo mismo y alcanzar la paz de mente y espíritu que tanto ansío. No pretendo ofender los principios morales o religiosos de nadie que lea este escrito; sencillamente deseo dar a conocer los tragos amargos que he tenido que beber como parte de mis andanzas por esta existencia Tampoco pretendo ofender, menospreciar o faltarle a la dignidad de las personas que han dejado huellas en mi vida, y que, agradables o desagradables, son parte de mi propia vida. Sus nombres - hasta donde sea posible serán reales, no ficticios. De haber algún nombre ficticio, o alguna omisión, será por la protección e integridad de la persona aludida en mi escrito. Deseo dejar mis huellas, para que otros las sigan y no tropiecen ni caigan donde yo tropecé y caí. A ti, Lily Vélez, dedico este preámbulo. Enero 8, 1991. 12:15 - 12:53 am. PABLO FERNÁNDEZ-COLÓN 9 de agosto de 1993. 3:30 - 3:55 am.
  • 6. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 6 DEDICATORIA El dedicar un libro no es sólo un formalismo literario. Es el deseo genuino y sincero de que a aquellos a quienes se le dedica, sientan la misma y profunda satisfacción de aquél que lo dedica. Dedico este libro a las siguientes personas y organizaciones, gracias a las cuales hoy estoy vivo y a quienes estaré el resto de mis días, que espero que sean muchos, profundamente agradecido. Primero a Dios, quien me ha permitido regresar a la vida. Al cirujano, Dr. José Lucas Pimentel Fernández, gracias a quien, después de Dios, estoy vivo hoy. Al Grupo de Apoyo a Pacientes Ostomizados del Sur de Puerto Rico, en especial a la Sra. María Vázquez, su presidenta y al Sr. Ángel Torres, pacientes ostomizados, quienes fueron mi apoyo al momento de tomar la difícil decision pero única oportunidad de vida: ser sometido a una colostomía. A la licenciada Iris Rivera Soto, de la Farmacia Mir Mar en Guayama, Puerto Rico y demás personal que allí labora, en especial
  • 7. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 7 en el área de recetas y equipos para pacientes ostomizados. No se imaginan lo agradecido que les estoy. Sin dichos equipos y ascesorios ¿Qué sería de los pacientes ostomizados? A mi madre, la profesora retirada María Luisa Colón Navarro, (Q.E.P.D.), quien a pesar de haber estado en una silla de ruedas debido a un infarto cardiaco primeramente y luego a un sinnúmero de derrames cerebrales, fue mi motivo de vivir y seguir luchando aún después de mi prolongada hospitalización y posteriormente, intervenciones quirúrgicas. A mis hermanos, Jesús David, Ruth (Q.E.P.D.) y Carmen Leticia “Letty”(Q.E.P.D.), quienes fueron más que hermanos en mis más difíciles momentos durante y después de mis intervenciones quirúrgicas. A mis pastores metodistas Reverendos Bienvenido Güisao (Q.E.P.D.) y Pedro Valentín Peláez Sepúlveda; no sólo por sus oraciones, sino por su apoyo espiritual y solidaridad en el dolor y en la crisis. A mis hermanos y amigos de la Primera Iglesia Metodista “Centenaria” de Guayama: Charles W. Drees Memorial, en especial a María Eliza y su esposo Jesús Rivera.
  • 8. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 8 A mi hermano, compañero en educación y sostén espiritual en y de la Iglesia Metodista de Guayama, ahora, Reverendo Miguel Ramos Lozada. A Paulino Berríos, hermano amigo y contador, quien con sus sabios consejos me dió paz en medio de mi crisis económica. A Juan Martínez y su esposa Loyda Rodríguez, hermanos en Cristo y compañeros en el ministerio de la enseñanza en las escuelas públicas de Puerto Rico. A mis vecinos en la Calle H de la Urbanización Blondet de Guayama, Puerto Rico: en especial a Gloria (la alcaldeza de la calle H), Emanuel su hijo, Doña Ony, Goyita, María, hermana Justa Rivera, a su hija Zoé, a Héctor “Felo” Rodríguez y su esposa Smyrna Berberena. A Albert, a don Santiago (Q.E.P.D), a Toñito (Q.E.P.D), a William y a todos en la vecindad. A mi hermano, compañero educador y amigo: Aurelio Díaz, “Chiringo” y a Catherine; sé que lloraste mi muerte en vida, pero hoy disfrutas que yo siga “vivito y coleando”. En reconocimiento póstumo, a la hermana Lucía Ramos, (Q.E.P.D.).
  • 9. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 9 A mis amigos y hermanos en Cristo de la Primera Iglesia Pentecostal de Jesucristo Inc., en la Barriada Marín de Guayama, Reverendo Francisco Berberena (Q.E.P.D), Rosa Rodríguez de Berberena, a su familia y al Concilio Iglesia Pentecostal de Jesucristo (IPJ) tanto en Puerto Rico como en la República Dominicana y Estados Unidos continentales. Al Reverendo Dr. Quitin Silva y su esposa Rosa Silva, del Concilio IPJ en Queens, Nueva York. A mis hermanos y amigos de la Iglesia Metodista “Community” de Jackson Heights en Queens, Nueva York. Al Reverendo Carlos Rosa ex Obispo de la Iglesia de Dios No-Sectaria, Inc., mi ex- director escolar en la Escuela Ramona Mendoza Santos, (ahora Adela Brenes Texidor) de la comunidad Puente de Jobos de Guayama y a su esposa Elizabeth Lynn. Al pastor y pastora de la Iglesia Fuente de Agua Viva de Guayama, Reverendo Ramón Marrero y su esposa Lizette Marrero. A mi hermano y amigo, Ángel David Díaz
  • 10. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 10 Gual “Pirata” (ahora “Paz”) y su familia. Sean todos bendecidos. Al hermano Lorenzo Cruz (Q.E.P.D.) y su esposa Georgina Rodríguez; gracias por “darme pon” los domingos al salir de su programa radial en WXRF “Radio Guayama” (ahora Radio Voz), 1590 AM. A mi ex-novia “grillita”, Wanda Yadira Silva Sánchez, “Miss Aguada Televisión, 1993” y su señora madre, la profesora Virginia Sánchez; también a (su hijo) Juan Kennedy Silva Sánchez, esposa e hijos. A todos mis compañeros maestros, personal no docente y administrativo de la escuela secundaria Adela Brenes Texidor de la comunidad Puente de Jobos de Guayama, a su ex-directora escolar y hermana en Cristo, Midiam Gómez Curet. En especial a todos mis ex-alumnos de dicha escuela, quienes me ayudaban a montar en la silla de ruedas y me llevaban por toda la escuela, muchas gracias. A mis compañeros maestros, al personal administrativo y no docente de la escuela de la Comunidad, Dr. Rafaél López Landrón, “la High” de Guayama y a sus ex directoras escolares, Santa Velázquez y Evelyn Díaz Suárez, con quienes comparto al día de hoy
  • 11. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 11 labores educativas en bien de nuestra juventud guayamesa. A la doctora en oftalmología, Sra. María Flores Bones; fuiste la “privilegiada” (según los especialistas y cirujanos de ojos de la clínica de oftalmología en el Hospital Universitario del Centro Médico en Río Piedras), en ser la primera en darse con el primer y único caso de endolftalmitis severa, relacionada directamente con colitis ulcerosa, en una probabilidad de una en diez millones, en todo Puerto Rico. Talvez no se repita este “privilegio”, ya que soy yo el primer caso en Puerto Rico y quien sabe si el único en el resto de nuestras vidas. Al Dr. Gilberto Rodríguez, Octómetra, quien recibió el referido de la Dra. María Flores Bones, para verme esa mañana del 26 de diciembre del 1998. A todas las y los enfermeros, médicos especialistas en diversas ramas de la salud, personal médico y de apoyo en general, quienes intervinieron conmigo durante mi extensa hospitalización en e1 Hospital Episcopal Cristo Redentor de Guayama, Puerto Rico. A la directora del Departamento de Terapia Física, Sra. Nilda Pomales y a todo su equipo de terapia física. Al fisiatra, Dr.
  • 12. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 12 Derick Colón. A la Trabajadora Social, Sra. Vicente, mi ex-alumna de ingles de la “Inter” de Guayama. Al Capellán y pastor de la capilla del hospital, Rev. Wrainwright. Al Dr. Heriberto Martínez, oftalmólogo y cirujano de ojos, quien me sacó mi ojo derecho, con tal de que hoy estuviese vivo. A la Administración, facultad y estudiantado de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de Guayama. En especial al profesor Ramón Soltero, Director del Departamento de Humanidades y a Sonia Rivera, nuestra secretaria en Humanidades. En forma especial a la Profa. Carmen Gladys Rivera y a mis grupos de estudiantes de Inglés del Programa Avance, curso escolar de marzo 1999, quienes me demostraron que sigo siendo su ejemplo de superación. Nunca olvidaré esa primera experiencia educativa después de salir del hospital; sin un ojo, sin intestino grueso y sin apéndice. Gracias a ustedes que me demostraron que soy su “mejor profesor”. A mis alumnos de la “Inter” quienes tomaron los cursos de inglés “On-line” – a la fuerza – de agosto a diciembre, 2001. Al licenciado en leyes, Juan Israel Arizmendi Rivera, por sus contínuos consejos y asesoría
  • 13. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 13 legal. A mi colaboradora en Recursos Humanos en Guayama Digital Printing, Milagros Planadebal, Miss Patillas 1995, “La Barbie”. Lisandra Velázquez, secretaria de Recursos Humanos de GDP; Glenda Solís, secretaria de Remembering Puerto Rico Inc. En forma especial a Lisa Burgos Muñoz, asistente administrativa en contabilidad de GDP y RPR. Al licenciado Ivan David Jiménez González-Rubio y a su esposa Frances Enriquez, mis contadores de GDP y RPR. A mi consejero en la Administración de Rehabilitación Vocacional, Sr. Héctor Isona. Sencillamente a tantas y tantas personas, quienes en forma anónima me visitaron en el hospital, me brindaron apoyo emocional y oraron por mí. Gracias a todos ustedes estoy vivo hoy. Y por último, pero no menos importante, a la Asociación de Pacientes Ostomizados de Puerto Rico y al Equipo de Apoyo EII, quienes al igual que yo, reconocen que “la colostomía es vida” y día a día, dan la “lucha x la vida”. Si dejé de mencionar a alguien, por favor,
  • 14. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 14 anote su nombre aquí: A ____________________ por ______________________________. Ahora les invito a que compartan conmigo el contenido de este libro autobiográfico, y espero, en especial a aquellos pacientes ostomizados en Puerto Rico y en cualquier parte del universo a donde pueda llegar este libro, a que se puedan identificar conmigo en sus experiencias personales y que mis palabras le sean de estímulo, motivos de superación y de éxito en la vida.
  • 15. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 15 DE REGRESO A LA VIDA (COMING BACK TO LIFE) CONTENIDO DEDICATORIA ************* 4-6 PREAMBULO *********** 7-14 CAPITULO UNO: MI INFANCIA *********** 17-35 CAPITULO DOS: MI ADOLESCENCIA ***** 36-58 CAPITULO TRES: MI ENCUENTRO CON CRISTO *********** 59-72 CAPITULO CUATRO: MI NUEVO NACIMIENTO ******************** 73-87 CAPITULO CINCO: MI REGRESO A PUERTO RICO ********************* 88-100 CAPITULO SEIS: MI AÑOS DE ESTUDIANTE Y LIDER JUVENIL ********** 101-146
  • 16. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 16 CAPITULO SIETE: MS ULTIMOS DIAS EN LA IGLESIA PENTECOSTAL DE JESUCRISTO INC., EN GUAYAMA *************** 147- 213 CAPITULO OCHO: DIEZ AÑOS DE MALDICION *********************** 214-295 CAPITULO NUEVE: 1992-1997: MI ULTIMA DESGRACIA ************************ 296-321 CAPITULO DIEZ: 1998: EL AÑO DE LA GRAN CRISIS *********************** 322-365 CAPITULO ONCE: DE REGRESO A LA VIDA ************************ 366-382 CAPITULO DOCE: QUINCE AÑOS DESPÚES *********************** 383-396 APENDICES MEDICOS ********************* 397-408
  • 17. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 17 CAPÍTULO UNO: MI INFANCIA Un día 19 de noviembre del 1956, a la una de la madrugada se inicia la vida de quien más tarde será conocido con el nombre de Pablo "Pablito" Fernández-Colón, el cuarto y último hijo de Don Pablo Fernández Burgos y Doña María Luisa Colón Navarro. Tal vez el detalle más interesante que ocurrió en mi recién llegada fue el hecho, según me relatara mi madre años más tarde, que tan pronto fui puesto a su lado, sin que ella ni nadie me guiara en la búsqueda de mi primera fuente de alimentación, es decir, el seno materno, lo primero que hice fue agarrarme a sus pechos y comenzar a alimentarme con su leche materna. Este detalle dio margen a pensar, que si desde ese mismo momento, era capaz de poder encontrar cualquier cosa que se hubiese perdido o extraviado, podría ser la persona indicada para encontrarlo, nuevamente.
  • 18. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 18 Un segundo detalle que también impactó a mi madre, eran aquellos grandes negros ojos, curiosos y atrevidos que poseía "Junior", como fui llamado por mis familiares y amigos cercanos.
  • 19. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 19 Mami y sus cuatro muchachitos Ese primer día de mi llegada tuvo que haber sido un momento especial para Doña Luisa, o "Mami", como le llamamos en casa. Este día sería el último día de su maternidad, pues decidió operarse para no tener más ningún otro bebe. Ni modo, con cuatro "muchachitos" en total tenía suficiente.
  • 20. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 20 Esa noche no sólo se conmemoró el Descubrimiento de Puerto Rico, mi bella Isla del Encanto, sino que también celebraban el nacimiento de el cuarto nieto de Doña Encarnación, "Cachón", mi Abuelita, y de Don Fortunato, "Tato" Colón- Cordero. Perdone el olvido, el involuntario descuido de no citar los apellidos de mi abuelita: Doña Encarnación Navarro-Ramos. Lamentablemente, no puedo expresar que mis abuelos paternos: Don Rafael Fernández-Díaz y Doña Vicenta Burgos-Ramos estuviesen igualmente de contentos con mi llegada, pues nunca los conocí, ya que murieron cuando mi padre apenas era un niño. Pasó aquel mi primer día, y con el pasar del tiempo, cuando ya tenía cuatro años, recuerdo una de mis primeras travesuras: Tenía gran afección por el fuego, así que decidí un día prender fuego a unas matas de plátano que había en el patio posterior a nuestra casa en el Barrio Guardarraya de Patillas. Días más tarde, parece que ya había olvidado la experiencia anterior y, esta vez, prendí fuego a unas cortinas de la puerta que separaba la sala-comedor de la cocina. Esta vez sí que el susto fue mayor y me dió mi Madre tremenda paliza. Después de esta vez, no volví a jugar con fuego. Otro recuerdo llega a mi mente: Esta vez tendría entre cuatro a cinco años de edad. Mi
  • 21. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 21 hermano mayor - David - acostumbraba frecuentemente despertarme cuando regresábamos de la iglesia por las noches, poniendo su dedo índice en mi boca y luego, hacerme creer que el dedo era el biberón o "bibí" de leche. El siempre decía: "Toma, nene, bebe tu bibí". A los cinco años de edad mi mamá, que era maestra, logró que me admitieran en el primer grado de escuela elemental en la Escuela Tomas Vera- Ayala, en el Sector Recio, del Barrio Guardarraya de Patillas. Tres memorias claras llegan a mi mente de aquellos primeros días de estudiante. La primera fue de aquella mañana de mi primer día de estudiante: Mi mamá me llevó a la Escuela y mi primera Maestra Sra. Montes - me recibió en el aula escolar. Como se podría esperar, mis deseos eran regresar a mi casa, y comenzé a llorar al quedarme en la escuela. La segunda memoria clara fue: el día de la vacunación. Aquella fila larga de niños de mi edad, nerviosos según se acercaba el momento del "pullazo". La tercera memoria clara fue una mañana de mis primeros días de estudiante: Cuando ya casi llegaba a la escuela, me hice el enfermo y regresé a casa; me escondí detrás de la puerta de mi cuarto dormitorio, hasta que mi padre me encontró, y me llevó de regreso a la escuela. A la edad de seis años, tras haber aprobado mi primer grado de escuela elemental o primaria, pasé a mi segundo grado. El edificio en el cual se hallaba la
  • 22. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 22 escuela, era conocida como la casa del ahorcado. Nunca me atreví a almorzar allí, ya que precisamente en la chimenea de aquel antiguo edificio español donde se ubicaba ahora el comedor escolar, fue donde "el ahorcado" decidió privarse de su vida. Lo que recuerdo claramente de este año en particular fue aquella drástica tarde en que el Presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy fue asesinado. Recuerdo el momento en que las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos fueron puestas a media asta en señal de duelo nacional por su muerte violenta. Este mismo día - 22 de noviembre (1963) mi primo Juan Estevan "Lulito" Colón-Ríos, nació. Otro pequeño recuerdo fue un día en que mi mejor amigo - Pedro Rodríguez y yo, mientras regresábamos a nuestras casas tras haber terminado el día escolar nos enfrentamos a las pedradas con otros compañeros de escuela. El motivo de la pelea no lo recuerdo, sólo recuerdo el incidente. Al proximo año escolar 1963-64, para cursar los próximos grados fui ubicado en la escuela Segunda Unidad Manuel Mendía-Moret en el Barrio Guardarraya de Patillas, Puerto Rico. Allí también ocurrieron cosas interesantes que trataré de recordar y compartir con ustedes, mis apreciados lectores. En este año 1964, apenas recuerdo que mi
  • 23. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 23 madre enseñaba en la Escuelita "La Rambla" en el sector Recio de Guardarraya, pero yo sólo iba allí de visita y para repasar mis tareas ya que ella también enseñaba tercer grado. La Rambla era un antiguo salón de baile que luego fue convertido en una pequeña escuela de grados primarios. Posteriormente fue cerrada. En la actualidad es la Ferretería Guardarraya. ( año 2000). De mi tercer grado puedo recordar que yo estaba ubicado en el grupo 3-3, pero posteriormente fui ubicado en el grupo 3-2. Mis hermanos Jesus David, Carmen Leticia "Letty" y Ruth también estudiaban en la misma escuela ya que cubría los grados primero al noveno; posteriormente, Kinder Garden también. Viene a mi memoria los siguientes recuerdos: A veces iba al salón de Economía Doméstica, donde Letty tomaba clases, y atrevidamente decía: "Economía doméstica - dame un poquito de agua"; ya que no sabía el nombre de la maestra. Otro recuerdo fue el día de San Valentín. En la Escuela había una actividad por motivo al día de los enamorados o de la amistad. Ese día yo estaba vestido de Cupido; con mi arco y flecha. Conociendo mi hermano David lo atrevido que yo era, al prepararme el arco y la flecha, se aseguró que la misma estubiese clavada al arco para que yo no fuese a "flechar" a nadie; en particular a las preciosas estudiantes que participaban en la actividad extra-
  • 24. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 24 curricular. Fue un gran día este. No puedo precisar el año en que ocurrió este otro relato. Sólo puedo precisar que también había una "fiesta" en la escuela. Mi hermana Ruth bailaba con un compañero de clase de ella, cuando yo pasé por su salón y le dije: "Ajá, se lo voy a decir a papi, que estas bailando en la escuela". A lo que su maestra replicó: "Nene, que mente sucia tú tienes". Recordé inmediatamente que el día anterior yo estaba pintando en casa. Me pasé la mano por la cien, y le dije: " Maestra, yo no tengo la mente sucia; esto es pintura". Otro momento interesante fue un día en que por ir corriendo por los pasillos del edificio principal de la escuela, al pretender doblar por el pasillo de frente a la Oficina del Principal, por accidente entré por la puerta del salón que quedaba antes del pasillo frente a la Oficina y el salón de economía. La maestra preguntó al grupo inmediatamente que yo entré abrúptamente a su salón, interrumpiendo la clase: "¿Alguien sabe quién es este loco?" A tal respecto mi hermana Ruth contestó: "¡Quién va a ser! - Es mi hermano". Otros recuerdos que brotan en mi memoria eran aquellos hermosos días cuando al salir de la escuela a las 12:30 pm., pues teníamos un programa de clase de matrícula alterna o "inter-locking". Al regresar al sector Recio de Guardarraya, nos íbamos costeando la orilla de la playa, disfrutando aquel hermoso brazo del mar Caribe de más de cuatro a
  • 25. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 25 cinco millas de largo. Aquellas aguas claras; transparentes; siempre cristalinas. No caminábamos de prisa, ya que disfrutábamos al máximo aquel bello paisaje. Los días de juego o "field-days" eran también algo imborrable. La primera vez que participé en las competencias fue en la carrera de cien metros sin obstáculos. Antes de la competencia, mientras "calentaba" accidentalmente me llevé "enrredado" los cables de alambre "dulce" que enmarcaban el área de competencia para que nadie entrara sin autorización. Aún me parece ver las marcas de los alambres en mi pecho, cintura y muslos. Ese día llegué tercero. También recuerdo un día de la carrera del pavo en la celebración del día de Acción de Gracias. La carrera era de una milla, pero para mi resultó ser larguísima. Mister Conde - el maestro de Educación Física me gritaba: "Sigue, David, que te falta poco". Detrás de mí sólo venían dos o tres corredores; luego la ambulancia. Me gritaba "David" ya que él sabía que David era mi hermano y era muy buen corredor de larga distancia; pero yo no era David: Lo mío era velocidad en cien y doscientos metros. Este día no me gané ni el rabo del pavo. A medida que escribo, más hermosos recuerdos llegan a mi mente. Recuerdo mis primeros romances: Mi primera "Novia" que tuve a la edad de unos ocho o nueve años se llamaba Maritza; Maritza de León, hija de Don Yayo De León, vecino de
  • 26. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 26 Recio. Nuestro "noviazgo" sólo duró UNA SEMANA. De esta primera aventura amorosa recuerdo que le regalé en el día de los enamorados un corazón con las siguientes palabras: "Maritza y Junior se aman". Recuerdo que cuando ella lo recibió estaba en la biblioteca escolar. Me dió un besito en la mejilla y me pidió que le comprara en la tiendita de Don Tommy un emparedado (sandwish). Yo, contento y emocionado fui corriendo a la tienda de Don Tommy y le traje su emparedado. Mi segunda enamorada fue Nydia Lebrón, hija del dueño de la Gasolinera Texaco de Guardarraya, Don Fernándo. Recuerdo el día que ella salió Reina de la Escuela en el desfile del día del Field-day (día de juegos). Pero Nydia nunca llegó a ser "novia mía" ya que se hizo novia de un compañero del tercer grado - Ramón; no recuerdo el apellido de Ramón, sólo recuerdo que vivía en una casita pobre frente al Restaurante "El Cofresí".
  • 27. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 27 Ramón en su bicicleta Swinn #20 en el field-day Sandra de León, hermana de Maritza, Reina
  • 28. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 28 Deportiva del Field-day Sandra de León, hermana de Maritza, Reina Deportiva del Field-day En este mismo año - 1964 - llegó del Estado de California un nuevo compañero de estudios: Roberto Rivera Padilla. Tenía algo muy peculiar en una de sus manos - me parece que era la derecha - tenía cuatro dedos solamente, ya que el dedo del medio se separaba y formaba parte del índice y el penúltimo dedo. Menciono a Roberto ya que formamos luego una gran amistad, a pesar que yo no sabía hablar inglés y él casi no hablaba español. A Roberto también le gustaba Nydia. Con el tiempo, creo que cuando ya estabamos en sexto grado, conocí a la muchacha que más me ha gustado en toda mi vida:
  • 29. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 29 LAURA ISSETTE COLLAZO PADILLA, conocida en su vecindario por el apodo de Laura "Tirita". Laura Issette Collazo Padilla, alias "Tirita", era prima de Roberto. Nunca la olvidaré porque fue la muchacha que más me gustó en toda mi vida. Ella era "llenita", pero con muy bonitas formas; sus piernas eran las piernas más hermosas de todas en la escuela. Sus ojos, negros, grandes y hermosos. Su rostro hermosísimo. Sus cabellos, marron oscuro. Su mirada me cautivaba. Ella ciertamente llevará el primer lugar en mis recuerdos. En esos días se escuchaba a menudo la canción de Raphael de España - Raphael Martos - que de nombre llevaba "LAURA". Aquellas estrofas inolvidables que decían: No he vuelto a encontrarla jamás, desde aquel día. De su vida no sé que será, desde aquel día. Es posible que hoy tenga otro amor; una nueva ilusión. Oh quizás, llorará; oh quizás, llorará. Oh quizás llorará, desde aquel día. CORO Nada soy, sin Laura, sin Laura, sin Laura, Sin Laura, sin Laura,...sin su amor. RAPHAEL
  • 30. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 30 Cuando estaba en el séptimo grado, recuerdo una experiencia en particular: Frente a la escuela se construía el edificio de retiro de las Damas Metodistas de la Iglesia Metodista Unida. Un día, a la hora de receso, jugaba a "cojer" con algunos compañeros de estudio. Desde la escalera del segundo piso, cuando vi que ya se acercaba el muchacho que tenía que atraparnos, antes de que éste llegara, me trepé sobre las barandas del segundo piso de las escaleras y, cuando ya me había lanzado de pie, Héctor Gómez Fuster, que había sido "atrapado" en ese mismo momento, me fue a "atrapar", agarrandome de una pierna. Ya yo estaba en el aire, cuando, me di una vuelta y caí de cabeza hacia abajo. Como consecuencia, me fracturé el brazo izquierdo, por lo que fui enyesado por un mes. Ese día que me fracturé el brazo, me llevaron primero a la unidad de salud familiar que había en los
  • 31. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 31 predios escolares. De allí, acompañado de mi hermana Ruth, me llevaron a Maunabo, al Hospital Municipal. Recuerdo que me llevaron precísamente en el auto Chevrolet Impala, convertible, rojo, modelo 1962; auto en el que una de mis amigas- Carmen Noelia – prima hermana de Ramón, había salido en el desfile del día del Field-day ese año: 1969-70. El día que me quitaron el yeso, accidentalmente me dieron una cortadura superficial al cortar el duro yeso. En una foto que me tomaron ese día, por la tarde, en el muelle del Balneario Rosa en Recio, aparezco aún con el vendaje .
  • 32. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 32 Despues de este año escolar, 1969-70, pasé al octavo grado. Este año fue algo peculiar. En este año, ya mis intereses por la escuela no eran los mismos. Ahora me pasaba con otros dos amigos: Pifito y El Indio. No recuerdo sus nombres verdaderos; sólo sus apodos. Pifito era el hijastro de Don Sifre, el conductor de carros publicos, y el Indio, era primo lejano mío, hijo de Don Laureano Díaz, todos ellos vecinos de Recio. Con Indio, acostumbraba fabricar "carritos" de rueditas de bolines (cajas de bolas de diferenciales de autos) y con ellos nos lanzábamos cuesta abajo en las apenas pavimentadas carreteras de la Barriada Recio. A mí nunca me pasó ningún accidente con ellos, pero a otros muchachos de Recio no les fue igual, ya que hasta hubo algunos accidentes con algunos autos en los cruces de las calles empinadas. Los problemas e incidentes que tuve con Pifito e Indio fueron de otras dos índoles. Nos envolvimos en prácticas de hurtos menores y experiencias de carácter sexual como producto de los cambios biológicos de nuestros cuerpos. Ya Pifito tenía experiencias sexuales previas; pues había embarazado a una muchacha de uno de los residenciales públicos de Arroyo, y por esa razón, lo habían enviado con su madre y su padastro a vivir en Guardarraya. La otra experiencia fue relacionada a la
  • 33. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 33 práctica de hurtar propiedad ajena. Todo comenzó como juegos de verano. La ganguita: Indio, Pifito y Yo, decidimos una tarde ir hasta la escuela, que estaba cerrada, ya que era un domingo por la tarde. Entramos ocultándonos al patio de la escuela por el área posterior a los edificios escolares. Ya teníamos práctica abriendo puertas sin forzarlas, así que entramos a algunos salones: de arte y de ciencia. Sacamos tizas de colores, plasticina, crayolas grandes, y del salón de ciencia algunos envaces; probetas y tazas. Sólo por diversión. Luego la diversión se movió al área cerca a donde vivíamos, ya que el asunto del hurto en la escuela estaba bajo investigación; pero nunca se supo que habíamos sido nosotros. Comenzamos entrando a una de las lanchas que se hallaban ancladas en el muelle del Balneario Rosa. La lancha era de un doctor. Luego, esa misma noche, como no hallamos nada de valor en la lancha, decidimos entrar a la residencia del Doctor. De allí sustraímos una cajita de balas calibre 22, un teléfono, y alguna otra tontería que encontramos de paso. Un día, decidimos hacer algo más interesante. A Pifito se le ocurrió que, mediante su ayuda, él le hurtaría a su padastro algún dinero que éste ocultaba en su casa para con el mismo ir a Yabucoa y comprarnos una bicicleta para cada uno. Así mismo pasó. Ese día madrugamos y nos fuimos en guagua (vehículo público) al pueblo de Yabucoa y
  • 34. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 34 compramos las bicicletas. De regreso de Yabucoa, hicimos una parada en el pueblo de Maunabo y decidimos desmantelar un poco las bicicletas para que no parecieran nuevas; si alguien nos preguntaba por las mismas, diríamos que eran prestadas. Efectivamente; cuando llegamos a Guardarraya, alguien se le ocurrió preguntarnos por las bicicletas. De esta manera, al darnos cuenta de los problemas que nos traerían las mismas si llegábamos en ellas a nuestras casas, procedimos a ocultarlas en un pastizar cerca a un manglar en la playa. Pero un niño que pescaba junto a su padre, nos vió al ocultarlas. No pasaron tres horas antes de que la policía nos fuera a buscar a Indio y a mi y nos llevaran a casa de Pifito, donde se conducía la investigación policiaca. En la investigación, por no perjudicar a Pifito, tanto Indio como yo dijimos que las bicicletas tanto de Indio como mía, habían sido compradas con dinero que habíamos ahorrado como resultado de nuestros trabajos de limpieza a algunos patios en la Urbanización San Pedro de Maunabo, lo que podría ser corroborado por mis abuelos y tíos de Indio. El caso quedó cerrado. Pero los tres amigos fuimos separados bajo la supervisión más directa de nuestros padres. Debido a que mis padres se habían divorciado desde que yo tenía siete años de edad, y yo vivía prácticamente con mis otros tres hermanos (David,
  • 35. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 35 Letty y Ruth) en nuestra casa en Recio, me enviaron a vivir con mis abuelos en Maunabo. A Pifito lo devolvieron con su abuela en Arroyo. Sólo Indio quedó en Recio, bajo la supervisión de sus padres. No nos volvimos a encontrar otra vez hasta muchos años después, cuando ya éramos adultos y cada cual era un ciudadano productivo y responsable; pero no nos llegamos a encontrar los tres juntos nunca más, ni lo podremos hacer; ya que Pifito murió de cancer en el año de 1991. Sólo Indio y yo quedamos vivos, al día de hoy: 10 de septiembre de 1993. Sé que desean saber que fue de nuestras vidas a partir de entonces y como fue que cada uno se encontró con el otro por separado. Pero eso se lo haré saber cuando les relate mis experiencias como profesional y hombre adulto; ahora, seguimos con mis años de adolescente.
  • 36. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 36 CAPÍTULO DOS: M I A D O L E S C E N C I A Para inicio del año escolar 1970-71, ya me encontraba viviendo en el pueblo de Maunabo, Puerto Rico. Recuerdo haber vivido primero en el Barrio Calzada, sector Batey Columbia; antiguo ingenio azucarero del pueblo Maunabeño. Vivía en la casa de mi madre y su esposo; al lado de mi amigo Gregorio "Goyito" Casanova y Monserrate "Monsita" Rivera. De las cosas interesantes que llegan a mi memoria fue que: Primero llegué a vivir allí antes que terminara el octavo grado (1970), ya que recuerdo que en el verano yo estaba tomando un campamento escolar en la Escuela S.U. Manuel Mendía Moret de Guardarraya, y un día que hubo una jira, llegué bien tarde a Maunabo, y por poco la guagua escolar no me llevaba hasta Maunabo, pues la escuela pertenecía al municipio de Patillas, y yo vivía en un área fuera de Patillas; pero llegué bien. La jira cubría el Pueblo de Utuado ya que visitamos El Parque Ceremonial Indígena "Caguana". El tiempo que viví en el Batey Columbia fue muy corto; tal vez unos dos meses solamente. Recuerdo los momentos que disfrutaba en el tiempo
  • 37. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 37 de cultivo de caña o "zafra" como le llamamos en Puerto Rico. A veces tomaba "pon" o transportación gratuita con Goyito, Nelson - éste último mecánico de allí mismo del Batey o algún otro camionero de los de allí. Cuando los muchachos me veían llegar en los camiones de caña se quedaban sorprendidos; ya que ellos quisieran también poder vivir aquella aventura tan arriesgada y maravillosa.
  • 38. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 38 Digo arriesgada, porque a veces los camiones o "troces" se descomponían o viraban en el trayecto del viaje de Maunabo a la Central Laffayette en Arroyo o Aguirre en Salinas. Lo peor era cuando el camión se "viraba" o volcaba por exceso de carga muchas veces. Yo nunca estuve en un viaje donde el camión se volcara pero mi hermano David sí le llegó Central Aguirre Central Laffayette en Arroyo a suceder. Si mal no recuerdo uno de los
  • 39. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 39 Camión volcado "troces" de Pedro Torres (del Barrio Palo Seco de Maunabo) que él conducía llegó a volcarse. Lo que me pasó a mí un día fue cuando llegamos a la Central Laffayette: una de las moledoras se había atascado con las cadenas de uno de los camiones al éste estar descargando sobre la plataforma inclinada de descarga. Plataforma de descargue de caña
  • 40. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 40 Éste mismo día en que la Central de Arroyo se descompuso, mi hermano David se encontraba también allí en ese momento. Ese día el conducía el camión "Torzon" de Anibal Sánchez del Barrio Palma de Arroyo. De regreso, debido a que la central seguía descompuesta llegué como a las nueve de la noche a nuestra casa en Recio. Tremendo regaño que mami me dió esa noche. Otro día volvió a descomponerse la Central otra vez; esta vez regresé con David en el "Torzon" de Anibal (torzon es un camión de carga con un total de diez gomas en vez de seis). Como podrán notar, contínuamente me pasaba viviendo poco tiempo en diferentes lugares. Muestras de un camión “Torzon”
  • 41. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 41 Otro día estaba corriendo la bicicleta "Swinn 26" de diez velocidades de uno de mis amigos de Guardarraya. Llegué hasta el Texaco de Guardarraya, cuando noté que venía uno de los camiones cargados de caña; viré lo más rápido posible y fui a detenerme en uno de los "muritos" o vaya de protección sobre una seca quebrada cerca de "La Rambla".
  • 42. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 42 Cuando ya casi estaba detenido para esperar el camión e irme pedaleando detrás del mismo, cuando fui a poner el pie izquierdo sobre el murito de cemento; al soltar el freno de mano de la bicicleta, la bicicleta siguió moviéndose, y me fui con todo y bicicleta por en medio de dos de los muritos de cemento y caí con la bicicleta encima de mí en la seca quebrada. Cuando el camión pasó yo estaba en el suelo tras haber caído desde una altura de unos cinco a seis pies de altura. No me pasó nada; tampoco a la bicicleta. Sólo el sustito de creer que
  • 43. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 43 me iba a "romper" un hueso otra vez. Volviendo otra vez a Maunabo, a la Central Batey Columbia; recuerdo que a veces yo barría las guaguas escolares de Goyito. A veces tenía la suerte de encontrarme alguna que otra moneda al barrer. Allí en el Batey fue que por primera vez aprendí a conducir camiones y buses (guaguas escolares).
  • 44. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 44 La zafra o cosecha de la caña de azucar Lo único excitante de la Central Batey Columbia era el periodo de zafra. El resto del tiempo prácticamente no había nada interesante sucediendo allí. Lo que era muy común allí era encontrar alguna que otra muchacha con un hijo ilegítimo de alguno de
  • 45. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 45 Los mecánicos del barrio. Bien, además de la zafra, lo otro interesante que podía pasar allí era los momentos en que se montaba el motor de algún auto en reparación; recuerdo cuando salía con Nelson, Anibal (otro de los mecánicos) o Goyito a probar el motor recién instalado en los autos reparados. Lo emocionante de la velocidad en la recta de la Central hacia Palo Seco y las contínuas y frecuentes ocasiones que nos quedábamos "a pie" por desajustes mecánicos como producto de las pruebas iniciales a los motores recién reparados. Una última atracción en La Central era los momentos en que nos fugábamos para el Río Maunabo y nos bañábamos con las vestiduras de Adán y Eva (es decir, desnudos). A mí no me gustaba tanto bañarme en el río; primero por lo sucio y frío del agua, y segundo, por lo fangoso del suelo del río. Lo mío era el mar, no el río. Cuando fui a vivir en la Urbanización San Pedro de Maunabo, en la casa C-21, donde mis abuelos habían comprado casa y se habían mudado reciéntemente; aún la mayoria de las casas estaban sin terminar o sin ser habitadas. Así que yo también vine a ser uno de los primeros residentes de San Pedro. Recuerdo algunas experiencias allí vividas. Recuerdo que uno de los primeros vecinos fue Héctor Gómez Fuster, antiguo compañero de estudios en Guardarraya, quien también se había mudado a Maunabo junto a sus padres y hermanas. Nuestras diversiones en la recién construida
  • 46. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 46 Urbanización eran: correr en bicicleta, meternos en los balcones y techos de las casas deshabitadas y convertirlas en nuestro "Club de los amigos". En esos días fuímos Héctor, mi primo Perrie Artie Ortiz- Colón y otro gran amigo, de apellido Goderich, que en este momento no recuerdo su nombre, perdón, lo recuerdo ahora: se llama Iván, Jose Iván "Guivin" Rivera Goderich, a comprar un cuadro de bicicleta "20" que había visto días antes en la "tienda" de Pedro "El Sapo" en el Barrio Tumbao de Maunabo. Luego habilitamos el cuadro y esa fue mi primera bicicleta - realmente mía; no como las de la aventura pasada en Recio. Disfrutábamos muchísimo corriendo bici todo el día; todos los días. Una vez que yo le iba a cambiar el color a la bici, Iván y yo fuimos desde Maunabo hasta Guayama en bici. Nos tomó más de cuatro horas de ida. De regreso, paramos en la casa de Recio, Guardarraya para allí dejar mi bici; la que pintaríamos en días posteriores. Si mi memoria no me falla, creo que regresamos los dos juntos en la bici "Swinn 26" de Iván; ya que la mía se quedó en la casa de Guardarraya. ¡Sí, así fue! Eso pasó un sábado; el domingo después yo regresé a Guardarraya en carro público para trabajar en mi bici. De regreso, si mal no recuerdo, tuve que irme a pie a Maunabo. Parece que alguien de la Central, creo que fue Nelson, me dió pon. Cuando hube montado ya mi bicicleta, regresé
  • 47. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 47 con ella a Maunabo. ¡Quedo como nueva! Luego recuerdo que unos meses más tarde, mi primo Pierre Artie me obsequió un cuadro de bicicleta Sears # 20, ya que en esos días había recibido una nueva bicicleta como obsequio de sus padres. Decidí guardar el cuadro que le compré a Pedro "El Sapo", y monté la bicicleta en el cuadro Sears # 20. Le había puesto una orquilla # 26 con estrellas # 52 y # 14. Era muy liviana y rápida. A un muchacho del Barrio Emajaguas de Maunabo, que ahora no recuerdo su nombre le fascinó mi bici y me pidió que se la cambiara por su bicicleta Swinn 26 de cuadro semi- fino. Era un poco pesada, pero como el cuadro semi- fino no era muy fácil de conseguir, procedí al intercambio. La nueva bici # 52-14 tamano #26 era mi motivo para mis cortes de clase casi diarios a la clase de español de noveno grado. Era mi última clase en la tarde y yo "me perdía" a la hora de la clase para correr bicicleta. Me encantaba pedalear detrás de los nuevos y rápidos "trailers" de caña de transmisión doble de diez velocidades; los que llevaban caña desde las centrales de Yabucoa y Humacao hasta la Central Aguirre en Salinas. Montaban más de cincuenta millas por hora cargados. Así que la emoción de ir pedaleando detrás de ellos era realmente fantástica. El reto era pedalear tan rápido para que el camión no me dejara "votado". Aún los corredores atléticos de bici # 52-14, # 52-16, # 24 y # 26, pedaleaban tras ellos para practicar y mejorar su
  • 48. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 48 resistencia y velocidad. Trailers de cargar caña de diez velocidades Ya que mencioné los cortes de clase de español a las dos y diez de la tarde, frecuentes, debo señalar que aprové mi octavo grado en la S.U. Manuel Mendía Moret de Guardarraya, y ahora estaba cursando el noveno grado en la nueva escuela intermedia- superior Rafael Casta Martínez de Maunabo. Si no me equivoco, esta era la escuela más grande que habían construido en todo Puerto Rico:
  • 49. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 49 Era de tres pisos o plantas, con dos alas de salones, formando una “N”. Pero lo curioso de esta escuela era que, cuando era la más grande y nueva de todo Puerto Rico para el nuevo año escolar 1970-71, estubo todo el año anterior cerrada por falta de Maestros. ¡Sinceramente, no me gustaba ya la Escuela!, aún cuando era tan bonita. Ya mi interés, como había dicho anteriormente, eran otras cosas. Este año, lo más que me fascinaba era correr bicicletas. De ahí, que como era de esperar, bajé las notas. Por primera vez en mi vida de estudiante, obtuve una "D" en el curso de álgebra de matemáticas de noveno grado. Era estudiante en una nueva escuela, y no tenía amistades, prácticamente. Así que me era bastante difícil adaptarme a la nueva escuela. Pero, sin embargo, recuerdo algunos momentos que sí fueron muy interesantes; especialmente cuando se trata de "muchachas": Recuerdo a dos de ellas en la clase de inglés, ya que siempre se sentaban mal y yo me pasaba "ligándolas" todo el tiempo, porque a la verdad, que estaban "buenísimas" las dos. Delia era llenita, bien bonita, y Socorro era lindísima pero bien delgadita. Recuerdo que después que salía de la clase de inglés iva desesperado para el baño de los varones a masturbarme porque salía super exitado después de haber ligado estas dos
  • 50. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 50 hermosas muchachas; casi todos los días. La única clase que realmente me llamaba la atención era la clase de dibujo técnico. La acción que me interesaba más acontecía fuera de la escuela. A la hora de almuerzo yo siempre iba a la casa de mi abuela en la Urbanización San Pedro, pues la escuela quedaba apenas minutos de distancia de la Urbanización. Yo creo que era más lo que me masturbaba que lo que me alimentaba. Tenía algunas revistas pornográficas, y a veces invitaba a mi primo Lulito, a que también entrase conmigo a mi cuarto dormitorio para ver las revistas y masturbarme. Otras veces, nos ocultábamos frente al auto de nuestra tía Hilda, y allí jugábamos nuestros juegos sexuales. En los primeros días del año escolar 1970-71, llegó a nuestra casa en la Urbanización San Pedro, un
  • 51. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 51 hombre, llamado Mr. González. Este hombre, provenía del pueblo de Yabucoa, y le habían referido nuestra casa para que se hospedara allí. había sido asignado como principal en una de las escuelas en el pueblo de Maunabo. Supongo que fue recomendado para vivir con nosotros ya que creo que el había trabajado con mami cuando ella era maestra y trabajó en Yabucoa, o talvez fue referido por algún familiar nuestro que lo conoció en el pueblo de Rio Piedras, mientras él estudiaba en la Universidad de Puerto Rico. No se exáctamente como llegó, lo que sí puedo afirmar sin lugar a dudas es que se hospedó con nosotros todo ese año 1970-71. Este señor González parece que era un poco "homosexual", aún cuando era un hombre casado y con hijos. Digo esto, porque cuando él se enteró de las aventuras sexuales y excesiva actividad sexual en la cual yo estaba frecuentemente envuelto, parece que por pedido de mis abuelos y tías, le pidieron que me aconsejara en cuanto a la sexualidad y cómo canalizar mis impulsos sexuales. Algunas de las cosas que él me decía era que: la sexualidad era algo bonito y normal; que durante los primeros años de mi pubertar era de esperar esos impulsos violentos de masturbarme y de procurar estar envuelto en actividades sexuales con bastante frecuencia. Hasta aquí todo me parecía lógico y aceptable. Pero lo que no me estubo aceptable fue que un día me pidió que le pasara las manos por
  • 52. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 52 sus..., tras el haberse bajado sus pantalocillos. Ahí fue cuando note que este señor manifestaba unas tendencias un poco desviadas de lo que yo entendía un hombre completo debía ser. Yo recuerdo que desde bien pequeñito, tal vez de tres o cuatro años de edad, yo poseía un claro entendimiento de mi masculinidad, y siempre tenía bién claro que me atraian las muchachas o niñas. Que si me envolvía con niñitos de tres o cuatro a cinco años de edad en mis experiencias y aventuras sexuales e inocentes, era porque mis juegos eran de varoncitos; jugar con "carritos, camioncitos, trompos, canicas o corotes, volar chiringas o cometas, pescar, etcetera"; pero nunca jugar a "la niñita". Que yo bien recuerde, yo nunca me vestí de mujer ni jugué con sus prendas femeninas. Es tan así, que ahora recuerdo un incidente cuando yo tendría talvez tres o cuatro años de edad: Un día, Olga Rodríguez-Rivera, quien hoy en día es mi cuñada, y esposa de mi hermano David, por equivocación me fue a regañar y me dijo "NENA"; a lo que yo, furiosamente y enérgicamente le repliqué: "Yo no soy ninguna nena". Me estuvo malo que me llamara “nena”, y mucho más cuando me lo dijo frente a Damaris, su hermana, quien me gustaba muchísimo; aunque ella era un poco mayor que yo. Regresando al relato del señor González. Como habia mencionado previamente, me estuvo raro y de mal gusto sus insinuaciones a que le pasara
  • 53. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 53 las manos por sus nalgas descubiertas, y peor aún, que él admitiera que él se seguía definiendo como todo un hombre completo aún tras haberme permitido que le "sobara" sus nalgas. Así, que decidí ya no estar mucho con él, ya que dudaba de su masculinidad. Parece que sus ofrecimientos sexuales, surgían como resultado de las quejas que le habrían dado no sólo mis tías o abuelos, sino también, mi vecina, en la casa C-20; ya que tal vez su hijo, de nombre Ramoncito, se pasaba mucho conmigo, y a veces yo me iba con él a las piezas de caña recien cortadas que se hallaban en los terrenos inmediatos a la Urbanización San Pedro. Supongo que por este incidente fue que Mister González se ofrecio de victima para que yo "canalizace" mis impulsos sexuales, y no molestase a otros niños. En cuanto a niñas se refiere, yo nunca tuve ninguna experiencia sexual con alguna. Recuerdo que cuando pequeñito, de unos cuatro años tal vez, jugaba a solas con mi primita Vangie, pero nada malo hicimos; solo que oribámamos juntos escondidos detrás de la tienda de Monse, el padre de Monsita . Eso fue todo. Otro incidente aislado, lo fue cuando yo iba a la casa de mi tío Lulo. Lulo y su cuñado Pedro Juan, electricistas ambos, siempre se pasaban hablando de mujeres y se pasaban molestando con palabras de
  • 54. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 54 contenido sexual a las empleadas domesticas que trabajaban en su casa, ya que Kitty, su esposa se hallaba atendiendo la tienda de ropas que tenían al frente de su casa, en la esquina de la Muñoz-Rivera y frente a la antigua Farmacia de Don Gume Gallardo, detrás de la Iglesia Católica de Maunabo. Un día, mientras yo me encontraba alli, le pedí a Lulito que jugase al noviesito con sus hermanitas Linda y Cucusa. Pero esto fue todo, nunca hubo un ataque sexual para con ninguna de ellas de parte mía ni de Lulito. Sólo lo que acabo de citar; jueguitos de niños. Volviendo al año 1970, ya cerca del periodo navideño, cuando la Ford Motors Company,
  • 55. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 55 manufacturera de el auto deportivo Mustang, anunciaba mediante comerciales televisados, su nuevo modelo MUSTANG GRANDÉ, modelo 1971.Aún me es dificil porque, cada vez que veía este comercial de TV, experimentaba una extraña sensación, de que el año 1971, que apenas se acercaba, sería mi último año de vida. Tenía ese raro presentimiento. En esos días, mi madre se hallaba residiendo en la ciudad de Hoboken, New Jersey, Estados Unidos de America. Ella se había divorciado de su segundo esposo y se había trasladado al estado de New Jersey. En una de sus cartas que nos escribiera a sus hijos y familiares en Maunabo, nos hacía saber que se había encontrado con mi padre, Pablo Fernández Burgos, y con mi hermana Letty, quien para este tiempo residía en Manhattan, New York con mi padre. También nos hacía saber que regresaba junto a mi padre y que habían decidido unir sus vidas nuevamente y contraer nupcias matrimoniales por segunda vez. En otra de sus cartas, nos hacía saber que para el próximo verano, 1971, nos enviaría los pasajes para que tanto Ruth, mi hermana, como yo, nos fuéramos a pasar nuestras vacaciones de verano con ellos, quienes para este entonces, vivían en el 10-38 de Freeman Street, en el Bronx, New York. No entiendo aún, pero un cambio comenzó a
  • 56. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 56 surgir en mi vida: sentía miedo. Era navidad, pero en mi no había felicidad. Se escuchaba por la radio las canciones de Bobby Cruz y Richie Rey y de Willie Colón; en particular aquella cancion con un ritmo combinado de Salsa y algo de Jazz que decia: Si tú quieres bailar, este ritmo africano yo te enseñaré a bailarlo.... Los nuevos ritmos de salsa y boogaloo de los 70’s. Creo que era la canción de Willie Colón con Héctor Lavoe, “Che che colé”.
  • 57. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 57 A mi memoria llegan los recuerdos de aquella noche de despedida del año 1970: Había ido a la plaza de Maunabo. Mientras celebraban la misa de fin de año, recuerdo entre otras cosas, dos incidentes que acontecieron esa noche exáctamente frente a la puerta principal de la Iglesia Católica. Lo primero que allí pasó fue una pelea entre un muchacho, aparentemente un poco bebido y uno de los muchachos vecino de la Central Columbia; al parecer este hombre un poco borracho, le hizo un comentario ofensivo a la novia del muchacho de la Central, estando este junto a ella. De inmediato se entraron a los puños y recuerdo claramente que a Eduardo, (ahora recuerdo su nombre), se le zafó su reloj de pulsera y se le cayó al suelo durante la pelea. Luego de la misma, alguien se lo entregó. Creo que algunas personas salieron de la misa para ver la pelea. El segundo incidente fue producido por mí mismo. Tenía un petardo o explosivo, y lo encendí.
  • 58. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 58 Tras encenderlo, procedí a tirarlo exactamente frente a la puerta de la Iglesia mientras la misa se celebraba. Afortunadamente, uno de mis amigos se dió cuenta y lo piso antes de que el mismo estallara. Creo que el amigo fue Guivin. Él me dijo: "Estás loco". Antes de que las campanas de la Iglesia tocaran indicando que había terminado el año, recuerdo que me dió con ir a la casa de mi Tío Tatín, quien vivía en la misma calle Muñoz-Rivera, prácticamente frente a la plaza pública; apenas a unos diez piés de distancia de la casa de Lulo. En la casa de Tatín, tomé una cerveza o "fría" guilladito, ya que yo sólo tenía 14 años apenas cumplidos el pasado 19 de noviembre de ese saliente año 1970. De la casa de mi tío Tatín, regresé a la casa de mis abuelos en San Pedro. No recuerdo bien si de paso entré la casa de Lulo. Creo que sí; entré par de minutos solamente. Luego me fuí a San Pedro, pasando la despedida de año ya acostado en casa. Sólo deseaba que amaneciera para ir a correr en bicicleta con mis amigos. Ciertamente esta sería la última navidad que pasaría en mi Isla del Encanto hasta dos años más tarde, que regresaría de nuevo a Puerto Rico.
  • 59. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 59 CAPÍTULO TRES MI ENCUENTRO CON CRISTO Despues de aquella noche de despedida del año viejo 1970 y recibimiento del nuevo año 1971, mi vida comenzó a demostrar ciertos cambios notables y tal vez, un tanto inexplicables. Todo parece indicar que yo me estaba preparando para un gran cambio en mi vida. En estos primeros días del nuevo año mi hermano David había decidido ingresar a las fuerzas armadas (ARMY) y después de las navidades se reportó a la base militar asignada en el estado de Carolina del Norte. Como mencioné en el capítulo anterior, mi hermana Letty vivía con mi padre y madre en New York. Mi hermana Ruth vivía con mi tía Toña en la casa de esta última en el centro del pueblo; bastante cerca de la casa de Tatín y Lulo. Pasaron los primeros cinco meses rápidamente y llegó el fin del año escolar 1970-71. En este año, 1971, me graduaba de noveno grado; pero ni siquiera me presenté ni a los actos de graduación ni mucho menos al baile de graduación. Mi diversión era correr en bicicleta todo el tiempo.
  • 60. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 60 Llego el mes de junio y me preparaba para ir de vacaciones a Nueva York. Evangeline, Vangie, mi prima iría también con Ruth y conmigo a pasar sus vacaciones en New York. Tantas cosas estaban cambiando en mí. Decidí regalarle a Piere Artie, mi primo y a algunos amigos, las revistas pornográficas que tenía. Llevé mi bicicleta "Swinn 26", de cuadro semi-fino a la casa nuestra en Guardarraya. Todo ciertamente indicaba que me estaba preparando para un gran cambio en mi vida. Sentía que me iba a morir ese mismo año. Al fin llego el dia de partir hacia New York. Yo nunca usaba corbata, así que ni tan siquiera las sabía preparar. Recuerdo que Vangie fue la que me hizo el lazo de la corbata. Parece que fue un día 12 de junio de 1971, sábado, que partimos hacia New York. En esos días a mí me gustaba Vangie
  • 61. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 61 muchísimo. Estaba hermosa; con sus cabellos largos, formas perfectas y muy bonita de rostro. Parece que estaba enamorado de ella. Los amigos míos, cuando supieron que me iba, fueron a despedirse de mí. Recuerdo que uno de ellos me dijo: "Aprovecha que ella también va contigo para New York y ... allá. Muchas veces me masturbaba pensando en ella. Llegamos al Aeropuerto Internacional Isla Verde, en San Juan, Puerto Rico. Como Ruth era la
  • 62. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 62 mayor de los tres, era la que estaba a cargo de Vangie y yo. Vangie era bien activa. No se quedaba quieta en ningún sitio, y ya Ruth estaba desesperada con ella. Se pasaba regañándola todo el tiempo. El viaje fue muy bueno y llegamos al Aeropuerto John F. Kennedy en New York. Papi, Mami y Letty nos estaban esperando en el aeropuerto JFK. Era la primera vez que salía fuera de Puerto Rico. Bueno, no exactamente la primera; era la segunda, ya que cuando yo tenía apenas un mes de nacido, en 1956, mis padres me habían llevado a New York. Pero eso yo no lo recuerdo, así que para mí, esta era mi primera vez que viajaba en avión. Este día era un día hermoso. Llegamos como a las cinco de la tarde a N.Y. Estaba maravillado al ver los edificios altos, el Triboro Bridge (puente), la exposición de la gran feria científica que se había celebrado en N.Y. Ver aquel gran globo del mundo que se conserva como un recuerdo permanente de aquella gran feria. Cuando salimos del Sheridan Expressway y doblamos en la esquina del Sheridan Parkway y la calle Freeman, al llegar frente al edificio 10-38, lo que más me llamó la atención, fue ver aquél grupo de niños que jugaban en la toma de agua de emergencia (pompa) tirando aquel gran chorro de agua a toda presión, que llegaba hasta el tercer piso del edificio del 10-38 de la Calle Freeman; lugar donde iría a residir por dos años; en el apartamento 2B.
  • 63. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 63 Parecía como si aquél día no fuese a terminar jamás, ya que eran casi las nueve de la noche y aún no había oscurecido. Yo no estaba acostumbrado a ver días tan largos como lo son en New York durante el verano. Foto tomada en el techo o “rufo” del edificio: Mami, Papi, Ruth, Vangie y yo. Asi que nos divertimos bastante rato viendo a los muchachos jugar en la boca de incendio; arrojando chorros de agua a presión, utilizando un pote sin tapas en ambos extremos; mojando así a cuanto auto pasaba por allí. Fue un día agradable.
  • 64. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 64 El próximo día era domingo; así que nos preparamos para asistir a la escuela biblica dominical en la Iglesia Asambleas de Iglesias Pentecostales de Jesucristo Inc. Iglesia a la cual mis padres y mi hermana Letty asistían. Esta Iglesia estaba ubicada en la calle Westfarm Road, bastante cerca de donde nosotros vivíamos. Me sentí bastante raro entrar a una Iglesia; pues hacía bastante tiempo que no asistía a ninguna. No recuerdo haber asistido a ninguna Iglesia excepto a la Iglesia Pentecostal de Jesucristo Inc., que radicaba en el sector Malapascua; del barrio Guardarraya, en el pueblo de Patillas, Puerto Rico. Pero eso había sido muchos años atrás, cuando apenas era un niño de unos cinco o seis años; antes que mis padres se hubiesen divorciado, más de siete años atrás. Así, que después de más de siete años, regresaba a una Iglesia otra vez. No estaba acostumbrado a aquél ambiente. La clase bíblica estuvo bastante interesante; creo que se trataba de David y Goliat, o algo por el estilo. Recuerdo que se reunía la clase de jovenes en la parte anterior del templo; entre la entrada principal de la Iglesia y las dos puertas secundarias. Tambien recuerdo que el maestro de los jovenes era el "Hermano Carlos Morales"; joven dinámico, cuñado del novio de mi hermana, Papo, o sea; Hector Luis Marrero. Carlos era novio de la sobrina de Papo, Nydia “Nicky” Marrero. Bueno, no era exactamente cuñado de Papo; era yerno del hermano de Papo; Miguel, padre de Nicky.
  • 65. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 65 Este primer domingo 13 de junio de 1971, tras haber salido de la clase bíblica dominical, regresamos a casa. Recuerdo que al frente de nuestro edificio había un club hispano. En estos dias se escuchaba mucho las canciones de Jose Feliciano, en especial aquella que trataba de una muchacha de mi pueblo y una guitarra. Parece que decía algo así: "Que será, que será, que será; Que será de mi vida sin tu amor. Por la noche mi guitarra, tristemente sonara, Y una niña de mi pueblo, llorará." A la parte de arriba de nuestro apartamento, en el tercer piso, vivía una muchachita bien bonita
  • 66. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 66 ella, Puertorriqueña, del pueblo de Santurce, Puerto Rico. En este momento no logro recordar su nombre; sólo recuerdo que ella tenia un impedimento físico: era "cojita". Tenía una cadera dislocada y caminaba torcida de un lado. La menciono, ya que ella vino a ser una amiguita muy especial para mí; yo diría que prácticamente novia. Ella tenía dos hermanitos, quienes fueron mis amigos, además de vecinos. Esta chica, contínuamente era sometida a intervenciones quirúrgicas, bastantes frecuentes. Su recuerdo quedará en mi mente por siempre; es así, ya que al año de yo haber regresado a Puerto Rico otra vez, es decir, 1974, mi hermana Letty nos escribio haciéndonos saber que ella había muerto. En su memoria guardo un minuto eterno de silencio y respeto. Y en su memoria, cada vez que escucho la canción de José Feliciano, el ciego, me parece verla a ella; asomarse a la ventana de su apartamento o sentarse sobre la misma; frente a la salida de incendios o "fire-escape". Tan pronto recuerde su nombre, se los hare saber; queridos lectores.
  • 67. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 67 Fotos en el Bronx, verano 1971, cerca de nuestro edificio Aquél verano de 1971 pasó rápido. Recuerdo que
  • 68. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 68 visitamos el Bronx Zoo o zoológico del Bronx unas cuantas veces. Lo más que me fascinaba del mismo eran las vitrinas de los pinguinos; vestidos ellos tan elegantes con sus gavanes largos o "smoky". Tambien disfrutaba mucho el pasar a pie por el Sheridan Avenue, cuando íbamos desde nuestra casa hasta el zoológico o a visitar los familiares de Papo en la calle 180. Me parece recordar claramente la cascada artificial del Río del Bronx, o Bronx River, que había en el zoológico, en el extremo que miraba hacia la 180. Lo más que me gustaba al pasar a pie por la Avenida Sheridan era aquella impresionante pared de piedras cubiertas con particulas metálicas que resplandecían frente a los rayos del sol, cual si fueran piedras de oro. Cada vez que pasaba por allí, siempre me paraba para recojer alguna que otra piedrecita metálica con aleaciones que parecían tener incrustaciones de oro y plata. Obviamente, no eran piedras de oro; de lo contrario no estarían allí al alcanze de todos los transeuntes. Otras veces íbamos de paseo a Manhattan, o a visitar nuestros tíos Andres y Cruz Fernández en Brooklyn. Otras veces íbamos a la tienda Macy's o al Empire State Building; edificio, que para este año 1971, era el edificio o rascacielos más alto de todo el Mundo. Los edificios Torres Gemelas o "Twin Towers" de lo que era el futuro World Trade Center apenas se construían en este tiempo. Así que el
  • 69. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 69 Empire State Building reinaba en las alturas de todo Manhattan. Tambien de cuando en vez caminábamos por la Avenida Broadway hasta llegar a Times Square. Me encantaba comer pizzas; así que de cuando en vez
  • 70. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 70 entrábamos a una pizzeria italiana a comer aquellas grandes, calientes y sabrosas pizzas. Cuando ya se acercaba el tiempo en que tanto Ruth como Vangie regresarían a Puerto Rico, recuerdo aquella mañana del 11 de julio de 1971. Esa mañana no asistí a la escuela bíblica de la Iglesia. No me encontraba bien de salud; así que me quedé en casa escuchando unos discos de música cristiana: Pacheco, Carmen Sanabria y Daniel Antonetti, entre otros cantantes de música sacra o sagrada. Pero recuerdo una grabación en particular: Era el Mensaje Profetico del Evangelista Yiye Avila - TERREMOTO. Recuerdo sus palabras claramente, cuando citaba "¿Vas a permitir que tu vida se derrumbe como una choza, y la ira de Dios caiga sobre ti cual un fuerte viento o terremoto?” - citaba: "Porque temblará la tierra como un borracho, y se
  • 71. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 71 extremecerá como una choza. Porque su pecado pesa sobre sus hombros". Aquella mañana del domingo 11 de julio de 1971, por primera vez en mi vida entendí que DIOS hablaba directamente conmigo y no me permitiría seguir la vida que llevaba de rechazarle contínuamente como lo había hecho tantas otras veces. Muchas veces, mientras estudiaba en la Escuela Superior Rafael Casta Martínez de Maunabo, Puerto Rico, los muchachos de la Iglesia Defensores de la Fe Cristiana del barrio Calzada de Maunabo, contínuamente me invitaban a su Iglesia y a sus reuniones religiosas; a lo cual yo nunca les prestaba atención y seguía mi vida apartado completamente de DIOS. Años anteriores, recuerdo que mi amigo Jorge Luis Berrios del barrio Guardarraya de Patillas, Puerto Rico, también me invitaba a que asistiese a sus reuniones de católicos carismáticos “cursillistas”, que en esos años se iniciaban en la Isla de Puerto Rico. El entendía que yo debía buscar de DIOS ya que me estaba metiendo en problemas como resultado de mi amistad con Indio y Pifito. Tambien Pepo de Jesus, el hijo de Mrs. Delia Colón, la esposa de Don Pepito, dueños del restaurante JOAN ONELIA en Recio, Guardarraya deseaba que yo mejorase mi estilo de vida y sobre todo, mi vocabulario; el cual era bastante obsceno en esos días cuando yo vivía en nuestra casa en Recio, Guardarraya.
  • 72. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 72 Como había citado previamente, yo sentía que el año 1971 sería mi último año de vida. Así que aquella mañana del 11 de julio, decidí por primera vez en mi vida, permitirle a DIOS que llegase a mi vida. En ese momento comencé a llorar, pues por primera vez experimentaba lo que era el arrepentimiento que me lleva a la salvación. Llamé a mi padre y le pedí que orara por mí, ya que deseaba aceptar a CRISTO como mi salvador personal esa misma mañana. Mi padre oró por mí en ese mismo momento. Esa noche en la Iglesia no recuerdo el mensaje que el Reverendo Antonio "Tony" Acosta, pastor de la Iglesia, predicara. Sólo recuerdo que estube llorando de rodillas durante todo el servicio; al finalizar el mensaje, mi padre me llevó al altar para que el Hno. Tony orara por mí. ESTA NOCHE ME CONVERTÍ AL SEÑOR JESUCRISTO; aceptaba la nueva vida que ÉL me ofrecía. Había nacido de nuevo !ALELUYA!
  • 73. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 73 CAPITULO CUATRO MI NUEVO NACIMIENTO A la edad de catorce años, aquella hermosa e inolvidable mañana del domingo 11 de julio de 1971 tuve la gracia de ser llamado por DIOS a vivir una nueva vida - había nacido nuevamente; mas no del vientre de mi madre otra vez sino del AGUA y del ESPIRITU. Como había augurado a finales del año anterior, para el periodo navideño del año 1970, mientras veía por televisión los anuncios comerciales de la Ford Motors Company, introduciendo el nuevo modelo Mustang Grandé 1971; sentía para aquellos días que ciertamente moriría para el año entrante - 1971 - y no me equivoqué. Morí a mi antigua manera de vivir. Mi antiguo hombre - el viejo hombre carnal y mundano, había muerto esta mañana del 11 de julio. Ciertamente un cambio extraordinario se produciría en mí a partir de esta experiencia espiritual. A partir de este día, experimentaba gozo en mi vida; sentía que había felicidad en mi alma y espíritu. Por vez primera deseaba dedicar mi vida a
  • 74. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 74 DIOS. No había sido simplemente un acto de carácter emocional; era algo real. Una experiencia rara pero placentera. Sabía que era una nueva persona. Ahora entendía porque antes de salir de Puerto Rico había tomado la decisión de regalar todas las revistas pornográficas que poseía. Mi nueva revista, a partir de este momento sería LA BIBLIA - la PALABRA DE DIOS! Pero algo sucedió en los primeros días de la semana entrante: En la primera semana de convertido tuve mi primera prueba. Como había citado anteriormente, esa mañana del 11 de julio me sentía un poco enfermo. En la semana siguiente del 12 al 18 de este mismo mes adquirí una infección en mi boca. Toda la boca estaba llena de una mucosidad que me impedía tragar alimentos, incluyendo líquidos. La garganta me ardía y casi no podía abrir la boca. También en mis órganos genitales estaba la presencia de aquella mucosidad de mal apariencia amarillosa y de olor desagradable. Casi no podía orinar. Así, que mis padres preocupados, me llevaron al Lincoln Hospital. Me recetaron lavados o enjuagues con agua bórica; pero esto me puso peor de lo que estaba. La infección había aumentado. Al ver mis padres que la infección no cesaba, me llevaron de nuevo al Hospital. Pero si mal no recuerdo, esta vez no fueron al Hospital Lincoln, sino al San Juan Medical Center, en la esquina de
  • 75. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 75 Westchester Avenue y Southern Boulevard. Me vieron los médicos de allí y esta vez me recetaron Cloraseptic. Tras varias gárgaras con el Cloraseptic me mejoré rápidamente en los próximos dos a tres días, después de más de una semana de haber adquirido aquella terrible infección. Si mal no recuerdo, para las partes genitales me recetaron una crema y lavados periódicos con agua tíbia. Había pasado ya la crisis. Mi hermana Ruth y Vangie, mi prima, regresaban a Puerto Rico en esos mismos días; así que no las pude acompañar al aeropuerto para despedirme de ellas, pues aún no me había recuperado plenamente. Sólo recuerdo un día, creo que fue el día antes de que ellas regresaran a "la Isla". Mientras me encontraba recostado con mi cabeza sobre la falda de Vangie, ella me pasaba sus manos por mi frente y me decía aquellas palabras del escritor William Shakespeare: "To be or not to be" Luego añadió: ¡Ahora o nunca! Nunca supe lo que realmente me quería decir con esas palabras. Si era que me estaba haciendo una proposición amorosa para que la tomara ese mismo día, o si sólo se trataba de palabras vacías. Al día de hoy, todavía desconozco el contenido simbólico de las
  • 76. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 76 mismas, si es que había algún mensaje personal envuelto en las mismas. No sé si ella también se había enamorado de mí como lo había hecho yo de ella. Sólo puedo decir que se portó muy tierna y amorosa conmigo mientras me hallaba recostado sobre su falda. De todos modos, si su intención era que nos amáramos esa noche, eso nunca sucedió. Las siguientes semanas transcurrieron normalmente. Me preparaba para mi bautismo en las aguas, en
  • 77. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 77 testimonio de mi fe en CRISTO. También me preparaba para ser admitido en la escuela. Desde la ventana del frente de nuestro apartamento, se veían claramente dos edificios escolares a la distancia; mirando hacia Pelham Bay. Uno era de la escuela CIS 77, y el otro edificio era de la Escuela Superior James Monroe. Aún no sabía donde estudiaría, pero me llamaba mucho la atención aquél edificio que se podía ver claramente desde nuestro apartamento. Días más tarde llegó la notificación de matrícula. La notificación indicaba que mi zona de residencia era servida por la James Monroe High School. Esa noche le preguntamos a Nicky Marrero, novia de Carlos Morales y sobrina de Hector Luis Marrero, cuñado mío: Nicky, ¿Dónde queda James Monroe High School? A lo que ella respondió: Tú ves aquellas dos escuelas que se ven desde aquí? La que queda a la derecha es Monroe. Yo tambien estudiaré allí. En la Iglesia también había otra de las muchachas que era gran amiga de Nicky, novia esta última de uno de los jóvenes de la Iglesia, llamado Juan. Su nombre era Wilda. Ella también estudiaría en Monroe. Así que ya al menos tenía a dos conocidas que estudiarían conmigo. El primer día que fuí a la escuela con mis padres para matricularme, me impresionó aquel grande edificio de cinco pisos de alto: En su interior,
  • 78. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 78 a la entrada, lo primero que encontramos fue aquel enorme teatro o auditorio, como era llamado. Próximo al edificio central, a su derecha, quedaban los gimnasios I, II y III. La piscina en el primero de ellos, y luego en los otros dos, el "Gym" de los muchachos en el segundo y el "Gym" de las muchachas en el tercero. A la parte posterior al edificio central, quedaba la pista y a su derecha el parque de futbol. Cuando salíamos del edificio, recuerdo las palabras grabadas en la parte superior de la entrada principal de la Escuela: Decían:
  • 79. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 79 "WHERE LAW ENDS, TYRANNY BEGINS" by William Pitt Traducido al español: "DONDE LA LEY TERMINA, COMIENZA LA TIRANIA" Mi primera impresión de la escuela fue maravillosa. Me agradaba la idea de saber que ésta sería mi escuela superior; lugar donde aprendería a hablar Ingles, y a la misma vez, me prepararía para ser un arquitecto, arquitecto civíl, que era lo que me interesaba ser en el futuro; ya que me encantaba el dibujo técnico y la preparación de planos o "croquis" de edificios. Dos niveles de mi nueva vida se desarrollaba simultáneamente: Mi nueva vida de estudiante de escuela superior en Nueva York, y mi nueva vida de creyente en CRISTO JESUS. Ambas expresiones de mi existencia se desarrollaban armoniosamente. Ya no eran tan frecuentes las masturbaciones contínuas a las que estaba acostumbrado. Aunque de cuando en vez, me masturbaba. Ni modo; especialmente cuando pensaba en Nicky y en especial, Wilda. Las dos eran hermosísimas. Nicky era de cabellos marrón claro, blanca y de una estatura de unos cinco pies, siete pulgadas. Tenía ojos marrón y rostro muy delicado. En cambio, Wilda, era más o menos de su misma estatura. Con cabellos largos lácios, como los de
  • 80. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 80 Nicky, pero negros. Sus ojos eran grandes y hermosos; color marrón claro o "Hazel". Poseía una hermosa figura y una preciosa sonrisa. Ambas eran dos monumentos de mujeres. Aún cuando no tenían dieciocho años de edad, parecían como de veinticinco o veintitrés cada una. En la Iglesía asistia una hermana de Papo; llamada ella Constanza. Consty, como le llamaban, vino a ser novia mía. Ella era de unos doce o talvez trece años. Tenía pelo largo, lácio, negro. Su rostro era bien hermoso; blanca con ojos negros. Era bien bonita. Una Taína. Medía aproximadamente unos cuatro pies, diez pulgadas de estatura. Yo tenía catorce años de edad para entonces. Era delgadito, pesaría unas cien libras de peso, como mucho. Tenía pelo negro, bastante abundante. Me
  • 81. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 81 peinaba hacia el lado derecho casi siempre, pero a veces, me peinaba para el lado izquierdo para quitarle las ondulaciones a mi pelo; que aunque era lácio, era un poco ondulado. En esos días comenzaba mi desarrollo. ¡Ya comenzaba a crecer! Se acercaba el tiempo de invierno. Se acercaba también la noche de mi bautismo. El bautismo se realizaría en el templo de la Iglesia Asambleas de Iglesias Pentecostales de Jesucristo, Inc., en la 118, o "El Barrio" de Manhattan. Aquél templo era una antigua sinagoga judía. En el altar se encontraba el batisterio. Esta noche fué algo extraordinario. Mientras estábamos en espera de ser bautizados, hacíamos una fila de nuevos creyentes; todos vestíamos de blanco; símbolo de santidad. Cantábamos el himno: "Ven a las Aguas". La semana anterior, en una campaña de oración en la iglesia nuestra, había recibido las primeras bendiciones del Espíritu. Esa noche, también fui bautizado con la Promesa del Espíritu Santo. De regreso venía hablando en otras lenguas: Lenguas angelicales. No puedo precisar con exactitud la fecha de mi bautismo; sólo puedo señalar que fue para las navidades del año 1971: a los tres o cinco meses de haber aceptado a CRISTO. Para este tiempo todavía Constanza era novia mía. Recuerdo que en estos días de invierno no
  • 82. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 82 había calefacción en nuestro edificio. Nos calentábamos con un calentador eléctrico pequeño que poníamos en medio de la sala; entre las puertas que conducían a la cocina, el baño y cuarto dormitorio de papi y mami, y la pared que separaba el cuarto de Letty de la sala. Yo dormía en el sofá- cama que estaba en la sala. Ahora recuerdo claramente lo que aconteció en la despedida del año 1971. Fuimos a la iglesia. Se celebraba un drama con motivo a la navidad. Recuerdo que mami recitó una poesía relacionada a la Navidad. "La Navidad de una Niña" creo que era el título de la misma. Después de la despedida de año, que la celebramos en la iglesia, regresamos a nuestro apartamento. Era
  • 83. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 83 la primera navidad que celebraba en la iglesia, después de muchos años. Para ser más preciso: Después de más de siete años. Para entonces yo ya había cumplido quince años. El día primero de enero de 1972 lo recuerdo también claramente: En este día tuvimos el grato regalo de navidad: Por primera y única vez, había calefacción en nuestro edificio: El 10-38 de la calle Freeman. Otro recuerdo que llega a mi mente fue los días próximos a la llegada del nuevo año 1972: En este mes de enero, Consty y yo nos dejamos. Ella se había enamorado de un compañero de estudios en su escuela. Ella todavía estaba en la Junior High, o intermedia. Ese día fue un domingo. Regresé a mi apartamento después de haber terminado la escuela bíblica. Al salir de la Iglesia recuerdo que ella y yo hablamos; nos dejábamos en ese momento. Recuerdo que le devolví una sortija que tenía de ella, y si mal no recuerdo, ella también me devolvió una sortija que ella llevaba mía. Era una sortija de piedra verde que había comprado hacía unos cuantos años en el pueblo de Guayama, Puerto Rico. Al llegar al apartamento era grande la tristeza que había en mí. Michael, el hijo del hermano Jose A. López, co- pastor de la Iglesia, trataba de consolarme y me decía que comiera alimentos, ya que él sabía que estaba en ayuno y yo le había dicho que me mantendría en ayuno hasta que Consty regresara conmigo. Era muy
  • 84. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 84 común para mí ayunar todos los domingos. Mi vida se convirtió en un contínuo deseo de vivir para agradar a Dios. Mis primeros días de convertido, a partir de mi bautismo, cuando regresaba de la escuela, iba al templo a barrer y mapear el mismo. Muchas veces, cuando llegaban los primeros hermanos a adorar, todavía me hallaba allí haciendo limpieza. De ahí regresaba rápidamente a mi casa para asearme, comer y regresar a adorar al templo. Me llamaba mucho la atención la música. Disfrutaba escuchar a los hijos del hermano Tony Acosta, y los hijos del hermano Jose A. López tocar instrumentos en la Iglesia. David Acosta, hijo mayor del Hno. Tony, tocaba primera guitarra. Su hermano Danny, tocaba la trompeta. Su hermana Ruthy, cantaba. Los hijos de López: Junior, el mayor, tocaba segunda guitarra. Su hermano Miguel o Micky, tocaba la batería. Su hermanita Norma, también cantaba, al igual que su padre: el Hno. López. Días después se unió al grupo el novio de Ruthy, quien tocaba el bajo. ¡Sonaban muy bien! Me interesé en la música. Así que un día fui con mis padres a Canal St. en Manhattan, y compramos una guitarra estilo española, pero más barata. Creo que costó unos veintisiete dólares. Con esta guitarra humilde comenzé a practicar mis primeros tonos. El Señor Jesucristo me ayudó muchísimo y en poco tiempo ya sabía bastante. En la Iglesia había una guitarra eléctrica que era la que
  • 85. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 85 Junior López tocaba antes de comprarse su nueva guitarra eléctrica "Gibson". Así que decidí arreglar aquella abandonada guitarra, y comenzé a tocar con ella en la Iglesia. En estos días estaba de moda el JAZZ, especialmente con el gran músico Carlos Santanna. Es así como me convertí en guitarrista, con especial interés en la musica JAZZ. Mi cuñado Hector Luis "Papo" Marrero tenía una sobrina, prima de Consty que vivía en Bridgeport, Connectticut. Especialmente en el verano, ella se quedaba en la casa de los padres de Papo en la 180. Ella era bien hermosa. Pero Michael López, era novio de ella. Así que sólo me deleitaba en verla. Una noche nos visitó en nuestra Iglesia un grupo de jóvenes del Estado de Connectticut. Esta noche cantaban y ministraban durante las partes especiales del servicio. Recuerdo que la sobrina de Papo también cantaba con ellos. Recuerdo que mientras ella cantaba, sus ojos parecían como si mostrasen llamas de fuego. Al mirar a sus ojos atentamente, sentí la presencia de Dios en mi vida en una forma muy especial, cual si viese los mismos ojos de JESUCRISTO según los vió Juan en el Apocalipsis. Días después de esta experiencia mística, le escribí a mi hermano David una carta en la cual le
  • 86. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 86 informaba de las bendiciones recibidas en esa noche en particular. También le informaba mi deseo de que cuando él saliese del ejercito "ARMY", me acompañase de compra, para conseguir una buena guitarra eléctrica para mí. En este tiempo él se hallaba en el Fuerte de Keelen, Texas. Ya le faltaba poco para concluir su obligación de tres años de voluntario con el ejército de los Estados Unidos de América. Recuerdo que cuando el terminó sus tres años con el ARMY, regresó a Nueva York y estubo con nosotros algunos días antes de regresar él a Puerto Rico. Aprovechamos y fuimos a una tienda de instrumentos musicales que había en Southern Boulevard, en el Bronx, bastante cerca de casa. Compramos la guitarra; nos costó aproximadamente ciento once dolares. Como era para tocar en la Iglesia nos hicieron buen precio. Aprovechamos de una vez y compramos un pedal de efectos de sonido: Un "GUA-GUA". Lo único que no compramos fue el estuche de la guitarra. Era una guitarra eléctrica color rojo metálico, con formas parecidas a la "Gibson" de Junior López. Días antes de que David regresara a Puerto Rico, la llevé a la Iglesia y toqué con ella. Recuerdo que Micky López se sintió celoso al verla. Se sentía celoso ya que había visto la forma tan bonita en que DIOS me bendecía. Días antes, una noche había pasado un mal rato con los hijos de López; pues, después que vieron que yo había reparado la antigua guitarra, una noche ellos se
  • 87. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 87 quedaron con una línea eléctrica que yo habia comprado para aquella guitarra, y luego dijeron que esa línea era una nueva que ellos habían comprado, mintiéndome. Pero DIOS me bendijo a pesar de su envidia. En cuanto a mi vida estudiantil, había progresado mucho en mis estudios. En mis evaluaciones de mi primer semestre escolar, apenas había obtenido un 46% y algún que otro 55%. Ya para mi tercer semestre escolar, 1972-1973, mi promedio era de 80% a 84%. Me enviaron un certificado de aprovechamiento con un sello de color azul. Para el cuarto semestre del año 1973, mi promedio era de +90%. Recibí esta vez un certificado con sello de color oro. Sólo me faltaba un término para graduarme en enero de 1974. Pero no pudo ser, ya que regresé a Puerto Rico en el verano de 1973, exáctamente el último día de clases.
  • 88. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 88 CAPÍTULO CINCO MI REGRESO A PUERTO RICO El último día de clases en la James Monroe High School, 28 de junio de 1973, tan pronto terminé mis últimas labores escolares, regresé rápidamente a mi casa: apartamento 2B del 10-38 de la calle Freeman. Ya papi estaba esperándome, ya que esa misma noche saldríamos para Puerto Rico. Recuerdo claramente la ropa que llevaba puesta esa noche: Vestía un pantalón negro de polyester, bien entallado. Mi camisa era color rosa claro, también de polyester con cuello de solapa bien larga y con unos zapatos de taco bien alto de $30.00: de unas cuatro pulgadas aproximadamente; creo que le llamaban a esos zapatos o zapatacones "salceros". ¡Wao! Estaba “regio”. Me parece verme en un espejo vestido tan elegantemente. Impresioné a todos en la iglesia esa noche. Digo en la iglesia, ya que de allí seríamos llevados al aeropuerto internacional JFK por el hermano López. Llegamos al aeropuerto JFK sin ningún problema y a tiempo. Esta noche era una noche lluviosa, al punto que tuvimos que esperar en el avión de la PAN AM desde las 11:00 p.m. hasta casi la
  • 89. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 89 1:00 a.m. debido a que no le permitían despegar por las fuertes lluvias que caían. Estuvimos "taxiando" en la pista del JFK hasta que al fin, os dieron autorización para entrar en la pista de despegue. Una vez en el aire, el vuelo no estubo tan mal. Llegamos al aeropuerto internacional de Isla Verde ya amaneciendo, prácticamente. Recuerdo cuando pasamos por la puerta de salida del avión, luego por las áreas rotuladas que nos conducirían al recogido de maletas y salida del aeropuerto. Tan pronto salimos a la calle, el calor de verano de Puerto Rico nos dió su calurosa bienvenida a la Isla del Encanto, tras dos años de ausencia de mi añorada patria: PUERTO RICO. En el preciso momento que nos conducíamos a tomar un carro público que nos llevaría a Maunabo, lanzaban el globo del negociado de meteorología desde la torre de observación y control de vuelo del aeropuerto. Aún el aire que respirábamos era diferente para mí. Respiraba nuevamente el aire tropical de mi caribeña isla, una temperatura de casi noventa grados Farenheight, muy usual en el Caribe. Esto ocurría aquella bella y calurosa mañana del 29 de junio, del año 1973. También llega claramente a mi memoria la ruta que tomamos esa mañana. Desde el aeropuerto en Carolina, tomamos la Avenida José De Diego rumbo hacia la Avenida Campo Rico y de ahí a la PR N°3: Avenida 65 de Infantería hasta el cruce de la PR 185 hacia el pueblo de Juncos, pasando por el
  • 90. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 90 Hipódromo el (nuevo) Comandante en Canóvanas. Mientras continuábamos la marcha hacia la casa de mis abuelos en Maunabo, no olvido lo lindo de aquellos Flamboyanes que cubrían cual túnel natural la ruta de Canóvanas a Juncos. Nos detuvimos brevemente en un negocio de comidas típicas en aquella ruta. Ahora no puedo recordar el nombre del mismo, pero sí recuerdo que pedí una Coca Cola con algo más de comer; ahora, no puedo precisar qué exáctamente. Ya en Juncos, tomamos la PR N° 30 hacia Humacao. De ahí seguimos por la PR N° 3 hacia Yabucoa, y posteriormente hacia Maunabo, por "La Pica" (la misma PR N° 3). Al fin llegamos a Maunabo a casa de mi abuelita en el Urb. San Pedro C-20 donde ya estaba David y mami, quienes habían llegado días antes que nosotros. Llegamos a Maunabo cerca de las once de la mañana. Allí nos esperaban mis abuelos, Tato y Cachón, Mami, y también David. Ruth se hallaba estudiando en el Colegio del Turabo en Caguas y no se hallaba en Maunabo aún. Ya en Puerto Rico nuevamente, la pregunta que me hacía era: ¿Estarán mis amigos aún aquí? Y, ¿Quienes realmente eran mis amigos ahora? Esta pregunta, al parecer boba, era muy importante y
  • 91. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 91 relevante para mí ya que ya yo no era el mismo "Junior o Pablito" que había salido de Maunabo hacia El Bronx, hacía ya dos años. Ahora, yo conocía a Cristo, mi mejor y personal amigo. Tenía otra mente: la mente de Cristo. Ya no interesaba estar corriendo en bicicleta con Iván "Guivin" y Perry, Hector Gómez y los demás muchachos de "la ganguita" de San Pedro. No me fue difícil hallar nuevos amigos. Una de las noches de verano 1973, recuerdo que visitamos la Iglesia Defensores de la Fe de Maunabo. Allí tenía algunos amigos del Barrio Calzada que habían estudiado conmigo en noveno grado en Maunabo. Eran aquellos antiguos amigos, quienes me invitaban a ir a sus "servicios religiosos" en la escuela, a los cuales yo nunca iba ni nunca fui. Recuerdo algunos de sus nombres o apodos: Justo Lebrón, Eliseo “Coco liso” y había otro más que no recuerdo su nombre. Creo que era Berti. Pero ahora sí podía entender su "mensaje". Esa noche nos gozamos en grande allí. Recuerdo que nos dieron parte en el culto. Esa noche yo tocaba la guitarra con el pedal de sonidos de "guao guao" que David me había comprado allá en Southern Boulevard en el Bronx, antes de venir para "la isla". Si mal no recuerdo, creo que Ruth y Mami cantaban, y David daba algunas palabras de testimonio. Esa noche yo estaba vestido todo de blanco y tenía un recortito bien bajito, con pollina
  • 92. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 92 redonda al frente. Ya para estos días, me interesaba pertenecer al mundo de las profesiones relacionadas con la salud (aún no me había decidido que habría de estudiar una vez terminara el cuarto año el próximo año.); así que asumo que la forma en que me vestía, de blanco, y lo bién que me sentía vestir así, era lo que me inspiraba hacia el mundo de la medicina. Si mal no recuerdo, creo que inmediatamente salimos del culto fuimos a llevar a papi a Guayama, ya que había consiguido trabajo de conserje en la Univis Optical de dicho pueblo, y comenzaba en el turno de las once de la noche. Otras de las iglesias que también visitábamos aquellos días era la Iglesia Pentecostal de Jesucristo del Reverendo Carlos Lebrón de Maunabo. También llegamos a visitar la Iglesia de Dios Pentecostal M.I. del Barrio Emajaguas de Maunabo y, por supuesto, la Iglesia Pentecostal de Jesucristo del Barrio Guardarraya, sector Recio (nuestro barrio), pastoreada por el hermano Manuel Sostre. Para este entonces ya la iglesia no estaba en Malapascua, junto al mar; habían construido un templo nuevo en el área que antes era una laguna al lado de la casa de Geogie Berríos Collazo, mi antiguo amigo de Recio, quien me aconsejaba que me acercase a Dios, cuando estaba “al garete” tras el divorcio de mis padres.
  • 93. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 93 En esos días yo me quedaba en la casa de Toña, mi tía en el pueblo (Maunabo). Tras hacer arreglos, logré matricularme en la Escuela Superior de Patillas (Cecilio Lebrón Ramos) donde Arcenio “Artie” Ortíz, esposo de Lula mi tía, era Director escolar allí. Ese verano estuve en el Programa de Empleo de Verano del Municipio de Maunabo (ADT) donde logré ganarme algún dinerito. Mi primera oportunidad de experiencia de trabajo; en mantenimiento en el Caserío Martorel de Maunabo. Al comienzo del semestre escolar 1973-74 viajaba desde Maunabo hasta Patillas, a veces tomaba “pon” con Artie de regreso. Recuerdo que allí participaba en la “Confra” con el Hno. Modesto Santiago y Vilma Cintrón era la presidenta de la “Comfra” de la High. Para el mes de Octubre de 1973 nos mudamos para Guayama ya que papi consiguió trabajo en la Univis Optical. Compramos casa en el 168, Calle H, Bda. Blondet en Guayama.
  • 94. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 94 La casita era pequeña de cemento (Bloques) y techo de zinc. Tenía una perciana en la parte superior central (en el techo), tenía solo dos cuartos, sin marquesina, y había sido construida sin columnas en las esquinas, además no centralizada con los “puntos” del terreno; quedaba más pegada de un lado del terreno en la parte frontal izquierda que el resto. Tenía la cocina en madera y zinc atrás; no tenía baños, sólo una “letrina”. La verja era de alambre finito de los que se usa para hacer jaulas y nasas de pescar, luego David y papi le construyeron una mejor. Para David estacionar su auto tuvo que hacer
  • 95. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 95 un portón “provisional” y ubicar su Datsun 1972 frente al balcón y primer cuarto. Pero la casa era nuestra y allí fuimos a vivir. Recuerdo que el primer día que fuí allá al salir de la escuelo me perdí y no encontraba la casa. Pero llegué. Creo que era viernes este día. Sí, el último viernes del final del 1er semestre escolar 1973-74. Al comienzo no pertenecíamos a ninguna iglesia en Guayama. Comenzamos visitando la Iglesia de Dios Pentecostal MI en la Ave. Los Veteranos saliendo hacia Arroyo. También ívamos a la iglesia del Bo. Olimpo Iglesia Cristiana Rehobot, la Iglesia de Dios Mission Board de la Bda. Marín y también a la Iglesia Pentecostal de Jesucristo pastoreada por el Rvdo. Francisco Berberena Sánchez, también en la Barriada Marín de Guayama. Después de un mes aproximadamente entre David y yo decidimos quedarnos en la Iglesia de los Hnos. Berberena. Entre otras razones para llevar a papi al trabajo rápido; ya que era la más cercana a su trabajo y a casa.
  • 96. De Regreso a la Vida:Autobiografía Pablo Fernández Colón 96 Para este tiempo (Nov. 1973) este templo estaba finalizando su construcción en la planta alta; se reunían en la planta baja. Allí comenzé a tocar la guitarra junto al Hno. Santos Torres, quien tenía un estilo bastante parecido al mío pero con menos “Jazz”. También estaba su Hno. Angel “Guiso” Malavé (Hno. por parte de madre de Santos). La batería la tocaban Neftalí Berberena y Aurelio Díaz. Tuvimos buena aceptación en la iglesia y como ya veníamos de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo en Guardarraya, nos fué más fácil ingresar a la Sociedad de Jóvenes local. Llegaron las Navidades de 1973 y salíamos de matutinos con los hermanos de la iglesia. Recuerdo una noche que fuimos a darle un matutino a la Hna. Lucía Ramos en la Loma del Viento; el auto de