La Declaración de los Derechos Humanos establece que todos nacemos libres e iguales y tenemos derecho a no ser discriminados, a la vida, la libertad, la seguridad y la privacidad, así como a circular libremente y practicar nuestra religión; también tenemos derecho a tener nuestras propias ideas y opiniones políticas, y a votar y participar en el gobierno, al tiempo que debemos respetar los derechos y propiedad de los demás.