Aprendamos a conducir cristianamente

1. El Decálogo del Buen
Conductor
“Orientaciones para la Pastoral de la Carretera”, Pontificio
Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes,
Vaticano 2007
Preparado por
Humberto E. Corrales
Junio 2015

2. Es posible vivir de un modo distinto en
el mundo complicado y tenso del asfalto
o del polvo y lodo del camino. La Iglesia
nos recuerda, a través de un Decálogo
para el conductor, que también entre
volantes, aceleradores y semáforos se
encuentra el Señor; que es posible tratar
a todos en carretera con educación, con
respeto, con caridad profunda y
delicada.

3. I. No matarás

4. II. Que la carretera sea para ti un
instrumento de comunión entre las
personas, y no de daño mortal

5. III. Que cortesía, corrección y
prudencia te ayuden a superar los
imprevistos.

6. IV. Sé caritativo y ayuda al prójimo en
la necesidad, especialmente si es
víctima de un accidente.

7. V. Que el automóvil no sea para ti
expresión de poder y dominio, ni
ocasión de pecado.

8. VI. Convence con caridad a los
jóvenes, y a los que ya no lo son, para
que no se pongan al volante cuando
no estén en condiciones de hacerlo.

9. VII. Apoya a las familias de las víctimas
de los accidentes.

10. VIII. Haz que se encuentre la víctima
con el automovilista agresor en un
momento oportuno, para que puedan
vivir la experiencia liberadora del
perdón.

11. IX. En la carretera, protege a la parte
más débil.

12. X. Siéntete tú mismo responsable
de los demás

13. Oración del conductor
Dame Señor mano firme y mirada vigilante para
que a mi paso no cause daño a nadie.
A ti Señor que das la vida y la conservas, suplico
humildemente guardes hoy la mía en todo instante.
Libra Señor a quienes me acompañan de todo mal:
choque, enfermedad, incendio o accidente.
Por los méritos e intercesión de tu Santísima Madre
y por la intercesión de San Cristóbal, especial
patrono de los conductores .
Amén