El documento define el crimen cibernético como fraude, robo, chantaje o falsificación cometido a través de medios electrónicos. Explica que los delitos cibernéticos se llevan a cabo ingresando ilegalmente a sistemas, interceptando redes de manera ilegal o interfiriendo e infringiendo daños a la información. También menciona formas específicas de delitos cibernéticos como el fraude alterando datos de manera ilegal, y el terrorismo virtual atacando sistemas de ordenadores masivamente desde 2001.