El paciente se sienta en el diván del psicoanalista y le confiesa que sus padres le mintieron constantemente durante su vida. Enumera varias mentiras y engaños que sus padres le dijeron sobre temas como la policía, los políticos, el trabajo y la justicia, entre otros, que afectaron profundamente su forma de entender la realidad. Al terminar de contar esto, tanto él como su terapeuta se ponen a llorar al darse cuenta de cuánto creció el paciente siendo engañado.