2. Empezo desde los años 1958 y aun en nuestros días sufrimos de este gran padecimiento.
Esta situación constituye una de las crisis humanitarias más graves de la historia. Para
algunas personas la respuesta del gobierno colombiano, específicamente la Ley de
Víctimas Y Restitución de Tierras, no ha sido acorde y se ha visto influenciada por la
normatividad.
El momento en el que se da la huida es muy dramático, pues supone una carga emocional
y psicológica muy fuerte para los desplazados, quienes en varias ocasiones son testigos de
la muerte de sus familiares y amigos.
La creencia de percibir a las grandes ciudades como destino de mejores oportunidades
puede ser un error. En estos lugares resulta muy difícil conseguir empleo; en la mayoría de
los casos los desplazados vienen de zonas rurales y, por lo tanto, sus habilidades para
trabajar no son valoradas. De modo que luego de pasar por la tragedia de dejar sus
hogares y bienes, los desplazados deben buscar la forma de sobrevivir y, frente a la
dificultad de encontrar un trabajo, terminan pidiendo dinero, sufriendo de malnutrición y
viviendo en condiciones sumamente pobres.
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6. Existen organismos
internacionales que ayudan de
alguna forma, pero su aporte es
insuficiente. Los desplazados de
nuestra querida Colombia
huyen generalmente por las
mismas causas, el conflicto
armado, la violencia
generalizada, la constante
violación a sus derechos
fundamentales y el fracaso del
gobierno
para proteger sus vidas e
integridad personal.
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10. “El desplazamiento en Colombia y el mundo ha
generado una serie de consecuencias que difícilmente
serán arregladas por la magnitud que este flagelo ha
provocado: tristeza, hambre, confusión, trauma en las
personas y vemos que los más afectados son los niños
porque esto queda marcado en su vida y así mismo será
su comportamiento en la sociedad de ahí en adelante.”