El Día Mundial del Agua fue establecido por las Naciones Unidas en 1992 para resaltar la importancia del agua y promover prácticas sostenibles. El agua y la energía son recursos interdependientes, ya que la generación de energía requiere agua y se usa energía para extraer, tratar y transportar agua. En 2014, las Naciones Unidas se enfocaron en abordar las desigualdades de acceso al agua y energía, y en facilitar políticas que promuevan un uso sostenible de estos recursos.