Este documento discute la necesidad de que los sistemas educativos se adapten a las demandas de la sociedad del conocimiento para promover la inclusión. Propone estrategias como cambiar el modelo de aprendizaje a uno continuo y centrado en el estudiante, actualizar los objetivos del conocimiento, mejorar la infraestructura educativa mediante mayores inversiones estatales, y adoptar un modelo organizativo que convierta a las escuelas en empresas de servicios múltiples.