El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad desarrolla una relación de complicidad con su captor. Se produce a través de cuatro fases: la víctima primero pierde su seguridad y confianza, luego busca nuevos referentes mientras se aísla más, después percibe la realidad de forma distorsionada culpándose a sí misma, y finalmente se adapta identificándose con su agresor.