La relación personal con Dios es una elevación del alma hacia el Señor mediante bienes conformes a su voluntad. Es un don de Dios que establece una relación personal y viva entre los hijos de Dios, su Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo que habita en sus corazones. La oración incluye formas como alabanza, adoración, acción de gracias, bendición, petición e intercesión.