1. 16 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
Homenaje!
conelcorazón
Dibujando
2. . 17andarobrasocial
D
esde que tengo uso de ra-
zón estoy con un lápiz en la
mano. Arriba de una mesa,
en la silla, en el suelo. Yo
nací con el lápiz”, confiesa Jorge de los
Ríos a sus 76 años.
El dibujante acaba de presentar su bio-
grafía - escrita y recopilada por Diego
Arandojo-, en la que repasa sus pri-
meros pasos en el medio, los grandes
proyectos de los que formó parte y las
vicisitudes de una carrera de largas no-
ches de intenso trabajo.
“Sivosqueréssaliradelantetenésquelabu-
rar. Cuando mis alumnos me dicen ‘Maes-
tro’, yo los corrijo: soy un laburante. Lo que
hice fue laburar toda la vida”, aclara.
La banda roja
“Lo primero que dibujé fue una diagonal
en rojo sobre un papel blanco: la camise-
ta de River. Todos los dibujos que me sa-
lían cuando era chico tenían que ver con
eso. Así comenzó mi historia”, recuerda.
Con el tiempo, Jorge cumpliría el sueño
de trabajar en la revista oficial del club
de sus amores para hacer destacadas ca-
ricaturas en tiempos en que todavía no
existían las fotos a color. Así pudo cono-
cer en persona a muchos de sus ídolos.
“Tenía un carnet con el que podía entrar
a los vestuarios. De todas las caricatu-
ras de jugadores que hice la que más me
gusta es la de Lázaro Ruiz Quevedo. Un
brasilero que jugaba en River y le decían
‘Delém’. Me compraba las caricaturas
para mandarle al primo, a la madre, con
la camiseta de Brasil, con la del Flamen-
Jorge de los Ríos es un prestigioso ilustrador de más de
50 años de trayectoria profesional, que hizo cientos de
caricaturas de jugadores de fútbol y dibujó las tapas de
la revista “Anteojito” en la época en que la publicación
de Manuel García Ferré llegó a vender más de 700 mil
ejemplares por semana.
go. Después llegó a ser un muy buen téc-
nico”, dice el dibujante sin poder des-
pegarse del hincha que lleva adentro.
Sus primeras caricaturas
El estilo de Jorge tiró desde muy tem-
prana edad para el lado humorístico.
“Copiaba muchos personajes. Mi prime-
ra caricatura fue de ‘Los cinco grandes
del buen humor’ -un conjunto muy cono-
cido de aquel entonces- cuando tenía 10
u 11 años”, afirma.
3. Como era de esperar, con su llegada
al colegio secundario, los profesores
también tuvieron el honor de conver-
tirse rápidamente en sus ‘víctimas’.
“Tenía un cuaderno donde hacía las
caricaturas de todos. Cuando estaba
en clase lo ponía debajo del banco y los
dibujaba. Me acuerdo que una vez pasó
una profesora por detrás mío sin que yo
me diera cuenta y me dijo: ‘¿Y eso? ¡Esa
soy yo!’. Me pidió que arrancara la hoja
y se la firme para que se la llevara. Se ve
que tan mal orientado no estaba”.
En aquel tiempo, también, a la edad de
13 años, Jorge conoció a Delma, su gran
pasión con quien compartió 58 años de
vida. “Nos criamos juntos, fue la compa-
ñera ideal. Yo siempre digo que se lo debo
todo a ella, porque si vos no contás con el
respaldo y el apoyo de tu pareja, es dificil
llegar. Yo gracias a Dios lo tuve”. Con lá-
grimas en los ojos Jorge cuenta que ya
pasaron 869 días desde que se le fue.
El arquitecto
Cuando estaba por terminar el colegio
secundario Jorge tenía claro que que-
ría estudiar dibujo, pero esa no era una
salida laboral muy convencional para
la época. “¿A vos te gusta dibujar? Vas a
ser arquitecto”, le dijo su padre.
Homenaje!
Mientras hacía la carrera de ar-
quitectura trabajó de precep-
tor en un colegio y empezó a
visitar agencias de publicidad.
“Pedían bocetistas y plumis-
tas. ‘Cuando necesitemos ca-
ricaturistas lo llamamos’, me decían.
Hasta que un día hice una prueba y que-
dé como dibujante publicitario”.
Jorge consiguió así el dinero necesario
para casarse y empezar su vida con Del-
Con Delma, el amor de su vida.
Sandro
4. andarobrasocial . 19
ma. Pero ambos eran menores, por lo
cual necesitaron de la autorización de
su padre. “Tuve que prometer que no iba a
abandonar la carrera de arquitecto y que
ibaaesperaraterminarlaparatenerhijos.
No cumplí ninguna de las dos”, se ríe.
Canal TV
En la Revista River Jorge se dio el gus-
to de conocer y entablar una hermosa
amistad con el dibujante Alejandro del
Prado, mejor conocido como “Calé”,
quien después lo llevó a trabajar tam-
bién a la revista Canal TV.
“El director era Juan Carlos Sagré, que
era un muy buen dibujante. Le llevé
una caricatura que había hecho del
actor Fernando Siro y me dijo ‘¡Ahhh
que lindo!’. Pero sus ojos no decían
lo mismo así que le pregunté si podía
hacer una prueba para el otro día. ‘¿Se
anima?’ me contestó. Pasé la noche
más larga de mi vida, hice 8 bocetos
que todavía conservo. Antes de ir tomé
un café y elegí el que más me gustaba.
Cuando lo presenté el director me dijo:
‘¡esto es lo que queremos!’”.
El encuentro con García Ferré
Después de hacer muchas tapas para
Canal TV, lo mandó llamar Manuel
García Ferré a través de un compañe-
ro de trabajo. “Yo estaba sin tiempo,
ya no tenía ni noches libres. Me llamó
una vez, dos veces y a la tercera me
Bruno Díaz
Trapito
Elvis Presley
5. 20 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
bro gordo de Petete y la anima-
ción Ico el caballito valiente.
“Fuimos muy amigos. Su familia
vino de España huyendo de la
guerra y su hermano trabajó para
que él pudiera estudiar arquitec-
tura, hasta que se dio cuenta de
que eso no era lo que buscaba
y apostó por el dibujo animado.
Llegó a vender su casa, su coche y
se fue a vivir con los hijos a lo de
los suegros para hacer su revista.
Yo eso no lo hubiera hecho ni loco.
Lo tenés que aplaudir toda la vida.
Se la jugó. Anteojito llegó a vender
750.000 ejemplares por semana en
el año 1993/1994 y para esa época
tenía 4 revistas más, así que vendía
un millón por semana”.
Un estilo de vida
Jorge hizo todo tipo de trabajos como
dibujante y recomienda a sus alumnos
que traten de dominar todas las técni-
cas que puedan, pero también los alerta
que “quien mucho abarca, poco aprieta”.
En cuanto a la caricatura que tan bien
maneja y que lo llevó a hacer cientos
de jugadores de fútbol, dice que es
“mecánica”, pero sostiene también que
tiene diversos sentidos. Por eso cada
vez que da un curso, en vez de hacer la
caricatura en el pizarrón y que todos la
copien, le gusta ir asiento por asiento
para descubrir el estilo de cada uno.
“Vos tenés un estilo de vida que, aun-
que te parezca mentira, define todo lo
que hacés. En el dibujo también y se
manifiesta claramente. Los resulta-
dos son brillantes, vos ves gente que
entró sin haber agarrado un lapiz y a
los tres meses está dibujando. Eso es
lo maś satisfactorio. Les estás gene-
rando algo que estaba escondido y no
se habían dado cuenta”.
Homenaje!
ofreció enviarme un remise. Me tocó
el alma. ¡En esa época el remise era
un lujo!. Llevé una tapa de Graciela
Borges a color, tomamos un café y me
propuso trabajar en Anteojito”.
Jorge guarda un gran recuerdo de
aquella relación que mantuvo a lo
largo de muchísimos años y lo llevó a
hacer numerosos y variados trabajos
como las tapas de Larguirucho, el Li-
Ñomi, el duende del lápiz.
Anteojito