Este documento reflexiona sobre cómo la sociedad ha ido alejándose de Dios y de los valores morales cristianos. Argumenta que al permitir la eliminación de la religión de las escuelas y el gobierno, la censura de la Biblia, la falta de disciplina de los niños y la promoción de la violencia, las drogas y el sexo en los medios, se han sembrado las semillas para la destrucción del mundo. Insta a reconsiderar el alejamiento de Dios y a reenviar el mensaje si se cree que vale la pena.