El documento es un cuento que narra la historia de Juvencio Nava, un hombre viejo que es traído por la fuerza a un pueblo después de 35 años, acusado de haber matado a su compadre años atrás. Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato y teme que ahora lo matarán a él. Le pide a su hijo Justino que intente convencer a los hombres de no matarlo, pero Justino se niega por miedo a que también lo maten a él. Juvencio es llevado ante un
La muerte llega a la casa de Francisca para cumplir con su deber de llevarse su alma, pero Francisca está constantemente ocupada trabajando en distintos lugares. La muerte se ve frustrada en su intento de encontrar a Francisca y se da cuenta de que no la conoce realmente. Después de una búsqueda agotadora por varios campos y casas, la muerte se da por vencida y se va sin haber completado su tarea.
El conejito burlón siempre se burlaba de los demás animales del bosque hasta que estos decidieron ignorarlo. Arrepentido, el conejito prometió no volver a burlarse de sus amigos.
La bruja cocinera resultó ser una anciana solitaria a la que los niños del pueblo le tenían miedo. Un niño la visitó y descubrió que en realidad era una buena persona.
El globo dormilón se escapó de un payaso y quedó atrapado en un tejado, desde donde observaba a los niños
Este documento presenta un resumen del cuento "Diles que no me maten" del escritor mexicano Juan Rulfo. Narra la historia de Juvencio Nava, un hombre anciano que es capturado y amarrado a un poste para ser fusilado por haber matado años atrás a su compadre Don Lupe Terreros. Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato y le implora a su hijo Justino que interceda para salvar su vida. A medida que se acerca la hora de su ejecución, Ju
Un hombre enfermo se muda al bosque para recuperarse pero se enferma más. Cura a una tortuga herida y ésta lo cuida cuando él enferma. La tortuga realiza un largo viaje cargando al hombre en su caparazón para llevarlo a Buenos Aires y salvarlo, a pesar de debilitarse en el proceso. Al llegar a la ciudad, un ratón les informa que ya han llegado y la tortuga encuentra ayuda para el hombre justo a tiempo. El hombre se recupera y ambos pasan a vivir en el zoológico local
Este documento presenta un resumen del cuento "Diles que no me maten" de Juan Rulfo. Narra la historia de Juvencio Nava, un hombre que es amarrado a un poste para ser fusilado por haber matado años atrás a su compadre Don Lupe Terreros. Juvencio implora a su hijo Justino que interceda por él. Mientras espera su ejecución, Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato de Don Lupe durante una sequía, y cómo desde entonces ha vivido huyendo.
Adibú, un duende temido por ser amigo de un ogro agresivo, busca ayuda de la Bruja Blanca para cambiar la actitud de su amigo. Ella le da una poción que vuelve al ogro amable y respetuoso, lo que le permite ascender en el palacio real. Años después, el ogro se convierte en príncipe y transforma su ciudad en un lugar encantado donde viven en armonía seres sobrenaturales.
1) La historia cuenta la tragedia de Beatriz Montoya, una mujer casada en contra de su voluntad con el doctor Fernán Gómez. Beatriz amaba a Juan Navarra pero él partió a Perú y ella fue forzada a casarse.
2) Juan regresó años después y convenció a la criada de Beatriz de dejar la ventana abierta para que él pudiera entrar y ver a Beatriz. Ella y Juan tuvieron una aventura pero fueron descubiertos por el doctor Fernán.
3) Fernán humilló públicamente a Beatriz colgando
Pablo y Marta estaban en el bosque cuando escucharon ruidos extraños. Pablo pensó que era un lobo y le pidió a Marta que corriera. Lograron escapar del bosque.
La muerte llega a la casa de Francisca para cumplir con su deber de llevarse su alma, pero Francisca está constantemente ocupada trabajando en distintos lugares. La muerte se ve frustrada en su intento de encontrar a Francisca y se da cuenta de que no la conoce realmente. Después de una búsqueda agotadora por varios campos y casas, la muerte se da por vencida y se va sin haber completado su tarea.
El conejito burlón siempre se burlaba de los demás animales del bosque hasta que estos decidieron ignorarlo. Arrepentido, el conejito prometió no volver a burlarse de sus amigos.
La bruja cocinera resultó ser una anciana solitaria a la que los niños del pueblo le tenían miedo. Un niño la visitó y descubrió que en realidad era una buena persona.
El globo dormilón se escapó de un payaso y quedó atrapado en un tejado, desde donde observaba a los niños
Este documento presenta un resumen del cuento "Diles que no me maten" del escritor mexicano Juan Rulfo. Narra la historia de Juvencio Nava, un hombre anciano que es capturado y amarrado a un poste para ser fusilado por haber matado años atrás a su compadre Don Lupe Terreros. Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato y le implora a su hijo Justino que interceda para salvar su vida. A medida que se acerca la hora de su ejecución, Ju
Un hombre enfermo se muda al bosque para recuperarse pero se enferma más. Cura a una tortuga herida y ésta lo cuida cuando él enferma. La tortuga realiza un largo viaje cargando al hombre en su caparazón para llevarlo a Buenos Aires y salvarlo, a pesar de debilitarse en el proceso. Al llegar a la ciudad, un ratón les informa que ya han llegado y la tortuga encuentra ayuda para el hombre justo a tiempo. El hombre se recupera y ambos pasan a vivir en el zoológico local
Este documento presenta un resumen del cuento "Diles que no me maten" de Juan Rulfo. Narra la historia de Juvencio Nava, un hombre que es amarrado a un poste para ser fusilado por haber matado años atrás a su compadre Don Lupe Terreros. Juvencio implora a su hijo Justino que interceda por él. Mientras espera su ejecución, Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato de Don Lupe durante una sequía, y cómo desde entonces ha vivido huyendo.
Adibú, un duende temido por ser amigo de un ogro agresivo, busca ayuda de la Bruja Blanca para cambiar la actitud de su amigo. Ella le da una poción que vuelve al ogro amable y respetuoso, lo que le permite ascender en el palacio real. Años después, el ogro se convierte en príncipe y transforma su ciudad en un lugar encantado donde viven en armonía seres sobrenaturales.
1) La historia cuenta la tragedia de Beatriz Montoya, una mujer casada en contra de su voluntad con el doctor Fernán Gómez. Beatriz amaba a Juan Navarra pero él partió a Perú y ella fue forzada a casarse.
2) Juan regresó años después y convenció a la criada de Beatriz de dejar la ventana abierta para que él pudiera entrar y ver a Beatriz. Ella y Juan tuvieron una aventura pero fueron descubiertos por el doctor Fernán.
3) Fernán humilló públicamente a Beatriz colgando
Pablo y Marta estaban en el bosque cuando escucharon ruidos extraños. Pablo pensó que era un lobo y le pidió a Marta que corriera. Lograron escapar del bosque.
Un hombre llamado Jorge se muda a una casa antigua que se rumorea está embrujada. La noche de su llegada, escucha un chillido y encuentra un cuerpo muerto en las escaleras. Al darse vuelta, ve que el cadáver ha cobrado vida y le grita que se vaya de su casa. El zombie toma un cuchillo y mata a Jorge.
Este documento es una recopilación de cuentos escritos por alumnos de 5o de primaria. Contiene un índice con los títulos de 18 cuentos y sus respectivos autores y páginas. El primer cuento titulado "El payaso de los cuadros" narra la historia de unos niños que van de pedir caramelos en Halloween y empiezan a desaparecer uno a uno.
ejemplos Textos literarios, Textos dramaticos y textos popularesLuz Suarez Mendoza
Este documento presenta cinco fábulas y dos leyendas. Las fábulas incluyen las historias de "El picador de piedra", "La cigarra y la hormiga", "El león y el ratón", "La zorra y las uvas" y "Los hijos del labrador". Las leyendas son "La niña de las iglesias" y una historia sin título sobre un taxista. Cada historia presenta una lección moral o enseñanza sobre la condición humana.
Este volumen de cuentos de Halloween contiene 10 historias escritas por estudiantes de primaria. Los cuentos incluyen temas como casas embrujadas, monstruos, brujas y otras criaturas típicas de la noche de Halloween que asustan a los personajes. El documento presenta una tabla de contenido con los títulos y autores de cada cuento, seguido por el texto completo del primer cuento titulado "La casa abandonada".
Este documento presenta varios mitos y leyendas de los pueblos indígenas y campesinos de Santander y Norte de Santander en Colombia. Incluye el mito bari sobre un espíritu maligno que causó dolor a los indígenas, la leyenda del árbol de la vida del que brotaron los ríos más grandes, y la leyenda de la Cueva de la Iglesia que derrumbó y dejó salir piedras y objetos. También menciona otros mitos y leyendas de la región.
El documento presenta dos cuentos de terror cortos. El primero trata sobre un niño llamado Frank que siempre ha tenido curiosidad por sus misteriosos vecinos, quienes nunca salen de su casa excepto en un día. Un día, Frank conoce a un niño nuevo en el pueblo que parece no escucharle y tiene una apariencia pálida y fría, y huye hacia la casa de los vecinos misteriosos cuando Frank le pregunta dónde vive.
En un bohío [Cuento - Texto completo.] Juan BoschLedy Cabrera
Este documento presenta un resumen biográfico del escritor dominicano Juan Bosch y analiza su cuento corto "En un bohío". Bosch nació en 1909 en la República Dominicana y se desempeñó como político y presidente del país, además de ser considerado uno de los escritores más importantes de Latinoamérica. El cuento describe la situación precaria de una mujer y sus hijos enfermos que viven en una cabaña miserable, y su desesperada búsqueda de ayuda.
Este cuento presenta la historia de un grupo de niños en un campamento de verano que descubren una máquina de tortura en la cocina. Los niños investigan y se encuentran con la monitora disfrazada de zombi. Más tarde, tienen una pesadilla en la que todos se convierten en zombis y los persiguen. Al final, logran escapar saltando de un acantilado, aunque uno de ellos no sobrevive.
La historia cuenta la historia de una sirena llamada Ariel que se enamora de un príncipe humano después de salvarlo de un naufragio. Para estar con él, hace un trato con una bruja para convertirse en humana a cambio de su voz y sufrir dolor al caminar. Aunque pasa tiempo con el príncipe, él se enamora de otra mujer. Cuando el príncipe se casa con otra, Ariel está dispuesta a suicidarse en el mar. Sus hermanas le ofrecen matar al príncipe a cambio de volver a ser sire
El documento habla sobre la creencia popular de que los duendes roban niños pequeños sin aviso y los llevan a los montes. Según la descripción, los duendes son malos espíritus enanos con la piel plateada que visten de rojo, caminan en fila e viven en grupos de cinco en los montes. Se cree que solo los niños y mudos pueden verlos y que secuestran niños no bautizados para convertirlos en duendes. Por lo tanto, nunca se debe dejar a un niño solo.
El narrador se muda a un nuevo departamento y escucha ruidos extraños provenientes del departamento vecino, cuyo inquilino aún no ha visto. Más tarde, el portero le pregunta quién caminaba detrás de él cuando tiraba la basura, causándole un gran susto. Eventualmente conoce a su vecino Xavier y pasan tiempo juntos, pero luego los otros vecinos se enojan cuando les pregunta por él. Finalmente, se entera de que el departamento vecino ha estado vacío desde la muerte de su anterior inquilino.
Juan Pablo Castel se obsesiona con María Iribarne, quien está casada. Atormentado por los celos, Castel la mata. Confiesa al esposo ciego de María, quien se suicida. Castel se entrega a las autoridades y relata desde la cárcel los hechos que lo llevaron al crimen.
La leyenda cuenta la historia de Don Ramón Ayala, un hombre aficionado a las peleas de gallos y la bebida en la ciudad de Quito. Una noche, ebrio, desafió al gallo de la Catedral diciendo que él era el gallo más fuerte. Sin embargo, el gallo de la Catedral lo atacó, hiriéndolo en la pierna. Don Ramón pidió perdón y prometió dejar de beber. Desde entonces se volvió una persona seria.
LECTURA: "EL LEÓN, LA ZORRA Y EL CIERVO"jmanuelcl7
La zorra engaña al ciervo dos veces para que vaya a la cueva del león enfermo, haciéndole creer que será nombrado rey. La primera vez el ciervo logra escapar, pero la segunda el león lo mata y come. La zorra se queda con el corazón del ciervo como pago por sus servicios de engaño.
La autora describe su primer amor verdadero con un hombre que conoció cuando tenía 15 años. A pesar de la distancia geográfica que los separaba y los rumores malintencionados de otras personas, su amor floreció y superó todos los obstáculos. Después de un año de altibajos emocionales, su relación se fortaleció y ambos están seguros de que su amor durará para siempre.
Este documento presenta varias leyendas de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Describe la leyenda de "La Carreta de San Pascual", en la que se cree que los enfermos que escuchan el rechinido de una carreta a medianoche morirán pronto. También habla de "El Sombrerón", un hombre con un gran sombrero que desorienta a la gente, y "La Tisigua", un espíritu que deja desorientados a los jóvenes que se quedan tarde bañándose en el río.
Este documento presenta una colección de cinco historias de terror cortas. La primera historia trata de un hombre que tenía una gran colección de perros, especialmente uno llamado Satanás. La segunda historia involucra a una niña de 15 años que decide quedarse sola en casa durante un viaje de sus padres. Las otras historias incluyen cuentos de fantasmas, demonios y monstruos, así como historias que exploran los miedos humanos.
El hombre despierta en un hospital público sin recordar nada. No puede mover sus piernas y está vendado de la cintura para abajo. Intenta comunicarse con las enfermeras, pero sólo puede articular sonidos. Teme estar en un hospital de baja calidad, y desea irse. Más tarde descubre que puede mover su brazo izquierdo, lo que lo reconforta.
El árbol de manzanas - la culpa es de la vacaHenry Cabrera
Este resumen describe la relación entre un niño y un árbol de manzanas a lo largo de la vida del niño. El niño jugaba y descansaba bajo el árbol cuando era pequeño, pero a medida que crecía, regresaba solo cuando necesitaba algo del árbol, como dinero, madera para una casa o un bote. A pesar de esto, el árbol siempre estuvo dispuesto a ayudar al niño, aunque significara su propio deterioro. El cuento representa la relación entre padres e hijos.
Juvencio Nava ha sido traído por cuatro hombres al pueblo, donde un coronel lo espera. Treinta y cinco años antes, Juvencio mató a su compadre Don Lupe durante una disputa sobre el acceso al pasto durante una sequía, y desde entonces ha vivido escondiéndose, temiendo por su vida. Ahora, en su vejez, teme que lo maten a pesar de creer que el asunto estaba olvidado. Le pide a su hijo Justino que intente convencer al sargento de tener piedad, pero Justino se niega
Juan Rulfo escribe sobre un hombre llamado Juvencio Nava que fue traído por la fuerza a un pueblo para ser ejecutado por el asesinato de Don Lupe Terreros hace 35 años. Juvencio recuerda los eventos que llevaron a la muerte de Don Lupe durante una sequía cuando este le negó el acceso al pasto para su ganado. Ahora envejecido, Juvencio teme por su vida y espera encontrar clemencia a pesar de su pasado.
Un hombre llamado Jorge se muda a una casa antigua que se rumorea está embrujada. La noche de su llegada, escucha un chillido y encuentra un cuerpo muerto en las escaleras. Al darse vuelta, ve que el cadáver ha cobrado vida y le grita que se vaya de su casa. El zombie toma un cuchillo y mata a Jorge.
Este documento es una recopilación de cuentos escritos por alumnos de 5o de primaria. Contiene un índice con los títulos de 18 cuentos y sus respectivos autores y páginas. El primer cuento titulado "El payaso de los cuadros" narra la historia de unos niños que van de pedir caramelos en Halloween y empiezan a desaparecer uno a uno.
ejemplos Textos literarios, Textos dramaticos y textos popularesLuz Suarez Mendoza
Este documento presenta cinco fábulas y dos leyendas. Las fábulas incluyen las historias de "El picador de piedra", "La cigarra y la hormiga", "El león y el ratón", "La zorra y las uvas" y "Los hijos del labrador". Las leyendas son "La niña de las iglesias" y una historia sin título sobre un taxista. Cada historia presenta una lección moral o enseñanza sobre la condición humana.
Este volumen de cuentos de Halloween contiene 10 historias escritas por estudiantes de primaria. Los cuentos incluyen temas como casas embrujadas, monstruos, brujas y otras criaturas típicas de la noche de Halloween que asustan a los personajes. El documento presenta una tabla de contenido con los títulos y autores de cada cuento, seguido por el texto completo del primer cuento titulado "La casa abandonada".
Este documento presenta varios mitos y leyendas de los pueblos indígenas y campesinos de Santander y Norte de Santander en Colombia. Incluye el mito bari sobre un espíritu maligno que causó dolor a los indígenas, la leyenda del árbol de la vida del que brotaron los ríos más grandes, y la leyenda de la Cueva de la Iglesia que derrumbó y dejó salir piedras y objetos. También menciona otros mitos y leyendas de la región.
El documento presenta dos cuentos de terror cortos. El primero trata sobre un niño llamado Frank que siempre ha tenido curiosidad por sus misteriosos vecinos, quienes nunca salen de su casa excepto en un día. Un día, Frank conoce a un niño nuevo en el pueblo que parece no escucharle y tiene una apariencia pálida y fría, y huye hacia la casa de los vecinos misteriosos cuando Frank le pregunta dónde vive.
En un bohío [Cuento - Texto completo.] Juan BoschLedy Cabrera
Este documento presenta un resumen biográfico del escritor dominicano Juan Bosch y analiza su cuento corto "En un bohío". Bosch nació en 1909 en la República Dominicana y se desempeñó como político y presidente del país, además de ser considerado uno de los escritores más importantes de Latinoamérica. El cuento describe la situación precaria de una mujer y sus hijos enfermos que viven en una cabaña miserable, y su desesperada búsqueda de ayuda.
Este cuento presenta la historia de un grupo de niños en un campamento de verano que descubren una máquina de tortura en la cocina. Los niños investigan y se encuentran con la monitora disfrazada de zombi. Más tarde, tienen una pesadilla en la que todos se convierten en zombis y los persiguen. Al final, logran escapar saltando de un acantilado, aunque uno de ellos no sobrevive.
La historia cuenta la historia de una sirena llamada Ariel que se enamora de un príncipe humano después de salvarlo de un naufragio. Para estar con él, hace un trato con una bruja para convertirse en humana a cambio de su voz y sufrir dolor al caminar. Aunque pasa tiempo con el príncipe, él se enamora de otra mujer. Cuando el príncipe se casa con otra, Ariel está dispuesta a suicidarse en el mar. Sus hermanas le ofrecen matar al príncipe a cambio de volver a ser sire
El documento habla sobre la creencia popular de que los duendes roban niños pequeños sin aviso y los llevan a los montes. Según la descripción, los duendes son malos espíritus enanos con la piel plateada que visten de rojo, caminan en fila e viven en grupos de cinco en los montes. Se cree que solo los niños y mudos pueden verlos y que secuestran niños no bautizados para convertirlos en duendes. Por lo tanto, nunca se debe dejar a un niño solo.
El narrador se muda a un nuevo departamento y escucha ruidos extraños provenientes del departamento vecino, cuyo inquilino aún no ha visto. Más tarde, el portero le pregunta quién caminaba detrás de él cuando tiraba la basura, causándole un gran susto. Eventualmente conoce a su vecino Xavier y pasan tiempo juntos, pero luego los otros vecinos se enojan cuando les pregunta por él. Finalmente, se entera de que el departamento vecino ha estado vacío desde la muerte de su anterior inquilino.
Juan Pablo Castel se obsesiona con María Iribarne, quien está casada. Atormentado por los celos, Castel la mata. Confiesa al esposo ciego de María, quien se suicida. Castel se entrega a las autoridades y relata desde la cárcel los hechos que lo llevaron al crimen.
La leyenda cuenta la historia de Don Ramón Ayala, un hombre aficionado a las peleas de gallos y la bebida en la ciudad de Quito. Una noche, ebrio, desafió al gallo de la Catedral diciendo que él era el gallo más fuerte. Sin embargo, el gallo de la Catedral lo atacó, hiriéndolo en la pierna. Don Ramón pidió perdón y prometió dejar de beber. Desde entonces se volvió una persona seria.
LECTURA: "EL LEÓN, LA ZORRA Y EL CIERVO"jmanuelcl7
La zorra engaña al ciervo dos veces para que vaya a la cueva del león enfermo, haciéndole creer que será nombrado rey. La primera vez el ciervo logra escapar, pero la segunda el león lo mata y come. La zorra se queda con el corazón del ciervo como pago por sus servicios de engaño.
La autora describe su primer amor verdadero con un hombre que conoció cuando tenía 15 años. A pesar de la distancia geográfica que los separaba y los rumores malintencionados de otras personas, su amor floreció y superó todos los obstáculos. Después de un año de altibajos emocionales, su relación se fortaleció y ambos están seguros de que su amor durará para siempre.
Este documento presenta varias leyendas de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Describe la leyenda de "La Carreta de San Pascual", en la que se cree que los enfermos que escuchan el rechinido de una carreta a medianoche morirán pronto. También habla de "El Sombrerón", un hombre con un gran sombrero que desorienta a la gente, y "La Tisigua", un espíritu que deja desorientados a los jóvenes que se quedan tarde bañándose en el río.
Este documento presenta una colección de cinco historias de terror cortas. La primera historia trata de un hombre que tenía una gran colección de perros, especialmente uno llamado Satanás. La segunda historia involucra a una niña de 15 años que decide quedarse sola en casa durante un viaje de sus padres. Las otras historias incluyen cuentos de fantasmas, demonios y monstruos, así como historias que exploran los miedos humanos.
El hombre despierta en un hospital público sin recordar nada. No puede mover sus piernas y está vendado de la cintura para abajo. Intenta comunicarse con las enfermeras, pero sólo puede articular sonidos. Teme estar en un hospital de baja calidad, y desea irse. Más tarde descubre que puede mover su brazo izquierdo, lo que lo reconforta.
El árbol de manzanas - la culpa es de la vacaHenry Cabrera
Este resumen describe la relación entre un niño y un árbol de manzanas a lo largo de la vida del niño. El niño jugaba y descansaba bajo el árbol cuando era pequeño, pero a medida que crecía, regresaba solo cuando necesitaba algo del árbol, como dinero, madera para una casa o un bote. A pesar de esto, el árbol siempre estuvo dispuesto a ayudar al niño, aunque significara su propio deterioro. El cuento representa la relación entre padres e hijos.
Juvencio Nava ha sido traído por cuatro hombres al pueblo, donde un coronel lo espera. Treinta y cinco años antes, Juvencio mató a su compadre Don Lupe durante una disputa sobre el acceso al pasto durante una sequía, y desde entonces ha vivido escondiéndose, temiendo por su vida. Ahora, en su vejez, teme que lo maten a pesar de creer que el asunto estaba olvidado. Le pide a su hijo Justino que intente convencer al sargento de tener piedad, pero Justino se niega
Juan Rulfo escribe sobre un hombre llamado Juvencio Nava que fue traído por la fuerza a un pueblo para ser ejecutado por el asesinato de Don Lupe Terreros hace 35 años. Juvencio recuerda los eventos que llevaron a la muerte de Don Lupe durante una sequía cuando este le negó el acceso al pasto para su ganado. Ahora envejecido, Juvencio teme por su vida y espera encontrar clemencia a pesar de su pasado.
Este documento presenta la historia de Juvencio Nava, un anciano que es arrestado y llevado ante un coronel acusado de haber matado a su padre, Guadalupe Terreros, hace 35 años. Juvencio explica que mató a Terreros durante una disputa por el acceso al pasto durante una sequía, pero que ha vivido escondido de la justicia por décadas. El coronel resulta ser el hijo de Terreros y ordena que Juvencio sea atado y fusilado por el asesinato de su padre, a pesar de las s
Este documento narra la historia de Juvencio Nava, un anciano que es llevado por la fuerza a un pueblo por un crimen que cometió hace 35 años. Juvencio mató a su compadre Don Lupe durante una sequía después de que este se negara a darle pasto para su ganado. Ahora, en su vejez, Juvencio es interrogado por el coronel sobre este crimen del pasado y espera su destino amarrado, temiendo que lo maten.
Juvencio Nava fue traído amarrado a un corral para ser ejecutado por haber matado a su compadre Don Lupe Terreros 35 años atrás. Le pide a su hijo Justino que intente convencer a los soldados de no matarlo, apelando a su compasión, pero Justino se niega por temor a que también lo maten a él. Juvencio recuerda los eventos que llevaron al asesinato de Don Lupe durante una sequía, y cómo desde entonces vivió huyendo por miedo a ser perseguido.
Juvencio Nava fue traído ante el coronel acusado de matar hace 35 años a Don Lupe Terreros, el padre del coronel. A pesar de que Juvencio alega que actuó en defensa propia durante una disputa por el acceso al pasto, el coronel ordena que lo amarren y fusilen para vengar la muerte de su padre. Su hijo Justino logra llevarse el cuerpo de Juvencio de regreso a su casa para el velorio.
La narradora describe su primer amor platónico a los 13 años por un joven llamado Juan que había fallecido. A pesar de la prohibición de su abuela de visitar el cementerio, la narradora continuó visitando la tumba de Juan, donde una noche tuvo un encuentro sobrenatural con él que la consoló. Años más tarde, la narradora mantiene su amor por Juan a pesar de que es consciente de que es una ilusión, y continúa visitando su tumba anualmente para contarle sobre su vida.
Lecturas complementarias de 7º año 8º año mayo (autoguardado)Ivonne Tabilo
Este resumen describe la historia de Píramo y Tisbe, dos amantes de la antigua Babilonia cuyos padres se oponían a su relación. Para escapar de la vigilancia, acordaron reunirse en secreto fuera de la ciudad, pero una serie de desafortunados eventos llevaron a que ambos se suicidaran creyendo que el otro había muerto. Sus cuerpos fueron enterrados juntos y los dioses convirtieron las moras en moras oscuras en su memoria.
Este documento presenta varios cuentos cortos relacionados con el Río Magdalena en Colombia. El primer cuento narra la trágica historia de una niña que es violada y luego obligada a vivir con su violador. Para escapar, ella lo mata y abandona a su bebé, luego se suicida arrojándose al río. El segundo cuento presenta a un recolector de café solo en una cabaña durante una noche de lluvia.
Juno es una joven que sufre de problemas mentales y vive sola en su departamento. Una mañana, cree escuchar voces y ver seres transparentes en su casa. Posteriormente mata a su hermana pequeña y a otro cuerpo que encuentra en su cama, creyendo que son intrusos. Antes de desmayarse, escribe una carta contando lo sucedido. Su madre aparece y le revela que en realidad mató a su hermana, recriminándole su egoísmo y locura. Juno acepta haber perdido la razón y muere con
ESPERO LES SIRVA ESTE LIBRO MUY INTERESANTE Y AS´PODER
TRABAJAR CON LOS ESTUDIANTES TODO LO RELACIONADO A SUS HABILIDADES LECTORAS LAS CUALES HOY EN DIA ESTAMOS COMO UNO DE LOS PAISES QUE MENOS LEEMOS, CONSIDERO QUE ES MUY BUENO HACER DE LA LECTURA UN HABITO PUES DE ESTA MANERA VAMOS A AYUDAR A SU MEJORA
Este documento narra la historia de Xiomara Arredondo, una mujer que abandona su hogar sin decir a dónde va. El narrador intenta encontrarla para escuchar su versión de los hechos. Interroga a otras personas y a su hijo Germán, pero nadie sabe de su paradero. El narrador tiene visiones y recuerdos obsesivos sobre Xiomara. Su búsqueda lo lleva por varios países de América del Sur y Central, pero no puede encontrarla.
Este texto presenta los pensamientos de un hombre que afirma haber querido matar a un viejo debido a su ojo, el cual le provocaba irritación. Describe cómo durante siete noches entraba sigilosamente al cuarto del viejo a la medianoche usando una linterna para iluminar su ojo, pero siempre lo encontraba cerrado, impidiéndole completar su objetivo. Se defiende de las acusaciones de locura argumentando que actuó de manera prudente y calculada.
áNgeles ibirika antes y después de odiarteCarina Godoy
El documento es un extracto de una novela que describe la historia de un hombre que acaba de ser liberado de prisión después de cuatro años. Describe sus emociones encontradas al recuperar la libertad, incluyendo el dolor por los recuerdos de lo que le llevó a la cárcel y la persona que lo traicionó. Se reencuentra con un amigo y reflexiona sobre cómo ha cambiado su vida durante este tiempo.
Sinopsis:
Ella, era la hija de un matrimonio acomodado. Italiana, dieciséis años, bailarina de ballet y pronta heredera a la suma millonaria de sus ausentes padres.
Él, de situación económica media. Norteamericano, veintitrés años, vocalista de una banda de rock.
Dos personas opuestas.
Dos almas desconocidas.
Dos individuos que han encontrado lo que jamás se habían dispuesto a encontrar… el amor.
Novela llena de tragedias, drogas, dramatismos, muertes… Una historia donde el amor, nunca será color de rosa.
Este documento presenta la historia de Carlos Luján, un nuevo agente de policía que comienza su primer día en la Brigada de Investigación Criminal en Madrid. Al llegar, se encuentra solo en la oficina hasta que aparece el Inspector Iglesias, un veterano de la guerra civil. Iglesias le advierte sobre su autoridad y le informa sobre una llamada relacionada con un caso de asesinato. Poco después llega el Comisario y pide ver a Luján en su oficina.
El documento narra la historia de Manuel, un niño de 13 años que se queda a cargo de sus dos hermanas pequeñas tras la muerte de su madre. Manuel se siente abrumado por la responsabilidad. Un día conoce a Pablo, un niño mayor que él que vive solo y le ofrece ayuda. Pablo le cuenta la historia de José, un niño que descubre una casa abandonada en el campo que podría servirles de refugio a ellos.
Este documento cuenta la historia de Ifigenia, una mujer que tiene tres hijas con tres padres diferentes. Su madre la regaña por su situación precaria y le advierte que debe solucionar sus problemas. La madre recuerda con tristeza cómo el padre de Ifigenia las abandonó cuando ella quedó embarazada y ahora debe trabajar en un empleo humillante solo para mantener a su hija e hijas nietas.
En 1974 la Crónica de la Organización Mundial de la
Salud publicó un importante artículo llamando la atención
sobre la importancia de la deficiencia de yodo como problema
de la salud pública y la necesidad de su eliminación, escrito por
un grupo de académicos expertos en el tema, Prof. JB Stanbury
de la Universidad de Harvard, Prof. AM Ermans del Hospital
Saint Pierre, Bélgica, Prof. BS Hetzel de la Universidad de
Monash, Australia, Prof. EA Pretell de la Universidad Peruana
Cayetano Heredia, Perú, y Prof. A Querido del Hospital
algunos casos de tirotoxicosis y el temor a su extensión con
(18)
distribución amplia de yodo . Recién a partir de 1930 varios
(19)
investigadores, entre los que destaca Boussingault , volvieron
a insistir sobre este tema, aconsejando la yodación de la sal para
su uso terapéutico.
Desórdenes por deficiencia de yodo en el Perú
Universitario, Leiden, Holanda .
(15)
En el momento actual hay suficiente evidencia que
demuestra que el impacto social de los desórdenes por
deficiencia de yodo es muy grande y que su prevención resulta
en una mejor calidad de vida y de la productividad, así como
también de la capacidad de educación de los niños y adultos.
Prevención y tratamiento de los DDI
Los desórdenes por deficiencia de yodo pueden ser
exitosamente prevenidos mediante programas de suplementa-
ción de yodo. A través de la historia se han ensayado varios
medios para tal propósito, pero la estrategia más costo-efectiva
y sostenible es el consumo de sal yodada. Los experimentos de
Marine y col.
(16, 17)
entre 1907 a 1921 probaron que la deficiencia
y la suplementación de yodo eran factores dominantes en la
etiología y el control del bocio endémico. El uso experimental
de la sal yodada para la prevención del bocio endémico se llevó
a cabo en Akron, Ohio, con resultados espectaculares y fue
seguida por la distribución de sal yodada en Estados Unidos,
Suiza y otros lugares. El uso clínico de este método, sin
embargo, fue largamente postergado por la ocurrencia de
La presencia de bocio y cretinismo en el antiguo Perú
antecedió a la llegada de los españoles, según comentarios en
crónicas y relatos de la época de la Conquista y el Virreinato. En
(20)
una revisión publicada por JB Lastres se comenta que Cosme
Bueno (1769), refiriéndose a sus observaciones entre los
habitantes del altiplano, escribió “los más de los que allí habitan
son contrahechos, jibados, tartamudos, de ojos torcidos y con
unos deformes tumores en la garganta, que aquí llaman cotos y
otras semejantes deformidades en el cuerpo y sus corres-
pondientes en el ánimo”. Y es lógico aceptar como cierto este
hecho, dado que la deficiencia de yodo en la Cordillera de los
Andes es un fenómeno ambiental permanente desde sus
orígenes.
Luego de la Independencia hasta los años 1950s, la
persistencia del bocio y el cretinismo endémicos en la sierra y la
selva fue reportada por varios autores, cuyos importantes
(20)
1. ¡Diles que no me maten!
[Cuento. Texto completo]
Juan Rulfo
-¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles.
Diles que lo hagan por caridad.
-No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo
haga por caridad de Dios.
-No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver
allá.
-Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-No. No tengo ganas de eso, yo soy tu hijo. Y si voy mucho con ellos, acabarán por
saber quién soy y les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las cosas de este
tamaño.
-Anda, Justino. Diles que tengan tantita lástima de mí. Nomás eso diles.
Justino apretó los dientes y movió la cabeza diciendo:
-No.
Y siguió sacudiendo la cabeza durante mucho rato.
Justino se levantó de la pila de piedras en que estaba sentado y caminó hasta la puerta
del corral. Luego se dio vuelta para decir:
-Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mí también, ¿quién cuidará de mi mujer y
de los hijos?
-La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos. Ocúpate de ir allá y ver qué cosas
haces por mí. Eso es lo que urge.
Lo habían traído de madrugada. Y ahora era ya entrada la mañana y él seguía todavía
allí, amarrado a un horcón, esperando. No se podía estar quieto. Había hecho el intento
de dormir un rato para apaciguarse, pero el sueño se le había ido. También se le había
ido el hambre. No tenía ganas de nada. Sólo de vivir. Ahora que sabía bien a bien que lo
iban a matar, le habían entrado unas ganas tan grandes de vivir como sólo las puede
sentir un recién resucitado. Quién le iba a decir que volvería aquel asunto tan viejo, tan
rancio, tan enterrado como creía que estaba. Aquel asunto de cuando tuvo que matar a
don Lupe. No nada más por nomás, como quisieron hacerle ver los de Alima, sino
2. porque tuvo sus razones. Él se acordaba:
Don Lupe Terreros, el dueño de la Puerta de Piedra, por más señas su compadre. Al que
él, Juvencio Nava, tuvo que matar por eso; por ser el dueño de la Puerta de Piedra y que,
siendo también su compadre, le negó el pasto para sus animales.
Primero se aguantó por puro compromiso. Pero después, cuando la sequía, en que vio
cómo se le morían uno tras otro sus animales hostigados por el hambre y que su
compadre don Lupe seguía negándole la yerba de sus potreros, entonces fue cuando se
puso a romper la cerca y a arrear la bola de animales flacos hasta las paraneras para que
se hartaran de comer. Y eso no le había gustado a don Lupe, que mandó tapar otra vez la
cerca para que él, Juvencio Nava, le volviera a abrir otra vez el agujero. Así, de día se
tapaba el agujero y de noche se volvía a abrir, mientras el ganado estaba allí, siempre
pegado a la cerca, siempre esperando; aquel ganado suyo que antes nomás se vivía
oliendo el pasto sin poder probarlo.
Y él y don Lupe alegaban y volvían a alegar sin llegar a ponerse de acuerdo. Hasta que
una vez don Lupe le dijo:
-Mira, Juvencio, otro animal más que metas al potrero y te lo mato.
Y él contestó:
-Mire, don Lupe, yo no tengo la culpa de que los animales busquen su acomodo. Ellos
son inocentes. Ahí se lo haiga si me los mata.
"Y me mató un novillo.
"Esto pasó hace treinta y cinco años, por marzo, porque ya en abril andaba yo en el
monte, corriendo del exhorto. No me valieron ni las diez vacas que le di al juez, ni el
embargo de mi casa para pagarle la salida de la cárcel. Todavía después, se pagaron con
lo que quedaba nomás por no perseguirme, aunque de todos modos me perseguían. Por
eso me vine a vivir junto con mi hijo a este otro terrenito que yo tenía y que se nombra
Palo de Venado. Y mi hijo creció y se casó con la nuera Ignacia y tuvo ya ocho hijos.
Así que la cosa ya va para viejo, y según eso debería estar olvidada. Pero, según eso, no
lo está.
"Yo entonces calculé que con unos cien pesos quedaba arreglado todo. El difunto don
Lupe era solo, solamente con su mujer y los dos muchachitos todavía de a gatas. Y la
viuda pronto murió también dizque de pena. Y a los muchachitos se los llevaron lejos,
donde unos parientes. Así que, por parte de ellos, no había que tener miedo.
"Pero los demás se atuvieron a que yo andaba exhortado y enjuiciado para asustarme y
seguir robándome. Cada vez que llegaba alguien al pueblo me avisaban:
"-Por ahí andan unos fureños, Juvencio.
"Y yo echaba pal monte, entreverándome entre los madroños y pasándome los días
3. comiendo verdolagas. A veces tenía que salir a la media noche, como si me fueran
correteando los perros. Eso duró toda la vida . No fue un año ni dos. Fue toda la vida."
Y ahora habían ido por él, cuando no esperaba ya a nadie, confiado en el olvido en que
lo tenía la gente; creyendo que al menos sus últimos días los pasaría tranquilos. "Al
menos esto -pensó- conseguiré con estar viejo. Me dejarán en paz".
Se había dado a esta esperanza por entero. Por eso era que le costaba trabajo imaginar
morir así, de repente, a estas alturas de su vida, después de tanto pelear para librarse de
la muerte; de haberse pasado su mejor tiempo tirando de un lado para otro arrastrado por
los sobresaltos y cuando su cuerpo había acabado por ser un puro pellejo correoso
curtido por los malos días en que tuvo que andar escondiéndose de todos.
Por si acaso, ¿no había dejado hasta que se le fuera su mujer? Aquel día en que
amaneció con la nueva de que su mujer se le había ido, ni siquiera le pasó por la cabeza
la intención de salir a buscarla. Dejó que se fuera sin indagar para nada ni con quién ni
para dónde, con tal de no bajar al pueblo. Dejó que se le fuera como se le había ido todo
lo demás, sin meter las manos. Ya lo único que le quedaba para cuidar era la vida, y ésta
la conservaría a como diera lugar. No podía dejar que lo mataran. No podía. Mucho
menos ahora.
Pero para eso lo habían traído de allá, de Palo de Venado. No necesitaron amarrarlo para
que los siguiera. Él anduvo solo, únicamente maniatado por el miedo. Ellos se dieron
cuenta de que no podía correr con aquel cuerpo viejo, con aquellas piernas flacas como
sicuas secas, acalambradas por el miedo de morir. Porque a eso iba. A morir. Se lo
dijeron.
Desde entonces lo supo. Comenzó a sentir esa comezón en el estómago que le llegaba
de pronto siempre que veía de cerca la muerte y que le sacaba el ansia por los ojos, y
que le hinchaba la boca con aquellos buches de agua agria que tenía que tragarse sin
querer. Y esa cosa que le hacía los pies pesados mientras su cabeza se le ablandaba y el
corazón le pegaba con todas sus fuerzas en las costillas. No, no podía acostumbrarse a la
idea de que lo mataran.
Tenía que haber alguna esperanza. En algún lugar podría aún quedar alguna esperanza.
Tal vez ellos se hubieran equivocado. Quizá buscaban a otro Juvencio Nava y no al
Juvencio Nava que era él.
Caminó entre aquellos hombres en silencio, con los brazos caídos. La madrugada era
oscura, sin estrellas. El viento soplaba despacio, se llevaba la tierra seca y traía más,
llena de ese olor como de orines que tiene el polvo de los caminos.
Sus ojos, que se habían apenuscado con los años, venían viendo la tierra, aquí, debajo de
sus pies, a pesar de la oscuridad. Allí en la tierra estaba toda su vida. Sesenta años de
vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el
sabor de la carne. Se vino largo rato desmenuzándola con los ojos, saboreando cada
pedazo como si fuera el último, sabiendo casi que sería el último.
4. Luego, como queriendo decir algo, miraba a los hombres que iban junto a él. Iba a
decirles que lo soltaran, que lo dejaran que se fuera: "Yo no le he hecho daño a nadie,
muchachos", iba a decirles, pero se quedaba callado. "Más adelantito se los diré",
pensaba. Y sólo los veía. Podía hasta imaginar que eran sus amigos; pero no quería
hacerlo. No lo eran. No sabía quiénes eran. Los veía a su lado ladeándose y agachándose
de vez en cuando para ver por dónde seguía el camino.
Los había visto por primera vez al pardear de la tarde, en esa hora desteñida en que todo
parece chamuscado. Habían atravesado los surcos pisando la milpa tierna. Y él había
bajado a eso: a decirles que allí estaba comenzando a crecer la milpa. Pero ellos no se
detuvieron.
Los había visto con tiempo. Siempre tuvo la suerte de ver con tiempo todo. Pudo
haberse escondido, caminar unas cuantas horas por el cerro mientras ellos se iban y
después volver a bajar. Al fin y al cabo la milpa no se lograría de ningún modo. Ya era
tiempo de que hubieran venido las aguas y las aguas no aparecían y la milpa comenzaba
a marchitarse. No tardaría en estar seca del todo.
Así que ni valía la pena de haber bajado; haberse metido entre aquellos hombres como
en un agujero, para ya no volver a salir.
Y ahora seguía junto a ellos, aguantándose las ganas de decirles que lo soltaran. No les
veía la cara; sólo veía los bultos que se repegaban o se separaban de él. De manera que
cuando se puso a hablar, no supo si lo habían oído. Dijo:
-Yo nunca le he hecho daño a nadie -eso dijo. Pero nada cambió. Ninguno de los bultos
pareció darse cuenta. Las caras no se volvieron a verlo. Siguieron igual, como si
hubieran venido dormidos.
Entonces pensó que no tenía nada más que decir, que tendría que buscar la esperanza en
algún otro lado. Dejó caer otra vez los brazos y entró en las primeras casas del pueblo en
medio de aquellos cuatro hombres oscurecidos por el color negro de la noche.
-Mi coronel, aquí está el hombre.
Se habían detenido delante del boquete de la puerta. Él, con el sombrero en la mano, por
respeto, esperando ver salir a alguien. Pero sólo salió la voz:
-¿Cuál hombre? -preguntaron.
-El de Palo de Venado, mi coronel. El que usted nos mandó a traer.
-Pregúntale que si ha vivido alguna vez en Alima -volvió a decir la voz de allá adentro.
-¡Ey, tú! ¿Que si has habitado en Alima? -repitió la pregunta el sargento que estaba
frente a él.
5. -Sí. Dile al coronel que de allá mismo soy. Y que allí he vivido hasta hace poco.
-Pregúntale que si conoció a Guadalupe Terreros.
-Que dizque si conociste a Guadalupe Terreros.
-¿A don Lupe? Sí. Dile que sí lo conocí. Ya murió.
Entonces la voz de allá adentro cambió de tono:
-Ya sé que murió -dijo-. Y siguió hablando como si platicara con alguien allá, al otro
lado de la pared de carrizos:
-Guadalupe Terreros era mi padre. Cuando crecí y lo busqué me dijeron que estaba
muerto. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para
enraizar está muerta. Con nosotros, eso pasó.
"Luego supe que lo habían matado a machetazos, clavándole después una pica de buey
en el estómago. Me contaron que duró más de dos días perdido y que, cuando lo
encontraron tirado en un arroyo, todavía estaba agonizando y pidiendo el encargo de que
le cuidaran a su familia.
"Esto, con el tiempo, parece olvidarse. Uno trata de olvidarlo. Lo que no se olvida es
llegar a saber que el que hizo aquello está aún vivo, alimentando su alma podrida con la
ilusión de la vida eterna. No podría perdonar a ése, aunque no lo conozco; pero el hecho
de que se haya puesto en el lugar donde yo sé que está, me da ánimos para acabar con
él. No puedo perdonarle que siga viviendo. No debía haber nacido nunca".
Desde acá, desde fuera, se oyó bien claro cuando dijo. Después ordenó:
-¡Llévenselo y amárrenlo un rato, para que padezca, y luego fusílenlo!
-¡Mírame, coronel! -pidió él-. Ya no valgo nada. No tardaré en morirme solito,
derrengado de viejo. ¡No me mates...!
-¡Llévenselo! -volvió a decir la voz de adentro.
-...Ya he pagado, coronel. He pagado muchas veces. Todo me lo quitaron. Me
castigaron de muchos modos. Me he pasado cosa de cuarenta años escondido como un
apestado, siempre con el pálpito de que en cualquier rato me matarían. No merezco
morir así, coronel. Déjame que, al menos, el Señor me perdone. ¡No me mates! ¡Diles
que no me maten!.
Estaba allí, como si lo hubieran golpeado, sacudiendo su sombrero contra la tierra.
Gritando.
En seguida la voz de allá adentro dijo:
6. -Amárrenlo y denle algo de beber hasta que se emborrache para que no le duelan los
tiros.
Ahora, por fin, se había apaciguado. Estaba allí arrinconado al pie del horcón. Había
venido su hijo Justino y su hijo Justino se había ido y había vuelto y ahora otra vez
venía.
Lo echó encima del burro. Lo apretaló bien apretado al aparejo para que no se fuese a
caer por el camino. Le metió su cabeza dentro de un costal para que no diera mala
impresión. Y luego le hizo pelos al burro y se fueron, arrebiatados, de prisa, para llegar
a Palo de Venado todavía con tiempo para arreglar el velorio del difunto.
-Tu nuera y los nietos te extrañarán -iba diciéndole-. Te mirarán a la cara y creerán que
no eres tú. Se les afigurará que te ha comido el coyote cuando te vean con esa cara tan
llena de boquetes por tanto tiro de gracia como te dieron.
7. NO OYES LADRAR LOS PERROS
—TÚ QUE VAS allá arriba, Ignacio, dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna
luz en alguna parte.
—No se ve nada.
—Ya debemos estar cerca.
—Sí, pero no se oye nada.
—Mira bien.
—No se ve nada.
—Pobre de ti, Ignacio.
La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo,
trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del
arroyo. Era una sola sombra, tambaleante.
La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda.
—Ya debemos estar llegando a ese pueblo, Ignacio. Tú que llevas las orejas de
fuera, fíjate a ver si no oyes ladrar los perros. Acuérdate que nos dijeron que Tonaya
estaba detrasito del monte. Y desde qué horas que hemos dejado el monte. Acuérdate,
Ignacio.
—Sí, pero no veo rastro de nada.
—Me estoy cansando.
—Bájame.
El viejo se fue reculando hasta encontrarse con el paredón y se recargó allí, sin
soltar la carga de sus hombros. Aunque se le doblaban las piernas, no quería sentarse,
porque después no hubiera podido levantar el cuerpo de su hijo, al que allá atrás, horas
antes, le habían ayudado a echárselo a la espalda. Y así lo había traído desde entonces.
—¿Cómo te sientes?
—Mal.
Hablaba poco. Cada vez menos. En ratos parecía dormir. En ratos parecía tener
frío. Temblaba. Sabía cuándo le agarraba a su hijo el temblor por las sacudidas que le
daba, y porque los pies se le encajaban en los ijares como espuelas. Luego las manos del
hijo, que traía trabadas en su pescuezo, le zarandeaban la cabeza como si fuera una
sonaja. Él apretaba los dientes para no morderse la lengua y cuando acababa aquello le
preguntaba:
—¿Te duele mucho?
—Algo —contestaba él.
Primero le había dicho: "Apéame aquí... Déjame aquí... Vete tú solo. Yo te
alcanzaré mañana o en cuanto me reponga unpoco." Se lo había dicho como cincuenta
veces. Ahora ni siquiera eso decía. Allí estaba la luna. Enfrente de ellos. Una luna
grande y colorada que les llenaba de luz los ojos y que estiraba y oscurecía más su
sombra sobre la tierra.
—No veo ya por dónde voy —decía él.
Pero nadie le contestaba.
E1 otro iba allá arriba, todo iluminado por la luna, con su cara descolorida, sin
sangre, reflejando una luz opaca. Y él acá abajo.
—¿Me oíste, Ignacio? Te digo que no veo bien.
Y el otro se quedaba callado.
Siguió caminando, a tropezones. Encogía el cuerpo y luego se enderezaba para
volver a tropezar de nuevo.
—Este no es ningún camino. Nos dijeron que detrás del cerro estaba Tonaya. Ya
8. hemos pasado el cerro. Y Tonaya no se ve, ni se oye ningún ruido que nos diga que está
cerca. ¿Por qué no quieres decirme qué ves, tú que vas allá arriba, Ignacio?
—Bájame, padre.
—¿Te sientes mal?
—Sí
—Te llevaré a Tonaya a como dé lugar. Allí encontraré quien te cuide. Dicen que allí
hay un doctor. Yo te llevaré con él. Te he traído cargando desde hace horas y no te
dejaré tirado aquí para que acaben contigo quienes sean.
Se tambaleó un poco. Dio dos o tres pasos de lado y volvió a enderezarse.
—Te llevaré a Tonaya.
—Bájame.
Su voz se hizo quedita, apenas murmurada:
—Quiero acostarme un rato.
—Duérmete allí arriba. Al cabo te llevo bien agarrado.
La luna iba subiendo, casi azul, sobre un cielo claro. La cara del viejo, mojada en
sudor, se llenó de luz. Escondió los ojos para no mirar de frente, ya que no podía
agachar la cabeza agarrotada entre las manos de su hijo.
—Todo esto que hago, no lo hago por usted. Lo hago por su difunta madre. Porque
usted fue su hijo. Por eso lo hago. Ella me reconvendría si yo lo hubiera dejado tirado
allí, donde lo encontré, y no lo hubiera recogido para llevarlo a que lo curen, como estoy
haciéndolo. Es ella la que me da ánimos, no usted. Comenzando porque a usted no le
debo más que puras dificultades, puras mortificaciones, puras vergüenzas.
Sudaba al hablar. Pero el viento de la noche le secaba el sudor. Y sobre el sudor
seco, volvía a sudar.
—Me derrengaré, pero llegaré con usted a Tonaya, para que le alivien esas heridas
que le han hecho. Y estoy seguro de que, en cuanto se sienta usted bien, volverá a sus
malos pasos. Eso ya no me importa. Con tal que se vaya lejos, donde yo no vuelva a
saber de usted. Con tal de eso... Porque para mí usted ya no es mi hijo. He maldecido la
sangre que usted tiene de mí. La parte que a mí me tocaba la he maldecido. He dicho:
“¡Que se le pudra en los riñones la sangre que yo le di!” Lo dije desde que supe que
usted andaba trajinando por los caminos, viviendo del robo y matando gente... Y gente
buena. Y si no, allí esta mi compadre Tranquilino. El que lo bautizó a usted. El que le
dio su nombre. A él también le tocó la mala suerte de encontrarse con usted. Desde
entonces dije: “Ese no puede ser mi hijo.”
—Mira a ver si ya ves algo. O si oyes algo. Tú que puedes hacerlo desde allá arriba,
porque yo me siento sordo.
—No veo nada.
—Peor para ti, Ignacio.
—Tengo sed.
—¡Aguántate! Ya debemos estar cerca. Lo que pasa es que ya es muy noche y han
de haber apagado la luz en el pueblo. Pero al menos debías de oír si ladran los perros.
Haz por oír.
—Dame agua.
—Aquí no hay agua. No hay más que piedras. Aguántate. Y aunque la hubiera, no te
bajaría a tomar agua. Nadie me ayudaría a subirte otra vez y yo solo no puedo.
—Tengo mucha sed y mucho sueño.
—Me acuerdo cuando naciste. Así eras entonces.
Despertabas con hambre y comías para volver a dormirte. Y tu madre te daba agua,
9. porque ya te habías acabado la leche de ella. No tenías llenadero. Y eras muy rabioso.
Nunca pensé que con el tiempo se te fuera a subir aquella rabia a la cabeza... Pero así
fue. Tu madre, que descanse en paz, quería que te criaras fuerte. Creía que cuando tú
crecieras irías a ser su sostén. No te tuvo más que a ti. El otro hijo que iba a tener la
mató. Y tú la hubieras matado otra vez si ella estuviera viva a estas alturas.
Sintió que el hombre aquel que llevaba sobre sus hombros dejó de apretar las
rodillas y comenzó a soltar los pies, balanceándolo de un lado para otro. Y le pareció
que la cabeza; allá arriba, se sacudía como si sollozara.
Sobre su cabello sintió que caían gruesas gotas, como de lágrimas.
—¿Lloras, Ignacio? Lo hace llorar a usted el recuerdo de su madre, ¿verdad? Pero
nunca hizo usted nada por ella. Nos pagó siempre mal. Parece que en lugar de cariño, le
hubiéramos retacado el cuerpo de maldad. ¿Y ya ve? Ahora lo han herido. ¿Qué pasó
con sus amigos? Los mataron a todos. Pero ellos no tenían a nadie. Ellos bien hubieran
podido decir: “No tenemos a quién darle nuestra lástima”. ¿Pero usted, Ignacio?
Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la
impresión de que lo aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le doblaban
en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejaván, se recostó sobre el pretil de la acera y
soltó el cuerpo, flojo, como si lo hubieran descoyuntado.
Destrabó difícilmente los dedos con que su hijo había venido sosteniéndose de su
cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes ladraban los perros.
—¿Y tú no los oías, Ignacio? —dijo—. No me ayudaste ni siquiera con esta
esperanza.