Las direcciones IP identifican de forma única a cada dispositivo en una red. Están compuestas de cuatro números llamados octetos que suman un total de 32 bits. Existen tres clases principales de direcciones IP: Clase A para redes muy grandes, Clase B para redes medianas, y Clase C para redes pequeñas. Cada clase divide los octetos de diferente forma para identificar la red y el dispositivo anfitrión.