El documento discute el uso discriminatorio del lenguaje y la necesidad de repensar los términos que se usan. Señala que la discriminación no solo es historia sino que se alimenta a diario a través de la música y los medios de comunicación. También menciona una encuesta en la que el 21% de los encuestados se sintió discriminado al menos una vez y el 10% presenció actos discriminatorios a través de calificativos ofensivos referidos a nacionalidad o lugar de origen. Concluye que es necesario cambiar la realidad tom