2. La Búsqueda de identidad en el diseño es algo constante en los diseñadores jóvenes. Todos nosotros, en alguna etapa de nuestra profesión hemos reflexionado en busca de la identidad nacional o regional del diseño.
3. Ahora bien si por identidad de diseño entendemos: poder ser identificados, a través de particularidades en la configuración de los productos que diseñamos, creemos no encontrarla. De esta manera, el tajalápiz de nuestra infancia o la cajita de fósforos de la tienda de barrio son referentes que cobran el poder de un símbolo.
4. ¿ES COLOMBIANO EL DISEÑO COLOMBIANO? Arte popular y kitsch Arte popular y kitsch
5. Las imágenes juegan un rol primordial en la rica variedad de la cultura colombiana; manifiestan un particular sentido del humor, nuestro culto a lo simbólico, nuestra nostalgia, irreverencia, voracidad y caos. ¿Pero estaremos perdiendo esa identidad o se estará “globalizando”? Frente a la actual globalización que parece ser un proceso que no tiene marcha atrás, son evidentes ciertas ventajas., unos valores mundialmente reconocidos como comunes al género humano: el derecho a la vida, un código humanitario e igual para todos los seres humanos, estándares mínimos de calidad, etc.
6. Lo modelos que conocimos en la infancia generalmente permanecen con nosotros y nos sirven de referencia a pesar de la adquisición de nuevos conceptos, ya sean estos generados dentro de nuestro propio medio o provenientes de otras culturas.
7. Estos nuevos conceptos pueden ser antiguos y se adquieren mediante la educación, o pueden ser contemporáneos y nos llegan a través de los actuales medios masivos de comunicación, y llegan a las capas económicamente dominantes de todos los países de manera casi simultánea. Esto es algo bueno, pero cabe preguntarse, ante el creciente abismo entre minorías dominantes y mayorías dominadas , si las imágenes que los diseñadores colombianos estamos proponiendo corresponden realmente a nuestro imaginario, a nuestra particular vivencia y mirada sobre el mundo y sus cosas… o si son en su mayoría, recalentados de los valores que nos llegan desde afuera.
8. La propia identidad es algo difícil de precisar sobre todo cuando se trata de una cultura híbrida como la nuestra; el gran público no es ni totalmente indígena, ni puramente afro-colombiano, ni suizo, ni francés, español ni alemán: somos la suma de todo esto. Y las formas híbridas resultantes de este sincretismo son a grandes rasgos reconocibles para cada uno de nosotros porque, aunque de orígenes disímiles, encierran códigos familiares, es decir, pertenecientes a nuestra familia cultural. Han tomado en nosotros un rol de tal magnitud, ya sea por costumbre, tradición o por la masiva homogeneidad en los medios de comunicación, que han condicionado nuestra, manera de mirar.
9. Pero una vez que hemos reconocido este alfabeto iconográfico, ¿Cómo lo analizamos, catalogamos, evaluamos y utilizamos conceptual y gráficamente de manera efectiva y universal? Habría primero que definir conceptos.
10. De esta manera, el tajalápiz de nuestra infancia o la cajita de fósforos de la tienda de barrio son referentes que cobran el poder de un símbolo.
11. Presentamos ejemplos de las láminas producidas por Gráficas Molinari de Cali desde comienzos del siglo XX hasta mediados de los años 70´s. Aunque originalmente impresos a partir de modelos ingleses de estilo victoriano, sus temas, sus brillantes colores y su sorprendente proliferación y distribución calaron hondamente en la imaginación y gusto popular.
12. Estos valores siguen empleándose en los renglones religioso y político… y en cierta medida en los de comestibles, musicales y del transporte terrestre. Negocios comerciales como el Restaurante Andrés Carne de Res y Urbano han hecho de sus establecimientos un altar a los íconos populares; artistas y cantantes utilizan collage de imágenes populares para comunicar su identidad como en el caso del grupo colombiano “los aterciopelados”.
14. ¿Son las imágenes que los diseñadores estamos proponiendo , correspondientes reales a nuestro imaginario, a nuestra particular vivencia y mirada sobre el mundo y sus cosas?, ¿o son en su mayoría, recalentados de los valores que nos llegan desde afuera?
15. ¿Las imágenes populares se traslapan, pelean y gritan de mil maneras en cada esquina, en cada estante y conviven en una especie de argot visual. Lo que el diseñador debe buscar es la manera original de identificarlas pa5ra generar una nueva lectura, una interpretación y una intención auténticas que, al ser aplicadas a nuevos productos, expresan genuinamente nuestra identidad actual.
19. Estamos en la era de las marcas globales, regionales y geográficas. Cada día son más los proyectos que se adelantan en este sentido porque se ha descubierto que, con una buena gestión, esta inversión puede generar una gran beneficio económico que impulsa el turismo, los negocios, la cultura, etc. La lección en el nuevo mundo globalizado es que las características propias de las regiones han cobrado especial importancia. Vivimos en una época donde los países quieren mostrar lo que los diferencia, lo que los “marca”.
20. Como perdimos identidad dejando atrás a una buena marca construida por un gran experto por algo carente en investigación gráfica regional. Prueba de que en colombia si hay identidad gráfica pero carecemos de una agremiación de diseñadores gráficos que nos represente ante una problemática de esas o más aún una consultoría.
21. Será que estaremos sufriendo de corazoncitis aguda? Como la orbititis empresarial? Prueba de que en colombia si hay identidad gráfica pero carecemos de una agremiación de diseñadores gráficos que nos represente ante una problemática de esas o más aún una consultoría.