El documento expresa el deseo de que arda un mundo injusto donde se fabrican y venden armas, unos niños van a la guerra mientras otros van a la escuela, y la gente trabaja en precarias condiciones. Pide que arda con un fuego purificador que traiga hermandad, espiritualidad, sinceridad, justicia y bondad. Un cristiano puede encender este fuego leyendo y meditando el Evangelio para transformar su corazón en el de Jesús.