1. Texto de Victoria Camps (Rev. del Colegio de Licenciados, Setiembre
de 1997), el cual nos sirve para exponer un ejemplo aproximativo de
análisis.
La educación es necesariamente normativa. Su función no es
sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar en una
cultura
que
tiene
distintas
dimensiones:
una
lengua,
unas
tradiciones, unas creencias, unas actitudes, unas formas de vida.
Todo lo cual no puede ni debe transcurrir al margen de la dimensión
ética que es, sin duda el momento último y más importante, no de
esta o de aquella cultura, sino de la cultura humana, universal.
Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más extenso y total
del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de
socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo
más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido
con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales.
¿Pero vale la pena enseñar o inculcar valores morales a unos
niños que deberán moverse y, a ser posible, destacar en una
sociedad que no respeta ni cuenta con tales valores? ¿No serán
maleducarlos, educarlos contra una corriente que es implacable?
¿No seria más prudente reducir la educación a la mera instrucción o
formación sobre unos conocimientos teóricos -matemáticas, lengua,
física,
historia-?
Sólo se
me
ocurre
una
respuesta: aunque
queramos, no podemos dejar de educar en un sentido o en otro. La
escuela es un lugar donde se hace algo más que dar clase. Los
alumnos aprenden comportamientos más o menos civilizados,
según sean los criterios que los guían. (...) Vale la pena, pues, asumir
esa tarea conscientemente transmitiendo a nuestros hijos y alumnos
aquellos aspectos de nuestro mundo que quisiéramos conservar. Por
críticos que seamos con todo, algo querremos mantener o no perder.
El afecto hacia lo más humano de nuestro mundo, y la
explicitación de ese afecto, es la única retórica que nos hará
convincentes.
2. Queremos conservar ciertos valores porque, en definitiva,
preferimos un mundo que los respete a un mundo que pasa de
ellos. (...) Vale la pena enseñar esos valores si estamos convencidos
de que, aunque no sean rentables económica o incluso socialmente,
son valores imprescindibles para llevar adelante tanto la democracia
como la autonomía individual.
Ejemplo de análisis del texto de Victoria Camps.
Profesor: Valentín González
En el artículo de Victoria Camps podemos distinguir
tres
partes
bien
diferenciadas
donde
la
autora
argumenta su planteamiento respecto al sentido de la
Educación.
1.
En la primera de ellas, V. Camps, nos acerca al
concepto
funciones
de
Educación
sociales
de
vinculado
a
las
instrucción
y
de
integración cultural. Además, ambos aspectos
de la socialización de los individuos no se
pueden concebir al margen de la dimensión
ética que significa compromiso para promover
un mundo más civilizado. Por todo ello, es por lo
que la Educación es siempre y necesariamente
normativa.
2. Seguidamente,
V.
Camps
continúa
su
exposición preguntándose hasta qué punto
merece la pena que la Educación se esfuerce en
trabajar aspectos normativos al margen de su
3. función estrictamente instructiva, pues, ¿no
será que al incorporar la enseñanza de valores
morales no estemos maleducando a los jóvenes
al apartarlos de lo que la sociedad espera de la
Educación?
Ante
esta
pregunta,
la
misma
autora
se
responde afirmando que aunque quisiéramos
apartarnos de este camino nunca podríamos
hacerlo porque el compromiso normativo es
intrínseco al acto educativo; de modo que, es
mejor asumir conscientemente esta tarea.
3. Por
tanto,
la
autora,
concluye,
tomando
posición firme por hacer explícitos y conscientes
estos valores en el proceso educativo. Valores
que están relacionados con lo que creemos que
se debe conservar para hacer más humano
nuestro mundo.
Esto es lo que vincula a la Educación con el
compromiso ético, que la misma autora enuncia
en el comienzo de su exposición.
Ciertamente, Victoria Camps, en este pequeño texto
resume muy bien – a mi juicio- el significado del
concepto
Educación
desde
un
planteamiento
interpretativo/crítico, alejado del puramente positivista
más orientado hacia la instrucción de conocimientos
directamente útiles para la competencia laboral. Todo
4. aquello que de normativo tenga la Educación sólo tiene
sentido
–para
el
planteamiento
funcionalista/positivista- en el ámbito íntimo de la
familia.
Por tanto, el debate que suscita el artículo se centra
en la confrontación ideológica de paradigmas científicos
y más concretamente de teorías educativas. De ahí
deviene la defensa de unas y otras argumentaciones
que dan sentido a los diversos planteamientos con los
que se enfoca la tarea educativa.
Personalmente, tengo especial interés por las teorías
interaccionistas e interpretativas e, incluso, las críticas,
debido a diversas razones, que a continuación paso a
enumerar.
.....
Finalmente, desde mi punto de vista, el texto de
Victoria Camps es muy significativo para comprender el
sentido de los procesos educativos, aunque, quizá,
adolece de precisión y definición de ciertos conceptos y
términos que no son fácilmente reconocibles por
todos...
5. En definitiva: ejemplo de análisis del texto de Victoria Camps
En el artículo de Victoria Camps podemos distinguir tres partes bien diferenciadas donde la
autora argumenta su planteamiento respecto al sentido de la Educación.
En la primera de ellas, V. Camps, nos acerca al concepto de Educación vinculado a las funciones
sociales de instrucción y de integración cultural. Además, ambos aspectos de la socialización de los
individuos no se pueden concebir al margen de la dimensión ética que significa compromiso para
promover un mundo más civilizado. Por todo ello, es por lo que la Educación es siempre y
necesariamente normativa.
Seguidamente, V. Camps continúa su exposición preguntándose hasta qué punto merece la pena
que la Educación se esfuerce en trabajar aspectos normativos al margen de su función estrictamente
instructiva, pues, ¿no será que al incorporar la enseñanza de valores morales no estemos
maleducando a los jóvenes al apartarlos de lo que la sociedad espera de la Educación?
Ante esta pregunta, la misma autora se responde afirmando que aunque quisiéramos apartarnos
de este camino nunca podríamos hacerlo porque el compromiso normativo es intrínseco al acto
educativo; de modo que, es mejor asumir conscientemente esta tarea.
Por tanto, la autora, concluye, tomando posición firme por hacer explícitos y conscientes estos
valores en el proceso educativo. Valores que están relacionados con lo que creemos que se debe
conservar para hacer más humano nuestro mundo.
Esto es lo que vincula a la Educación con el compromiso ético, que la misma autora enuncia en
el comienzo de su exposición.
Ciertamente, Victoria Camps, en este pequeño texto resume muy bien – a mi juicio- el
significado del concepto Educación desde un planteamiento interpretativo/crítico, alejado del
puramente positivista más orientado hacia la instrucción de conocimientos directamente útiles para
la competencia laboral. Todo aquello que de normativo tenga la Educación sólo tiene sentido –para
el planteamiento funcionalista/positivista- en el ámbito íntimo de la familia.
Por tanto, el debate que suscita el artículo se centra en la confrontación ideológica de paradigmas
científicos y más concretamente de teorías educativas. De ahí deviene la defensa de unas y otras
argumentaciones que dan sentido a los diversos planteamientos con los que se enfoca la tarea
educativa.
Personalmente, tengo especial interés por las teorías interaccionistas e interpretativas e, incluso,
las críticas, debido a diversas razones, que a continuación paso a enumerar.
.....
Finalmente, desde mi punto de vista, el texto de Victoria Camps es muy significativo para
comprender el sentido de los procesos educativos, aunque, quizá, adolece de precisión y definición
de ciertos conceptos y términos que no son fácilmente reconocibles por todos...
6. En definitiva: ejemplo de análisis del texto de Victoria Camps
En el artículo de Victoria Camps podemos distinguir tres partes bien diferenciadas donde la
autora argumenta su planteamiento respecto al sentido de la Educación.
En la primera de ellas, V. Camps, nos acerca al concepto de Educación vinculado a las funciones
sociales de instrucción y de integración cultural. Además, ambos aspectos de la socialización de los
individuos no se pueden concebir al margen de la dimensión ética que significa compromiso para
promover un mundo más civilizado. Por todo ello, es por lo que la Educación es siempre y
necesariamente normativa.
Seguidamente, V. Camps continúa su exposición preguntándose hasta qué punto merece la pena
que la Educación se esfuerce en trabajar aspectos normativos al margen de su función estrictamente
instructiva, pues, ¿no será que al incorporar la enseñanza de valores morales no estemos
maleducando a los jóvenes al apartarlos de lo que la sociedad espera de la Educación?
Ante esta pregunta, la misma autora se responde afirmando que aunque quisiéramos apartarnos
de este camino nunca podríamos hacerlo porque el compromiso normativo es intrínseco al acto
educativo; de modo que, es mejor asumir conscientemente esta tarea.
Por tanto, la autora, concluye, tomando posición firme por hacer explícitos y conscientes estos
valores en el proceso educativo. Valores que están relacionados con lo que creemos que se debe
conservar para hacer más humano nuestro mundo.
Esto es lo que vincula a la Educación con el compromiso ético, que la misma autora enuncia en
el comienzo de su exposición.
Ciertamente, Victoria Camps, en este pequeño texto resume muy bien – a mi juicio- el
significado del concepto Educación desde un planteamiento interpretativo/crítico, alejado del
puramente positivista más orientado hacia la instrucción de conocimientos directamente útiles para
la competencia laboral. Todo aquello que de normativo tenga la Educación sólo tiene sentido –para
el planteamiento funcionalista/positivista- en el ámbito íntimo de la familia.
Por tanto, el debate que suscita el artículo se centra en la confrontación ideológica de paradigmas
científicos y más concretamente de teorías educativas. De ahí deviene la defensa de unas y otras
argumentaciones que dan sentido a los diversos planteamientos con los que se enfoca la tarea
educativa.
Personalmente, tengo especial interés por las teorías interaccionistas e interpretativas e, incluso,
las críticas, debido a diversas razones, que a continuación paso a enumerar.
.....
Finalmente, desde mi punto de vista, el texto de Victoria Camps es muy significativo para
comprender el sentido de los procesos educativos, aunque, quizá, adolece de precisión y definición
de ciertos conceptos y términos que no son fácilmente reconocibles por todos...