El ruiseñor vivía en el jardín de una casa y recibía migajas de pan de un joven cada mañana. Cuando el joven se enamoró pero no podía encontrar una rosa roja para su amada, el ruiseñor cantó toda la noche en un rosal para formar una rosa con su sangre. A la mañana siguiente, el joven encontró la rosa pero no apreció el sacrificio del ruiseñor.