Este documento discute cómo la venta puede considerarse un arte. Explica que los buenos vendedores usan habilidades como la sensibilidad, la empatía y la persuasión para estudiar al cliente y generar en ellos la necesidad de un producto, similar a cómo los artistas usan su habilidad para crear y comunicar una visión. Concluye que todo el mundo tiene un lado artístico y que programas de desarrollo pueden ayudar a los vendedores a descubrir y explotar sus propias herramientas y convertirse en exitosos "