El bautismo es considerado uno de los sacramentos más importantes en la iglesia católica. Inicialmente se impartía solo a adultos, pero desde el siglo IV también se empezó a impartir a niños bajo la garantía de la fe de sus padres. El bautismo consiste en que la persona al nacer se une a la comunidad cristiana y debe seguir el camino de Cristo. Existen tres maneras de bautizarse: inmersión, aspersión y ablución.