2. San Mateo 14, 13-22 Primera multiplicación de los panes
13Jesús, habiendo oído esto, se retiró de allí en barca, a un lugar desierto, a
solas. Las muchedumbres, al saberlo, fueron a pie, de diversas ciudades, en
su busca. 14Y cuando desembarcó, vio un gran gentío; y teniendo compasión
de ellos, les sanó a los enfermos. 15Como venía la tarde, sus discípulos se
llegaron a Él diciendo: “Este lugar es desierto, y la hora ya ha pasado.
Despide, pues, a la gente, para que vaya a las aldeas a comprarse comida”.
16Mas Jesús les dijo: “No necesitan irse; dadles vosotros de comer”. 17Ellos
le dijeron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces”. 18Díjoles:
“Traédmelos acá”. 19Y habiendo mandado que las gentes se acomodasen
sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo los
bendijo y, habiendo partido los panes, los dio a los discípulos y los discípulos
a las gentes. 20Y comieron todos y se saciaron y alzaron lo sobrante de los
trozos, doce canastos llenos. 21Y eran los que comieron cinco mil varones,
sin contar mujeres y niños. 22En seguida obligó a sus discípulos a
reembarcarse, precediéndole, a la ribera opuesta, mientras Él despedía a la
muchedumbre.
3. El primer desafío que mencionaremos es el de ser pertinentes. Necesitamos básicamente volver al criterio
que utilizaba Jesús cuando interactuaba con las personas.
1.- Conocía su problemática, sabía sus necesidades pero fundamentalmente se acercaba a ellos con un
lenguaje claro, simple, que inspirabas cercanía, proximidad.
2.- A los agricultores les hablaba sobre agricultura, a los pescadores sobre pesca, a los sembradores sobre
siembra. La parábola del grano de mostaza, la parábola de la higuera, la parábola del trigo y la cizaña
3.- A cada realidad y a cada contexto de manera integral les acercaba los valores del Reino. El reino de Dios se
parece.
Muchas veces nos cuesta ser pertinentes (adecuadas en nuestro pensamiento a nuestro tiempo),
espiritualizamos todo incluso, nuestro discurso, nos volvemos lejanos, irreales, como si no tuviéramos
interés por las personas y su realidad social.
Tener las mismas actitudes de Jesús
Que es adecuado u oportuno en un momento o una ocasión determinados.
Este s uno de los desafíos que debemos tener como Iglesia,
Hacer lo que Jesús hacia, adecuarnos a su persona para adecuar
El reino a las personas de hoy. Y transformar con el ejemplo y el
Testimonio.
Separamos lo material de
espiritual
4. El segundo desafío es el del compromiso.
Una iglesia que realmente está comprometida con el
Evangelio de Jesús es consciente de la necesidad de las
personas y sus carencias (Se compadeció de ellas por que
andaban como ovejas sin pastor), no sólo espirituales sino
afectivas, económicas, laborales, sociales y familiares. Jesús
se comprometió con las personas integralmente.(deles
ustedes de comer) Sanó a los enfermos, limpió a los
leprosos, dio de comer a los hambrientos, revivió a los
muertos, consoló a los que sufrían y perdonó a los
pecadores.
Un compromiso sin acción es indiferencia y una fe sin
compromiso es simplemente religión.
El compromiso como iglesia
5. 1.- El tercer desafío es el de dar frutos del mundo a los ojos y
con los parámetros de Dios. Gran parte de la iglesia actual se
amoldó a los valores del mundo, a sus patrones, a sus
esquemas a sus parámetros de éxito. Pensamos que son
exitosos solo algunos sacerdotes, que son grandes los que
movilizan gran cantidad de personas, los cultos vistosos,
deslumbrantes, es lo que llamo “cultura de la plataforma”. (el
desafío actual) ser constantes en el arte de estar a la vista de
todos.
3.- Esto sin duda es importante porque la iglesia
está llamada a salvar a la mayor cantidad de
personas posibles; no obstante, el éxito en sentido
bíblico se mide por los frutos, por la exteriorización
y encarnación de los valores de la cultura de Jesús
(“haya pues el mismo sentir que hubo también en
Cristo Jesús”).
2.- 1.- Somos exitosos cuando somos obedientes,
2.- cuando somos santos,
3.- cuando hacemos la voluntad del Padre,
4.- cuando amamos y tenemos misericordia,
5.- cuando hacemos y amamos la justicia,
6.- cuando defendemos al pobre y a la viuda,
7.- cuando hacemos lo que Jesús haría en nuestra ciudad.
8.- cuando defendemos la vida
Debemos dar frutos
6. El cuarto desafío es el de ser la voz de los que no tienen voz.
Dice el libro de Proverbios: “Habla a favor de los que no
pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los
abatidos. Sí, habla a favor de los pobres e indefensos, y
asegúrate de que se les haga justicia”. La iglesia es llamada a
defender y hacer justicia, proclamar el año de gracia del Señor.
1.- El Evangelio trajo dignidad a las personas,
2.- equiparó sus derechos,
3.- asistió a los necesitados
4.- defendió a los menesterosos y viudas.
La conceptualización de la justicia social no ha cambiado. Hoy
tenemos el deber de alzar nuestra voz por lo que nos tienen
voz, pero también de interceder y amar a todos, incluso a los
que desean anular la voz de los demás.
Ser signo de esperanza
Efectos del evangelio
El espíritu del Señor esta sobre mi….
Vino Jesús, al lugar donde se había
Creado.
7. El quinto desafío es el de saber comunicar adecuadamente el mensaje del Evangelio. Tenemos
serios problemas para trasmitir el mensaje, si bien eso es fruto de una multiplicidad de factores,
quizás los más importantes sean el aislamiento que la iglesia se autoimpuso del mundo por
años, la falta de seguimiento del desarrollo social y tecnológico y fundamentalmente nuestra
tendencia a la espiritualización del discurso pretendiendo que al mismo tiempo las personas
logren descifrar nuestros códigos espirituales y bíblicos.
Debemos mejorar nuestra comunicación, ser más sintéticos, precisos, claros y
atractivos en la comunicación, no como excusa para licuar el mensaje sino como
facilitadores comunicacionales del Evangelio, a fin de que pueda llegar y ser entendido
por todos.
Comunicar el mensaje adecuadamente
Debemos provocar que el evangelio sea
entendido
8. El sexto y último desafío es el de saber formar a las próximas generaciones. La iglesia está comenzando a
despertar de un largo letargo y reclusión. Somos y tenemos visibilidad pública y la ideología de género fue en
última instancia, aunque nos pese, el instrumento de este tiempo en el que Dios se hace presente para
unirnos y visibilizarnos.
En este sentido no alcanza con enseñar, no es suficiente sentar nuestra posición, es menester alentar e
inspirar a las próximas generaciones para que ellas ocupen lugares de preeminencia, estén donde hoy no
estamos nosotros, se sienten en los lugares donde hoy no estamos accediendo.
Ese es nuestro deber: que las próximas generaciones nos superen en fruto y extensión del Reino de Dios.
Formar las próximas generaciones
9. Pedimos por intercesión de
Nuestra Santísima Madre María
que Nuestro Señor nos dé la gracia
de poder participar siempre de su
mesa recibiéndolo cada vez que
nos acercamos a la eucaristía con
mejor disposición y a través de este
sacramento nos perfeccione en la
fe y aumente nuestra caridad.
Amen.