El cuento latinoamericano experimentó una renovación en los años 50 con autores como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, quienes introdujeron elementos fantásticos y la mezcla de lo real con lo sobrenatural. El cuento vanguardista se alejó del regionalismo para explorar la vida individual y urbana, e incluyó elementos surrealistas, existencialistas y de realismo mágico. Los cuentos de esta época se caracterizaron por su alta calidad lingüística y retórica. Entre los más grandes exponentes del cuento vanguardista