Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
El Discipulo de Cristo
1.
2. “Un buen carácter es
la mejor lápida.
Aquellos que te
aman, y fueron
ayudados por ti, te
recordarán cuando las
“no me olvides” se
marchiten.
Graba sobre los
corazones y no sobre
el mármol”
(Carlos H. Spurgeon)
3. “el carácter es el sello que nos
identifica y diferencia de
nuestros semejantes, producto
del aprendizaje social”.
4.
5. ¿Cómo era el soldado romano?
¿Cómo era la Vida del soldado
romano?
6. La Situación: Estamos en una
“GUERRA” continua, desde el día
que conocimos a Jesús.
“Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes de maldad
en las regiones celestes”
(Ef.6:12)
7. Nuestra guerra es con:
Satanás: No olvidemos que el “príncipe de
este mundo” sigue vigente en su autoridad y
dominio. Está trabajando duro para
“robar, matar y destruir”.
El Mundo: Con su sistema y filosofía de vida.
Su decadencia de valores y su convivencia
con el pecado.
La Carne: Nuestra “vieja naturaleza” hace su
parte desde el interior de nuestro ser.
8.
9. La Exigencia: Conocer
a nuestro “ENEMIGO” y
obedecer a nuestro
“CAPITÁN”
“Sed sobrios y velad;
porque vuestro
adversario el diablo,
Como león
rugiente, anda
alrededor buscando a
quien devorar” (1
P.5:8)
10. Consideraciones:
• El soldado vive para servir y ser leal a su
patria. El discípulo a de vivir y ser leal a
Jesús.
• El soldado obedece totalmente a sus
superiores. El discípulo obedece
totalmente a Jesús.
11.
12. “Asimismo, el atleta no recibe la
corona de vencedor si no compite
según el reglamento”
(2 Ti.2:5 NVI)
18. “El labrador que trabaja duro tiene
derecho a recibir
primero parte de la cosecha”
(2 Ti.2:6 NVI)
19. La Situación:
Es enfrentarse a la labor de un “TERRENO”.
Bien podríamos ver ese terreno como nuestra “propia
vida” y de ella se encarga nuestro buen Dios:
“
21. La Exigencia: Es aguardar con paciencia
los “FRUTOS” para participar de ellos
El apóstol Pablo, como
colaborador de Dios, anhelaba
ver en cada creyente ese
“FRUTO”:
“hasta que lleguemos a la
unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo”
(Ef.4:12-13)