Este resumen describe un duelo épico de cinco días entre dos gauchos, El Chueco Isaurralde y El Colorau Eleazar, que tuvo lugar en un boliche rural. Comenzó como una broma que se salió de control y terminó en una sangrienta pelea a cuchillo que dejó a ambos hombres gravemente heridos pero determinados a continuar luchando, para deleite de la multitud de espectadores apostando en el boliche. Aunque ambos sufrieron graves lesiones a lo largo de los cinco días, ninguno estuvo dispuesto

1. 1
EL DUELO
(Relato épico en décimas típicas)
Esta historia ocurrió
ya ni ricuerdo cuándo,
y mientras voy ricordando
‘e cómo se desarroyó
sirvanmén como pa’ dos
porque l’asunto va pa’ largo
y a usté, amigo, l’encargo
que ‘m mantenga bien regau,
pues suelo hacerme ‘l olvidau
teniendo ‘l garguero amargo!
La cosa jué nún boliche
d’esos que hay ‘nel campo,
a la cal, pintau ‘e blanco,
conocido como “El Chiche”.
Y no es que m’encapriche
‘n contar los pormenores,
vea que he vido mostradores
pero como éste le aseguro,
que’n la vida vide alguno
con mugre ‘e tantos colores
Solía estar bien provisto
‘l boliche que les cuento,
y había ‘n todo momento
asau y matambre frío,
que’ran sobras, yo digo,
‘e alguna fiesta pasada.
Y ‘n la fiambrera colgada
había queso y mortadela
y una galleta ruempemuela
pero hambre no se pasaba
El dueño era un gringo
mas ligero que’l ñandú,
l’echaba agua al vermú
que servía ‘l domingo,
pero hacía un distingo
guardando bebida pura,
por si le cáiba ‘l cura
dispués ‘e decir misa,
y chupaba, sin pausa ni prisa,
hasta quedar con la lengua dura
A lo que quiera se jugaba
‘e la forma mas corriente,
y se juntaba ayí la gente
pa’ la baraja, ‘l sapo, o la taba
la cancha ‘e bochas se’nyenaba
‘e paisanos ‘e todas partes,
y pa’l que tenía otras artes
monte con puerta y pase inglés,
y siún “atrasao” tenía interés
la gorda Juana tenía un catre…
Ante tanto jolgorio, pensarán,
qué pasaba con la polecía,
porque, haber milicos, había,
y hasta ‘l comisario Santillán
pa’ evitar eso ‘el qué dirán,
ataba ‘n la puerta su bayo;
tuítos conocían ‘l cabayo
y ansina imponía respeto,
pero la verdá, ‘n secreto,
manejaba la riña ‘e gayos!
Pero la tranquilidá, cuñau,
cada tanto se interrupia;
y no posaba ‘e tres días
que no hubiera un finau.
Si hasta parecía estudiau
siempre ‘l mesmo repertorio:
-¡M’hija no es pa’ jolgorio!
-¡Me trampiaste n’ la taba!
y cuasi siempre terminaba
con ‘l patio pa’ velatorio
Pero aura les viá relatar
una contienda inolvidable:
la ‘el Chueco Isaurralde
con ‘l Colorau Eleazar.
Y lo que tiene ‘e particular,
a sigún la memoria mía,
¡es que duró cinco días
con sus noches enteras!
sin que naides impidiera
mesejante carnicería!

2. 2
Empezó como al mediodía
‘e domingo muy concurrido,
‘l Colorau se había dormido
por darle juerte a la bebida.
Que terminaba mal, se sabía,
porque ‘l Chueco que’ra un safau,
por broma, nomás, le ha pintau,
‘n lo que ‘l Eliazer dormitaba,
mesmo que a mujer la cara
y hasta con los labio colorau!
Cuando ‘l Eliazar despertó,
a lo primero no se dió cuenta,
y por ‘l boliche dio una güelta
hasta que ‘nun espejo se vió:
¡La gran pucha, que ‘m pasó!
gritaba como disesperau,
y una carcajada ‘e malvau
‘l Chueco le largó ‘n la jeta,
y pa completar la historieta
lo convida a bailar un mamau!
¡Pide sangre mi cuchiyo!
gritó ‘l Colorau ofiendido
¡Vos Chueco haberás sido!
‘n tus ojos veo ‘l briyo,
y si te crés tan piyo,
pa’ burlarme d’esa manera,
pelá nomás, y salí pa’juera
y Dios te asista ‘neste punto,
¡te juro te viá ser dijunto
por la pintada traicionera!
¡Tenga mano comañero!
o no se aguanta una broma,
¿si se duerme, pa’ qué toma?
¡y pa’ colmo pendenciero!
Ya que se ha puesto baruyero
le aconsejo que vaya al tranco,
soy como soy y ‘m la banco
hago bromas y no ‘m escuendo,
y pa’ que lo vaya sabiendo,
‘m yaman ‘l Chueco, no ‘l Manco!
¡Maginensén, truco y retruco!
y ahí la cosa se puso fiera:
los dos salieron pa’juera
y a denguno lo yevaba ‘l cuco.
Eso sí, se convino sin trabuco,
e hiciero despejar la cancha;
la cosa iba’ser sin revancha
hasta que alguno ‘e los dos cayera,
y ‘l gringo sacó las mesas ajuera
pa’ que la gente esté a sus anchas!
El comesario tuvo una urgencia
(pa’ no tener que intervenir)
y a los milicos hizo salir,
dándoles ‘l día ‘e licencia
porque cuidar la apariencia
no importa lo que cuesta.
Y aprovechando la fiesta
mandó al cabo sin uniforme
pa’ que anote y le informe
‘e cómo iban las apuestas
Ya estaba por comenzar
aquel duelo memorable,
y yamaron a las comadres
por si hacían falta pa’ rezar,
porque ‘n cuestión de organizar,
no había como ‘l boliche mentau,
y hasta un cartel habían colgau
que con dudosa ortografía,
anunciaba que “La vevida
se paga enantes y al contau.”
Isaurralde afilaba un facón
mas largo qui’una yarará
y ‘l Colorau ‘e acá pa’ya
buscando güena ubicación.
Ya era mucha la dilación,
e impaciente la paisanada,
alguno que otro chiflaba
y enojau por ‘l retraso,
le tiraban al gringo con ‘l vaso
que degüelta se lo enyenaba.

3. 3
La pelea arrancó sencilla,
cuasi como un visteo…
y luego ‘el primer tanteo
una punta buscó la costiya
pero como ‘l acero briya
sirvió como advertencia
y como luz, por prudencia,
le ladió un tanto la cadera
pa’ que ‘l puntazo se perdiera
como una nota ‘e indulgencia
Y ansí principió ‘l Chueco
con un tiro que salió fayido,
al no estar Eliazer dormido,
como dije, l’hizo ‘l hueco,
y su cuchiyo ‘e acero sueco
hace ‘nel aire un dibujo
y un achazo cuasi le puso
entre medio ‘e las guampas,
pero ‘l Chueco, a lo pampa,
lo atajó con ‘l poncho ‘e lujo
El asunto agarró ‘l compás
a las dos horas que empezó,
y la audiencia se despabiló
cada vez pidiendo mas.
Punta que venís, tajo que vas,
que ‘m agacho, que ‘m estiro,
que reculo, que hago un tiro…
los aceros se sacaban chispas
era un lujo ver a esas avispas…
¡Si hasta peliban como amigos!
Seguían pasando las horas
y la contienda estaba igual,
pero ‘l boliche, ¡un carnaval!
baile con música ‘e vitrola,
asau, chorizos pumarola,
vino, cerveza, anís, giñiebra…
‘l gringo, codicioso, celebra
‘l haber tenido tanta suerte
y agradece a la santa muerte
que’l negocio no se va’la quiebra
Ya había amanecido,
y n‘l medio ‘el combate,
¡Paren y tomen un mate!
sugirió un comedido.
Los gauchos agradecidos
aceptaron la sugerencia,
y se concedieron licencia
pa’ un descanso reparador,
y con rumbo al mostrador
los trasladó la concurrencia
Como lechones hermanos
mamando ‘e la misma chancha
a chupar parejo se enganchan,
y como son buenos paisanos
con corazones tan sanos
que no aprendieron a odiar,
se empezaron a convidar
las copas que consumían
porque si peliando morían
no querían deudas sin pagar
Esto se pone aburrido
dijo l’alcagüete ‘el comisario
que lo mando de emisario
pa’que cuente lo sucedido
pues mucho tenía invertido
y ‘e apuestas la bolsa yena.
Y aunque la riunión era amena
deciden seguir con ‘l duelo
y acuerdan, como consuelo:
acá nos vemo, pa’ la cena
Arrancó ‘l Colorau con furia
la sigunda parte ‘el encuentro,
pero hubo que seguirla adentro
porque con tuito se largo la yuvia.
Retoma ‘l Colorau con angurria
al mostrar Chueco ‘l matambre,
y pensando que’ra un calambre,
jué y se tantió por ‘l costau
y al descubrir que’staba tajiau
tuitos aplaudieron la primera sangre

4. 4
Como es lógico suponer,
‘l Colorau le agarró ‘l gustito
y coligió: ya lo tengo flojito,
¡que fácil que va’ser!
Tremendo error es creer
que’l Chueco por un puntazo
diva a caer ansí ‘nel lazo
lo mesmo que criatura,
¡si tiene mas costuras
que quillango ‘e retazos!
El Chueco, es un ventajero
con mas mañas que’l zorro,
y ‘n adulaciones no ahorro
si tengo que pintarlo entero;
y es por eso que ‘l mañero
haciendo como que se caiba
sacó un verijero que traiba
escuendido ‘nel tirador
y le abrió a su contendor
flor de tajo ‘nla barriga…!
¡Ay Jesús, que momento
ambos sangrando a mares!
‘l dotor, Remigio Linares,
quiso parar l’encuentro,
si lo paraba ‘nese momento
se armaba una batalla campal,
quién diva’ser tan animal,
que‘n lo mas emocionante,
le robe a los participantes
la diversión mas natural!
El Colorau se ajustó la faja
sin darle importancia l’asunto
pero muy caliente, yo barrunto
porque l’otro le sacó ventaja,
y ‘nun descuido l’encaja
un achazo bruto y fiero,
y ’l Chueco perdió un dedo
y güena parte ‘e l’alpargata,
al echar pa’ delante la pata
y pa’tras ‘l cuerpo entero.
Se compuso d’enseguida
y saltando como un lión,
l’encajó por ‘l riñon
con tuita alevosía
con una salivadera que había
justo debajo ‘e la mesa,
y endemás, le parte ’nla cabeza
una boteya que manotió,
que a sigún calculo yo,
parece que’ra ‘e cerveza
¡Amigazo no va creer
la indinación ‘el Colorau!
con tuito le habían dau
y denguna por merecer
-¡Si sucio ‘m querés ver
atajate las que vengan!
Y aquellos que ley tengan
que miren pa’ otro lau:
a traición ‘m ha jugau
y es justo que los prevenga!
Las palabras d’ese criollazo
aplaudió tuita la multitú
y mas rápido que un salú
‘l Chueco ligó un sillazo
que le partió ‘n dos ‘l nazo,
y ‘l gringo gritó ‘e mal modo
¡baren, no la romban todo,
tomansen, un resbiro!
y dandosé por aludidos
asetaron ambos ‘e güen modo
Como ‘l dotor se había ido
la curandera los atendía
y pa’ sanar las heridas
les echó un hediondo fluído:
Creolina pura, había sido
aquél rimedio tan eficaz
que ‘e desinfestar era capaz
la pior ‘e las mataduras,
y con tiento las costuras
les acomodó por demás.

5. 5
Y ‘n’l merecido receso
‘e los bravos gladiadores
arrancaron los payadores
a rilatar los sucesos
haberá sido por eso
que se sintieron agrandau
l’asunto es que ricuperau
golvieron a pedir cancha,
y ya ‘el piso las manchas
‘e sangre las han limpiau
La concurrencia se acomodó
pa’ no perderse niún detaye
y, -¡esa mamau que se caye!
gritó ‘l gringo enojau
y golpió repiqueteau
con ‘l lápiz una damajuana,
pa’ que sirva ‘e campana
y se reinicie l’encuentro,
y avisó que por ‘l momento
no atendía la gorda Juana
Rilatar lo que sigue, le juro
que se ‘m hace muy pesau;
mas ‘e dos días han pasau
y a cual d’eyos mas duro.
El Chueco ‘e puro testarudo
se encaprichó ‘n no morir,
d’el Colorau, ni que decir,
no le sentaba lo ‘e finau
ansí que los disgraciau
se’mperraban ‘n seguir
Palabra que nunca ví
mesejante carnicería,
ya finando ‘l tercer día
los tantos estaban así:
‘l Colorau perdió la nariz
una oreja y una rodiya
‘l Chueco, una pesadilla,
cuasi le faltaba una mano
con mas tajos que asau ‘e tano
y un garrotazo ‘nla coroniya
Pa’l cuarto, imaginensé
ya pa’ mucho no daba…
pero la gente los alentaba
y rialmente cómo, no sé,
pero ya no estaban ‘n pié
y sin piernas se arrastraban
ansí y todo no aflojaban
y pa’ delirio ‘e los mirones,
se trenzaron a mordiscones
con l’ultimo que les quedaba!
Y ya se viene ‘l desenlace
¡alguna vez tenía que ser!
ya cuasi a punto ‘e fayecer
no servían ni pa’ desguase,
no va que’l Colorau le hace
‘nun intento postrero,
‘e largarle un puntazo fiero
justo al medio ‘e la garganta,
que colgando ‘e la retranca
‘n la daga quedó ‘l sombrero!
Rodó la cabeza por ‘l suelo
con una fiera morisqueta
‘l Colorau miró esa jeta
y la tapó con ‘l pañuelo.
Y gritaba con desconsuelo
-¡mirenlón, mi hace burla!
Y de la forma mas absurda,
cosa que naides se explica,
no va que se cáin las tripas
y juntos terminan ‘n la tumba
Amigo no ‘m va’negar
que nués un rilato cualquiera,
y enantes ‘e terminar quisiera
alguna cosita agregar:
al día siguiente al pasar,
a tomar mi caña como suelo,
cuasi la frente ‘m pelo
al ver la puerta atrancada,
y una papeleta que rezaba
“Hoy cerrado por duelo”
OLD 1997.

6. 6