Jesús enseñaba con autoridad propia, no como los escribas que interpretaban la ley. Su poder venía de dentro, no de fuera, y enseñaba sobre el Reino de Dios, que se encuentra a través de la paz, el perdón y el amor, aunque a veces sea difícil practicarlos. El documento propone realizar actos de paz, perdón y amor cada semana para acercarse más a Dios y su amor.