Un padre conoció a un extraño y lo invitó a vivir con su familia. El extraño entretenía a la familia contando historias pero también influenciaba negativamente sus valores y comportamientos, promoviendo actividades como fumar, beber alcohol y hablar de sexo de manera inapropiada. A pesar de las repetidas advertencias, el extraño, llamado televisor, sigue viviendo con la familia después de más de cincuenta años.