El fascismo surgió después de la Primera Guerra Mundial en Italia, que sufría una crisis económica y política. Defendía la desigualdad de clases y el derecho de los mejores a gobernar. Mussolini propuso reformas como la jornada laboral de ocho horas para ganar apoyo. Después de la Marcha sobre Roma en 1922, el rey Victor Manuel III le dio a Mussolini el poder para gobernar basado en la teoría de que todo debe estar bajo control del Estado.