1) Según la Biblia, después de la muerte física el hombre experimenta uno de dos destinos: los impíos son destruidos en el fuego eterno representado metafóricamente por el fuego y el gusano, mientras que las almas de los mártires descansan bajo el altar a la espera de ser vengadas; 2) La vida eterna solo se concede a través de Cristo y se disfruta plenamente después de la resurrección; 3) No hay purgatorio y los muertos descansan en sus tumbas a la espera de la resurrección