1. El núcleo de la Tierra es su esfera central, la más interna de las que constituyen la
estructura de la Tierra. Está compuesto fundamentalmente por hierro, con 5-10% de
níquel y menores cantidades de elementos más ligeros, tal vez azufre y oxígeno.1
Tiene un radio cerca de 3500 km, mayor que el planeta Marte. La presión en su interior
es millones de veces la presión en la superficie y la temperatura puede superar los 6700
°C.1 Consta de núcleo externo líquido, y núcleo interno sólido. Anteriormente era
conocido con el nombre de Nife debido a su riqueza en níquel y el hierro
Núcleo externo
Se cree que el núcleo externo es líquido, su radio mide 2250 km y está compuesto de
hierro mezclado con níquel y pocos rastros de elementos más ligeros. La mayoría de los
científicos cree que la convección del núcleo externo, combinada con la rotación de
dicho núcleo causada por la rotación de la Tierra (efecto de Coriolis), causan el campo
magnético terrestre a través de un proceso explicado por la hipótesis de la
dínamo.[cita requerida]
Núcleo interno
El núcleo interno sólido consta de un radio que mide aprox. 1255 km y fue descubierto
en 1936 por Inge Lehmann y se cree que está compuesto principalmente por hierro hasta
un 70%, de níquel 30% entre otros metales pesados como iridio, plomo y titanio;
algunos científicos piensan que podría estar en la forma de un solo cristal de hierro
extremadamente duro y pesado que forma una aleación.3 4 Especulaciones recientes
sugieren que la parte más interna del núcleo está enriquecida por elementos muy
pesados, con números atómicos por encima de 55, lo que incluiría oro, mercurio y
uranio.5
El núcleo interno sólido es demasiado caliente como para sostener un campo magnético
permanente (ver temperatura de Curie) pero probablemente actúa como un estabilizador
del campo magnético generado por el núcleo externo líquido.[cita requerida]
Evidencias recientes sugieren que el núcleo interno de la Tierra podría rotar ligeramente
más rápido que el resto del planeta.6 En agosto de 2005 un grupo de geofísicos anunció
en la revista Science que, de acuerdo con sus cálculos, el núcleo interno de la Tierra rota
en dirección oeste a este aproximadamente un grado por año más rápido que la rotación
de la superficie; así, el núcleo hace una rotación extra aproximadamente cada 400 años
El núcleo interno es una esfera sólida de 1.216 km de radio situada en el centro de la
Tierra. Está compuesto por una aleación de hierro y níquel. Fue descubierto en 1936 por
Inge Lehmann; su límite superior, que lo separa del núcleo externo, se sitúa a 5.155 km
de profundidad y recibe el nombre de esta científica (discontinuidad de Lehmann). Su
densidad es casi de 14 g/cm3.1
El núcleo interno sólido es "demasiado caliente" como para sostener un campo
magnético permanente (ver temperatura de Curie) pero probablemente actúa como un
estabilizador del campo magnético generado por el núcleo externo líquido.
2. Algunos científicos piensan que podría estar en la forma de un solo cristal de hierro.2 3
Especulaciones recientes sugieren que la parte más interna del núcleo está enriquecida
por elementos muy pesados, con números atómicos por encima de 55, lo que incluiría
oro, mercurio y uranio.4
Evidencias recientes sugieren que el núcleo interno de la Tierra podría rotar ligeramente
más rápido que el resto del planeta.5 En agosto de 2005 un grupo de geofísicos anunció
en la revista Science que, de acuerdo con sus cálculos, el núcleo interno de la Tierra rota
en dirección oeste a este aproximadamente un grado por año más rápido que la rotación
de la superficie; así, el núcleo hace una rotación extra aproximadamente cada 400 años
• Ubicado en la parte central y más profunda del planeta, es una esfera sólida de
hierro y níquel, con un radio de mil 220 kilómetros que, con el paso del tiempo, se
hace más grande, dijo Jaime Urrutia Fucugauchi, del IGf de la UNAM
• Lo rodea el externo, de dos mil 100 kilómetros, líquido y comparable con un océano
que tiene hierro en vez de agua
El núcleo interno de la Tierra, una esfera sólida y viscosa de hierro y níquel que se
ubica en la parte central y más profunda del planeta, crece alrededor de un
milímetro cada año, afirmó Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto
de Geofísica (IGf) de la UNAM.
Esta parte del planeta tiene un radio de mil 220 kilómetros, pero con el paso del
tiempo se hace más grande, según demuestran diversos métodos para calcular su
tamaño y características, añadió el ingeniero geofísico y doctor en
paleomagnetismo. La rodea el núcleo externo, una zona líquida con un radio de
dos mil 100 kilómetros, comparable a un océano que tiene hierro en vez de agua.
El núcleo interno fue descubierto en 1936, por la sismóloga danesa Inge Lehmann,
que trabajaba en la revisión de sismogramas, y se percató que las velocidades de
transmisión de las ondas sísmicas que cruzan el interior de la Tierra tenían una
pequeña variación. Calculó estas variaciones y así encontró que dentro del núcleo
había otro más pequeño, el interno, ambos con características distintas.
La forma de explicarlo es que, en el momento que las ondas entran al núcleo
externo, la velocidad disminuye, porque es una zona de baja velocidad, donde
viajan más lento, pero luego se vuelven a acelerar en la fase sólida”, detalló
Urrutia.
El externo tiene una viscosidad muy baja, es líquido y se ha comparado con un
océano hecho de hierro, y el otro, en contraste, es sólido, abundó el investigador,
galardonado en 2009 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
La estructura terrestre continúa con el manto, la capa intermedia y más extensa
del globo, que constituye un 83 por ciento del planeta, con un grosor de entre dos
mil 800 y dos mil 900 kilómetros, y donde se generan las fuerzas internas, como la
deriva de los continentes, la expansión de los océanos y la ocurrencia de
terremotos.
3. La capa más superficial es la corteza, con un grosor que va de 30 a 40 kilómetros
en los continentes, y alrededor de 10 kilómetros bajo los océanos. En su parte
superior está compuesta de rocas del tipo de los granitos, y en la inferior, de otras
más densas, como basaltos o gabros.
El núcleo rota más lento de lo estimado
Según un estudio realizado en febrero de este año, el núcleo de la Tierra gira un
poco más lento de lo que se estimaba, un grado cada millón de años.
Desde la década de 1980, ya se tenían inferencias de un componente diferencial de
rotación. Los modelos de generación del campo magnético indican que el núcleo
interno, es decir, el sólido, debe hacerlo de distinta manera, y las estimaciones
señalaban que esas variaciones deberían ser grandes, indicó.
En 1996, un grupo de investigadores se percató que los viajes de las sondas al
interior de la Tierra, que pasan por ambos núcleos, no eran constantes en tiempo,
había una pequeña diferencia de décimas de segundo, y si comparaban registros de
hace muchos años, la diferencia era más marcada. Esto dio idea que algo pasaba
con el interno, que a lo mejor rotaba más rápido y que se podría medir.
“Pero estimar cómo rota una pelota de hierro que no se puede ver, adentro de la
Tierra es muy complicado, porque si rueda y uno define cómo pasa, no se puede
saber si rota o no, a menos que se le haga una marca, y uno la vea pasar, pero eso
no lo podemos hacer. ¿Cómo saber si lo hace más rápido o más lento?, es un
problema muy complicado porque no hay marcas que se puedan usar como
indicaciones de movimientos diferenciales”, reconoció.
Esto se pudo conocer con el uso de sondas, que varían en el tiempo. “Se puede
explicar porque ese núcleo no es homogéneo, y ahora se conoce que los dos
hemisferios son distintos”, acotó.
“El núcleo interno rota en el tiempo y las primeras indicaciones eran que lo hacía
rápido, de 0.1 ó 0.3 grados por año, lo que era compatible con lo estimado en la
parte magnética. Pero el tiempo de viaje depende de dónde se mida la onda”,
puntualizó.
Urrutia reconoció que estas observaciones se han refinado. “Las nuevas
estimaciones disminuyen la velocidad de la rotación relativa, y ahora está en el
orden de una décima de grado”.
Estos resultados tienen información importante sobre la evolución química de la
Tierra, cómo opera el campo magnético en el interior y cómo funcionan los
tiempos de viaje de las ondas sísmicas en los temblores.
“También tienen implicaciones sobre cuál es la fuente de energía que forma celdas
de convección y mantiene al campo magnético en funcionamiento. Una de ellas es
el calor radiactivo, aunque los elementos radioactivos están concentrados en las
capas superficiales. Otra es la diferenciación, con el material más pesado que cae
hacia el centro”, expuso.
4. El hecho de que el núcleo interno crezca en un proceso de cristalización a partir
del núcleo externo produce una fuente de energía que atrapa el calor y genera
heterogeneidades, pues al hacerlo desarrolla un gradiente térmico radial que emite
energía para mantener el campo magnético y produce una estructura
relativamente compleja en el núcleo interno.
“Determinar con precisión la velocidad de rotación permitirá cotejar mejor todos
los modelos, y eso lo hace interesante. Había sido difícil de medir, pues se requiere
un control muy bueno de las heterogeneidades”, finalizó.
Científicos de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, han resuelto un enigma de
300 años sobre la dirección en la que gira el centro de la Tierra. El núcleo interno
de la Tierra, formado por hierro sólido, realiza una "superrotación" en dirección
hacia el este, lo que significa que gira más rápido que el resto del planeta, mientras
que el núcleo externo, compuesto principalmente por hierro fundido, gira hacia el
oeste, a un ritmo más lento.
Aunque Edmund Halley, descubridor del famoso cometa que lleva su nombre,
mostró el movimiento hacia el oeste del campo geomagnético de la Tierra en 1692,
es la primera vez que los científicos han sido capaces de vincular la forma en que
el núcleo interno gira en relación con el comportamiento del núcleo externo. El
planeta se comporta de esta manera al responder al campo geomagnético de la
Tierra.
Los resultados, publicados este lunes en 'Proceedings of the National Academy
of Sciences', ayudan a los científicos a interpretar la dinámica del núcleo de la
Tierra, la fuente del campo magnético de nuestro planeta. En las últimas décadas,
los sismógrafos que miden los terremotos que viajan a través del núcleo de la
Tierra han identificado una rotación hacia el este o superrotación del núcleo interno
sólido con relación a la superficie de la Tierra.
"El enlace se explica simplemente en términos de acción igual y opuesta" ,
señaló el doctor Philip Livermore, de la Escuela de la Tierra y Medio Ambiente de
la Universidad de Leeds, en Reino Unido. "El campo magnético empuja hacia el
este en el núcleo interno, haciendo que gire más rápido que la Tierra, y también
empuja en la dirección opuesta en el núcleo externo líquido, que crea un
movimiento hacia el oeste", añadió.
El núcleo interno sólido de hierro tiene aproximadamente el tamaño de la Luna y
está rodeado por el núcleo externo líquido, una aleación de hierro cuya convección
impulsada por movimiento genera el campo geomagnético. El hecho de que el
campo magnético interno de la Tierra sufre cambios lentamente, durante un plazo
5. de tiempo de décadas, significa que la fuerza electromagnética responsable de
empujar los núcleos interior y exterior cambia con el tiempo.
Esta teoría puede explicar las fluctuaciones en la rotación predominante hacia el
este del núcleo interno, un fenómeno dado a conocer en los últimos 50 años por
Tkalcic et al. en un estudio reciente publicado en la revista 'Nature Geoscience'.
Otra investigación anterior sobre la base de artefactos arqueológicos y rocas,
con edades de cientos a miles de años, sugiere que la dirección de la deriva no
siempre ha sido hacia el oeste: en algunos periodos con el movimiento hacia el
este se hayan producido en los últimos 3.000 años. Analizando la conclusiones
sobre el nuevo modelo, esto sugiere que el núcleo interno puede haber sufrido un
giro hacia el oeste en tales periodos.
Los autores utilizaron un modelo de núcleo de la Tierra que se ejecutó en el
superordenador gigante Monte Rosa, que forma parte del Centro Nacional de
Supercomputación de Suiza en Lugano, Suiza. Con el uso de un nuevo modelo
fueron capaces de simular el núcleo de la Tierra con una precisión 100 veces
mejor que con otros sistemas.
Manto superior[editar · editar código]
Véase también: cuña del manto
El manto superior (o manto externo) se inicia en la discontinuidad de Mohorovičić, que
está a una profundidad media de 6 km bajo la corteza oceánica y a una profundidad
media de 35,5 km bajo la corteza continental, aunque puede alcanzar en ésta última
profundidades superiores a 400 km en las zonas de subducción.
Las velocidades de las ondas sísmicas medidas en esta capa son típicamente de 8,0 a 8,2
km/s, que son mayores que las registradas en la corteza inferior (6,5 a 7,8 km/s). Los
datos geofísicos demuestran que entre 50 y 200 km (o más en las zonas de subducción)
de profundidad ocurre una disminución en la velocidad de las ondas P (longitudinales) y
una fuerte atenuación de las ondas S (transversales), de ahí que esta región sea conocida
como zona de baja velocidad.
Evidencias basadas en datos geofísicos, geológicos y petrológicos, y la comparación
con cuerpos extraterrestres, indican que la composición del manto superior es
peridotítica. Las peridotitas son una familia de rocas ultrabásicas, mayoritariamente
compuestas por olivino magnésico (aprox. un 80%) y piroxeno (aprox. un 20%).
Aunque son raras en la superficie, las peridotitas afloran en algunas islas oceánicas, en
capas levantadas por la orogénesis y en raras kimberlitas.
Experiencias de fusión de peridotitas muestran que su fusión parcial puede originar los
basaltos oceánicos en las condiciones de presión y temperatura existentes en el manto
6. superior. Este proceso ocurre probablemente en la zona de baja velocidad, lo que
explica la reducción de las velocidades sísmicas por la fusión parcial de los materiales.
Los estudios efectuados en ofiolitas y en la litosfera oceánica demuestran que la
formación de la corteza oceánica (con sus escasos 5 km de espesor medio) se efectúa a
partir de la porción más superficial del manto superior. El grado de fusión parcial debe
alcanzar un 25%, lo que empobrece a esta zona en componentes de temperatura de
fusión baja. Existen pruebas indirectas de que el manto se vuelve menos empobrecido
en silicatos con el aumento de la profundidad.
Las peridotitas del tipo granate-lherzolita (60% olivino, 30% orto y clinopiroxenos, y
10% espinelas, granates y plagioclasas), representan probablemente las peridotitas del
manto primitivo, que al sufrir fusión parcial, originan magmas basálticos, dejando como
residuos harzburgitas (80% olivino, 20% ortopiroxenos) y dunitas (olivino). Teniendo
en cuenta las relaciones de presión y temperatura, la conclusión es que en profundidades
menores la mineralogía está dominada por el complejo plagioclasa- lherzolita (que se
encuentra frecuentemente en ofiolitas) y que, con el aumento de la presión, pasará a
dominar el complejo espinela- lherzolita (que forma a veces nódulos en basaltos
alcalinos). En presiones mayores, la mineralogía más estable es la del complejo granate-lherzolita
(que forma nódulos en kimberlitas).
Manto interno[editar · editar código]
El manto interno (o manto inferior ) se inicia cerca de los 650 km de profundidad y se
extiende hasta la discontinuidad de Gutenberg, situada a 2.700 - 2.890 km de
profundidad, en la transición al núcleo. El manto inferior está separado de la astenosfera
por la discontinuidad de Repetti, siendo pues una zona esencialmente sólida y de muy
baja plasticidad.
La densidad en esta región aumenta linealmente de 4,6 a 5,5. Aparentemente, en el
manto inferior no ocurre ningún cambio de fase importante, a pesar de que se dan
pequeños gradientes en la velocidad de propagación de las ondas sísmicas a los 1.230
km y 1.540 km de profundidad. De esta forma, se cree que el aumento en la velocidad
de las ondas sísmicas debe ocurrir principalmente como resultado de la compactación de
un material de composición uniforme. Se han propuesto varios modelos que sugieren
que el manto inferior contiene más hierro que el manto superior.
La temperatura varía de 1.000º C a 3.000° C, aumentando con la profundidad y con el
calor producido por la desintegración radioactiva y por conducción a partir del núcleo
externo (donde la producción de calor por fricción que experimentan los flujos que
generan el geomagnetismo es grande) .