El documento discute si se debe usar el nombre de Jesús a pesar de que su pronunciación exacta en el siglo I es desconocida. Explica que en el siglo I, los cristianos de habla hebrea pronunciaban a Jesús como "Yeshúa" y a Mesías como "Mashíaj", mientras que los de habla griega decían "Iēsóus Khristós" y los de habla latina "Iesus Christus". Concluye que así como se usan las formas del nombre de Jesús en diferentes idiomas aunque no sea la