Un banquero estadounidense le aconsejó a un pescador local que debería pasar más tiempo pescando para construir un imperio pesquero multimillonario. Sin embargo, el pescador estaba satisfecho con su estilo de vida sencillo, pasando tiempo con su familia y amigos. La moraleja es que a veces buscamos la felicidad en objetivos materiales en lugar de apreciar la felicidad que ya tenemos en nuestra vida cotidiana.