El documento explica las razones por las que la iglesia no practica el bautismo de infantes. No lo practican porque (1) los niños no nacen con pecado, (2) los niños no serán juzgados por pecados no cometidos, y (3) Dios no requiere cosas que los niños no pueden hacer como arrepentirse y confesar la fe. La conclusión es que aunque las madres se preocupan por el alma de sus hijos, los niños son aún inocentes y no es el momento de preocuparse por su salvación.