El documento describe los principios fundamentales del proceso orgánico en el candomblé. Explica que el cuerpo humano está compuesto de tres partes principales (la cabeza, el corazón y las piernas) que deben estar en comunicación para guiar al individuo física y espiritualmente. También destaca que el aprendizaje en el candomblé se da a través de la experiencia encarnada y el lenguaje no verbal, en contraste con el enfoque racional occidental. El sufrimiento se ve como una base para la experiencia que permite al
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El proceso orgánico
1. El proceso orgánico
Existen algunos puntos del cuerpo que son importantes y que tienen
que ser unidos entre sí — el ori (la cabeza); el emi (el corazón); y los essé (las
piernas) —, porque juntas, y en plena comunicación, esas tres partes
conducirán a las personas, tanto física, como espiritualmente, a una vida
bien direccionada, puesto que son el fundamento de la persona. Otros
puntos importantes son las articulaciones, muchas veces, en las
conversaciones en el terreiro nos hablan de las articulaciones, en especial, la
de los rodillas. La fuerza del orixá de cabeza siempre ha estado latente en
algunas partes del cuerpo, o en el cuerpo entero, pero, según el recorrido
desarrollado, llega a fijarse en la cabeza y direcciona mejor al fiel.
El proceso orgánico llevado a una situación de stress o de dolor
conduce a una comunicación con lo "antiguo" — el fundamento de la persona,
lo que una vez oímos ser llamado guiné, el orixá — y, a través de algunos
rituales, se activan los sentidos, ampliando e intensificando las percepciones
del mundo sensible e supersensible. Tal ampliación lleva a la persona a otro
entendimiento de las personas y dela vida.
Los "modos somáticos de atención" de Csordas (1993) sirven para dar
una sugerencia a las personas y para hacer que aprendamos a mirar/encarar
más profundamente a las personas y a las situaciones. La fiel no es dejada
solo en su drama; ella es amparada por una comunidad que tubo la misma
experiencia y que puede propiciar, en primer lugar, rituales de ayuda hasta
que la persona pueda tener de vuelta un nuevo equilibrio y, en segundo
lugar, enseñarle con la ayuda de otros. El sufrimiento, entonces, se vuelve
base de la propia experiencia y le da valor, lo que hace que el fiel adquiera la
posibilidad de modificarse y de obtener otra visión, y postura, en su vida.
Existe un valor, que no es moral, y sí de la propia experiencia en las cosas
hechas, en los rituales y en la comprensión de la realidad y, frecuentemente,
él es alcanzado con dificultad y dolor. Porque, aunque perteneciendo a la
comunidad, la experiencia de la persona es única; como única es su
formación interna y su individualización.
El candomblé es algo profundamente difícil de ser comprendido porque
el conocimiento se da a través del lenguaje no verbal y de la experiencia
encarnada que asume valor. Cuando alguien pasa a formar parte de una
comunidad no se puede hacer más preguntas; se aprende con el observar y
por medio de la práctica del trabajo. Se aprende con el silencio y con la
repetición de los gestos, de los cantos, etc. Repetición que no es algo de frío y
mecánico, sino es la encarnación de la experiencia directamente del trabajo
para las deidades. Es una cultura del silencio y del observar, así como
aprendían los sabios antiguos; las palabras vuelan, las experiencias se fijan
2. en los cuerpos, en los propios cuerpos. Así, se aprende a valorizar a las
personas, los animales, las plantas, en fin, los dioses que ayudan en la vida
que es, generalmente, difícil y peligrosa.
Para un occidental el aprendizaje sucede por medio de una secuencia
lógica de causas y efectos, conseguida a través de un discurso racional, en el
cual el lado emotivo debe ser constantemente controlado y delegado a otra
esfera. En el candomblé, al contrario, se aprende a lidiar con él; el lado
emotivo forma parte de la naturaleza humana y debe participar de la vida,
igual en el aprendizaje y en la experiencia.
La existencia del ser humano es difícil y sufrida y se va armonizando en
la medida del acumulo de experiencia (conocimiento). Ese conocimiento
ocurre con la experiencia y la continuación de la tradición que ofrece rastros
a ser seguidos.
La filosofía del candomblé percibe la vida como un todo; como una
corriente, cada fiel (cada objeto, cada planta) está relacionado a otro y, por lo
tanto, cada uno tiene que participar como puede en su lugar. Como destaca
GiselleCossard-Binon,
"El candomblé es una corriente. Todos los rituales tienen que
ser seguidos porque es una corriente que lleva a ser más
firmemente relacionada a los propiosorixás".
Como todas las religiones iniciáticas, existe en el candomblé un
esfuerzo para conducir al fiel a una presencia en el mundo. Presencia que no
es dada a priori, sino alcanzada a lo largo del proceso. La propuesta del
candomblé es la construcción del fiel, tanto espiritual como
psicológicamente, siguiendo, lentamente, cada etapa.
En todo el compromiso del fiel con el candomblé existe el esfuerzo a
fin de reconocer y recomponer las propias partes en un todo; a ser presente
en la propia vida; a experimentarla completamente; a actuar en el mundo. Y
eso es alcanzado a través de un largo aprendizaje que coloca al cuerpo y a
sus experiencias en primer lugar. En el centro, el valor supremo, la vida, que
debe ser vivida aquí y ahora; y del cuerpo, que es el altar del ser humano.
Traducción: Nicolás Rodríguez.
Bibliografia: - BARBARA, Rosamaria Susanna; A DANÇA DAS AIABÁS: Dança,
corpo e cotidiano das mulheres de candomblé; São Paulo; 2002.