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El secreto para dejar de procrastinar en el trabajo
Si llegaste a esta página, probablemente sea porque estás buscando la manera de dejar de
procrastinar. Pero los trucos rápidos para forzar la motivación no funcionan. Se debe a que tu
problema con la procrastinación, en realidad, no es de motivación sino de falta de claridad.
La claridad es algo en lo que pensamos mucho en Asana, ya que obtener claridad es la clave para
lograr buenos resultados. El problema es que la claridad no siempre está garantizada. Necesitas
una herramienta dedicada y un buen marco de visibilidad para evitar el trabajo aislado y optimizar
el trabajo significativo de alto impacto. En este artículo te mostraremos cómo la falta de claridad
sobre la importancia del trabajo tiene como consecuencias la procrastinación. Pero ya es
suficiente, basta de procrastinación, descubre cómo ponerle fin.
Por qué procrastinamos en el trabajo
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es el hábito de diferir o posponer el trabajo que necesitas que esté listo porque
te ocupas de otras cosas menos importantes o te distraes con actividades no laborales, como ver
las redes sociales o algún programa de televisión.
La procrastinación es una forma de inconsistencia temporal: la preferencia inconsciente por la
gratificación inmediata por sobre una potencial recompensa futura. Aunque sepas que no debes
procrastinar porque tienes que terminar algo, es más tentador hacer algo ahora y sentir una
gratificación inmediata que trabajar con un objetivo a largo plazo.
Parte de la solución del problema es brindar gratificación inmediata a los proyectos a largo plazo.
Como líder de equipo, puedes lograrlo al brindar reconocimiento y comentarios en tu trabajo diario.
Con Asana, hemos ido un paso más allá y hemos añadido celebraciones directamente al producto.
Después de todo, nos vendría muy bien ver un unicornio volando por la pantalla de vez en cuando.
La procrastinación no significa pereza
Dependiendo de con quién hables, las personas te pueden dar muchos motivos diferentes sobre
por qué procrastinan en el trabajo. Normalmente, entre las razones se incluyen las siguientes:
 Pereza
 Falta de autocontrol
 Miedo al fracaso
 Malos hábitos desarrollados
 Perfeccionismo
 La sensación de que el trabajo no es urgente
 Confusión con respecto a lo requerido
 Diálogo interno negativo
 Miedo a los proyectos complejos y abrumadores
 Hacer varias tareas a la vez
Casi todos estos motivos provienen de un inhibidor central que lleva a la procrastinación en el
trabajo: la falta de claridad. Si has desarrollado el hábito de la procrastinación, es posible que no
tengas una conexión clara con la razón de por qué tu trabajo es importante. Y eso no es pereza,
sino un problema que tiene solución.
El problema de la procrastinación
La inconsistencia temporal juega un papel fundamental en la procrastinación en el trabajo. Muchas
veces, el trabajo que haces contribuye a proyectos o propósitos más amplios de la organización.
Pero dependiendo de cuál sea tu rol, ese objetivo puede parecer muy lejano para tu trabajo diario.
Sin un conocimiento profundo de por qué tu trabajo es importante, es muy difícil motivarse y
terminarlo.
Lo que falta es claridad. Cuando entiendes claramente y puedes establecer una relación directa
entre el trabajo que haces y cómo afecta a tu equipo u organización te sientes motivado. Pero no
es fácil lograrlo. De hecho, según nuestra investigación, solamente el 26 % de los empleados
entienden claramente cómo su trabajo se relaciona con los objetivos de la empresa.
La comprensión de qué aporta tu trabajo a los objetivos corporativos ofrece más claridad acerca
de qué impacto tiene lo que haces en el equipo y en la empresa. Entonces, tomar decisiones se
vuelve más sencillo. Puedes priorizar a consciencia las tareas más importantes según las
iniciativas que tengan mayor impacto en los objetivos corporativos. Pero asegúrate de que esos
objetivos no sean tan lejanos o amorfos. Para combatir la procrastinación necesitas contar con una
forma clara de visualizar tanto tu trabajo como los objetivos de la empresa.
Cómo resolver el problema de la falta de claridad
Para resolver el problema de la falta de claridad puedes hacer algo de lo siguiente:
1. Crea objetivos del equipo o del departamento. Si para los miembros de tu equipo o incluso para ti
es difícil notar cómo se conectan los trabajos de cada uno con los objetivos más amplios de la
empresa, analiza la posibilidad de crear objetivos del equipo o del departamento. Así, será más
fácil asociar al trabajo con los objetivos del equipo y entender el impacto que causa.
2. Conecta con claridad tu trabajo personal con los objetivos de la empresa. Aunque no puedas
generar los objetivos del equipo o de la empresa, busca una manera de ver cómo se conecta tu
trabajo directamente con los objetivos corporativos más amplios. Por ejemplo, si entiendes el
impacto que tiene tu trabajo en un proyecto orientado a un objetivo corporativo más amplio podrás
entender mejor lo que aportas con tu trabajo.
7 consejos para dejar de procrastinar
Para combatir la procrastinación en el trabajo, crea objetivos a corto plazo para el equipo o el
departamento, o vincula a tu trabajo personal con los objetivos corporativos más amplios. Para
empezar, prueba con estos siete consejos:
1. Conecta el trabajo con los objetivos
La mejor manera de dejar de procrastinar es entendiendo con claridad cómo contribuyes con tu
trabajo a los objetivos del equipo o de la empresa. Cuando tienes este nivel de claridad, el trabajo
cobra sentido. En vez de trabajar por trabajar, contribuyes a una visión más amplia.
Lo ideal es que la visión sea algo que te apasione. Pero aunque no lo sea, simplemente entender
cómo se conecta tu trabajo con algo más amplio servirá para que todo tenga más sentido. En vez
de tener que combatir la incompatibilidad temporal, ahora el trabajo, con el que normalmente
procrastinarías, adquiere un valor claro.
2. Aclara las prioridades
Es inevitable que las fechas de entrega cambien. Podría pasar porque en un proyecto
hay corrupción del alcance, porque se prioriza otro proyecto o porque el líder del equipo reasigna
recursos según alguna modificación de últiemo momento en las necesidades. Pero si sabes qué
trabajos son los más importantes, entonces estás más preparado para gestionar las prioridades.
Después, cuando los plazos y los cronogramas cambien, tendrás la claridad suficiente como para
entregar trabajos que realmente produzcan resultados significativos.
Las prioridades claras son un excelente método antiprocrastinación porque ayudan a ver qué
trabajo es más importante. Con las prioridades claras, sabes que no trabajas con tareas que no
son relevantes. En vez de sentir que pierdes el tiempo en el trabajo, ves por qué tu trabajo es
importante.
3. Usa los objetivos para combatir el perfeccionismo
A veces, los procrastinadores crónicos, en realidad, son perfeccionistas. En tal caso, la presión de
que los trabajos sean perfectos puede resultar abrumadora y llevar a la procrastinación. Pero el
perfeccionismo, como muchos otros tipos de procrastinación en el trabajo, se puede resolver
mediante la claridad.
Céntrate en el impacto
Si el perfeccionismo es un problema, puede resultar muy útil tener una idea clara del impacto que
tiene tu trabajo. En vez de pretender perfección, céntrate en finalizar las tareas que tienes a mano
para apoyar los objetivos de la empresa de la mejor manera posible. A continuación te mostramos
a qué nos referimos:
Imagina que trabajas para producir una animación educativa para la página de inicio de tu sitio
web. Muchas personas verán ese trabajo, lo que hace que el perfeccionista que hay en ti entre en
pánico. Es el motivo por el que te centras en el resultado y piensas en todos los que verán el
video, en vez de enfocarte en los objetivos y el impacto del video. El objetivo de la animación es
comunicar los beneficios de los productos de la empresa a personas que no están familiarizadas
con esos productos y el impacto es educativo. Si reorientas las prioridades en torno al impacto,
disminuirá la presión sobre el perfeccionismo y te pondrás directamente a trabajar.
Define lo que significa “listo”
Otra buena estrategia para combatir el perfeccionismo es definir bien lo que significa “listo”. Es una
técnica que se aplica en equipos Scrum para avanzar rápido. Al definir y adherir a lo que
realmente significa “listo” tienes un punto en el cual puedes dejar de trabajar, independientemente
de si el trabajo es 100 % perfecto o no. Si dudas, piensa que “listo” es mejor que “perfecto”.
4. Divide las iniciativas grandes en tareas más
pequeñas
A veces es difícil ver con claridad cómo y cuándo será el fin de un proyecto grande. En
consecuencia, surge la tentación de posponerlo. El alcance de la iniciativa hace que se vuelva
complejo ocuparse de todas las piezas en movimiento y conectarlas con los objetivos más
generales. En vez de sentirte abrumado por la enormidad de la tarea (o del proyecto), divide el
trabajo en porciones más pequeñas. Usa una herramienta de gestión de proyectos para dar
seguimiento al trabajo y organizarlo.
Será muy útil que dividas las piezas grandes en porciones más pequeñas porque probablemente
descubras que no eres responsable de todos los aspectos de una iniciativa amplia. Por ejemplo, si
escribes un ebook, eres responsable de hacer el esquema, el borrador y la edición de los textos.
Pero tal vez alguien más se ocupe del diseño del ebook y quizás pueda haber un editor que lo
apruebe. Al dividir la iniciativa de “Crear un ebook” en varias tareas, no solo resulta más fácil
empezar, sino que además adquieres claridad con respecto a quién hace qué y para cuándo.
5. Captura todo lo que hay que hacer
Aunque no trabajes con iniciativas complejas será muy útil tener una lista de todos los trabajos
pendientes. Cuando no se tiene una manera clara de ver qué trabajo queda por hacer, es fácil
sentirse abrumado y perder el control de los trabajos. Nos pasa a todos. Según nuestra
investigación, todas las semanas hay un 26 % de entregas que no llegan a cumplirse.
Capturar todas las tareas pendientes es una táctica del método “Getting Things Done” (GTD). Una
vez que entiendes con claridad qué trabajo queda pendiente, resulta más fácil organizarlo,
establecer las prioridades y ponerse a trabajar. Asegúrate de dar seguimiento al trabajo con
una aplicación con lista de pendientes, no con una lista de verificación escrita. Si bien puede
resultar gratificante tachar cosas de una lista, el seguimiento del trabajo en una aplicación es útil
para priorizar y ordenar el trabajo, para agregar contexto importante a las tareas pendientes y para
compartirlas con otros miembros del equipo.
6. Establece fechas de entrega
Si no sabes bien cuándo hay que entregar los trabajos, será difícil resistir a la tentación de
postergarlos. Las fechas de entrega claras hacen que sea más fácil entender exactamente para
cuándo deben finalizarse las tareas. En función de esta información, puedes organizarte para
garantizar que los trabajos se finalicen a tiempo. Después de todo, no puedes trabajar bien si no
sabes primero para cuándo debe estar terminado el trabajo.
Una vez que hayas capturado todas las tareas pendientes en una herramienta para tal fin,
confirma que cada elemento tenga una fecha de entrega. También es una buena oportunidad para
que identifiques el trabajo que no es prioritario. Si te encuentras con alguna tarea de este estilo,
difiere el trabajo hasta que tengas más tiempo disponible o delégalo a alguien más.
No lo hagas una sola vez. Organiza rápido el trabajo al final del día y define las fechas de entrega
de las tareas nuevas. De este modo, cuando te pongas a trabajar al día siguiente, estarás mejor
preparado para finalizar las tareas.
7. Prueba con estas estrategias para gestión del tiempo
Es probable que una vez que sepas con claridad lo que hay que hacer, te sientas más motivado.
Aunque igual puede haber días en los que necesites apoyo extra para centrarte en la tarea. Si ese
es el caso, prueba con alguna estrategia para gestión del tiempo, para dejar de hacer varias tareas
a la vez y entrar en el estado de fluidez.
 El método “Getting Things Done” (GTD). Este método se basa en la idea de que mientras más
información tengas que seguir mentalmente, menos productividad y concentración tendrás. En vez
de depender de tu mente, la metodología GDT propone almacenar toda esa información en una
fuente de referencias externa y bien organizada.
 La técnica “Pomodoro”. Esta técnica propone alternar entre sesiones de trabajo y de descanso.
Una ‘pomodoro’ es una sesión de trabajo que dura 25 minutos, después de los cuales hay un
descanso de 5 minutos. Después de 4 sesiones ‘pomodoro’, se toma un descanso más
prolongado. Al trabajar en secuencias breves, es más probable que uno logre mayor productividad
y mantenga la motivación.
 El time blocking. Es una estrategia de gestión del tiempo que te permite planificar cada momento
del día. Con esta técnica, puedes dividir la semana laboral en pequeños bloques de tiempo para
poder revisar los emails, trabajar en proyectos, tomar un descanso o incluso hacer ejercicio.
 El timeboxing. Es una estrategia de gestión del tiempo orientada a los objetivos que puede
ayudarte a aumentar la productividad y a evitar la procrastinación. Un timebox o bloque de tiempo
representa un objetivo para finalizar una tarea en particular dentro de un marco temporal
específico.
 La regla de los dos minutos. Es una estrategia muy simple de gestión del tiempo: si necesitas
menos de 2 minutos para finalizar una tarea, hazla ahora. Esta metodología se centra en las
tareas pequeñas, con la convicción de que si la quitas rápido del camino, tendrás más tiempo y
más claridad mental para poder abocarte luego al trabajo de alto impacto y terminarlo.
Genera claridad para no procrastinar
Es cierto que puedes probar con la fuerza bruta, dejar de procrastinar y tomar una actitud del estilo
“solo hazlo”. Pero estas estrategias solamente son efectivas a corto plazo, con suerte. A la larga,
la manera más efectiva para dejar de procrastinar es conectar tu trabajo con objetivos más
amplios.
Del mismo modo que lo que sucede con otras habilidades de desarrollo personal, dejar de
procrastinar lleva tiempo. Si es un hábito que has desarrollado con el tiempo, no puedes esperar
que desaparezca de la noche a la mañana. En cambio, dedícate con tiempo a generar claridad,
para ti, pero también para tu equipo. Lentamente, te sentirás más motivado para trabajar cuando
puedas ver con claridad por qué tu trabajo es importante.
¿CÓMO EVITAR LA PROCRASTINACIÓN Y
SER MÁS PRODUCTIVO?
Muchas personas procrastinan sin saber que es un hábito común
en sus vidas, principalmente porque desconocen el termino, eso
nos lleva a responder la primera pregunta.
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es la acción de dejar algunas tareas para después, uno de los mayores
enemigos del éxito y del logro de nuestros objetivos, es por esa razón que evitar dejar de
postergar es una tarea que resulta prioritaria para sentirnos más productivos y motivados.
Si bien la mayoría de las personas hemos experimentado en alguna oportunidad que hay algo que
no queremos hacer y lo dejamos para después, este hábito lo que consigue es solo que todo se
acumule y esto a largo plazo lo que puede lograr es darnos estrés, cansancio, agotamiento,
sentirse desmotivado y desanimado.
Alguna vez te has preguntado porque no estoy logrando lo que quiero alcanzar, debes ver en qué
están ocupando tu tiempo y qué estas dejando para después, es hora de dejar de procrastinar y
tomar acción. Las siguientes recomendaciones te ayudaran a volverte más productivo y romper
este viejo hábito.
10 pasos para dejar de procrastinar e ir hacia el éxito:
1.- Organiza tu agenda diaria
Seguir un plan es lo mejor, empieza tu día lo más temprano posible y de manera organizada. No
olvides que el buen descanso es necesario para empezar tu día temprano y así tener más tiempo
para realizar lo que esté en tu agenda. Mantiene tus actividades para realizar y ve haciéndolas en
su tiempo, esta es una de las mejores opciones para sentirse motivado.
2.- Evita las distracciones
Es el momento de analizar cuánto tiempo está ocupando en tus distracciones. Las redes sociales,
la televisión, los videojuegos son altamente adictivos, establece un uso diario o evítalos, si están
afectado de forma negativa al logro de tus metas. Si el móvil es una distracción cuando se está
realizando alguna tarea, colócalo en silencio y mantenlo fuera de tu alcance mientras trabajas.
3.- Establece objetivos claros
Objetivos claros y específicos para cada día. Establece actividades que debes realizar de manera
inmediata y ve pasando a las siguientes paso a paso. La organización te permitirá tener mayor
enfoque y lograr tus objetivos con mayor facilidad y en menor tiempo.
4.- Fuerza de voluntad
Rompe con el hábito de dejar todo para después, dejar de postergar es un acto de fuerza de
voluntad, pero luego de que inicia todo se irá poniendo mucho más fácil y el camino será mucho
más gratificante.
5.- Diles no a las excusas
Hay actividades que pueden ser un poco tediosas o aburridas, pero dejarlas para después no te
ayudará, así que sin excusas intenta salir primero de todo aquello que dejarías para después de
manera habitual y así sentirás como avanzas.
6.- Establece pausas de descanso
Sobrecargarse de trabajo en el día o querer hacer todo a la vez tampoco ayudará, realiza pausas
entre tareas (de algunos minutos) y así evitaras el agotamiento y los bloqueos mentales. Puede
tomarte un café, caminar un poco y luego volver a tus siguientes actividades y tareas con mayor
energía y ganas.
7. Termina lo que empiezas
Si está realizando una tarea debe termínala antes de pasar a la siguiente, tu enfoque es
importante y sobre todo ser constante, por eso debes ir paso a paso y asegúrate de no dejara
nada por la mitad.
8.- Trabaja en un espacio ordenado
En la actualidad son muchas las personas que trabajan desde casa, pero esta no es excusa para
tener un espacio desordenado o sucio, prepara tu espacio de trabajo para que esté lo más
organizado posible.
9.- Recompensa tu esfuerzo
Si logras realizar todas tus tareas agendadas, una buena forma de seguir en este nuevo camino
son las recompensas, puede darte un premio o regalarte una frase positiva. Ser positivo te
ayudará mucho en este nuevo camino.
10.- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy
Es tu hora de crear nuevos hábitos por esa razón tomate tu tiempo para hacer todo lo que
planificaste en el día y al finalizar te sentirás motivado, descansaras con una increíble sensación
de satisfacción. Deja de procrastinar y ve hacia una mayor productividad.
Procrastinar es el peor enemigo para tus metas. Muchas personas mantienen este habito sin
darse cuenta, posponiendo actividades de importancia. No dudes en incorporar nuestras
recomendaciones en tu rutina diaria. ¡Toma acción, rompe ese hábito y se más productivo!
5 CONSEJOS PARA EVITAR LA PROCRASTINACIÓN CON
LOS ESTUDIOS DESDE CASA
Los estudios en línea y desde casa no son vacaciones. Recordá que tenés horarios y metas que
cumplir. Procrastinar puede afectar tu aprendizaje, tus calificaciones y compromete tu futuro;
además puede convertirse en un hábito peligroso.
Te compartimos estos consejos, que, combinados o de forma independiente, pueden ayudarte a
reducir tu nivel de procrastinación:
Puede interesarle: Comunicado Oficial sobre Suspensión de Clases Presenciales en UAM
1. Fomentá la concentración. Prepará un espacio adecuado para estudiar, lo mejor es usar un
escritorio o una parte determinada de tu cuarto. Evitá estudiar en la sala o la cocina.
2. Evitá las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en lugar de lo
que realmente debés hacer, más fácil será procrastinar.
3. Planificá las tareas. Establecé horarios específicos para los estudios. No postergues el
cumplimiento de tareas para evitar que se acumulen.
4. Establecé premios y descanso. Implementá una recompensa para cuando termines esa tarea
que se resiste. Motívate pensando en lo que harás después de completarla.
5. Dormí bien. La falta de descanso puede generar desanimo para estudiar y rendir de forma
óptima. Si estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan
considerablemente.
6 estrategias para vencer la procrastinación
La procrastinación es el hábito de aplazar determinadas actividades y hacer en su lugar otras más
agradables. En otras palabras, procrastinar es “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”.
Cada vez que caes en este mal hábito aumentas tus tiempos de ejecución y te alejas de tus
objetivos. Si quieres mejorar tu productividad es imprescindible prestar atención a esta conducta y
trabajar para evitarla.
Es probable que te reconozcas como un procrastinador. Aunque el término es relativamente
nuevo, la procrastinación es una conducta muy común. La buena noticia es que, al ser una
conducta aprendida, también se puede desaprender.
El principal disparador de la procrastinación son los sentimientos negativos. Cuando te
sientes estresado, indeciso, sobrepasado o incluso aburrido, es más probable que recurras a esta
conducta. Es un mecanismo sencillo, basado en la tendencia natural de las personas a evitar
cosas desagradables.
Sabiendo esto, si quieres evitar la procrastinación, debes controlar los sentimientos negativos que
la desencadenan. Aunque no puedas eliminar por completo todos los sentimientos negativos
relacionados con el desarrollo de tu trabajo, sí puedes controlar algunas situaciones que favorecen
su aparición.
Quiero explicarte 6 estrategias que te ayudarán a vencer la procrastinación y mejorar tu
productividad. Cada una de ellas te permitirá conocer los disparadores de esta conducta, y podrás
empezar a trabajar hoy mismo para reducir su impacto.
1. Establece tus objetivos
Cuando tus objetivos son poco realistas o no están bien definidos, es más probable que termines
procrastinando. Conocer el motivo que hay detrás de tu esfuerzo, te ayudará a vencer la tentación.
La motivación es una fuerza muy potente, que te empuja a realizar esfuerzos para conseguir lo
que deseas. En este sentido, es lo opuesto a la procrastinación, porque te anima a aplazar
recompensas inmediatas para lograr recompensas mayores a largo plazo.
A la hora de definir objetivos debes procurar que sean lo más específicos posibles. Los objetivos
muy generales o amplios no resultan motivadores. Incluso pueden generar cierto malestar por
percibirlos como demasiado lejanos o difíciles de alcanzar.
Otro requisito de los objetivos es que deben ser personales y motivadores para ti. Si pretendes
alcanzar un objetivo que no te resulta relevante, difícilmente te vas a sentir motivado para trabajar
en ello.
2. Organiza tu día
Uno de los principales desencadenantes de la procrastinación es tener que decidir cuál es la
acción siguiente. No saber qué hacer genera sentimientos negativos y hace más probable que
recurras a la procrastinación.
Habrás comprobado que la tentación aumenta en los momentos de cambio de tarea. El motivo es
que iniciar una actividad genera cierta resistencia, porque requiere un esfuerzo extra. Si a esta
resistencia se suma el esfuerzo mental de planear la siguiente actividad, las probabilidades de
procrastinar se multiplican.
Para evitarlo, deberías tener tus actividades diarias planificadas, para saber siempre cuál es la
siguiente tarea. Lo mejor es hacer la planificación el día anterior, para iniciar tu día con los
objetivos claros.
3. Divide tu trabajo
Si te enfrentas a un trabajo demasiado complejo y no sabes cómo empezar, es probable que te
asalten las dudas o te sientas sobrepasado. Son este tipo de sentimientos negativos los que
ejercen como disparadores de la procrastinación.
Cuando te sientes incapaz de abordar algo surge la tentación de aplazar esa tarea, para
hacer otras que te resulten más agradables o que estés seguro de poder empezar y terminar.
Para evitarlo la mejor estrategia es dividir tu trabajo en tareas pequeñas y sencillas de abordar.
Cada parte del trabajo se convierte en una tarea simple que, una vez terminada, te genera
sensación de logro y aumenta tu motivación.
4. Elimina distracciones
Si quieres estar más concentrado en tu trabajo debes eliminar o reducir al mínimo las potenciales
fuentes de procrastinación. Es posible que tenga más mérito vencer la procrastinación en un
entorno cargado de distracciones y fuentes alternativas de diversión, pero es un esfuerzo
innecesario.
¿Cuáles son estas distracciones? Depende de cada caso, pero hay algunas muy comunes. Hoy
en día, el teléfono móvil es la gran tentación, donde tenemos casi de todo: redes sociales,
internet, videos, música, correo, contactos, juegos, etc.
Lo mejor es tenerlo en silencio y fuera del alcance de la vista. Si eres de los que piensa que debes
estar constantemente conectado tengo una noticia para ti: no es en absoluto necesario. Para
comprobarlo puedes preguntarte, de todas las notificaciones que tienes en tu móvil, ¿cuántas son
realmente urgentes?
Además, hay posibilidades de mantenerse disponible para emergencias, evitando las
distracciones. Los teléfonos permiten silenciar de manera selectiva las notificaciones. Lo ideal es
tener todo silenciado, excepto las llamadas. Nadie recibe peticiones urgentes a través de redes
sociales o correo electrónico; puedes permitirte estar unas horas sin atender estos canales.
Si trabajas con un ordenador, otra fuente de distracción es el acceso a internet. Algunos trucos
para evitar la tentación son: desactivar la conexión a internet si no es imprescindible para tu tarea,
eliminar los accesos directos para dificultar el acceso a tus páginas preferidas para procrastinar y
no tener guardadas por defecto las claves de acceso a estas webs.
Las personas de tu entorno también generan interrupciones y son fuente de distracción. Aunque
no puedes “silenciar” a las personas, sí puedes poner límites a sus interrupciones. Si estás
concentrado y te interrumpen, puedes decir amablemente que atenderás a esa persona más tarde.
Incluso, de manera preventiva, puedes avisar a tu entorno de los momentos del día en los que no
quieres interrupciones.
El truco para que estas ideas funcionen es ofrecer un momento alternativo para atender las
peticiones. No basta decir “ahora no puedo”, debes indicar cuándo estarás disponible.
La multitarea es otra fuente de distracciones que, además de disminuir tu rendimiento, facilita la
procrastinación. Al tener varias tareas abiertas, es fácil que te decantes por la más agradable,
aplazando otras más importantes.
5. Recompensa tu esfuerzo
Tener prevista una recompensa te anima a trabajar de manera más eficaz y productiva.
Aunque puedes optar por la recompensa que quieras, una buena opción son precisamente esas
actividades agradables que has estado evitando.
El objetivo es dejar de utilizar estas actividades como justificación para no realizar tu trabajo.
Cuando dejes de utilizarlas como excusa, podrás empezar a utilizarlas como recompensa por el
trabajo bien hecho.
Usar recompensas de este tipo refuerza tu sensación de logro. No es lo mismo hacer algo
agradable, que hacer algo agradable que te has ganado. Esta satisfacción hará que las
siguientes veces te sea más fácil evitar la procrastinación.
Además, usarlas como recompensa, cambia la forma en que disfrutas de estas actividades. Si las
realizas en el momento adecuado desaparece la culpa y dejas de escuchar esa voz que dice que
deberías estar haciendo otras cosas.
6. Personaliza tus estrategias
Si quieres reducir el impacto de este mal hábito, es importante que observes tu propio
comportamiento. No todas las personas procrastinamos igual, ni sentimos debilidad por las
mismas actividades.
Debes identificar cuáles son las actividades que utilizas como vía de escape. Puedes llevarte
alguna sorpresa y descubrir que estás procrastinando más de lo que crees.
Algunas actividades son claramente gratificantes y es fácil detectar que son una forma de
evadirse. Pero hay tareas que, aunque no son gratificantes en sí mismas, sí pueden reportarte
ganancias por el simple hecho de terminarlas.
Por ejemplo, poner la lavadora no suele ser muy gratificante. Pero si te sientes frustrado por no ser
capaz de terminar tu trabajo, el hecho de poner la lavadora, es decir, ejecutar una tarea y
terminarla con éxito, puede resultar satisfactorio.
Por último, tienes que conocer los disparadores concretos de tu conducta. Piensa en las
situaciones en las que sueles procrastinar y busca tu patrón. Encontrarás las tareas y los
momentos en los que la tentación es mayor.
20 Estrategias Para Dejar de Procrastinar
“Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una cosa difícil la hace imposible.” ~ George
Claude Lorimer
Aunque, como explicaba la semana pasada, la procrastinación se puede enfocar de
una manera positiva, lo cierto es que, en general, procrastinar es un enemigo de tu
productividad y te impide aprovechar todo tu potencial.
He recopilado esta lista—sin orden ni concierto—de múltiples estrategias, algunas
sencillas y otras no tanto, que combinadas o de forma independiente, pueden
ayudarte a reducir bastante tu nivel de procrastinación:
1. Utiliza la Regla de los Dos Minutos. La Regla de los Dos Minutos tiene su origen en GTD y
dice que si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, no
la planifiques; hazla. Puedes extender ese tiempo a 5 ó 10 minutos. Si haces de esta regla
un hábito, habrá una multitud de tareas que no vas a tener la oportunidad de posponer.
2. Da un pequeño primer paso. Si temes a una tarea por el motivo que sea, plantéate trabajar
solo 5 minutos y dejarlo. Cuando empiezas a trabajar el miedo se desvanece y coges
inercia para continuar y terminar el trabajo. Al dar el primer paso vences esa resistencia y
empiezas a ver de otra manera cosas que antes te parecían imposibles. Deja de pensar y
hazlo.
3. Las rutinas ayudan. Si conviertes la tareas repetitivas y aburridas en rutinas, terminarás
haciéndolas sin apenas esfuerzo. Las rutinas son hábitos o costumbres que haces de forma
casi inconsciente y simplifican tu vida.
4. Toma decisiones. Muchas veces vas aplazando una tarea inconscientemente, simplemente
porque no te paras a pensar en ella. Dedica un par de minutos para aclarar qué significa
realmente esa tarea y toma una decisión al respecto. Puede que decidas demorarla de una
manera racional, en cuyo caso no estás procrastinando y no te sentirás mal por ello.
5. Haz un seguimiento de tu tiempo. Anota en algún sitio qué tareas realizas cada día y cuanto
tiempo has dedicado a cada una. Al anotar tu tiempo creas un compromiso interno que te
hace ser más responsable con respecto a cómo lo utilizas.
6. Aprende a decir no. Apuesto a que muchas de las tareas que pospones son compromisos
que te has buscado por no saber decir que no.
7. No tengas miedo a abandonar. Puede que no sea el momento de hacer algo. A veces
creemos que tenemos que hacer algo simplemente porque lo hemos empezado. Si el
tiempo hace que ese proyecto ya no tenga tanto sentido o no sea lo suficientemente
importante, simplemente déjalo y haz otras cosas. Esperar no significa procrastinar.
8. Gestiona tu energía, no tu tiempo. Es importante que trabajes en tus mejores momentos. Si
estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan
considerablemente. Para tener una mejor actitud, descansa lo suficiente, controla tu
nutrición y haz ejercicio.
9. Utiliza la estrategia de Seinfeld. Jerry Seinfeld, actor y cómico, utiliza esa estrategia para no
dejar de escribir chistes cada día. Si tienes que hacer una tarea todos los días, coge un
calendario y marca con una X cada día que lo haces. El objetivo es no romper la cadena de
equis en el calendario.
10.Divide el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Un proyecto grande y complejo puede
resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas consigues ver claro el camino y la
resistencia a enfrentarte a él disminuye.
11.Establece una recompensa para cuando termines esa tarea que se resiste. Motívate
pensando en lo que harás después de hacerla—algo que realmente te apetezca, te relaje y
no suponga ningún esfuerzo. Define tus propios incentivos.
12.Haz que sea divertido. Si se trata de una tarea aburrida, busca maneras de hacerla
divertida. Juegos, estrategia Seinfield, técnica Pomodoro, recompensas en cada avance,
etc.
13.Hazlo público. Si se trata de un reto importante, hazlo público. Habla de ello con tu familia y
con tus amigos, públicalo en tus redes sociales, en tu blog… Te sentirás responsable y
comprometido, y te costará aplazar el trabajo.
14.Utiliza las palabras adecuadas. Expresa las acciones de forma clara, concisa y
motivadora. Las palabras importan cuando te enfrentas a una nueva tarea.
15.Utiliza una lista de tareas corta. Un lista larga puede arruinar tu sensación de control y
convertirse en una fuente de estrés y frustración. Cuanto más corta sea tu lista de próximas
acciones, más fácil te resultará estar focalizado en lo que de verdad tienes que hacer.
16.Utiliza herramientas que te gusten. No quieras hacerlo todo con una hoja de papel y un
lápiz. Utilizar cosas atractivas puede ayudarte a empezar con más ganas una determinada
tarea.
17.Revisa regularmente tus objetivos. Si una tarea es complicada, incierta o aburrida, pero es
importante para lograr un objetivo, tener siempre presente esa meta debería ayudarte a no
procrastinar.
18.Trabaja tus hábitos. Si te conoces a ti mismo y averiguas por qué aplazas constantemente
cierto tipo de tareas, podrás cambiar tus hábitos y encaminarlos hacia una menor
procrastinación y una mayor productividad.
19.Evita las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo
que tienes que hacer, más fácil será procrastinar. Mantén el móvil, las notificaciones y el
acceso a internet desconectados cuando te dispongas a afrontar tareas complicadas.
20.¿Tienes un sistema? Si tienes un sistema de productividad personal como GTD será más
fácil que tengas claro qué tienes que hacer y por qué no debes aplazarlo. ¿No conoces la
metodología GTD? Aprovecha esta oferta para aprender GTD en 6 meses y practicar con
FacileThings a un precio ridículo.
La procrastinación y cómo evitarla
Probablemente nos ha sucedido que tenemos tareas por realizar y, por alguna razón, las vamos
dejando para después, porque nos parecen molestas, aburridas o creemos que demandan mucho
tiempo. Si se realizan más adelante, no hay problema, pero si esta situación se repite
frecuentemente y nos trae inconvenientes de incumplimiento o retrasos no planificados, puede
convertirse en algo más serio y que debemos prestarle atención. Esto es lo que se llama
procrastinación y ahora veremos de qué se trata y cómo evitarla.
¿Qué es la procrastinación?
Procrastinar se trata de postergar tareas importantes por hacer alguna otra que no tenga una
relevancia tan alta como las primeras. También se considera como una forma de evitar las
responsabilidades o emociones negativas que nos pueden generar determinados pendientes,
como aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, etc.
Estas sensaciones pueden llegar a ser muy molestas y generar otros sentimientos como estrés,
depresión, ansiedad o culpabilidad, lo que provoca que el alivio temporal que tenemos cuando
dejamos las responsabilidades para después, en realidad se convierta en un malestar mayor. Si
realizáramos las tareas en su momento en lugar de enfocar nuestro tiempo en otras actividades,
podríamos evitar esa contradicción de emociones.
Volverse parte de la procrastinación puede traer consecuencias negativas importantes para la
productividad en el cotidiano y en nuestra vida laboral, así como efectos adversos para nuestra
salud mental.
Algunos ejemplos de procrastinación
Algunos casos de procrastinación son más comunes de lo que piensas y es importante analizarlos
para poder trabajar en ellos. Veamos estos ejemplos:
 Llenarse de pendientes en la oficina y no empezar porque no hay un orden de prioridades.
 Dejar pasar el tiempo para entregar un proyecto escolar que es un riesgo para aprobar una
materia.
 Buscar información en la biblioteca de la escuela y no avanzar en la investigación porque “no
hay suficiente material en ese lugar”, en lugar de buscar por otros medios.
 Posponer la realización de un proyecto complejo porque se tienen muchos pendientes
pequeños que ir resolviendo.
 Tomarse algunos minutos de descanso que se convierten en horas y días.
¿Cómo puedo evitar la procrastinación?
Para resolver evitar la procrastinación en nuestro día a día es importante seguir algunos puntos
como el orden y la responsabilidad, pero además de eso debemos estar conscientes de que se
requiere compromiso y esfuerzo. Así, te comparto algunos consejos para darle la vuelta a la
procrastinación y que tus proyectos y pendientes avancen de la mejor manera:
 Organiza tu tiempo de forma efectiva. Si tienes un proyecto que requiere mucho tiempo, divide
lo que debes hacer en pequeñas tareas y pon fechas o tiempos de entrega para cada una.
 Haz un compromiso. Piensa que el primer beneficiado de terminar con un proyecto o tarea
serás tú, entonces busca que sea un objetivo a lograr.
 El ambiente ideal. Haz que tu lugar de trabajo tenga buena iluminación y con elementos que te
inspiren y te hagan sentir cómodo.
 Trabaja eficazmente. Aprende a organizarte, investigar, crear tu lista de pendientes y
desarrollarlos de forma efectiva, así aprovecharás al máximo el tiempo.
 Tómate un tiempo de descanso. Sí, aunque parezca poco común, es importante que te tomes
un descanso y regreses a trabajar cuando tengas la mente más clara.
Así, vemos que la procrastinación es parte de una serie de situaciones que se pueden resolver si
hay disciplina, esfuerzo y orden para alcanzar los objetivos, ya sean grandes o pequeños, de corto
o mediano plazo y que son parte de nuestra vida, ya sea en la universidad, en la escuela o en el
trabajo.
7 consejos para dejar de procrastinar
¿Alguna vez has dejado para luego algo que era conveniente hacer en el momento? ¿Has
dejado para mañana lo que podrías haber hecho hoy? ¿Has pospuesto el momento de iniciar ese
trabajo o informe que tienes que hacer? Todas esas conductas corresponden a estrategias de
procrastinación. En PsicoAbreu te explicamos en qué consiste la procrastinación, qué
consecuencias tiene y cómo gestionarla.
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es un conjunto de conductas que consisten en aplazar las tareas o asuntos
pendiente, a pesar de saber que hay que realizarlas y que la tardanza en realizarlas puede tener
consecuencias negativas. Este tipo de comportamiento se relacionan con características como el
perfeccionismo, ansiedad, baja autoestima, bajo autocontrol y desconfianza en sí mismo. La
procrastinación se entiende como una evidencia del miedo al fracaso, que motiva a la persona a
posponer el momento de realizar las tareas por el malestar que le supone la posibilidad de fallar o
no llegar a las exigencias establecidas.
¿Qué consecuencias tiene procrastinar?
A corto plazo, la procrastinación puede parecer el remedio perfecto para evadir el miedo al
fracaso que supone afrontar la situación en cuestión. Sin embargo, a largo plazo, las consecuencias
pueden llegar a ser bastante importantes e, incluso, interferir en la vida diaria de la persona. Alguna
de dichas consecuencias son:
 Aumento del estrés por la acumulación del trabajo. Además, disminuye el tiempo disponible
para dedicarle a cada tarea.
 Disminución de la autoeficacia. La persona percibe que no es capaz de afrontar la tarea o
que la calidad de su desempeño no es la adecuada o la que podría llegar a ser.
 Sentimiento de culpa por dejarlo para más tarde.
 Sensación de pérdida de tiempo.
Consejos para reducir la procrastinación.
En ocasiones, la conducta de procrastinar se convierte en un hábito en la vida de la persona.
No obstante, existen estrategias que ayudan a la persona a disminuir la frecuencia de este
fenómeno. Nuestros psicólogos Málaga te proponen las siguientes:
1. Organización del tiempo. Clarificar las tareas pendientes y priorizarlas para, así, poder
organizar el tiempo que se le va a dedicar a cada una. Ponerle fecha y hora mediante un
calendario o planning puede facilitar la realización de la tarea.
2. La regla de dos minutos. Si existe algo que puedas hacer en los próximos dos, cinco o diez
minutos, es preferible que la hagas en lugar de planificarla. Esto se debe a que se tarda más
en planificar que en realizarla y, además, disminuiremos la cantidad de pequeñas tareas
pendientes.
3. Disminuir distracciones. Durante el tiempo que estemos realizando las tareas, disminuir la
posibilidad de distracciones. Esto significa, no tener el móvil a mano, tener la televisión
apagada, cuidar las condiciones ambientales para poder desempañar la tarea cómodamente,
etc.
4. Evitar la perfección. El objetivo final es realizar las tareas pendientes, no hacerlas perfectas.
Ese nivel de autoexigencia aumenta el estrés y dificulta que la persona finalice la tarea, ya
que siempre identifica algo por mejorar o, bien, desiste en el intento porque se ve incapaz de
hacerlo.
5. Respetar el descanso. Si el agotamiento aparece, es preferible pausar la tarea y descansar.
Insistir en esos momentos no resulta útil y fomenta el estrés.
6. Recompensas. Establecer recompensas por las tareas realizadas, aumenta la motivación por
las mismas.
7. Conviértelo en un hábito. Si cada una de estas estrategias se convierten en un hábito y rutina,
sustituirán al hábito de procrastinar.
¡Dele play a sus deberes! Evite posponer tareas con
estos tips
¿Por qué dejar para mañana lo que puede hacer hoy? Con seguridad ha escuchado esta
expresión. Muchas veces tenemos clara la urgencia de esas actividades o deberes que están
pendientes por ser ejecutados, pero no reunimos el valor suficiente para llevarlos a cabo.
Es probable que esto se deba a la procrastinación, y es aquí cuando entramos en un terreno que
puede ser desconocido… resolvamos todas las dudas juntos.
¿Qué es la procrastinación?
La Real Academia Española explica de forma sencilla que procrastinar es diferir o aplazar. Por
su parte, el diccionario de Cambridge asegura que quienes procrastinan son aquellos
que retrasan algo que debe hacerse porque lo consideran desagradable o aburrido.
Dadas estas connotaciones, pareciera que la procrastinación se tratara solamente de la pereza
por hacer algo.No obstante, diversos estudios apuntan a que la postergación de tareas puede
responder al manejo de las emociones, más allá que al uso adecuado del tiempo.
En este sentido, investigaciones señalan que la procrastinación funciona como una estrategia de
regulación emocional, que mejora el estado de ánimo a corto plazo. Seguramente, en este
punto, se está preguntando cuál es la relación entre los deberes que no se realizan y las
emociones.
Pues bien, en Procrastinación, Regulación de la emoción y Bienestar, se explica que cuando
se enfrentan tareas desagradables, que generan incomodidad, la prioridad está en realizar otra
actividad que despierte una reparación del estado de ánimo inmediata, y es de esta forma
como se dilatan los deberes. Esta situación desencadena un conflicto entre el “yo” del
presente, que hace a un lado sus obligaciones y el “yo” del futuro, que se lamenta
posteriormente por lo que no se hizo.
Razones para procrastinar
¡Ha llegado el momento, se nos acaba de asignar un deber! Al saber que tenemos una tarea
agotadora nos podemos llenar de motivos para aplazarla. Esta puede ser una etapa que se realiza
sin mucha conciencia, usualmente, al momento de recibir ese compromiso tedioso, nos
refugiamos en Instragram, en los videos de TikTok o de YouTube sin pensar demasiado en el
tiempo que estamos perdiendo.
De acuerdo con la Universidad de Rochester, algunas razones para procrastinar son:
 Evitar una actividad que no se puede hacer a fondo o perfectamente
 Dificultad para concentrarse en una tarea
 Asumir que se es capaz de hacer todo a último minuto y sentir emoción por ello
 Evitar algo que provoca sentimientos de incompetencia o impotencia
 Necesidad de estar en el «estado de ánimo adecuado» para hacer el trabajo
 Creer que se ahorra tiempo y esfuerzo al hacer varias cosas al tiempo
Consecuencias de posponer tareas
“Así me ha funcionado siempre, soy de los que trasnocha por hacer todo a último momento
y me va bien”. Este puede ser su pensamiento, así que, tal vez se esté preguntando ¿para qué
cambiar?, ¿cuál es la necesidad de hacer todo de inmediato?.
De ser así, vale la pena que preste especial atención a las siguientes líneas: si entendemos la
procrastinación como dar prioridad a regular el estado de ánimo del “yo” presente y menos
importancia al del “yo” futuro, no es sorprendente que la procrastinación se haya vinculado a
una variedad de problemas de salud y bienestar.
Priorizar el estado de ánimo del “yo” presente sobre el del “yo” futuro significa que no hay razón
para trabajar por el bienestar del “yo” futuro. En resumen, las tareas que son fundamentales
para la buena salud pueden ser postergadas si se las considera difíciles o desagradables.
 Con respecto al bienestar mental, la procrastinación se asocia con ansiedad, depresión y estrés.
 Los procrastinadores son menos propensos a buscar la ayuda médica necesaria.
 Los procrastinadores también tienden a no practicar comportamientos importantes de seguridad en el
hogar.
Consejos para evitar la procrastinación
Considerando las consecuencias de procrastinar para su propio bienestar y el de sus seres
queridos, echemos una mirada a algunos tips que le ayudarán a evitar posponer tareas.
Empecemos por ese momento en el que se siente tentado a postergar un deber, es justo en ese
instante cuando debe pensar cuál sería su primera acción si tuviera que iniciar de inmediato.
Hacer esto, explica el investigador y profesor en psicología Tim Pychyl, le quita de la mente sus
sentimientos y lo lleva a una acción fácilmente alcanzable.
«Nuestra investigación y experiencia muestran muy claramente que una vez que
empezamos, somos típicamente capaces de seguir adelante. Empezar es todo.»
Tim Pychyl para BBC.
A continuación, le dejamos otras recomendaciones para no posponer las tareas o deberes:
 Determine la hora del día en la que es más eficaz
 Aprenda a manejar el tiempo eficientemente
 Anticipe las consecuencias de sus actos
 Establezca un sistema de recompensa para usted mismo
 Modifique sus tareas de manera que sean afines con sus habilidades
 Defina un “tiempo límite” para la consecución de sus deberes
Tips para evitar la procrastinación y gestionar mejor el
tiempo
Enliste las actividades pendientes
Inicie por identificar todo lo que debe hacer, haga memoria. Revise sus anotaciones previas,
consulte su correo electrónico, dele una mirada al calendario para no perderse ninguna fecha
importante y no olvide echarle un ojito a sus mensajes de WhatsApp.
Establezca sus prioridades, sea realista
Ahora que ya sabe todo lo que está pendiente por hacer puede pasar a establecer prioridades. Las
actividades que primero va a realizar deben ser las que además de importantes, sean urgentes.
Tenga un límite de tareas que corresponda a su disponibilidad de tiempo y a su alcance.
Seguramente del listado inicial de actividades encontrará algunas que son viables en la ejecución
de una semana y otras que tomarán más tiempo.
Desarrolle un horario semanal
El siguiente paso es distribuir las tareas por días. Usted está viendo todo el panorama de
pendientes y actividades que requieren una atención inmediata, entonces, está en la capacidad de
asignar entregables por días. Para que alcance a cumplir sus metas diarias tenga en cuenta el
tiempo que podría tomarle el desarrollo de cada actividad, incluya también los espacios para
comer o hacer pausas activas. ¡Este es un excelente ejercicio para realizar al iniciar la semana!
Organice un espacio apropiado
Elija un lugar adecuado de casa para hacer home office, para estudiar con sus hijos o para
ejecutar el proyecto que desee. Independientemente del lugar en el que vaya a desarrollar su
actividad, asegúrese de que cuente con los elementos necesarios para llevarla a feliz término.
Tener un ambiente agradable y libre de distracciones es esencial para la concentración y la
optimización del tiempo.
Haga pausas activas
Los descansos son necesarios para evitar el desgaste visual y para reactivar mente y cuerpo. No
tiene que esperar a que se empiece a desconcentrar o a perder productividad, recuerde que debe
hacer pausas para ingerir snacks, tomar agua, ir al baño y estirar los músculos. No confunda esto
con la procrastinación: una breve pausa que le permita volver a su trabajo renovado es
mucho más útil que perseverar improductivamente.
CONSEJOS PARA COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN
El refrán dice algo como "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", sin embargo, tú y yo sabemos
que no es cosa sencilla, más aún cuando las distracciones están a la orden del día. Procrastinación es una
palabra muy popular hoy en día, pero con estos útiles consejos te decimos cómo combatirla.
1. Conócete a ti mismo
Lo primero que hay que hacer es analizar la situación. Reflexiona acerca de cómo la
procrastinación está afectando tu productividad y cómo esto puede afectar negativamente el
desempeño de tus actividades diarias. Es conveniente que identifiques los hábitos que pueden
estar provocándola y trates de evitarlos al máximo.
2. Gestiona de manera efectiva tu tiempo
En ocasiones la cantidad de trabajo que tenemos por realizar llega a ser abrumadora. Dividir una
tarea compleja en varias más sencillas puede ser una manera muy efectiva de sobrellevar la
carga de trabajo. Sin embargo aún cuando la tarea es sencilla seguimos posponiendo la fecha
para terminar los pendientes, hasta que ya es demasiado tarde. Crea una línea del tiempo y
asigna tiempos específicos y fechas límite a cada pequeña tarea. Dejar pasar la fecha para
terminar una tarea puede repercutir en la realización de otras previamente establecidas, por lo que
te sentirás con la urgencia de actuar para cumplir tus metas. Tener bien organizados tus deberes y
tiempos puede mejorar la calidad de tu trabajo y evitar el estrés.
3. Cambia de perspectiva
Reflexionar sobre los dos puntos anteriores puede lograr que cambie tu perspectiva acerca de lo
que es verdaderamente importante para ti en este preciso momento. Trata de pensar en qué es
lo que te apasiona hacer, cómo puedes alcanzar tus objetivos y concéntrate en ello. Quizás,
al final te darás cuenta que pasarte todo el día viendo videos de gatitos no es la solución a tus
problemas y que ya es tiempo de ponerte a trabajar en la pila de papeles sobre tu escritorio.
4. Comprométete
Crear una lista de tareas y asignarles tiempos no basta para lidiar con la procrastinación, porque
bien puede estar la lista a un lado y tú puedes seguir leyendo la lista interminable de tweets que
publican tus amigos. Comprométete contigo mismo y con las tareas que hay que realizar. No
pierdas el tiempo pensando en que son demasiado complicadas o aburridas y simplemente
ponte a hacerlas, a nadie le beneficiará más que a ti.
5. Trabaja en ambientes productivos
En varios artículos anteriores hemos resaltado la influencia que tiene nuestro ambiente de
trabajo respecto de nuestra productividad. Procura que tu oficina tenga una buena iluminación
y que los elementos en ella, una planta sobre el escritorio por ejemplo, te ayuden a crear un
ambiente inspirador. Evita aquellos que puedan distraerte de tus actividades diarias o que influyan
de manera negativa en tu estado de ánimo.
6. Elimina las distracciones
Las cosas se complica cuando trabajamos desde un ordenador con conexión a Internet, pues las
distracciones se encuentran a sólo un clic. La búsqueda de una solo palabra o imagen puede
transformarse en una búsqueda interminable que puede emplear varias horas de nuestro valioso
tiempo. Además las redes sociales juegan un papel importante en este tema. Por suerte existen
algunas herramientas y servicios que pueden facilitar la concentración en el trabajo diario.
7. Supera los obstáculos
Aún cuando nos comprometemos de corazón, podrán aparecer obstáculos que nos impedirán
cumplir nuestras metas. Así como puedes realizar una lista de tareas, crea una lista de posibles
obstáculos que te encontrarás en el camino y una lista de posibles soluciones. La
experiencia te irá diciendo por dónde encaminar las soluciones y te ayudará a ahorrar tiempo en el
futuro.
8. Aprende constantemente
Si quieres mejorar tu desempeño —además de mantenerte ocupado en algo que realmente vale la
pena— comienza por aprender todo lo que puedas, toma cursos, lee, especialízate, estudia un
postgrado, experimenta y no tengas miedo de fallar. Fallar no siempre es malo, en
ocasiones aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos.
9. Recompensa tu progreso
Tu esfuerzo y progreso merece un premio. Crear un sistema de recompensas que te ayuden a
celebrar los logros alcanzados y pequeños "castigos" para cuando fallas en algo. Celebrar
comprándote algo nuevo o yendo al cine cada vez que tienes éxito en un proyecto o privarte de
utilizar el celular por unos cuantos días cuando no lo logras, es una buena estrategia para
incentivar tu productividad.
10. No seas tan duro contigo mismo
A pesar de todo lo anterior, llevar un ritmo de trabajo tan estricto tampoco es bueno.
Estar ocupado no permite que nuestra creatividad, entre otras habilidades, se desarrolle
adecuadamente. La clave está en saber balancear nuestro tiempo para poder realizar todas las
actividades del día y aún tener tiempo para nosotros mismos o para salir a tomar un café con los
amigos.
CÓMO DEJAR DE PROCRASTINAR: MEJORES 15
CONSEJOS Y ESTRATEGIAS
Procrastinar es una palabra que define a muchos de nosotros. Es esa alarma pospuesta cada
mañana y también aquellas veces que sabías que podías hacer más, pero decidiste no hacerlo.
Si pospones tus actividades de manera sistemática, ten cuidado, ya que esto podría ocasionarte
diversos problemas tanto en lo personal como en el trabajo (como, probablemente, ya te ha
sucedido).
En ese caso, revisa cuáles son las recomendaciones que te damos para que puedas ser más organizado y
productivo en la oficina, y que seguramente te ayudarán en otras facetas de tu vida.
Qué es procrastinar
Procrastinar es la tendencia a posponer las actividades relevantes de una rutina o
proyecto donde, en su lugar, se prefiere realizar algo diferente, que suele ser más
cómodo o placentero, a pesar de las consecuencias.
Es esa ocasión, en que debiste enviar un informe y preferiste ordenar tu escritorio, o aquella vez,
en que no quisiste enviar los correos de seguimiento y decidiste hacer algo mucho menos urgente
e importante. No creas que eres la única persona que pasa por algo así. En realidad, la mayoría
nos vemos en esas situaciones regularmente (¡a menos que tengas una voluntad de hierro!).
Pero ¿por qué sucede esto? La respuesta no es tan simple como «porque no soy disciplinado» o
«debería ser más profesional». Conócela ahora mismo.
Cuáles son las causas de la procrastinación
Para empezar, la procrastinación no es igual en todas las personas, ya que puede ser más o
menos característica de su personalidad. Puedes evaluar tu grado de procrastinación en este test
inspirado en la escala de procrastinación creada por el profesor Clarry Lay (en inglés).
Algunas de las causas por las que tiendas a la procrastinación son las siguientes:
Dispones de tu tiempo de manera deficiente
Esto se debe a que hasta ahora no has logrado establecer un sistema efectivo donde puedas
realizar la mayoría de tus tareas sin dilación. Cuando no existe una buena organización o un uso
eficiente del tiempo, esto se puede volver un hábito y afectar tu desempeño.
Tienes temor
El temor al fracaso es una de las más claras causas de la procrastinación. Cuando tenemos
miedo, es común que queramos evadir a toda costa el evento desagradable y, por eso, lo
aplazamos. Pero también puede ser temor a las personas que están a tu alrededor o a quienes
revisarán tu labor.
Estás predispuesto
Muchos investigadores en el campo de la psicología y la neurociencia creen que la procrastinación
puede tener un vínculo con la configuración cerebral, así que algunas personas tendrían una
tendencia natural a procrastinar (que puede ser reversible con las técnicas adecuadas).
No procuras tu bienestar físico
El alimento, el descanso y el deporte son necesarios para todos. Si tu cuerpo no está en equilibrio,
tus niveles de energía bajan y te impiden realizar tus tareas. Esto puede estar relacionado con la
sensación de aburrimiento y la falta de ánimo para hacer tareas exigentes.
Te gana la pereza o la indecisión
En algún momento de la vida todos nos sentimos indispuestos a hacer algo que nos parece
tedioso o muy retador, pero es común que tengamos la fuerza de voluntad para superarlo. Si
piensas las situaciones de más, entonces habrá un efecto negativo donde no podrás actuar o,
simplemente, te rendirás ante la comodidad y pensarás que está bien no dar ese 100 %.
Tienes inseguridades sobre lo que eres capaz
De cualquier forma, la procrastinación está ligada con cierta inseguridad. ¿Por qué prefieres
dedicarte a una actividad que no te traerá beneficios a mediano o largo plazo? Es probable que las
perspectivas de éxito y fracaso que pesan sobre ti sean más fuertes que tus ganas de hacer las
cosas.
10 señales de que tiendes a procrastinar
Piensa en estas señales como un minitest: si respondes a la mayoría que sí, entonces nuestros
tips te servirán para contrarrestar la procrastinación.
1. Tu espacio de trabajo está constantemente en desorden.
2. Te cuesta trabajo llevar un calendario con tus actividades.
3. Prefieres ceder ante un estímulo a corto plazo, como descansar sin planificar tus
tiempos, en lugar de realizar tus actividades y luego relajarte.
4. Evitas las responsabilidades o las pasas a alguien más.
5. Te sientes con profunda inseguridad al momento de decidir.
6. Prefieres tener el menor compromiso posible en tus relaciones laborales.
7. Pierdes el foco constantemente: cambias de búsquedas cuando navegas por internet y
10 minutos de ocio se convierten en 1 hora.
8. Te da hambre, te mueves de tu lugar o encuentras cualquier traba a tu concentración.
9. Sientes aburrimiento con facilidad.
10. Sueles pensar mucho en las posibilidades (eres muy soñadora o soñador).
Si alguno de estos comportamientos forma parte de tu día a día, es probable que tengas el perfil
procrastinador. Pero ¿cómo luce la procrastinación?
Ejemplos de procrastinación
A pesar de que procrastinar implica aplazar la realización de una tarea y destinar el tiempo a
actividades menos productivas, la procrastinación puede tener múltiples formas. Veamos cinco
escenarios comunes que demuestran las formas en las que puedes estar procrastinando (y tal vez
sin darte cuenta de ello):
Evitar una llamada importante y dejarla para el final
Supongamos que has terminado un proyecto y tu jefe debe asignarte un nuevo cliente o cartera.
En estos casos es probable que tengas que comunicarte con él o ella para que te dé las
indicaciones del nuevo proyecto. Si en lugar de ponerte en contacto evitas la llamada para
tener más tiempo libre, estás procrastinando. Por supuesto, lo más seguro es que termines
haciendo esa llamada, pero si la haces hasta el último momento de tu jornada sin una buena
justificación, es porque quieres aplazar el trabajo.
Preferir el trabajo bajo presión y al último momento
Todos trabajamos de diferente modo y, por supuesto, existen los que funcionan mejor cuando
tienen una fecha límite de entrega o para proyectos urgentes. Pero si este no es tu caso y aun así
prefieres dejar tu trabajo para el final, es porque estás procrastinando. Muchas veces, el no hacer
una actividad con antelación no tiene que ver con que seamos mejores trabajando bajo presión,
sino que en este punto estamos obligados a hacerlo (e incluso puede que lo hagamos de mala
gana).
Dejar inacabado un proyecto con la búsqueda de perfección como pretexto
Todas las cosas pueden ser perfeccionadas, pero en algún punto debes dar el paso y entregar ese
reporte o enviar ese correo. Si no lo haces con la idea de que lo trabajarás más adelante, lo único
que estás haciendo es procrastinar. Por supuesto que en algunos casos los proyectos requieren
mucho tiempo, tanto de realización como de revisión. Esto no significa que debas aplazar el
tiempo aún más, incluso cuando sabes que no tocarás ese archivo en días o semanas.
Crear voluntariamente distracciones
Las distracciones ocurren de manera espontánea. Por ejemplo, si trabajas desde tu casa quizás
debas sacar a pasear a tu mascota o que tengas que atender a un vecino. Aunque, cuando eres tú
mismo quien promueve la aparición de estas distracciones, puede que estés procrastinando.
Imagina que estás aburrido y hablas a un amigo para saber si necesita algo. En este caso, estás
buscando activamente algo que te aleje de tus responsabilidades.
Extender los descansos programados
Sabemos que el descanso es importante para equilibrar la carga de trabajo, pero cuando se
extiende demasiado el tiempo que invertimos en descansar, puede que se trate de un caso de
procrastinación. Por ejemplo, quedarte charlando con un compañero de trabajo una vez terminada
la hora de comer o terminar de ver toda una película antes de volver a conectarte, es una forma de
aplazar la realización de tus tareas y retrasar tus tiempos de entrega.
Todos estos casos afectan tu desempeño laboral y también pueden alterar tu bienestar individual,
pero, sobre todo, inciden en tu productividad. Revisemos cómo.
Cómo es que procrastinar afecta tu productividad
En general, procrastinar tiene todos los efectos contrarios a la productividad: limita tu capacidad
para hacer cosas y te hace proclive a cometer más errores, debido a que actúas sin focalización.
Si, por ejemplo, evitas hablar a tus clientes, enviarles los correos de seguimiento o realizar tus
reportes de ventas, verás que eso puede afectar tanto tu performance individual como la de tu
equipo de trabajo.
Además, con las presiones que tendrás por no llevar a cabo esas tareas, estarás más proclive a
sufrir de estrés. Así, la procrastinación tiene la característica de que puede volverse un círculo
vicioso de temor, seguido por una huida, para después acumular más ansiedad.
Cómo dejar de procrastinar: 15 consejos y estrategias
1. Organízate
Lo primero, y más importante, es que aprendas a organizarte adecuadamente. Aunque la voluntad
te falle, si tienes un referente en tu calendario, encontrarás la manera de tener una perspectiva
más responsable. Utiliza una aplicación como KanbanFlow para comenzar, donde crearás un flujo
de trabajo con objetivos y tareas asociadas, además podrás añadir fechas de conclusión.
2. Reflexiona acerca del estímulo posterior
Reflexiona en que si cedes ante tu impulso de no hacer algo, entonces no podrás disfrutar de los
beneficios de algo más. Por ejemplo, si en vez de analizar tu base de datos de contactos prefieres
tomar una siesta (¡no hay nadie en la oficina contigua!), después tendrás que hacerlo y no estarás
en calma. Entonces, deberás analizar si cederás ante el primer estímulo (que es dormir) o si
prefieres el menos inmediato, pero más placentero (que es tu tranquilidad).
3. Establece prioridades con el método ABCDE
Brian Tracy, el experto en emprendimiento y desarrollo personal, ofrece en su libro Tráguese ese
sapo un consejo invaluable: crea una lista ABCDE, donde determines niveles de prioridad. Cada
una de tus tareas, cuando aparecen en tu cabeza en la mañana, es un «sapo» intimidante y
terrible. El método de Tracy te permite familiarizarte con esas actividades que quieres postergar y
realizarlas, a pesar del miedo inicial.
La clave está en que reconozcas cuáles de esas actividades tendrían consecuencias graves, en
caso de que no las realizaras. Esas serían de clasificación «A». Las «B» son lo que deberías
hacer, aunque no tienen consecuencias tan relevantes. Las «C» tienen mínima repercusión,
mientras que las «D» es posible que las transfieras a alguien más de tu equipo. Las «E» son las
que puedes quitar de tu lista sin problema alguno.
La regla es, entonces, que nunca realices una tarea «B» si tienes una «A» todavía por hacer; ni
una «C» si permanece una «B», y así, consecuentemente. Si quieres saber más acerca de lo que
Brian Tracy recomienda, puedes ver este resumen de Formalíder Academy:
4. Haz lo más difícil primero
Una vez que tengas establecidas tus prioridades, es momento de tomar en cuenta qué es lo que te
cuesta más trabajo hacer. Muchas veces dejamos hacia el final las tareas más difíciles,
forzándonos a hacerlas con menor entusiasmo y energía. Por el contrario, si haces primero lo más
complicado, una vez terminado, será más factible que te sientas animado a hacer las tareas que
son más fáciles.
Asimismo, si superas los retos más grandes a la brevedad, tendrás mucho más tiempo libre en el
futuro y menos presión.
5. Aplica la regla de los 20 minutos
¿Quieres irte a la cama y no hacer tus actividades? Espera 20 minutos. ¿Prefieres ordenar tus
lápices del más largo al más corto, en vez de llamar a ese prospecto? No cedas ante ese impulso
durante 20 minutos.
Pon una alarma tras ese tiempo y, solo entonces, decidirás qué hacer. Verás que, en muchas
ocasiones, las ganas de hacer algo menos productivo simplemente se irán.
6. Piensa en «terminar» y no en «empezar»
A menudo, encuentro entradas en mi agenda que se parecen a: «Reporte de ventas», anotadas
en cualquier día de la semana. Lo importante no es que sepa qué debo hacer, sino cual es mi
estado mental detrás de esa nota. ¿Quiero comenzar mi reporte de ventas, o quiero terminarlo?
La clave está en enfocarte en completar cada una de tus misiones, pues así evitarás ir de una
cosa en otra, sin terminar ninguna. Si una tarea es imposible de acabar en un solo día, lee el
siguiente consejo.
7. Divide las tareas
Hacer un gran plan de ventas puede parecer una tarea titánica. Dividir esa tarea en cada una de
sus partes y verlas como actividades por sí mismas lo hace mucho más fácil.
Crea una lista de pasos para cualquiera de las cosas que debes hacer este día o esta semana, y
marca cada uno cada vez que termines. Así acumularás pequeños logros, que te darán una
perspectiva más sana acerca de tus labores.
8. Define metas concretas
Si ya haz llevado a cabo la organización de tu agenda, podrás identificar fácilmente qué tienes que
hacer cada día, pero la procrastinación puede llegar en cualquier momento. Es recomendable que
no solo pienses qué tienes que hacer cada día, sino cómo lo vas a hacer.
Puedes proponerte entregar el reporte antes de cierta hora, hablar con todos tus clientes antes de
la hora de la comida o escribir un número determinado de correos en cada hora de trabajo. Así
tendrás una competencia contigo mismo para alcanzar esos pequeños objetivos.
9. Premia tus logros
De la mano con el punto anterior y con algunos otros consejos de esta lista, es una buena idea
que reconozcas que estás haciendo las cosas bien y que premies tu desempeño. Si logras hacer
las pequeñas actividades que te has propuesto, puedes premiarte con un descanso, una ida al
cine después de trabajar o una comida más larga.
De este modo, sabrás que hacer bien las cosas te trae cosas buenas. Solamente recuerda no
darte ese premio incluso si fallaste en la misión. Si lo haces, no encontrarás una motivación real
para dar el 100 %.
10. Establece alarmas en tus dispositivos
Si bien establecer metas y recompensas es una buena idea para mejorar tu productividad, también
es importante que tengas una metodología de trabajo. Una buena forma de hacerlo es
configurando tus dispositivos para que promuevan tu productividad.
Por ejemplo, puedes establecer alarmas que te indiquen que es momento de volver al trabajo o
incluso estipular un límite de tiempo que puedes pasar en aplicaciones móviles. Así, si te sueles
distraer en Instagram o Facebook, tus dispositivos te ayudarán bloqueando el acceso cuando
hayas pasado demasiado tiempo en ellas.
11. Haz equipo con tus compañeros de trabajo
Si bien las alarmas son una buena estrategia, lo cierto es que son fáciles de desactivar. Pero no
es tan sencillo cuando es otra persona la que está monitoreando que de hecho trabajes.
Si en tu equipo de trabajo todos realizar tareas similares, puedes hacer una pequeña competencia
con ellos. Quien haga más llamadas en un tiempo establecido, entregue su parte del reporte a
tiempo o no se demore en el descanso puede hacerse acreedor a un pequeño premio. Si esto no
es una opción, puedes simplemente convenir con algún compañero que te ayude a mantenerte
activo y productivo.
12. Sé consciente de tus limitantes y de tus fortalezas
Como hemos visto, la búsqueda de perfección también puede ser una causa de la procrastinación.
Pero la perfección no existe y los proyectos siempre pueden ser mejores. Por ello, lo mejor es que
reconozcas tus limitaciones y tus fortalezas, y que saques partido de ellas.
Si tienes un proyecto abandonado porque no has podido resolver un aspecto de él, puedes
acercarte a alguien con conocimientos en el área para que superes ese obstáculo y termines la
actividad que has descuidado.
13. Descansa en los momentos adecuados
Como hemos visto, el descanso es fundamental para poder trabajar bien. Si no duermes bien
durante la noche, es seguro que querrás descansar a media jornada y verás tu productividad
disminuida. Por eso es tan importante priorizar el descanso.
Pero también es importante descansar entre actividades. El 43 % de los trabajadores afirman que
tener más descansos en el trabajo podría traducirse en un mejor desempeño y el 37 % piensan
que también mejorarían su salud.
14. Libera tu espacio de distracciones
Además de mantener tu mente libre, debes considerar la importancia de estar en un espacio de
trabajo sin distracciones. Puede que quieras tener adornado tu escritorio, pero si los juguetes,
insumos de oficina o libros te distraen, lo mejor es deshacerse de ellos.
Lo mismo aplica para los celulares, audífonos y otros dispositivos. Si no son esenciales para tu
trabajo, es deseable que los mantengas apartados, donde no te motiven a distraerte.
15. Crea emociones positivas
Acumular tus logros, por pequeños que sean, es una buena manera de comenzar. En general, si
estás en un estado mental propicio, verás que puedes afrontar las dificultades y los retos del día a
día con una mejor actitud.
Practicar la meditación, caminar 30 minutos al día y repasar las cosas positivas que sucedieron en
el trabajo son ayudas extraordinarias para tu salud emocional y tendrán un efecto positivo en tu
manera de vivir las situaciones que ahora te parecen insuperables.
¡Pon en marcha estos consejos desde hoy! Verás que tu labor será cada día más exitosa y que
lograrás cambiar esa tendencia a procrastinar. Al poco tiempo, tu talento y tus capacidades serán
mucho más fuertes.
Cómo dejar de procrastinar: 4 métodos
basados en la ciencia
Tienes encima una fecha de entrega y sabes que deberías empezar
cuanto antes, pero simplemente no sabes cómo evitar procrastinar. En
vez de hacer lo que debes, contestas correos, limpias tus archivos, le
llamas a tu abuela, ordenas tu cajón de calcetines (estos son solo
algunos ejemplos de procrastinación, pero existen muchos más)—lo
que sea que encuentres para seguir retrasando ese desalentador
proyecto un poco más para después sufrir las consecuencias de la
procrastinación.
Claramente este no es un método muy productivo, en especial cuando
lo único que tienes que hacer es agarrar al toro por los cuernos y
conquistar esa temida tarea que tiene semanas en tu lista de
pendientes.
¿Pero qué es lo que puedes hacer para inspirarte y comenzar a
progresar en esos proyectos que parecen totalmente abrumadores?
Resulta que la ciencia tiene algunas respuestas bastante sólidas.
¿Qué es lo que provoca que pospongas
esos importantes proyectos, es decir,
cuáles son las causas de la
procrastinación?
Existen algunas razones psicológicas que explican porqué te conviertes
en tu peor enemigo cuando se trata de avanzar en proyectos muy
importantes. Muchas veces se reduce al simple y muy familiar auto
sabotaje de la productividad. Los investigadores han encontrado que a
menudo esto puede ser un esfuerzo subconsciente para la auto
preservación.
Si haces exactamente lo contrario de lo que deberías estar haciendo
(pensar en vaciar tu bandeja de entrada en vez de hacer el borrador del
reporte), te estás dando una salida—un elemento externo al que
puedes culpar por no haber hecho ningún progreso.
Otras investigaciones científicas explican otra manera que tu cerebro
usa para engañarte. Un estudio que se llevó a cabo en la universidad
de Yale descubrió que tu cerebro intenta simular trabajo productivo,
llenando tu tiempo con esas tareas pequeñas y fáciles de hacer que se
encuentran en tu lista de pendientes. Realmente no estás progresando
en ese proyecto importante, pero aún así sientes que estás siendo
productivo.
Tu cerebro puede ser un pequeño demonio tramposo, ¿verdad?
Cómo dejar de procrastinar y realmente
ponerte manos a la obra
Si bien "Just do it" ("Sólo hazlo" en español) le resulta bien a Nike como
eslogan pegadizo, no es exactamente el consejo más útil o motivador
en cuanto a productividad se refiere. Después de todo, si tuvieras la
voluntad de hacerlo, seguramente ya lo habrías hecho.
Por esto, aquí te mostramos cuatro consejos basados en la ciencia
sobre cómo evitar procrastinar:
1. Plantea pequeñas metas de acuerdo al Principio del
Progreso
Sabes que al terminar una tarea enorme o un proyecto intimidante te
sentirás increíble, pero no siempre es tan simple. A menos que seas
una especie de superhéroe de la productividad, los golpes de
genialidad productiva no pueden suceder todos los días.
Es por esta razón que dividir una tarea grande en metas más
pequeñas es un gran truco para aumentar tu productividad y evitar
procrastinar. Para empezar, estás creando una ruta con elementos de
acción claros que puedes seguir hasta la meta final. En vez de sentir
que no tienes idea de dónde o cómo empezar, tienes un esquema
detallado que te dice exactamente lo que debe suceder y cuándo.
Investigación reciente describe un fenómeno que se llama principio del
progreso, que explica que de todas las cosas que pueden estimular las
emociones y percepciones durante el día de trabajo, lo más importante
es progresar en el trabajo significativo. Aprender a reconocer y celebrar
estos logros de menor magnitud dentro de un proyecto más grande,
mejorará significativamente tu estado de ánimo y tu motivación en el
trabajo.
En resumen, la felicidad y la productividad están más estrechamente
relacionadas de lo que uno pensaría. Así que no dudes en tomarte una
pausa para festejar tus avances en cada paso que vayas dando. Es
bueno para ti.
2. Fija fechas de entrega promedio
¿Cuál de estas afirmaciones te infunde un mayor sentido de urgencia:
ese proyecto importante se debe entregar en 2 meses, o ese proyecto
importante se debe entregar en 60 días?
A la mayoría de las personas le infunde un sentido de urgencia mucho
mayor la fecha de entrega que está en días. Esto va un poco en contra
de la intuición porque uno podría pensar que un número mayor es más
reconfortante. Pero dividir las tareas en días (en vez de semanas o
meses) puede ayudar a darte ese empujón que necesitas para dejar de
procrastinar.
Durante un estudio que se llevó a cabo por investigadores de la
universidad de Michigan y la USC, los participantes se dividieron en
dos grupos. Al primer grupo se le hizo la pregunta: ¿si se fueran a
jubilar en 40 años, cuándo deberían empezar a ahorrar para su
jubilación? Al segundo grupo se le preguntó: ¿ si se fueran a jubilar en
14 600 días (lo equivalente a 40 años), cuándo deberían empezar a
ahorrar para su jubilación?
Como era de esperar, al grupo al que se le indicó la medida del tiempo
en días experimentó un mayor sentido de urgencia por empezar a
ahorrar dinero, en comparación con el grupo al que se le indicó la
medida en años.
¿Pero por qué? Según los investigadores de este estudio, indicar las
fechas de entrega en días ayuda a conectar tu yo del futuro con tu yo
del presente, aumentando así la sensación de que el tiempo pasa más
rápido.
3. No es un maratón
Cuando tienes una fecha de entrega rondando en tu cabeza como si
fuera una canción pegajosa pero amenazadora, es muy fácil pensar
que deberías ponerte el cinturón y estacionarte frente a tu computadora
hasta que estés exhausto y con los ojos llorosos hasta altas horas de la
madrugada.
Sin embargo, tal como indican los hallazgos científicos, es mejor
trabajar por ratos en vez de en sesiones tipo maratón. De hecho,
trabajar por un periodo de 52 minutos con un descanso de 17 minutos
podría ser el sprint ideal para aumentar tu productividad y dejar de
procrastinar.
Si no te gustan esos rígidos límites de tiempo, la técnica Pomodoro es
un método de gestión del tiempo de 25 minutos que te ayudará a tomar
descansos adecuados y darle espacio a tu cerebro para respirar.
Parece contraproducente tomar descansos cuando lo que quieres es
apurarte. Pero en realidad puede ser algo bueno para tu cordura y tu
productividad. Además, la ciencia lo apoya. Investigadores analizaron
la actividad cerebral de personas que estaban soñando despiertas, y
encontraron que las regiones asociadas a la resolución de problemas
complejos se activaban durante ese período:
¿En contra de la intuición? Tal vez. ¿Productivo? Definitivamente.
4. El estrés te está saboteando
Aunque el consejo sobre dar un paso hacia atrás y respirar hondo
puede sonar a cliché, en realidad puede ser de gran ayuda.
Altos niveles de estrés pueden destruir tu productividad. Como
este estudio de Towers Watson demuestra, el 57% de los empleados
que experimentan altos niveles de estrés en el trabajo son menos
productivos e incluso se sienten desconectados de su propio trabajo.
Según las encuestas que llevó a cabo Towers Watson, existen algunas
correlaciones sorprendentes entre el estrés y la productividad en el
trabajo (o falta de):
 57% de los empleados que experimentan un alto estrés en el
trabajo son menos productivos y están desconectados
 68% de los empleados sienten que las horas requeridas para
poder terminar su trabajo a diario es mayor al número de horas del
día laboral.
 El alto estrés en el trabajo está relacionado con el ausentismo.
Así que sí sientes un nudo en el estómago y tienes escalofríos, no
dudes en darte un respiro por unos minutos. Podrás regresar a ese
proyecto abrumador con un enfoque claro, una cabeza fría y mucho
menos pánico.
Cómo dejar de procrastinar, pero esta
vez en serio
Esos proyectos que has estado postergando en tu lista de pendientes
son suficientes como para meterle un susto a cualquiera y suscitar una
sensación de terror inminente. Pero no necesitas esconderte debajo del
escritorio hasta que esa enorme tarea desaparezca—eso no te dejará
nada más que un dolor de espalda.
En vez de eso, aprovecha estos cuatro métodos que se han estudiado
por la ciencia, y afronta esa tarea abrumadora de una vez por todas—o
al menos hasta que la siguiente aparezca en tu escritorio.
10 consejos para dejar de procrastinar
Procrastinar es algo que todos hemos enfrentado en uno u otro momento de nuestra vida. Todos
hemos retrasado, evitado y/o postergado los problemas o tareas que importan o tienes que
finalizar. Muchas veces, prefieres ver esa serie que tanto te gusta, pasar horas y horas en las
redes sociales (aunque no compartas nada), jugar a tu videojuego favorito, o simplemente, no
hacer nada.
Cuando la procrastinación comienza a ser excesivo y la productividad decae, las consecuencias
pasan factura a tus actividades del día a día: acumulación exagerada de tareas por terminar,
estrés laboral, cansancio, bloqueo mental, desorganización y muchas otras señales que te indican
que tienes que hacer algo para trabajar de forma eficiente y dejar de postergar.
Sin embargo, debes saber que procrastinar es un hábito muy común, de hecho, lo es cada vez
más, sobre todo con las nuevas tecnologías y las tendencias actuales donde cada vez más
personas pueden estudiar o trabajar a distancia, siendo los propios jefes, sin que nadie esté
supervisando el cumplimiento del horario.
Si eres una persona que procrastina frecuentemente y deseas tomar acción para evitarlo, aquí
tienes 10 consejos para dejar de procrastinar. Ahora bien, recuerda no aplazar estos consejos
sobre cómo dejar de procrastinar para mañana y empieza a ponerlo en práctica hoy mismo.
Tabla de contenidos
Identifica tus distracciones
Puede que en más de una ocasión hayas visto cómo caes en círculos de distracciones que, en un
principio parecen inofensivas, pero que finalmente, te apartan tus tareas y te hacen perder la
concentración. Por ejemplo: notificaciones del teléfono, publicaciones en redes sociales, una
persona en tu entorno que no deja de hablarte, paseos a la cocina para buscar algo en el
frigorífico, etc…
Si quieres decirle adiós a la procrastinación, el hábito de postergar lo importante, el primer paso
es identificar tus propias distracciones y poco a poco, ir cortando con ellas durante tus horarios
de trabajo o los espacios en los que deseas ser más productivo.
En resumen, si es el teléfono lo que te distrae, déjalo lejos de tu escritorio, incluso en otra
habitación, o desactiva el sonido de las notificaciones; si te distraes navegando en internet, utiliza
aplicaciones en el navegador que bloqueen los sitios que más visitas; si hay alguien que te habla
mucho, pídele amablemente que no te moleste durante determinadas horas; si tienes el hábito de
mirar cada cierto tiempo las redes sociales, desactiva las aplicaciones y reinstala todo cuando
hayas terminado el trabajo.
Identificar las distracciones que más te hacen procrastinar es un buen comienzo para empezar a
tener el control sobre tu tiempo y hacer lo que tienes que hacer si postergarlo más.
Encuentra tu estrategia de productividad ideal
Existen muchos trucos de gestión del tiempo y podrás leer una gran variedad de consejos para ser
más productivos y dejar de procrastinar, así que de seguro alguna de esas estrategias pueden
ayudarte a dejar de postergar.
De hecho, más que recomendarte algún truco de productividad como la estrategia perfecta,
puedes explorar por tu cuenta aquellas que mejor se ajusten a tus necesidades y descubrir si
realmente te ayudan a dejar de procrastinar.
Desde trabajar durante cortos periodos de tiempo, tomar descansos entre tareas, clasificar tus
tareas por bloques, hasta imponerte la presión social de tener que cumplir con el trabajo a una
hora específica porque te has comprometido con alguien más. Cuando hablamos de estrategias
de gestión del tiempo, hay de todo y para todos.
En este artículo te contamos 10 estrategias de productividad entre las que seguramente
encontrarás alguna que pueda ayudarte.
Comienza por la tarea más difícil
Hablando de estrategias de productividad, hay una que por lo general no falla y puedes usarla en
compañía de otras técnicas de la lista: iniciar por la tarea más difícil del día.
Empezar el día ejecutando esas tareas más complicadas o que llevan más tiempo realizarlas, es
como resolver la mitad de los problemas de un solo golpe, ya que está comprobando que cuando
realizas esa actividad que venías procrastinando a toda costa, el resto de las tareas parecen «pan
comido» y te sientes más ligero a la hora de abordarlas.
Muchas veces se nos va el día pensando en lo complicado que va a ser realizar un actividad
concreta, invirtiendo más tiempo en imaginar lo pesada que será y el tiempo que llevará, en lugar
de enfocarnos en hacerla y ponernos en acción, así que esta técnica es la forma más sencilla de
romper con este hábito y por ende, con la procrastinación.
Divide las grandes tareas en partes pequeñas
Para esos momentos donde “hacer todo de golpe” no funciona, en general, porque la tarea que
tienes por delante es demasiado grande como para ser realizada en un día, también existen
soluciones que obviamente son mejores que procrastinar hasta la hora límite de entrega.
¿A quién no le ha pasado que evade algunas tareas con tan solo verlas? Por ejemplo, imagina
que tienes que redactar un ensayo de más 100 páginas y la misma idea de la longitud ya hace que
tomes distancia, ignores esa tarea de la agenda y vayas directo a procrastinar haciendo alguna
tarea que te produce más placer y distracción.
Sin embargo, ¿qué pasa si en lugar de ignorarlo, empiezas a trazarte el objetivo diario de redactar
(sin falta) al menos 10 páginas? De este modo, serás mucho más productivo que dejando todo
“para mañana”.
No dejes ni un día sin organizar tu tiempo y tareas
Este consejo parece básico, pero te sorprendería conocer la cantidad de personas que se levantan
por la mañana sin rutinas, horarios ni listas de objetivos que marquen el sentido, orden y ritmo de
su día.
A partir de ahora, si deseas dejar de procrastinar, comienza por evitar empezar un día sin
una lista de tareas y un horario establecido que puedas respetar. Cuando realizas una lista de
tareas y organizas tu día por horas, estás ayudando a tu mente a instaurar nuevos hábitos, siendo
capaz de definir el control sobre tu tiempo, conocer el nivel de importancia de las tareas y tomar
las riendas de tu vida laboral, académica y/o personal, sin dejarte llevar por cualquier distracción
esporádica.
Utiliza la regla de los dos minutos
Parece que la procrastinación es cosa de tareas muy grandes, pero la realidad es que puede
presentarse hasta en tareas más pequeñas, aquellas que no necesitan tanto tiempo para
realizarse y que lo único que requieren de nosotros es una mínima chispa de energía para
cumplirlos.
Por ejemplo, tareas como regar las plantas, hacer una llamada rápida, responder un correo de
confirmación, fregar los platos, y muchas otras actividades que pasamos demasiado tiempo
posponiendo sin ninguna motivo, ya que en la práctica, son tareas que no demandan muchas
horas de nuestro día.
Sin embargo, postergar estas tareas simples, provoca que se acumulen y al final del día
representan un gasto innecesario de energía al tener que acometerlas todas a la vez.
La próxima vez que te encuentres procrastinando actividades de este tipo, aplica la regla de los
dos minutos y reserva un bloque de tu tiempo para liberar de la lista todas aquellas tareas que
te tomen solo unos minutos en su realización antes de pasar a tareas más grandes.
Verás que haciendo cada cosa a su tiempo tienes la sensación de calma y control sobre el
momento presente.
Crea tu ritual para antes de trabajar
Muchas personas necesitan momentos de preparación antes de pasar a la acción, en este caso,
antes de comenzar a atender las tareas y responsabilidades de la lista. Para ello, crear tu propio
“ritual” antes de trabajar, te ayudará a programar tu mente e indicarle que se acerca la hora de
concentrarse y de dejar de lado las distracciones.
La idea es que no sea un ritual muy difícil que te incite nuevamente a procrastinar. Es preferible
que definas tareas sencillas, como dedicar un par de minutos a estirar el cuerpo, hidratarte,
realizar ejercicios de respiración, limpiar el escritorio, entre otras actividades simples que vayan
centrando tu mente en lo que debe hacer y no en lo que le distrae.
Lo importante es que identifiques cuál es el mejor ritual para ti y lo repitas cada día antes de
disponerte a trabajar.
Delimita y prepara tu espacio
Si eres de los que tienen la oportunidad de trabajar o estudiar desde casa, es muy fácil sentirte
demasiado libre a la hora de atender tus tareas. Por ejemplo, olvidarte de designar un espacio
especial para realizar tu trabajo o las tareas de la lista.
Sin embargo, los espacios juegan un papel importante a la hora de aumentar nuestra
productividad y dejar de procrastinar, por lo que es necesario aprender a ser firmes a la hora de
construir espacios adecuados, limpios y organizados para desarrollar el trabajo o las
responsabilidades del día a día.
Además, está comprobado que trabajar en la cama, en el sofá o en la mesa donde comes, solo
genera que procrastines mucho más, ya que tu mente asocia esos espacios con tareas vinculadas
al ocio y al descanso y no con lugares en donde debes cumplir con tu trabajo.
Primero las tareas, luego el ocio
Una vez más, cuando trabajas en remoto o puedes estudiar a distancia, es más fácil ser permisivo
con tus tareas y horarios. Anteponer las actividades placenteras con la excusa de “más tarde
tendré tiempo para acabar el trabajo».
Esto en la práctica hace que tu mente empiece a priorizar erróneamente actividades de ocio como
ver series, jugar a videojuegos, navegar en internet, hablar por el chat de amigos/familia, u otras
distracciones comunes en tu vida, por encima de responder activamente a tus obligaciones.
Lo ideal es anteponer las responsabilidades frente a aquellas tareas que disfrutamos hacer en
nuestro tiempo de ocio, no solo porque así no estarías procrastinando y serás más eficiente en la
gestión de tu tiempo, sino porque además, recibirás una recompensa al final del día por haber
trabajado activamente en tus objetivos.
Por otro lado, esta manera de priorizar tus tareas hará que tu cerebro asocie el trabajar sin
distracciones con emociones más positivas y placenteras.
Trabaja en tu capacidad de concentración y enfoque
Muchas veces, los problemas de procrastinación parten de problemas de concentración y falta
de foco, es decir, que tienen su origen en dificultades de atención que debemos atender.
Cuando los niveles de atención son muy frágiles o vulnerables, es muy fácil dejarnos seducir por
las distracciones y los placeres instantáneos, para evitarlo, requieres indagar en aquello que
consume tu energía mental y roba tu capacidad de enfocarte y poner atención en las actividades
que estás realizando.
Esto puede ser consecuencia de un descanso poco apropiado, estrés, escasa actividad física, falta
de motivación, entre muchas otras razones. Es conveniente analizar el porqué de esa falta de
concentración y motivación para que puedas entrenar tus habilidades y concentrarte en las tareas
que transformarán significativamente tu vida profesional, académica y/o personal.
Conclusiones sobre cómo dejar de procrastinar
Ahora que ya conoces las estrategias y herramientas que te ayudarán a dejar de ser esa persona
que no cumple con los objetivos que se traza, que siempre va tarde con las tareas o que por lo
general, tiene una excusa para dejar todo «para luego», solo queda poner un poco de voluntad
para pasar a la acción y romper con ese espiral de malos hábitos de productividad.
Somos conscientes de que esta es la parte más difícil de dejar de procrastinar, sobre todo porque
ya sabemos cuál es el siguiente paso y aún así puede ser complicado al inicio, pero así como la
procrastinación en sí misma, es un hábito que hemos desarrollado con el tiempo, las formas de
vencerla, también constituyen un hábito, que al igual que un músculo, se entrenan y moldean
hasta que trabajan a nuestro favor.
En definitiva, si logras aplicar estos consejos para dejar de procrastinar, tendrás parte del juego
ganado, así que… ¿qué tal si en lugar de empezar mañana, comienzas a desarrollar estos hábitos
a partir de ahora? ¡Sí! Aplícalos en la siguiente tarea de tu lista, esa que puedes comenzar en 3, 2,
1…
¡Ya nos contarás cómo te ha ido!
6 FORMAS DE COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN
Conoce 6 formas de combatir la procrastinación, evitar distracciones, ser más productivo y
aprovechar mejor el tiempo.
Era una palabra desconocida, aunque su significado estaba (y está) presente en la vida de todas
las personas, todos los días, sin excepción. Ahora es más que conocida: procrastinar es aplazar,
dejar algo para después… ¿para cuándo? Tal vez para al día siguiente o el que le sigue a
ese… Procrastinar es una actividad tan común como comer. ¿Cómo combatirla?
No es que dejar diferentes acciones para más tarde sea malo. Procrastinar puede ser muy útil si
se está mental y físicamente agotado, pero no siempre puede ser la salida para no enfrentar
asuntos de cualquier índole en el trabajo o la vida personal. Si te estás viendo afectado por
aplazar y aplazar, está en tus manos ser más comprometido y cumplir tus responsabilidades.
Estas son seis formas de enfrentar la procrastinación. No esperes para ponerlas en práctica.
Verás cuánto tiempo te ahorras si aprovechas todos los espacios con los que cuentas.
Planea y organiza las tareas de cada día
¿Usas una agenda física o virtual para consignar tus responsabilidades? Esta es una buena
herramienta para determinar lo que tienes que hacer en el día y responderte varias preguntas: ¿de
verdad alcanzarás a cumplir? ¿Tienes el tiempo suficiente? Sé realista y ubica en
el planeador lo que humanamente puedes hacer. Organiza los compromisos y ponte metas:
una actividad en dos horas, otra en una hora, etc.
Prioriza y sé consciente
Puede que tengas muchas tareas por llevar a cabo, pero no es sano que te excedas en el tiempo
que le dedicas a tu trabajo. Es fundamental que descanses, pienses en crecer personal y
profesionalmente, y compartas con tus seres queridos. De las diez tareas que tienes —por
ejemplo—, define cuáles son más urgentes e importantes. Haz esas primero y luego las otras. Sé
consciente.
Una actividad a la vez
Las personas están más ocupadas cada día. La tendencia en el mundo laboral y la academia
es ser multitarea, es decir, poder realizar diferentes actividades a la vez. No obstante, tratar
de abarcar mucho en poco tiempo puede hacer que, contrario a lo que muchos creen, todo quede
empezado y nada finalizado. Haz una actividad a la vez. Te sentirás más satisfecho al saber que
verdaderamente cierras procesos.
Escoge los espacios adecuados para trabajar
Si trabajas en ambientes en los que es difícil concentrarse, te será más fácil tomar la decisión de
procrastinar ante la falta de tiempo o la acumulación de tareas. Así no escojas tu lugar de
trabajo o no manejes tu tiempo, busca espacios en los que puedas pensar con claridad y logres
terminar una actividad completamente o cumplir con un compromiso en un tiempo determinado.
Evita las tentaciones de tu celular y otros
dispositivos
No uses tu celular cuando necesitas centrarte en terminar una actividad. Responder mensajes de
WhatsApp te aleja de lo que tenías en mente. Suma cinco o diez minutos cada hora dedicados
a revisar tus redes sociales. Al final del día pudiste haber invertido cerca de dos horas en
ello. Imagina todo lo que pudiste haber hecho en ese tiempo.
No te castigues y piensa que mereces premios
Por más que no quieras procrastinar o desees que te alcance el día para realizar todas las tareas
que tienes, simplemente puede que no lo logres. Hay factores que se salen de tu control y no
debes castigarte por ello. No procrastinar y aprovechar mejor el tiempo es un hábito que se
cultiva, así que sé comprensivo. Si no aplazaste ninguna actividad, prémiate. Esto te motivará y
dejará una gran sonrisa en tu rostro.
Cómo dejar de procrastinar: 10 consejos para empezar ahora
¡10 consejos para eliminar este hábito!
16/10/2022
Por Florencia Bevacqua
12 min
Conocer cómo dejar de procrastinar es clave para cumplir con los objetivos que nos proponemos.
Todos alguna vez hemos dejado para después una tarea importante en nuestro día de trabajo y
terminamos perdiendo el plazo de entrega, sin embargo, hay métodos muy eficaces que pueden
ayudarnos a no interrumpir nuestra productividad.
No contar con el tiempo suficiente o tener algún imprevisto y postergar una u otra tarea es normal,
pero cuando esa actitud se vuelve rutina y afecta el desempeño laboral y el desarrollo personal se
trata de un hábito que debemos trabajar para eliminar.
Ojo: es muy diferente a priorizar responsabilidades y diseñar un plan para cumplirlas. En este
caso, es una decisión que se toma a pesar de saber que traerá consecuencias.
Justamente, en este post que te hablaremos sobre el término y cómo dejar de procrastinar. Si
también te ha pasado a ti, ¡quédate leyendo! Aquí descubrirás:
Índice
¿Qué es procrastinar?¿Procrastinación es lo mismo que pereza?¿Por qué la procrastinación es tan
común?¿Por qué es importante dejar de procrastinar?Cómo dejar de procrastinar: 10 consejos¡Dejar de
procrastinar es posible!
¡Iniciemos!
¿Qué es procrastinar?
Procrastinar significa básicamente postergar, posponer.
Quienes procrastinan evitan cumplir con sus responsabilidades ocupándose, en cambio, de cosas
más simples o placenteras que no le significan un esfuerzo mental ni emocional tan grande.
El secreto para dejar de procrastinar: claridad sobre objetivos
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El secreto para dejar de procrastinar: claridad sobre objetivos

  • 1. El secreto para dejar de procrastinar en el trabajo Si llegaste a esta página, probablemente sea porque estás buscando la manera de dejar de procrastinar. Pero los trucos rápidos para forzar la motivación no funcionan. Se debe a que tu problema con la procrastinación, en realidad, no es de motivación sino de falta de claridad. La claridad es algo en lo que pensamos mucho en Asana, ya que obtener claridad es la clave para lograr buenos resultados. El problema es que la claridad no siempre está garantizada. Necesitas una herramienta dedicada y un buen marco de visibilidad para evitar el trabajo aislado y optimizar el trabajo significativo de alto impacto. En este artículo te mostraremos cómo la falta de claridad sobre la importancia del trabajo tiene como consecuencias la procrastinación. Pero ya es suficiente, basta de procrastinación, descubre cómo ponerle fin. Por qué procrastinamos en el trabajo ¿Qué es la procrastinación? La procrastinación es el hábito de diferir o posponer el trabajo que necesitas que esté listo porque te ocupas de otras cosas menos importantes o te distraes con actividades no laborales, como ver las redes sociales o algún programa de televisión. La procrastinación es una forma de inconsistencia temporal: la preferencia inconsciente por la gratificación inmediata por sobre una potencial recompensa futura. Aunque sepas que no debes procrastinar porque tienes que terminar algo, es más tentador hacer algo ahora y sentir una gratificación inmediata que trabajar con un objetivo a largo plazo. Parte de la solución del problema es brindar gratificación inmediata a los proyectos a largo plazo. Como líder de equipo, puedes lograrlo al brindar reconocimiento y comentarios en tu trabajo diario. Con Asana, hemos ido un paso más allá y hemos añadido celebraciones directamente al producto. Después de todo, nos vendría muy bien ver un unicornio volando por la pantalla de vez en cuando. La procrastinación no significa pereza Dependiendo de con quién hables, las personas te pueden dar muchos motivos diferentes sobre por qué procrastinan en el trabajo. Normalmente, entre las razones se incluyen las siguientes:  Pereza  Falta de autocontrol  Miedo al fracaso
  • 2.  Malos hábitos desarrollados  Perfeccionismo  La sensación de que el trabajo no es urgente  Confusión con respecto a lo requerido  Diálogo interno negativo  Miedo a los proyectos complejos y abrumadores  Hacer varias tareas a la vez Casi todos estos motivos provienen de un inhibidor central que lleva a la procrastinación en el trabajo: la falta de claridad. Si has desarrollado el hábito de la procrastinación, es posible que no tengas una conexión clara con la razón de por qué tu trabajo es importante. Y eso no es pereza, sino un problema que tiene solución. El problema de la procrastinación La inconsistencia temporal juega un papel fundamental en la procrastinación en el trabajo. Muchas veces, el trabajo que haces contribuye a proyectos o propósitos más amplios de la organización. Pero dependiendo de cuál sea tu rol, ese objetivo puede parecer muy lejano para tu trabajo diario. Sin un conocimiento profundo de por qué tu trabajo es importante, es muy difícil motivarse y terminarlo. Lo que falta es claridad. Cuando entiendes claramente y puedes establecer una relación directa entre el trabajo que haces y cómo afecta a tu equipo u organización te sientes motivado. Pero no es fácil lograrlo. De hecho, según nuestra investigación, solamente el 26 % de los empleados entienden claramente cómo su trabajo se relaciona con los objetivos de la empresa. La comprensión de qué aporta tu trabajo a los objetivos corporativos ofrece más claridad acerca de qué impacto tiene lo que haces en el equipo y en la empresa. Entonces, tomar decisiones se vuelve más sencillo. Puedes priorizar a consciencia las tareas más importantes según las iniciativas que tengan mayor impacto en los objetivos corporativos. Pero asegúrate de que esos objetivos no sean tan lejanos o amorfos. Para combatir la procrastinación necesitas contar con una forma clara de visualizar tanto tu trabajo como los objetivos de la empresa. Cómo resolver el problema de la falta de claridad Para resolver el problema de la falta de claridad puedes hacer algo de lo siguiente: 1. Crea objetivos del equipo o del departamento. Si para los miembros de tu equipo o incluso para ti es difícil notar cómo se conectan los trabajos de cada uno con los objetivos más amplios de la empresa, analiza la posibilidad de crear objetivos del equipo o del departamento. Así, será más fácil asociar al trabajo con los objetivos del equipo y entender el impacto que causa.
  • 3. 2. Conecta con claridad tu trabajo personal con los objetivos de la empresa. Aunque no puedas generar los objetivos del equipo o de la empresa, busca una manera de ver cómo se conecta tu trabajo directamente con los objetivos corporativos más amplios. Por ejemplo, si entiendes el impacto que tiene tu trabajo en un proyecto orientado a un objetivo corporativo más amplio podrás entender mejor lo que aportas con tu trabajo. 7 consejos para dejar de procrastinar Para combatir la procrastinación en el trabajo, crea objetivos a corto plazo para el equipo o el departamento, o vincula a tu trabajo personal con los objetivos corporativos más amplios. Para empezar, prueba con estos siete consejos: 1. Conecta el trabajo con los objetivos La mejor manera de dejar de procrastinar es entendiendo con claridad cómo contribuyes con tu trabajo a los objetivos del equipo o de la empresa. Cuando tienes este nivel de claridad, el trabajo cobra sentido. En vez de trabajar por trabajar, contribuyes a una visión más amplia. Lo ideal es que la visión sea algo que te apasione. Pero aunque no lo sea, simplemente entender cómo se conecta tu trabajo con algo más amplio servirá para que todo tenga más sentido. En vez de tener que combatir la incompatibilidad temporal, ahora el trabajo, con el que normalmente procrastinarías, adquiere un valor claro. 2. Aclara las prioridades Es inevitable que las fechas de entrega cambien. Podría pasar porque en un proyecto hay corrupción del alcance, porque se prioriza otro proyecto o porque el líder del equipo reasigna recursos según alguna modificación de últiemo momento en las necesidades. Pero si sabes qué trabajos son los más importantes, entonces estás más preparado para gestionar las prioridades. Después, cuando los plazos y los cronogramas cambien, tendrás la claridad suficiente como para entregar trabajos que realmente produzcan resultados significativos. Las prioridades claras son un excelente método antiprocrastinación porque ayudan a ver qué trabajo es más importante. Con las prioridades claras, sabes que no trabajas con tareas que no son relevantes. En vez de sentir que pierdes el tiempo en el trabajo, ves por qué tu trabajo es importante. 3. Usa los objetivos para combatir el perfeccionismo A veces, los procrastinadores crónicos, en realidad, son perfeccionistas. En tal caso, la presión de que los trabajos sean perfectos puede resultar abrumadora y llevar a la procrastinación. Pero el
  • 4. perfeccionismo, como muchos otros tipos de procrastinación en el trabajo, se puede resolver mediante la claridad. Céntrate en el impacto Si el perfeccionismo es un problema, puede resultar muy útil tener una idea clara del impacto que tiene tu trabajo. En vez de pretender perfección, céntrate en finalizar las tareas que tienes a mano para apoyar los objetivos de la empresa de la mejor manera posible. A continuación te mostramos a qué nos referimos: Imagina que trabajas para producir una animación educativa para la página de inicio de tu sitio web. Muchas personas verán ese trabajo, lo que hace que el perfeccionista que hay en ti entre en pánico. Es el motivo por el que te centras en el resultado y piensas en todos los que verán el video, en vez de enfocarte en los objetivos y el impacto del video. El objetivo de la animación es comunicar los beneficios de los productos de la empresa a personas que no están familiarizadas con esos productos y el impacto es educativo. Si reorientas las prioridades en torno al impacto, disminuirá la presión sobre el perfeccionismo y te pondrás directamente a trabajar. Define lo que significa “listo” Otra buena estrategia para combatir el perfeccionismo es definir bien lo que significa “listo”. Es una técnica que se aplica en equipos Scrum para avanzar rápido. Al definir y adherir a lo que realmente significa “listo” tienes un punto en el cual puedes dejar de trabajar, independientemente de si el trabajo es 100 % perfecto o no. Si dudas, piensa que “listo” es mejor que “perfecto”. 4. Divide las iniciativas grandes en tareas más pequeñas A veces es difícil ver con claridad cómo y cuándo será el fin de un proyecto grande. En consecuencia, surge la tentación de posponerlo. El alcance de la iniciativa hace que se vuelva complejo ocuparse de todas las piezas en movimiento y conectarlas con los objetivos más generales. En vez de sentirte abrumado por la enormidad de la tarea (o del proyecto), divide el trabajo en porciones más pequeñas. Usa una herramienta de gestión de proyectos para dar seguimiento al trabajo y organizarlo. Será muy útil que dividas las piezas grandes en porciones más pequeñas porque probablemente descubras que no eres responsable de todos los aspectos de una iniciativa amplia. Por ejemplo, si escribes un ebook, eres responsable de hacer el esquema, el borrador y la edición de los textos. Pero tal vez alguien más se ocupe del diseño del ebook y quizás pueda haber un editor que lo
  • 5. apruebe. Al dividir la iniciativa de “Crear un ebook” en varias tareas, no solo resulta más fácil empezar, sino que además adquieres claridad con respecto a quién hace qué y para cuándo. 5. Captura todo lo que hay que hacer Aunque no trabajes con iniciativas complejas será muy útil tener una lista de todos los trabajos pendientes. Cuando no se tiene una manera clara de ver qué trabajo queda por hacer, es fácil sentirse abrumado y perder el control de los trabajos. Nos pasa a todos. Según nuestra investigación, todas las semanas hay un 26 % de entregas que no llegan a cumplirse. Capturar todas las tareas pendientes es una táctica del método “Getting Things Done” (GTD). Una vez que entiendes con claridad qué trabajo queda pendiente, resulta más fácil organizarlo, establecer las prioridades y ponerse a trabajar. Asegúrate de dar seguimiento al trabajo con una aplicación con lista de pendientes, no con una lista de verificación escrita. Si bien puede resultar gratificante tachar cosas de una lista, el seguimiento del trabajo en una aplicación es útil para priorizar y ordenar el trabajo, para agregar contexto importante a las tareas pendientes y para compartirlas con otros miembros del equipo. 6. Establece fechas de entrega Si no sabes bien cuándo hay que entregar los trabajos, será difícil resistir a la tentación de postergarlos. Las fechas de entrega claras hacen que sea más fácil entender exactamente para cuándo deben finalizarse las tareas. En función de esta información, puedes organizarte para garantizar que los trabajos se finalicen a tiempo. Después de todo, no puedes trabajar bien si no sabes primero para cuándo debe estar terminado el trabajo. Una vez que hayas capturado todas las tareas pendientes en una herramienta para tal fin, confirma que cada elemento tenga una fecha de entrega. También es una buena oportunidad para que identifiques el trabajo que no es prioritario. Si te encuentras con alguna tarea de este estilo, difiere el trabajo hasta que tengas más tiempo disponible o delégalo a alguien más. No lo hagas una sola vez. Organiza rápido el trabajo al final del día y define las fechas de entrega de las tareas nuevas. De este modo, cuando te pongas a trabajar al día siguiente, estarás mejor preparado para finalizar las tareas. 7. Prueba con estas estrategias para gestión del tiempo Es probable que una vez que sepas con claridad lo que hay que hacer, te sientas más motivado. Aunque igual puede haber días en los que necesites apoyo extra para centrarte en la tarea. Si ese
  • 6. es el caso, prueba con alguna estrategia para gestión del tiempo, para dejar de hacer varias tareas a la vez y entrar en el estado de fluidez.  El método “Getting Things Done” (GTD). Este método se basa en la idea de que mientras más información tengas que seguir mentalmente, menos productividad y concentración tendrás. En vez de depender de tu mente, la metodología GDT propone almacenar toda esa información en una fuente de referencias externa y bien organizada.  La técnica “Pomodoro”. Esta técnica propone alternar entre sesiones de trabajo y de descanso. Una ‘pomodoro’ es una sesión de trabajo que dura 25 minutos, después de los cuales hay un descanso de 5 minutos. Después de 4 sesiones ‘pomodoro’, se toma un descanso más prolongado. Al trabajar en secuencias breves, es más probable que uno logre mayor productividad y mantenga la motivación.  El time blocking. Es una estrategia de gestión del tiempo que te permite planificar cada momento del día. Con esta técnica, puedes dividir la semana laboral en pequeños bloques de tiempo para poder revisar los emails, trabajar en proyectos, tomar un descanso o incluso hacer ejercicio.  El timeboxing. Es una estrategia de gestión del tiempo orientada a los objetivos que puede ayudarte a aumentar la productividad y a evitar la procrastinación. Un timebox o bloque de tiempo representa un objetivo para finalizar una tarea en particular dentro de un marco temporal específico.  La regla de los dos minutos. Es una estrategia muy simple de gestión del tiempo: si necesitas menos de 2 minutos para finalizar una tarea, hazla ahora. Esta metodología se centra en las tareas pequeñas, con la convicción de que si la quitas rápido del camino, tendrás más tiempo y más claridad mental para poder abocarte luego al trabajo de alto impacto y terminarlo. Genera claridad para no procrastinar Es cierto que puedes probar con la fuerza bruta, dejar de procrastinar y tomar una actitud del estilo “solo hazlo”. Pero estas estrategias solamente son efectivas a corto plazo, con suerte. A la larga, la manera más efectiva para dejar de procrastinar es conectar tu trabajo con objetivos más amplios. Del mismo modo que lo que sucede con otras habilidades de desarrollo personal, dejar de procrastinar lleva tiempo. Si es un hábito que has desarrollado con el tiempo, no puedes esperar que desaparezca de la noche a la mañana. En cambio, dedícate con tiempo a generar claridad, para ti, pero también para tu equipo. Lentamente, te sentirás más motivado para trabajar cuando puedas ver con claridad por qué tu trabajo es importante.
  • 7. ¿CÓMO EVITAR LA PROCRASTINACIÓN Y SER MÁS PRODUCTIVO? Muchas personas procrastinan sin saber que es un hábito común en sus vidas, principalmente porque desconocen el termino, eso nos lleva a responder la primera pregunta. ¿Qué es la procrastinación? La procrastinación es la acción de dejar algunas tareas para después, uno de los mayores enemigos del éxito y del logro de nuestros objetivos, es por esa razón que evitar dejar de postergar es una tarea que resulta prioritaria para sentirnos más productivos y motivados. Si bien la mayoría de las personas hemos experimentado en alguna oportunidad que hay algo que no queremos hacer y lo dejamos para después, este hábito lo que consigue es solo que todo se acumule y esto a largo plazo lo que puede lograr es darnos estrés, cansancio, agotamiento, sentirse desmotivado y desanimado. Alguna vez te has preguntado porque no estoy logrando lo que quiero alcanzar, debes ver en qué están ocupando tu tiempo y qué estas dejando para después, es hora de dejar de procrastinar y tomar acción. Las siguientes recomendaciones te ayudaran a volverte más productivo y romper este viejo hábito. 10 pasos para dejar de procrastinar e ir hacia el éxito: 1.- Organiza tu agenda diaria Seguir un plan es lo mejor, empieza tu día lo más temprano posible y de manera organizada. No olvides que el buen descanso es necesario para empezar tu día temprano y así tener más tiempo para realizar lo que esté en tu agenda. Mantiene tus actividades para realizar y ve haciéndolas en su tiempo, esta es una de las mejores opciones para sentirse motivado. 2.- Evita las distracciones Es el momento de analizar cuánto tiempo está ocupando en tus distracciones. Las redes sociales, la televisión, los videojuegos son altamente adictivos, establece un uso diario o evítalos, si están afectado de forma negativa al logro de tus metas. Si el móvil es una distracción cuando se está realizando alguna tarea, colócalo en silencio y mantenlo fuera de tu alcance mientras trabajas. 3.- Establece objetivos claros Objetivos claros y específicos para cada día. Establece actividades que debes realizar de manera inmediata y ve pasando a las siguientes paso a paso. La organización te permitirá tener mayor enfoque y lograr tus objetivos con mayor facilidad y en menor tiempo.
  • 8. 4.- Fuerza de voluntad Rompe con el hábito de dejar todo para después, dejar de postergar es un acto de fuerza de voluntad, pero luego de que inicia todo se irá poniendo mucho más fácil y el camino será mucho más gratificante. 5.- Diles no a las excusas Hay actividades que pueden ser un poco tediosas o aburridas, pero dejarlas para después no te ayudará, así que sin excusas intenta salir primero de todo aquello que dejarías para después de manera habitual y así sentirás como avanzas. 6.- Establece pausas de descanso Sobrecargarse de trabajo en el día o querer hacer todo a la vez tampoco ayudará, realiza pausas entre tareas (de algunos minutos) y así evitaras el agotamiento y los bloqueos mentales. Puede tomarte un café, caminar un poco y luego volver a tus siguientes actividades y tareas con mayor energía y ganas. 7. Termina lo que empiezas Si está realizando una tarea debe termínala antes de pasar a la siguiente, tu enfoque es importante y sobre todo ser constante, por eso debes ir paso a paso y asegúrate de no dejara nada por la mitad. 8.- Trabaja en un espacio ordenado En la actualidad son muchas las personas que trabajan desde casa, pero esta no es excusa para tener un espacio desordenado o sucio, prepara tu espacio de trabajo para que esté lo más organizado posible. 9.- Recompensa tu esfuerzo Si logras realizar todas tus tareas agendadas, una buena forma de seguir en este nuevo camino son las recompensas, puede darte un premio o regalarte una frase positiva. Ser positivo te ayudará mucho en este nuevo camino. 10.- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy Es tu hora de crear nuevos hábitos por esa razón tomate tu tiempo para hacer todo lo que planificaste en el día y al finalizar te sentirás motivado, descansaras con una increíble sensación de satisfacción. Deja de procrastinar y ve hacia una mayor productividad. Procrastinar es el peor enemigo para tus metas. Muchas personas mantienen este habito sin darse cuenta, posponiendo actividades de importancia. No dudes en incorporar nuestras recomendaciones en tu rutina diaria. ¡Toma acción, rompe ese hábito y se más productivo!
  • 9. 5 CONSEJOS PARA EVITAR LA PROCRASTINACIÓN CON LOS ESTUDIOS DESDE CASA Los estudios en línea y desde casa no son vacaciones. Recordá que tenés horarios y metas que cumplir. Procrastinar puede afectar tu aprendizaje, tus calificaciones y compromete tu futuro; además puede convertirse en un hábito peligroso. Te compartimos estos consejos, que, combinados o de forma independiente, pueden ayudarte a reducir tu nivel de procrastinación: Puede interesarle: Comunicado Oficial sobre Suspensión de Clases Presenciales en UAM 1. Fomentá la concentración. Prepará un espacio adecuado para estudiar, lo mejor es usar un escritorio o una parte determinada de tu cuarto. Evitá estudiar en la sala o la cocina. 2. Evitá las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en lugar de lo que realmente debés hacer, más fácil será procrastinar. 3. Planificá las tareas. Establecé horarios específicos para los estudios. No postergues el cumplimiento de tareas para evitar que se acumulen. 4. Establecé premios y descanso. Implementá una recompensa para cuando termines esa tarea que se resiste. Motívate pensando en lo que harás después de completarla. 5. Dormí bien. La falta de descanso puede generar desanimo para estudiar y rendir de forma óptima. Si estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan considerablemente.
  • 10. 6 estrategias para vencer la procrastinación La procrastinación es el hábito de aplazar determinadas actividades y hacer en su lugar otras más agradables. En otras palabras, procrastinar es “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”. Cada vez que caes en este mal hábito aumentas tus tiempos de ejecución y te alejas de tus objetivos. Si quieres mejorar tu productividad es imprescindible prestar atención a esta conducta y trabajar para evitarla. Es probable que te reconozcas como un procrastinador. Aunque el término es relativamente nuevo, la procrastinación es una conducta muy común. La buena noticia es que, al ser una conducta aprendida, también se puede desaprender. El principal disparador de la procrastinación son los sentimientos negativos. Cuando te sientes estresado, indeciso, sobrepasado o incluso aburrido, es más probable que recurras a esta conducta. Es un mecanismo sencillo, basado en la tendencia natural de las personas a evitar cosas desagradables. Sabiendo esto, si quieres evitar la procrastinación, debes controlar los sentimientos negativos que la desencadenan. Aunque no puedas eliminar por completo todos los sentimientos negativos relacionados con el desarrollo de tu trabajo, sí puedes controlar algunas situaciones que favorecen su aparición. Quiero explicarte 6 estrategias que te ayudarán a vencer la procrastinación y mejorar tu productividad. Cada una de ellas te permitirá conocer los disparadores de esta conducta, y podrás empezar a trabajar hoy mismo para reducir su impacto. 1. Establece tus objetivos Cuando tus objetivos son poco realistas o no están bien definidos, es más probable que termines procrastinando. Conocer el motivo que hay detrás de tu esfuerzo, te ayudará a vencer la tentación. La motivación es una fuerza muy potente, que te empuja a realizar esfuerzos para conseguir lo que deseas. En este sentido, es lo opuesto a la procrastinación, porque te anima a aplazar recompensas inmediatas para lograr recompensas mayores a largo plazo. A la hora de definir objetivos debes procurar que sean lo más específicos posibles. Los objetivos muy generales o amplios no resultan motivadores. Incluso pueden generar cierto malestar por percibirlos como demasiado lejanos o difíciles de alcanzar. Otro requisito de los objetivos es que deben ser personales y motivadores para ti. Si pretendes alcanzar un objetivo que no te resulta relevante, difícilmente te vas a sentir motivado para trabajar en ello. 2. Organiza tu día Uno de los principales desencadenantes de la procrastinación es tener que decidir cuál es la acción siguiente. No saber qué hacer genera sentimientos negativos y hace más probable que recurras a la procrastinación. Habrás comprobado que la tentación aumenta en los momentos de cambio de tarea. El motivo es que iniciar una actividad genera cierta resistencia, porque requiere un esfuerzo extra. Si a esta
  • 11. resistencia se suma el esfuerzo mental de planear la siguiente actividad, las probabilidades de procrastinar se multiplican. Para evitarlo, deberías tener tus actividades diarias planificadas, para saber siempre cuál es la siguiente tarea. Lo mejor es hacer la planificación el día anterior, para iniciar tu día con los objetivos claros. 3. Divide tu trabajo Si te enfrentas a un trabajo demasiado complejo y no sabes cómo empezar, es probable que te asalten las dudas o te sientas sobrepasado. Son este tipo de sentimientos negativos los que ejercen como disparadores de la procrastinación. Cuando te sientes incapaz de abordar algo surge la tentación de aplazar esa tarea, para hacer otras que te resulten más agradables o que estés seguro de poder empezar y terminar. Para evitarlo la mejor estrategia es dividir tu trabajo en tareas pequeñas y sencillas de abordar. Cada parte del trabajo se convierte en una tarea simple que, una vez terminada, te genera sensación de logro y aumenta tu motivación. 4. Elimina distracciones Si quieres estar más concentrado en tu trabajo debes eliminar o reducir al mínimo las potenciales fuentes de procrastinación. Es posible que tenga más mérito vencer la procrastinación en un entorno cargado de distracciones y fuentes alternativas de diversión, pero es un esfuerzo innecesario. ¿Cuáles son estas distracciones? Depende de cada caso, pero hay algunas muy comunes. Hoy en día, el teléfono móvil es la gran tentación, donde tenemos casi de todo: redes sociales, internet, videos, música, correo, contactos, juegos, etc. Lo mejor es tenerlo en silencio y fuera del alcance de la vista. Si eres de los que piensa que debes estar constantemente conectado tengo una noticia para ti: no es en absoluto necesario. Para comprobarlo puedes preguntarte, de todas las notificaciones que tienes en tu móvil, ¿cuántas son realmente urgentes? Además, hay posibilidades de mantenerse disponible para emergencias, evitando las distracciones. Los teléfonos permiten silenciar de manera selectiva las notificaciones. Lo ideal es tener todo silenciado, excepto las llamadas. Nadie recibe peticiones urgentes a través de redes sociales o correo electrónico; puedes permitirte estar unas horas sin atender estos canales. Si trabajas con un ordenador, otra fuente de distracción es el acceso a internet. Algunos trucos para evitar la tentación son: desactivar la conexión a internet si no es imprescindible para tu tarea, eliminar los accesos directos para dificultar el acceso a tus páginas preferidas para procrastinar y no tener guardadas por defecto las claves de acceso a estas webs. Las personas de tu entorno también generan interrupciones y son fuente de distracción. Aunque no puedes “silenciar” a las personas, sí puedes poner límites a sus interrupciones. Si estás concentrado y te interrumpen, puedes decir amablemente que atenderás a esa persona más tarde. Incluso, de manera preventiva, puedes avisar a tu entorno de los momentos del día en los que no quieres interrupciones.
  • 12. El truco para que estas ideas funcionen es ofrecer un momento alternativo para atender las peticiones. No basta decir “ahora no puedo”, debes indicar cuándo estarás disponible. La multitarea es otra fuente de distracciones que, además de disminuir tu rendimiento, facilita la procrastinación. Al tener varias tareas abiertas, es fácil que te decantes por la más agradable, aplazando otras más importantes. 5. Recompensa tu esfuerzo Tener prevista una recompensa te anima a trabajar de manera más eficaz y productiva. Aunque puedes optar por la recompensa que quieras, una buena opción son precisamente esas actividades agradables que has estado evitando. El objetivo es dejar de utilizar estas actividades como justificación para no realizar tu trabajo. Cuando dejes de utilizarlas como excusa, podrás empezar a utilizarlas como recompensa por el trabajo bien hecho. Usar recompensas de este tipo refuerza tu sensación de logro. No es lo mismo hacer algo agradable, que hacer algo agradable que te has ganado. Esta satisfacción hará que las siguientes veces te sea más fácil evitar la procrastinación. Además, usarlas como recompensa, cambia la forma en que disfrutas de estas actividades. Si las realizas en el momento adecuado desaparece la culpa y dejas de escuchar esa voz que dice que deberías estar haciendo otras cosas. 6. Personaliza tus estrategias Si quieres reducir el impacto de este mal hábito, es importante que observes tu propio comportamiento. No todas las personas procrastinamos igual, ni sentimos debilidad por las mismas actividades. Debes identificar cuáles son las actividades que utilizas como vía de escape. Puedes llevarte alguna sorpresa y descubrir que estás procrastinando más de lo que crees. Algunas actividades son claramente gratificantes y es fácil detectar que son una forma de evadirse. Pero hay tareas que, aunque no son gratificantes en sí mismas, sí pueden reportarte ganancias por el simple hecho de terminarlas. Por ejemplo, poner la lavadora no suele ser muy gratificante. Pero si te sientes frustrado por no ser capaz de terminar tu trabajo, el hecho de poner la lavadora, es decir, ejecutar una tarea y terminarla con éxito, puede resultar satisfactorio. Por último, tienes que conocer los disparadores concretos de tu conducta. Piensa en las situaciones en las que sueles procrastinar y busca tu patrón. Encontrarás las tareas y los momentos en los que la tentación es mayor.
  • 13. 20 Estrategias Para Dejar de Procrastinar “Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una cosa difícil la hace imposible.” ~ George Claude Lorimer Aunque, como explicaba la semana pasada, la procrastinación se puede enfocar de una manera positiva, lo cierto es que, en general, procrastinar es un enemigo de tu productividad y te impide aprovechar todo tu potencial. He recopilado esta lista—sin orden ni concierto—de múltiples estrategias, algunas sencillas y otras no tanto, que combinadas o de forma independiente, pueden ayudarte a reducir bastante tu nivel de procrastinación: 1. Utiliza la Regla de los Dos Minutos. La Regla de los Dos Minutos tiene su origen en GTD y dice que si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, no la planifiques; hazla. Puedes extender ese tiempo a 5 ó 10 minutos. Si haces de esta regla un hábito, habrá una multitud de tareas que no vas a tener la oportunidad de posponer. 2. Da un pequeño primer paso. Si temes a una tarea por el motivo que sea, plantéate trabajar solo 5 minutos y dejarlo. Cuando empiezas a trabajar el miedo se desvanece y coges inercia para continuar y terminar el trabajo. Al dar el primer paso vences esa resistencia y empiezas a ver de otra manera cosas que antes te parecían imposibles. Deja de pensar y hazlo. 3. Las rutinas ayudan. Si conviertes la tareas repetitivas y aburridas en rutinas, terminarás haciéndolas sin apenas esfuerzo. Las rutinas son hábitos o costumbres que haces de forma casi inconsciente y simplifican tu vida. 4. Toma decisiones. Muchas veces vas aplazando una tarea inconscientemente, simplemente porque no te paras a pensar en ella. Dedica un par de minutos para aclarar qué significa realmente esa tarea y toma una decisión al respecto. Puede que decidas demorarla de una manera racional, en cuyo caso no estás procrastinando y no te sentirás mal por ello. 5. Haz un seguimiento de tu tiempo. Anota en algún sitio qué tareas realizas cada día y cuanto tiempo has dedicado a cada una. Al anotar tu tiempo creas un compromiso interno que te hace ser más responsable con respecto a cómo lo utilizas. 6. Aprende a decir no. Apuesto a que muchas de las tareas que pospones son compromisos que te has buscado por no saber decir que no. 7. No tengas miedo a abandonar. Puede que no sea el momento de hacer algo. A veces creemos que tenemos que hacer algo simplemente porque lo hemos empezado. Si el tiempo hace que ese proyecto ya no tenga tanto sentido o no sea lo suficientemente importante, simplemente déjalo y haz otras cosas. Esperar no significa procrastinar. 8. Gestiona tu energía, no tu tiempo. Es importante que trabajes en tus mejores momentos. Si estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan considerablemente. Para tener una mejor actitud, descansa lo suficiente, controla tu nutrición y haz ejercicio. 9. Utiliza la estrategia de Seinfeld. Jerry Seinfeld, actor y cómico, utiliza esa estrategia para no dejar de escribir chistes cada día. Si tienes que hacer una tarea todos los días, coge un
  • 14. calendario y marca con una X cada día que lo haces. El objetivo es no romper la cadena de equis en el calendario. 10.Divide el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Un proyecto grande y complejo puede resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas consigues ver claro el camino y la resistencia a enfrentarte a él disminuye. 11.Establece una recompensa para cuando termines esa tarea que se resiste. Motívate pensando en lo que harás después de hacerla—algo que realmente te apetezca, te relaje y no suponga ningún esfuerzo. Define tus propios incentivos. 12.Haz que sea divertido. Si se trata de una tarea aburrida, busca maneras de hacerla divertida. Juegos, estrategia Seinfield, técnica Pomodoro, recompensas en cada avance, etc. 13.Hazlo público. Si se trata de un reto importante, hazlo público. Habla de ello con tu familia y con tus amigos, públicalo en tus redes sociales, en tu blog… Te sentirás responsable y comprometido, y te costará aplazar el trabajo. 14.Utiliza las palabras adecuadas. Expresa las acciones de forma clara, concisa y motivadora. Las palabras importan cuando te enfrentas a una nueva tarea. 15.Utiliza una lista de tareas corta. Un lista larga puede arruinar tu sensación de control y convertirse en una fuente de estrés y frustración. Cuanto más corta sea tu lista de próximas acciones, más fácil te resultará estar focalizado en lo que de verdad tienes que hacer. 16.Utiliza herramientas que te gusten. No quieras hacerlo todo con una hoja de papel y un lápiz. Utilizar cosas atractivas puede ayudarte a empezar con más ganas una determinada tarea. 17.Revisa regularmente tus objetivos. Si una tarea es complicada, incierta o aburrida, pero es importante para lograr un objetivo, tener siempre presente esa meta debería ayudarte a no procrastinar. 18.Trabaja tus hábitos. Si te conoces a ti mismo y averiguas por qué aplazas constantemente cierto tipo de tareas, podrás cambiar tus hábitos y encaminarlos hacia una menor procrastinación y una mayor productividad. 19.Evita las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo que tienes que hacer, más fácil será procrastinar. Mantén el móvil, las notificaciones y el acceso a internet desconectados cuando te dispongas a afrontar tareas complicadas. 20.¿Tienes un sistema? Si tienes un sistema de productividad personal como GTD será más fácil que tengas claro qué tienes que hacer y por qué no debes aplazarlo. ¿No conoces la metodología GTD? Aprovecha esta oferta para aprender GTD en 6 meses y practicar con FacileThings a un precio ridículo.
  • 15. La procrastinación y cómo evitarla Probablemente nos ha sucedido que tenemos tareas por realizar y, por alguna razón, las vamos dejando para después, porque nos parecen molestas, aburridas o creemos que demandan mucho tiempo. Si se realizan más adelante, no hay problema, pero si esta situación se repite frecuentemente y nos trae inconvenientes de incumplimiento o retrasos no planificados, puede convertirse en algo más serio y que debemos prestarle atención. Esto es lo que se llama procrastinación y ahora veremos de qué se trata y cómo evitarla. ¿Qué es la procrastinación? Procrastinar se trata de postergar tareas importantes por hacer alguna otra que no tenga una relevancia tan alta como las primeras. También se considera como una forma de evitar las responsabilidades o emociones negativas que nos pueden generar determinados pendientes, como aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, etc. Estas sensaciones pueden llegar a ser muy molestas y generar otros sentimientos como estrés, depresión, ansiedad o culpabilidad, lo que provoca que el alivio temporal que tenemos cuando dejamos las responsabilidades para después, en realidad se convierta en un malestar mayor. Si realizáramos las tareas en su momento en lugar de enfocar nuestro tiempo en otras actividades, podríamos evitar esa contradicción de emociones. Volverse parte de la procrastinación puede traer consecuencias negativas importantes para la productividad en el cotidiano y en nuestra vida laboral, así como efectos adversos para nuestra salud mental. Algunos ejemplos de procrastinación Algunos casos de procrastinación son más comunes de lo que piensas y es importante analizarlos para poder trabajar en ellos. Veamos estos ejemplos:  Llenarse de pendientes en la oficina y no empezar porque no hay un orden de prioridades.  Dejar pasar el tiempo para entregar un proyecto escolar que es un riesgo para aprobar una materia.  Buscar información en la biblioteca de la escuela y no avanzar en la investigación porque “no hay suficiente material en ese lugar”, en lugar de buscar por otros medios.
  • 16.  Posponer la realización de un proyecto complejo porque se tienen muchos pendientes pequeños que ir resolviendo.  Tomarse algunos minutos de descanso que se convierten en horas y días. ¿Cómo puedo evitar la procrastinación? Para resolver evitar la procrastinación en nuestro día a día es importante seguir algunos puntos como el orden y la responsabilidad, pero además de eso debemos estar conscientes de que se requiere compromiso y esfuerzo. Así, te comparto algunos consejos para darle la vuelta a la procrastinación y que tus proyectos y pendientes avancen de la mejor manera:  Organiza tu tiempo de forma efectiva. Si tienes un proyecto que requiere mucho tiempo, divide lo que debes hacer en pequeñas tareas y pon fechas o tiempos de entrega para cada una.  Haz un compromiso. Piensa que el primer beneficiado de terminar con un proyecto o tarea serás tú, entonces busca que sea un objetivo a lograr.  El ambiente ideal. Haz que tu lugar de trabajo tenga buena iluminación y con elementos que te inspiren y te hagan sentir cómodo.  Trabaja eficazmente. Aprende a organizarte, investigar, crear tu lista de pendientes y desarrollarlos de forma efectiva, así aprovecharás al máximo el tiempo.  Tómate un tiempo de descanso. Sí, aunque parezca poco común, es importante que te tomes un descanso y regreses a trabajar cuando tengas la mente más clara. Así, vemos que la procrastinación es parte de una serie de situaciones que se pueden resolver si hay disciplina, esfuerzo y orden para alcanzar los objetivos, ya sean grandes o pequeños, de corto o mediano plazo y que son parte de nuestra vida, ya sea en la universidad, en la escuela o en el trabajo.
  • 17. 7 consejos para dejar de procrastinar ¿Alguna vez has dejado para luego algo que era conveniente hacer en el momento? ¿Has dejado para mañana lo que podrías haber hecho hoy? ¿Has pospuesto el momento de iniciar ese trabajo o informe que tienes que hacer? Todas esas conductas corresponden a estrategias de procrastinación. En PsicoAbreu te explicamos en qué consiste la procrastinación, qué consecuencias tiene y cómo gestionarla. ¿Qué es la procrastinación? La procrastinación es un conjunto de conductas que consisten en aplazar las tareas o asuntos pendiente, a pesar de saber que hay que realizarlas y que la tardanza en realizarlas puede tener consecuencias negativas. Este tipo de comportamiento se relacionan con características como el perfeccionismo, ansiedad, baja autoestima, bajo autocontrol y desconfianza en sí mismo. La procrastinación se entiende como una evidencia del miedo al fracaso, que motiva a la persona a posponer el momento de realizar las tareas por el malestar que le supone la posibilidad de fallar o no llegar a las exigencias establecidas. ¿Qué consecuencias tiene procrastinar? A corto plazo, la procrastinación puede parecer el remedio perfecto para evadir el miedo al fracaso que supone afrontar la situación en cuestión. Sin embargo, a largo plazo, las consecuencias pueden llegar a ser bastante importantes e, incluso, interferir en la vida diaria de la persona. Alguna de dichas consecuencias son:  Aumento del estrés por la acumulación del trabajo. Además, disminuye el tiempo disponible para dedicarle a cada tarea.  Disminución de la autoeficacia. La persona percibe que no es capaz de afrontar la tarea o que la calidad de su desempeño no es la adecuada o la que podría llegar a ser.  Sentimiento de culpa por dejarlo para más tarde.  Sensación de pérdida de tiempo. Consejos para reducir la procrastinación. En ocasiones, la conducta de procrastinar se convierte en un hábito en la vida de la persona. No obstante, existen estrategias que ayudan a la persona a disminuir la frecuencia de este fenómeno. Nuestros psicólogos Málaga te proponen las siguientes:
  • 18. 1. Organización del tiempo. Clarificar las tareas pendientes y priorizarlas para, así, poder organizar el tiempo que se le va a dedicar a cada una. Ponerle fecha y hora mediante un calendario o planning puede facilitar la realización de la tarea. 2. La regla de dos minutos. Si existe algo que puedas hacer en los próximos dos, cinco o diez minutos, es preferible que la hagas en lugar de planificarla. Esto se debe a que se tarda más en planificar que en realizarla y, además, disminuiremos la cantidad de pequeñas tareas pendientes. 3. Disminuir distracciones. Durante el tiempo que estemos realizando las tareas, disminuir la posibilidad de distracciones. Esto significa, no tener el móvil a mano, tener la televisión apagada, cuidar las condiciones ambientales para poder desempañar la tarea cómodamente, etc. 4. Evitar la perfección. El objetivo final es realizar las tareas pendientes, no hacerlas perfectas. Ese nivel de autoexigencia aumenta el estrés y dificulta que la persona finalice la tarea, ya que siempre identifica algo por mejorar o, bien, desiste en el intento porque se ve incapaz de hacerlo. 5. Respetar el descanso. Si el agotamiento aparece, es preferible pausar la tarea y descansar. Insistir en esos momentos no resulta útil y fomenta el estrés. 6. Recompensas. Establecer recompensas por las tareas realizadas, aumenta la motivación por las mismas. 7. Conviértelo en un hábito. Si cada una de estas estrategias se convierten en un hábito y rutina, sustituirán al hábito de procrastinar.
  • 19. ¡Dele play a sus deberes! Evite posponer tareas con estos tips ¿Por qué dejar para mañana lo que puede hacer hoy? Con seguridad ha escuchado esta expresión. Muchas veces tenemos clara la urgencia de esas actividades o deberes que están pendientes por ser ejecutados, pero no reunimos el valor suficiente para llevarlos a cabo. Es probable que esto se deba a la procrastinación, y es aquí cuando entramos en un terreno que puede ser desconocido… resolvamos todas las dudas juntos. ¿Qué es la procrastinación? La Real Academia Española explica de forma sencilla que procrastinar es diferir o aplazar. Por su parte, el diccionario de Cambridge asegura que quienes procrastinan son aquellos que retrasan algo que debe hacerse porque lo consideran desagradable o aburrido. Dadas estas connotaciones, pareciera que la procrastinación se tratara solamente de la pereza por hacer algo.No obstante, diversos estudios apuntan a que la postergación de tareas puede responder al manejo de las emociones, más allá que al uso adecuado del tiempo. En este sentido, investigaciones señalan que la procrastinación funciona como una estrategia de regulación emocional, que mejora el estado de ánimo a corto plazo. Seguramente, en este punto, se está preguntando cuál es la relación entre los deberes que no se realizan y las emociones. Pues bien, en Procrastinación, Regulación de la emoción y Bienestar, se explica que cuando se enfrentan tareas desagradables, que generan incomodidad, la prioridad está en realizar otra actividad que despierte una reparación del estado de ánimo inmediata, y es de esta forma como se dilatan los deberes. Esta situación desencadena un conflicto entre el “yo” del presente, que hace a un lado sus obligaciones y el “yo” del futuro, que se lamenta posteriormente por lo que no se hizo. Razones para procrastinar ¡Ha llegado el momento, se nos acaba de asignar un deber! Al saber que tenemos una tarea agotadora nos podemos llenar de motivos para aplazarla. Esta puede ser una etapa que se realiza sin mucha conciencia, usualmente, al momento de recibir ese compromiso tedioso, nos refugiamos en Instragram, en los videos de TikTok o de YouTube sin pensar demasiado en el tiempo que estamos perdiendo. De acuerdo con la Universidad de Rochester, algunas razones para procrastinar son:  Evitar una actividad que no se puede hacer a fondo o perfectamente  Dificultad para concentrarse en una tarea
  • 20.  Asumir que se es capaz de hacer todo a último minuto y sentir emoción por ello  Evitar algo que provoca sentimientos de incompetencia o impotencia  Necesidad de estar en el «estado de ánimo adecuado» para hacer el trabajo  Creer que se ahorra tiempo y esfuerzo al hacer varias cosas al tiempo Consecuencias de posponer tareas “Así me ha funcionado siempre, soy de los que trasnocha por hacer todo a último momento y me va bien”. Este puede ser su pensamiento, así que, tal vez se esté preguntando ¿para qué cambiar?, ¿cuál es la necesidad de hacer todo de inmediato?. De ser así, vale la pena que preste especial atención a las siguientes líneas: si entendemos la procrastinación como dar prioridad a regular el estado de ánimo del “yo” presente y menos importancia al del “yo” futuro, no es sorprendente que la procrastinación se haya vinculado a una variedad de problemas de salud y bienestar. Priorizar el estado de ánimo del “yo” presente sobre el del “yo” futuro significa que no hay razón para trabajar por el bienestar del “yo” futuro. En resumen, las tareas que son fundamentales para la buena salud pueden ser postergadas si se las considera difíciles o desagradables.  Con respecto al bienestar mental, la procrastinación se asocia con ansiedad, depresión y estrés.  Los procrastinadores son menos propensos a buscar la ayuda médica necesaria.  Los procrastinadores también tienden a no practicar comportamientos importantes de seguridad en el hogar. Consejos para evitar la procrastinación Considerando las consecuencias de procrastinar para su propio bienestar y el de sus seres queridos, echemos una mirada a algunos tips que le ayudarán a evitar posponer tareas. Empecemos por ese momento en el que se siente tentado a postergar un deber, es justo en ese instante cuando debe pensar cuál sería su primera acción si tuviera que iniciar de inmediato. Hacer esto, explica el investigador y profesor en psicología Tim Pychyl, le quita de la mente sus sentimientos y lo lleva a una acción fácilmente alcanzable. «Nuestra investigación y experiencia muestran muy claramente que una vez que empezamos, somos típicamente capaces de seguir adelante. Empezar es todo.» Tim Pychyl para BBC. A continuación, le dejamos otras recomendaciones para no posponer las tareas o deberes:  Determine la hora del día en la que es más eficaz  Aprenda a manejar el tiempo eficientemente  Anticipe las consecuencias de sus actos
  • 21.  Establezca un sistema de recompensa para usted mismo  Modifique sus tareas de manera que sean afines con sus habilidades  Defina un “tiempo límite” para la consecución de sus deberes Tips para evitar la procrastinación y gestionar mejor el tiempo Enliste las actividades pendientes Inicie por identificar todo lo que debe hacer, haga memoria. Revise sus anotaciones previas, consulte su correo electrónico, dele una mirada al calendario para no perderse ninguna fecha importante y no olvide echarle un ojito a sus mensajes de WhatsApp. Establezca sus prioridades, sea realista Ahora que ya sabe todo lo que está pendiente por hacer puede pasar a establecer prioridades. Las actividades que primero va a realizar deben ser las que además de importantes, sean urgentes. Tenga un límite de tareas que corresponda a su disponibilidad de tiempo y a su alcance. Seguramente del listado inicial de actividades encontrará algunas que son viables en la ejecución de una semana y otras que tomarán más tiempo. Desarrolle un horario semanal El siguiente paso es distribuir las tareas por días. Usted está viendo todo el panorama de pendientes y actividades que requieren una atención inmediata, entonces, está en la capacidad de asignar entregables por días. Para que alcance a cumplir sus metas diarias tenga en cuenta el tiempo que podría tomarle el desarrollo de cada actividad, incluya también los espacios para comer o hacer pausas activas. ¡Este es un excelente ejercicio para realizar al iniciar la semana! Organice un espacio apropiado Elija un lugar adecuado de casa para hacer home office, para estudiar con sus hijos o para ejecutar el proyecto que desee. Independientemente del lugar en el que vaya a desarrollar su actividad, asegúrese de que cuente con los elementos necesarios para llevarla a feliz término. Tener un ambiente agradable y libre de distracciones es esencial para la concentración y la optimización del tiempo. Haga pausas activas Los descansos son necesarios para evitar el desgaste visual y para reactivar mente y cuerpo. No tiene que esperar a que se empiece a desconcentrar o a perder productividad, recuerde que debe hacer pausas para ingerir snacks, tomar agua, ir al baño y estirar los músculos. No confunda esto con la procrastinación: una breve pausa que le permita volver a su trabajo renovado es mucho más útil que perseverar improductivamente.
  • 22. CONSEJOS PARA COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN El refrán dice algo como "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", sin embargo, tú y yo sabemos que no es cosa sencilla, más aún cuando las distracciones están a la orden del día. Procrastinación es una palabra muy popular hoy en día, pero con estos útiles consejos te decimos cómo combatirla. 1. Conócete a ti mismo Lo primero que hay que hacer es analizar la situación. Reflexiona acerca de cómo la procrastinación está afectando tu productividad y cómo esto puede afectar negativamente el desempeño de tus actividades diarias. Es conveniente que identifiques los hábitos que pueden estar provocándola y trates de evitarlos al máximo. 2. Gestiona de manera efectiva tu tiempo En ocasiones la cantidad de trabajo que tenemos por realizar llega a ser abrumadora. Dividir una tarea compleja en varias más sencillas puede ser una manera muy efectiva de sobrellevar la carga de trabajo. Sin embargo aún cuando la tarea es sencilla seguimos posponiendo la fecha para terminar los pendientes, hasta que ya es demasiado tarde. Crea una línea del tiempo y asigna tiempos específicos y fechas límite a cada pequeña tarea. Dejar pasar la fecha para terminar una tarea puede repercutir en la realización de otras previamente establecidas, por lo que te sentirás con la urgencia de actuar para cumplir tus metas. Tener bien organizados tus deberes y tiempos puede mejorar la calidad de tu trabajo y evitar el estrés. 3. Cambia de perspectiva Reflexionar sobre los dos puntos anteriores puede lograr que cambie tu perspectiva acerca de lo que es verdaderamente importante para ti en este preciso momento. Trata de pensar en qué es lo que te apasiona hacer, cómo puedes alcanzar tus objetivos y concéntrate en ello. Quizás, al final te darás cuenta que pasarte todo el día viendo videos de gatitos no es la solución a tus problemas y que ya es tiempo de ponerte a trabajar en la pila de papeles sobre tu escritorio. 4. Comprométete Crear una lista de tareas y asignarles tiempos no basta para lidiar con la procrastinación, porque bien puede estar la lista a un lado y tú puedes seguir leyendo la lista interminable de tweets que publican tus amigos. Comprométete contigo mismo y con las tareas que hay que realizar. No pierdas el tiempo pensando en que son demasiado complicadas o aburridas y simplemente ponte a hacerlas, a nadie le beneficiará más que a ti. 5. Trabaja en ambientes productivos
  • 23. En varios artículos anteriores hemos resaltado la influencia que tiene nuestro ambiente de trabajo respecto de nuestra productividad. Procura que tu oficina tenga una buena iluminación y que los elementos en ella, una planta sobre el escritorio por ejemplo, te ayuden a crear un ambiente inspirador. Evita aquellos que puedan distraerte de tus actividades diarias o que influyan de manera negativa en tu estado de ánimo. 6. Elimina las distracciones Las cosas se complica cuando trabajamos desde un ordenador con conexión a Internet, pues las distracciones se encuentran a sólo un clic. La búsqueda de una solo palabra o imagen puede transformarse en una búsqueda interminable que puede emplear varias horas de nuestro valioso tiempo. Además las redes sociales juegan un papel importante en este tema. Por suerte existen algunas herramientas y servicios que pueden facilitar la concentración en el trabajo diario. 7. Supera los obstáculos Aún cuando nos comprometemos de corazón, podrán aparecer obstáculos que nos impedirán cumplir nuestras metas. Así como puedes realizar una lista de tareas, crea una lista de posibles obstáculos que te encontrarás en el camino y una lista de posibles soluciones. La experiencia te irá diciendo por dónde encaminar las soluciones y te ayudará a ahorrar tiempo en el futuro. 8. Aprende constantemente Si quieres mejorar tu desempeño —además de mantenerte ocupado en algo que realmente vale la pena— comienza por aprender todo lo que puedas, toma cursos, lee, especialízate, estudia un postgrado, experimenta y no tengas miedo de fallar. Fallar no siempre es malo, en ocasiones aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos. 9. Recompensa tu progreso Tu esfuerzo y progreso merece un premio. Crear un sistema de recompensas que te ayuden a celebrar los logros alcanzados y pequeños "castigos" para cuando fallas en algo. Celebrar comprándote algo nuevo o yendo al cine cada vez que tienes éxito en un proyecto o privarte de utilizar el celular por unos cuantos días cuando no lo logras, es una buena estrategia para incentivar tu productividad. 10. No seas tan duro contigo mismo
  • 24. A pesar de todo lo anterior, llevar un ritmo de trabajo tan estricto tampoco es bueno. Estar ocupado no permite que nuestra creatividad, entre otras habilidades, se desarrolle adecuadamente. La clave está en saber balancear nuestro tiempo para poder realizar todas las actividades del día y aún tener tiempo para nosotros mismos o para salir a tomar un café con los amigos. CÓMO DEJAR DE PROCRASTINAR: MEJORES 15 CONSEJOS Y ESTRATEGIAS Procrastinar es una palabra que define a muchos de nosotros. Es esa alarma pospuesta cada mañana y también aquellas veces que sabías que podías hacer más, pero decidiste no hacerlo. Si pospones tus actividades de manera sistemática, ten cuidado, ya que esto podría ocasionarte diversos problemas tanto en lo personal como en el trabajo (como, probablemente, ya te ha sucedido). En ese caso, revisa cuáles son las recomendaciones que te damos para que puedas ser más organizado y productivo en la oficina, y que seguramente te ayudarán en otras facetas de tu vida. Qué es procrastinar Procrastinar es la tendencia a posponer las actividades relevantes de una rutina o proyecto donde, en su lugar, se prefiere realizar algo diferente, que suele ser más cómodo o placentero, a pesar de las consecuencias. Es esa ocasión, en que debiste enviar un informe y preferiste ordenar tu escritorio, o aquella vez, en que no quisiste enviar los correos de seguimiento y decidiste hacer algo mucho menos urgente e importante. No creas que eres la única persona que pasa por algo así. En realidad, la mayoría nos vemos en esas situaciones regularmente (¡a menos que tengas una voluntad de hierro!). Pero ¿por qué sucede esto? La respuesta no es tan simple como «porque no soy disciplinado» o «debería ser más profesional». Conócela ahora mismo. Cuáles son las causas de la procrastinación Para empezar, la procrastinación no es igual en todas las personas, ya que puede ser más o menos característica de su personalidad. Puedes evaluar tu grado de procrastinación en este test inspirado en la escala de procrastinación creada por el profesor Clarry Lay (en inglés). Algunas de las causas por las que tiendas a la procrastinación son las siguientes: Dispones de tu tiempo de manera deficiente
  • 25. Esto se debe a que hasta ahora no has logrado establecer un sistema efectivo donde puedas realizar la mayoría de tus tareas sin dilación. Cuando no existe una buena organización o un uso eficiente del tiempo, esto se puede volver un hábito y afectar tu desempeño. Tienes temor El temor al fracaso es una de las más claras causas de la procrastinación. Cuando tenemos miedo, es común que queramos evadir a toda costa el evento desagradable y, por eso, lo aplazamos. Pero también puede ser temor a las personas que están a tu alrededor o a quienes revisarán tu labor. Estás predispuesto Muchos investigadores en el campo de la psicología y la neurociencia creen que la procrastinación puede tener un vínculo con la configuración cerebral, así que algunas personas tendrían una tendencia natural a procrastinar (que puede ser reversible con las técnicas adecuadas). No procuras tu bienestar físico El alimento, el descanso y el deporte son necesarios para todos. Si tu cuerpo no está en equilibrio, tus niveles de energía bajan y te impiden realizar tus tareas. Esto puede estar relacionado con la sensación de aburrimiento y la falta de ánimo para hacer tareas exigentes. Te gana la pereza o la indecisión En algún momento de la vida todos nos sentimos indispuestos a hacer algo que nos parece tedioso o muy retador, pero es común que tengamos la fuerza de voluntad para superarlo. Si piensas las situaciones de más, entonces habrá un efecto negativo donde no podrás actuar o, simplemente, te rendirás ante la comodidad y pensarás que está bien no dar ese 100 %. Tienes inseguridades sobre lo que eres capaz De cualquier forma, la procrastinación está ligada con cierta inseguridad. ¿Por qué prefieres dedicarte a una actividad que no te traerá beneficios a mediano o largo plazo? Es probable que las perspectivas de éxito y fracaso que pesan sobre ti sean más fuertes que tus ganas de hacer las cosas. 10 señales de que tiendes a procrastinar Piensa en estas señales como un minitest: si respondes a la mayoría que sí, entonces nuestros tips te servirán para contrarrestar la procrastinación. 1. Tu espacio de trabajo está constantemente en desorden. 2. Te cuesta trabajo llevar un calendario con tus actividades. 3. Prefieres ceder ante un estímulo a corto plazo, como descansar sin planificar tus tiempos, en lugar de realizar tus actividades y luego relajarte. 4. Evitas las responsabilidades o las pasas a alguien más.
  • 26. 5. Te sientes con profunda inseguridad al momento de decidir. 6. Prefieres tener el menor compromiso posible en tus relaciones laborales. 7. Pierdes el foco constantemente: cambias de búsquedas cuando navegas por internet y 10 minutos de ocio se convierten en 1 hora. 8. Te da hambre, te mueves de tu lugar o encuentras cualquier traba a tu concentración. 9. Sientes aburrimiento con facilidad. 10. Sueles pensar mucho en las posibilidades (eres muy soñadora o soñador). Si alguno de estos comportamientos forma parte de tu día a día, es probable que tengas el perfil procrastinador. Pero ¿cómo luce la procrastinación? Ejemplos de procrastinación A pesar de que procrastinar implica aplazar la realización de una tarea y destinar el tiempo a actividades menos productivas, la procrastinación puede tener múltiples formas. Veamos cinco escenarios comunes que demuestran las formas en las que puedes estar procrastinando (y tal vez sin darte cuenta de ello): Evitar una llamada importante y dejarla para el final Supongamos que has terminado un proyecto y tu jefe debe asignarte un nuevo cliente o cartera. En estos casos es probable que tengas que comunicarte con él o ella para que te dé las indicaciones del nuevo proyecto. Si en lugar de ponerte en contacto evitas la llamada para tener más tiempo libre, estás procrastinando. Por supuesto, lo más seguro es que termines haciendo esa llamada, pero si la haces hasta el último momento de tu jornada sin una buena justificación, es porque quieres aplazar el trabajo. Preferir el trabajo bajo presión y al último momento Todos trabajamos de diferente modo y, por supuesto, existen los que funcionan mejor cuando tienen una fecha límite de entrega o para proyectos urgentes. Pero si este no es tu caso y aun así prefieres dejar tu trabajo para el final, es porque estás procrastinando. Muchas veces, el no hacer una actividad con antelación no tiene que ver con que seamos mejores trabajando bajo presión, sino que en este punto estamos obligados a hacerlo (e incluso puede que lo hagamos de mala gana). Dejar inacabado un proyecto con la búsqueda de perfección como pretexto Todas las cosas pueden ser perfeccionadas, pero en algún punto debes dar el paso y entregar ese reporte o enviar ese correo. Si no lo haces con la idea de que lo trabajarás más adelante, lo único que estás haciendo es procrastinar. Por supuesto que en algunos casos los proyectos requieren mucho tiempo, tanto de realización como de revisión. Esto no significa que debas aplazar el tiempo aún más, incluso cuando sabes que no tocarás ese archivo en días o semanas.
  • 27. Crear voluntariamente distracciones Las distracciones ocurren de manera espontánea. Por ejemplo, si trabajas desde tu casa quizás debas sacar a pasear a tu mascota o que tengas que atender a un vecino. Aunque, cuando eres tú mismo quien promueve la aparición de estas distracciones, puede que estés procrastinando. Imagina que estás aburrido y hablas a un amigo para saber si necesita algo. En este caso, estás buscando activamente algo que te aleje de tus responsabilidades. Extender los descansos programados Sabemos que el descanso es importante para equilibrar la carga de trabajo, pero cuando se extiende demasiado el tiempo que invertimos en descansar, puede que se trate de un caso de procrastinación. Por ejemplo, quedarte charlando con un compañero de trabajo una vez terminada la hora de comer o terminar de ver toda una película antes de volver a conectarte, es una forma de aplazar la realización de tus tareas y retrasar tus tiempos de entrega. Todos estos casos afectan tu desempeño laboral y también pueden alterar tu bienestar individual, pero, sobre todo, inciden en tu productividad. Revisemos cómo. Cómo es que procrastinar afecta tu productividad En general, procrastinar tiene todos los efectos contrarios a la productividad: limita tu capacidad para hacer cosas y te hace proclive a cometer más errores, debido a que actúas sin focalización. Si, por ejemplo, evitas hablar a tus clientes, enviarles los correos de seguimiento o realizar tus reportes de ventas, verás que eso puede afectar tanto tu performance individual como la de tu equipo de trabajo. Además, con las presiones que tendrás por no llevar a cabo esas tareas, estarás más proclive a sufrir de estrés. Así, la procrastinación tiene la característica de que puede volverse un círculo vicioso de temor, seguido por una huida, para después acumular más ansiedad. Cómo dejar de procrastinar: 15 consejos y estrategias 1. Organízate Lo primero, y más importante, es que aprendas a organizarte adecuadamente. Aunque la voluntad te falle, si tienes un referente en tu calendario, encontrarás la manera de tener una perspectiva más responsable. Utiliza una aplicación como KanbanFlow para comenzar, donde crearás un flujo de trabajo con objetivos y tareas asociadas, además podrás añadir fechas de conclusión. 2. Reflexiona acerca del estímulo posterior Reflexiona en que si cedes ante tu impulso de no hacer algo, entonces no podrás disfrutar de los beneficios de algo más. Por ejemplo, si en vez de analizar tu base de datos de contactos prefieres tomar una siesta (¡no hay nadie en la oficina contigua!), después tendrás que hacerlo y no estarás en calma. Entonces, deberás analizar si cederás ante el primer estímulo (que es dormir) o si prefieres el menos inmediato, pero más placentero (que es tu tranquilidad).
  • 28. 3. Establece prioridades con el método ABCDE Brian Tracy, el experto en emprendimiento y desarrollo personal, ofrece en su libro Tráguese ese sapo un consejo invaluable: crea una lista ABCDE, donde determines niveles de prioridad. Cada una de tus tareas, cuando aparecen en tu cabeza en la mañana, es un «sapo» intimidante y terrible. El método de Tracy te permite familiarizarte con esas actividades que quieres postergar y realizarlas, a pesar del miedo inicial. La clave está en que reconozcas cuáles de esas actividades tendrían consecuencias graves, en caso de que no las realizaras. Esas serían de clasificación «A». Las «B» son lo que deberías hacer, aunque no tienen consecuencias tan relevantes. Las «C» tienen mínima repercusión, mientras que las «D» es posible que las transfieras a alguien más de tu equipo. Las «E» son las que puedes quitar de tu lista sin problema alguno. La regla es, entonces, que nunca realices una tarea «B» si tienes una «A» todavía por hacer; ni una «C» si permanece una «B», y así, consecuentemente. Si quieres saber más acerca de lo que Brian Tracy recomienda, puedes ver este resumen de Formalíder Academy: 4. Haz lo más difícil primero Una vez que tengas establecidas tus prioridades, es momento de tomar en cuenta qué es lo que te cuesta más trabajo hacer. Muchas veces dejamos hacia el final las tareas más difíciles, forzándonos a hacerlas con menor entusiasmo y energía. Por el contrario, si haces primero lo más complicado, una vez terminado, será más factible que te sientas animado a hacer las tareas que son más fáciles. Asimismo, si superas los retos más grandes a la brevedad, tendrás mucho más tiempo libre en el futuro y menos presión. 5. Aplica la regla de los 20 minutos ¿Quieres irte a la cama y no hacer tus actividades? Espera 20 minutos. ¿Prefieres ordenar tus lápices del más largo al más corto, en vez de llamar a ese prospecto? No cedas ante ese impulso durante 20 minutos. Pon una alarma tras ese tiempo y, solo entonces, decidirás qué hacer. Verás que, en muchas ocasiones, las ganas de hacer algo menos productivo simplemente se irán. 6. Piensa en «terminar» y no en «empezar» A menudo, encuentro entradas en mi agenda que se parecen a: «Reporte de ventas», anotadas en cualquier día de la semana. Lo importante no es que sepa qué debo hacer, sino cual es mi estado mental detrás de esa nota. ¿Quiero comenzar mi reporte de ventas, o quiero terminarlo? La clave está en enfocarte en completar cada una de tus misiones, pues así evitarás ir de una cosa en otra, sin terminar ninguna. Si una tarea es imposible de acabar en un solo día, lee el siguiente consejo. 7. Divide las tareas
  • 29. Hacer un gran plan de ventas puede parecer una tarea titánica. Dividir esa tarea en cada una de sus partes y verlas como actividades por sí mismas lo hace mucho más fácil. Crea una lista de pasos para cualquiera de las cosas que debes hacer este día o esta semana, y marca cada uno cada vez que termines. Así acumularás pequeños logros, que te darán una perspectiva más sana acerca de tus labores. 8. Define metas concretas Si ya haz llevado a cabo la organización de tu agenda, podrás identificar fácilmente qué tienes que hacer cada día, pero la procrastinación puede llegar en cualquier momento. Es recomendable que no solo pienses qué tienes que hacer cada día, sino cómo lo vas a hacer. Puedes proponerte entregar el reporte antes de cierta hora, hablar con todos tus clientes antes de la hora de la comida o escribir un número determinado de correos en cada hora de trabajo. Así tendrás una competencia contigo mismo para alcanzar esos pequeños objetivos. 9. Premia tus logros De la mano con el punto anterior y con algunos otros consejos de esta lista, es una buena idea que reconozcas que estás haciendo las cosas bien y que premies tu desempeño. Si logras hacer las pequeñas actividades que te has propuesto, puedes premiarte con un descanso, una ida al cine después de trabajar o una comida más larga. De este modo, sabrás que hacer bien las cosas te trae cosas buenas. Solamente recuerda no darte ese premio incluso si fallaste en la misión. Si lo haces, no encontrarás una motivación real para dar el 100 %. 10. Establece alarmas en tus dispositivos Si bien establecer metas y recompensas es una buena idea para mejorar tu productividad, también es importante que tengas una metodología de trabajo. Una buena forma de hacerlo es configurando tus dispositivos para que promuevan tu productividad. Por ejemplo, puedes establecer alarmas que te indiquen que es momento de volver al trabajo o incluso estipular un límite de tiempo que puedes pasar en aplicaciones móviles. Así, si te sueles distraer en Instagram o Facebook, tus dispositivos te ayudarán bloqueando el acceso cuando hayas pasado demasiado tiempo en ellas. 11. Haz equipo con tus compañeros de trabajo Si bien las alarmas son una buena estrategia, lo cierto es que son fáciles de desactivar. Pero no es tan sencillo cuando es otra persona la que está monitoreando que de hecho trabajes. Si en tu equipo de trabajo todos realizar tareas similares, puedes hacer una pequeña competencia con ellos. Quien haga más llamadas en un tiempo establecido, entregue su parte del reporte a tiempo o no se demore en el descanso puede hacerse acreedor a un pequeño premio. Si esto no es una opción, puedes simplemente convenir con algún compañero que te ayude a mantenerte activo y productivo.
  • 30. 12. Sé consciente de tus limitantes y de tus fortalezas Como hemos visto, la búsqueda de perfección también puede ser una causa de la procrastinación. Pero la perfección no existe y los proyectos siempre pueden ser mejores. Por ello, lo mejor es que reconozcas tus limitaciones y tus fortalezas, y que saques partido de ellas. Si tienes un proyecto abandonado porque no has podido resolver un aspecto de él, puedes acercarte a alguien con conocimientos en el área para que superes ese obstáculo y termines la actividad que has descuidado. 13. Descansa en los momentos adecuados Como hemos visto, el descanso es fundamental para poder trabajar bien. Si no duermes bien durante la noche, es seguro que querrás descansar a media jornada y verás tu productividad disminuida. Por eso es tan importante priorizar el descanso. Pero también es importante descansar entre actividades. El 43 % de los trabajadores afirman que tener más descansos en el trabajo podría traducirse en un mejor desempeño y el 37 % piensan que también mejorarían su salud. 14. Libera tu espacio de distracciones Además de mantener tu mente libre, debes considerar la importancia de estar en un espacio de trabajo sin distracciones. Puede que quieras tener adornado tu escritorio, pero si los juguetes, insumos de oficina o libros te distraen, lo mejor es deshacerse de ellos. Lo mismo aplica para los celulares, audífonos y otros dispositivos. Si no son esenciales para tu trabajo, es deseable que los mantengas apartados, donde no te motiven a distraerte. 15. Crea emociones positivas Acumular tus logros, por pequeños que sean, es una buena manera de comenzar. En general, si estás en un estado mental propicio, verás que puedes afrontar las dificultades y los retos del día a día con una mejor actitud. Practicar la meditación, caminar 30 minutos al día y repasar las cosas positivas que sucedieron en el trabajo son ayudas extraordinarias para tu salud emocional y tendrán un efecto positivo en tu manera de vivir las situaciones que ahora te parecen insuperables. ¡Pon en marcha estos consejos desde hoy! Verás que tu labor será cada día más exitosa y que lograrás cambiar esa tendencia a procrastinar. Al poco tiempo, tu talento y tus capacidades serán mucho más fuertes.
  • 31. Cómo dejar de procrastinar: 4 métodos basados en la ciencia Tienes encima una fecha de entrega y sabes que deberías empezar cuanto antes, pero simplemente no sabes cómo evitar procrastinar. En vez de hacer lo que debes, contestas correos, limpias tus archivos, le llamas a tu abuela, ordenas tu cajón de calcetines (estos son solo algunos ejemplos de procrastinación, pero existen muchos más)—lo que sea que encuentres para seguir retrasando ese desalentador proyecto un poco más para después sufrir las consecuencias de la procrastinación. Claramente este no es un método muy productivo, en especial cuando lo único que tienes que hacer es agarrar al toro por los cuernos y conquistar esa temida tarea que tiene semanas en tu lista de pendientes. ¿Pero qué es lo que puedes hacer para inspirarte y comenzar a progresar en esos proyectos que parecen totalmente abrumadores? Resulta que la ciencia tiene algunas respuestas bastante sólidas. ¿Qué es lo que provoca que pospongas esos importantes proyectos, es decir, cuáles son las causas de la procrastinación? Existen algunas razones psicológicas que explican porqué te conviertes en tu peor enemigo cuando se trata de avanzar en proyectos muy importantes. Muchas veces se reduce al simple y muy familiar auto sabotaje de la productividad. Los investigadores han encontrado que a menudo esto puede ser un esfuerzo subconsciente para la auto preservación. Si haces exactamente lo contrario de lo que deberías estar haciendo (pensar en vaciar tu bandeja de entrada en vez de hacer el borrador del
  • 32. reporte), te estás dando una salida—un elemento externo al que puedes culpar por no haber hecho ningún progreso. Otras investigaciones científicas explican otra manera que tu cerebro usa para engañarte. Un estudio que se llevó a cabo en la universidad de Yale descubrió que tu cerebro intenta simular trabajo productivo, llenando tu tiempo con esas tareas pequeñas y fáciles de hacer que se encuentran en tu lista de pendientes. Realmente no estás progresando en ese proyecto importante, pero aún así sientes que estás siendo productivo. Tu cerebro puede ser un pequeño demonio tramposo, ¿verdad? Cómo dejar de procrastinar y realmente ponerte manos a la obra Si bien "Just do it" ("Sólo hazlo" en español) le resulta bien a Nike como eslogan pegadizo, no es exactamente el consejo más útil o motivador en cuanto a productividad se refiere. Después de todo, si tuvieras la voluntad de hacerlo, seguramente ya lo habrías hecho. Por esto, aquí te mostramos cuatro consejos basados en la ciencia sobre cómo evitar procrastinar: 1. Plantea pequeñas metas de acuerdo al Principio del Progreso Sabes que al terminar una tarea enorme o un proyecto intimidante te sentirás increíble, pero no siempre es tan simple. A menos que seas una especie de superhéroe de la productividad, los golpes de genialidad productiva no pueden suceder todos los días. Es por esta razón que dividir una tarea grande en metas más pequeñas es un gran truco para aumentar tu productividad y evitar procrastinar. Para empezar, estás creando una ruta con elementos de acción claros que puedes seguir hasta la meta final. En vez de sentir que no tienes idea de dónde o cómo empezar, tienes un esquema detallado que te dice exactamente lo que debe suceder y cuándo.
  • 33. Investigación reciente describe un fenómeno que se llama principio del progreso, que explica que de todas las cosas que pueden estimular las emociones y percepciones durante el día de trabajo, lo más importante es progresar en el trabajo significativo. Aprender a reconocer y celebrar estos logros de menor magnitud dentro de un proyecto más grande, mejorará significativamente tu estado de ánimo y tu motivación en el trabajo. En resumen, la felicidad y la productividad están más estrechamente relacionadas de lo que uno pensaría. Así que no dudes en tomarte una pausa para festejar tus avances en cada paso que vayas dando. Es bueno para ti. 2. Fija fechas de entrega promedio ¿Cuál de estas afirmaciones te infunde un mayor sentido de urgencia: ese proyecto importante se debe entregar en 2 meses, o ese proyecto importante se debe entregar en 60 días? A la mayoría de las personas le infunde un sentido de urgencia mucho mayor la fecha de entrega que está en días. Esto va un poco en contra de la intuición porque uno podría pensar que un número mayor es más reconfortante. Pero dividir las tareas en días (en vez de semanas o meses) puede ayudar a darte ese empujón que necesitas para dejar de procrastinar. Durante un estudio que se llevó a cabo por investigadores de la universidad de Michigan y la USC, los participantes se dividieron en dos grupos. Al primer grupo se le hizo la pregunta: ¿si se fueran a jubilar en 40 años, cuándo deberían empezar a ahorrar para su jubilación? Al segundo grupo se le preguntó: ¿ si se fueran a jubilar en 14 600 días (lo equivalente a 40 años), cuándo deberían empezar a ahorrar para su jubilación? Como era de esperar, al grupo al que se le indicó la medida del tiempo en días experimentó un mayor sentido de urgencia por empezar a ahorrar dinero, en comparación con el grupo al que se le indicó la medida en años.
  • 34. ¿Pero por qué? Según los investigadores de este estudio, indicar las fechas de entrega en días ayuda a conectar tu yo del futuro con tu yo del presente, aumentando así la sensación de que el tiempo pasa más rápido. 3. No es un maratón Cuando tienes una fecha de entrega rondando en tu cabeza como si fuera una canción pegajosa pero amenazadora, es muy fácil pensar que deberías ponerte el cinturón y estacionarte frente a tu computadora hasta que estés exhausto y con los ojos llorosos hasta altas horas de la madrugada. Sin embargo, tal como indican los hallazgos científicos, es mejor trabajar por ratos en vez de en sesiones tipo maratón. De hecho, trabajar por un periodo de 52 minutos con un descanso de 17 minutos podría ser el sprint ideal para aumentar tu productividad y dejar de procrastinar. Si no te gustan esos rígidos límites de tiempo, la técnica Pomodoro es un método de gestión del tiempo de 25 minutos que te ayudará a tomar descansos adecuados y darle espacio a tu cerebro para respirar. Parece contraproducente tomar descansos cuando lo que quieres es apurarte. Pero en realidad puede ser algo bueno para tu cordura y tu productividad. Además, la ciencia lo apoya. Investigadores analizaron la actividad cerebral de personas que estaban soñando despiertas, y encontraron que las regiones asociadas a la resolución de problemas complejos se activaban durante ese período: ¿En contra de la intuición? Tal vez. ¿Productivo? Definitivamente. 4. El estrés te está saboteando Aunque el consejo sobre dar un paso hacia atrás y respirar hondo puede sonar a cliché, en realidad puede ser de gran ayuda. Altos niveles de estrés pueden destruir tu productividad. Como este estudio de Towers Watson demuestra, el 57% de los empleados que experimentan altos niveles de estrés en el trabajo son menos productivos e incluso se sienten desconectados de su propio trabajo.
  • 35. Según las encuestas que llevó a cabo Towers Watson, existen algunas correlaciones sorprendentes entre el estrés y la productividad en el trabajo (o falta de):  57% de los empleados que experimentan un alto estrés en el trabajo son menos productivos y están desconectados  68% de los empleados sienten que las horas requeridas para poder terminar su trabajo a diario es mayor al número de horas del día laboral.  El alto estrés en el trabajo está relacionado con el ausentismo. Así que sí sientes un nudo en el estómago y tienes escalofríos, no dudes en darte un respiro por unos minutos. Podrás regresar a ese proyecto abrumador con un enfoque claro, una cabeza fría y mucho menos pánico. Cómo dejar de procrastinar, pero esta vez en serio Esos proyectos que has estado postergando en tu lista de pendientes son suficientes como para meterle un susto a cualquiera y suscitar una sensación de terror inminente. Pero no necesitas esconderte debajo del escritorio hasta que esa enorme tarea desaparezca—eso no te dejará nada más que un dolor de espalda. En vez de eso, aprovecha estos cuatro métodos que se han estudiado por la ciencia, y afronta esa tarea abrumadora de una vez por todas—o al menos hasta que la siguiente aparezca en tu escritorio.
  • 36. 10 consejos para dejar de procrastinar Procrastinar es algo que todos hemos enfrentado en uno u otro momento de nuestra vida. Todos hemos retrasado, evitado y/o postergado los problemas o tareas que importan o tienes que finalizar. Muchas veces, prefieres ver esa serie que tanto te gusta, pasar horas y horas en las redes sociales (aunque no compartas nada), jugar a tu videojuego favorito, o simplemente, no hacer nada. Cuando la procrastinación comienza a ser excesivo y la productividad decae, las consecuencias pasan factura a tus actividades del día a día: acumulación exagerada de tareas por terminar, estrés laboral, cansancio, bloqueo mental, desorganización y muchas otras señales que te indican que tienes que hacer algo para trabajar de forma eficiente y dejar de postergar. Sin embargo, debes saber que procrastinar es un hábito muy común, de hecho, lo es cada vez más, sobre todo con las nuevas tecnologías y las tendencias actuales donde cada vez más personas pueden estudiar o trabajar a distancia, siendo los propios jefes, sin que nadie esté supervisando el cumplimiento del horario. Si eres una persona que procrastina frecuentemente y deseas tomar acción para evitarlo, aquí tienes 10 consejos para dejar de procrastinar. Ahora bien, recuerda no aplazar estos consejos sobre cómo dejar de procrastinar para mañana y empieza a ponerlo en práctica hoy mismo. Tabla de contenidos Identifica tus distracciones Puede que en más de una ocasión hayas visto cómo caes en círculos de distracciones que, en un principio parecen inofensivas, pero que finalmente, te apartan tus tareas y te hacen perder la concentración. Por ejemplo: notificaciones del teléfono, publicaciones en redes sociales, una persona en tu entorno que no deja de hablarte, paseos a la cocina para buscar algo en el frigorífico, etc… Si quieres decirle adiós a la procrastinación, el hábito de postergar lo importante, el primer paso es identificar tus propias distracciones y poco a poco, ir cortando con ellas durante tus horarios de trabajo o los espacios en los que deseas ser más productivo. En resumen, si es el teléfono lo que te distrae, déjalo lejos de tu escritorio, incluso en otra habitación, o desactiva el sonido de las notificaciones; si te distraes navegando en internet, utiliza aplicaciones en el navegador que bloqueen los sitios que más visitas; si hay alguien que te habla mucho, pídele amablemente que no te moleste durante determinadas horas; si tienes el hábito de mirar cada cierto tiempo las redes sociales, desactiva las aplicaciones y reinstala todo cuando hayas terminado el trabajo. Identificar las distracciones que más te hacen procrastinar es un buen comienzo para empezar a tener el control sobre tu tiempo y hacer lo que tienes que hacer si postergarlo más. Encuentra tu estrategia de productividad ideal
  • 37. Existen muchos trucos de gestión del tiempo y podrás leer una gran variedad de consejos para ser más productivos y dejar de procrastinar, así que de seguro alguna de esas estrategias pueden ayudarte a dejar de postergar. De hecho, más que recomendarte algún truco de productividad como la estrategia perfecta, puedes explorar por tu cuenta aquellas que mejor se ajusten a tus necesidades y descubrir si realmente te ayudan a dejar de procrastinar. Desde trabajar durante cortos periodos de tiempo, tomar descansos entre tareas, clasificar tus tareas por bloques, hasta imponerte la presión social de tener que cumplir con el trabajo a una hora específica porque te has comprometido con alguien más. Cuando hablamos de estrategias de gestión del tiempo, hay de todo y para todos. En este artículo te contamos 10 estrategias de productividad entre las que seguramente encontrarás alguna que pueda ayudarte. Comienza por la tarea más difícil Hablando de estrategias de productividad, hay una que por lo general no falla y puedes usarla en compañía de otras técnicas de la lista: iniciar por la tarea más difícil del día. Empezar el día ejecutando esas tareas más complicadas o que llevan más tiempo realizarlas, es como resolver la mitad de los problemas de un solo golpe, ya que está comprobando que cuando realizas esa actividad que venías procrastinando a toda costa, el resto de las tareas parecen «pan comido» y te sientes más ligero a la hora de abordarlas. Muchas veces se nos va el día pensando en lo complicado que va a ser realizar un actividad concreta, invirtiendo más tiempo en imaginar lo pesada que será y el tiempo que llevará, en lugar de enfocarnos en hacerla y ponernos en acción, así que esta técnica es la forma más sencilla de romper con este hábito y por ende, con la procrastinación. Divide las grandes tareas en partes pequeñas Para esos momentos donde “hacer todo de golpe” no funciona, en general, porque la tarea que tienes por delante es demasiado grande como para ser realizada en un día, también existen soluciones que obviamente son mejores que procrastinar hasta la hora límite de entrega. ¿A quién no le ha pasado que evade algunas tareas con tan solo verlas? Por ejemplo, imagina que tienes que redactar un ensayo de más 100 páginas y la misma idea de la longitud ya hace que tomes distancia, ignores esa tarea de la agenda y vayas directo a procrastinar haciendo alguna tarea que te produce más placer y distracción. Sin embargo, ¿qué pasa si en lugar de ignorarlo, empiezas a trazarte el objetivo diario de redactar (sin falta) al menos 10 páginas? De este modo, serás mucho más productivo que dejando todo “para mañana”. No dejes ni un día sin organizar tu tiempo y tareas
  • 38. Este consejo parece básico, pero te sorprendería conocer la cantidad de personas que se levantan por la mañana sin rutinas, horarios ni listas de objetivos que marquen el sentido, orden y ritmo de su día. A partir de ahora, si deseas dejar de procrastinar, comienza por evitar empezar un día sin una lista de tareas y un horario establecido que puedas respetar. Cuando realizas una lista de tareas y organizas tu día por horas, estás ayudando a tu mente a instaurar nuevos hábitos, siendo capaz de definir el control sobre tu tiempo, conocer el nivel de importancia de las tareas y tomar las riendas de tu vida laboral, académica y/o personal, sin dejarte llevar por cualquier distracción esporádica. Utiliza la regla de los dos minutos Parece que la procrastinación es cosa de tareas muy grandes, pero la realidad es que puede presentarse hasta en tareas más pequeñas, aquellas que no necesitan tanto tiempo para realizarse y que lo único que requieren de nosotros es una mínima chispa de energía para cumplirlos. Por ejemplo, tareas como regar las plantas, hacer una llamada rápida, responder un correo de confirmación, fregar los platos, y muchas otras actividades que pasamos demasiado tiempo posponiendo sin ninguna motivo, ya que en la práctica, son tareas que no demandan muchas horas de nuestro día. Sin embargo, postergar estas tareas simples, provoca que se acumulen y al final del día representan un gasto innecesario de energía al tener que acometerlas todas a la vez. La próxima vez que te encuentres procrastinando actividades de este tipo, aplica la regla de los dos minutos y reserva un bloque de tu tiempo para liberar de la lista todas aquellas tareas que te tomen solo unos minutos en su realización antes de pasar a tareas más grandes. Verás que haciendo cada cosa a su tiempo tienes la sensación de calma y control sobre el momento presente. Crea tu ritual para antes de trabajar Muchas personas necesitan momentos de preparación antes de pasar a la acción, en este caso, antes de comenzar a atender las tareas y responsabilidades de la lista. Para ello, crear tu propio “ritual” antes de trabajar, te ayudará a programar tu mente e indicarle que se acerca la hora de concentrarse y de dejar de lado las distracciones. La idea es que no sea un ritual muy difícil que te incite nuevamente a procrastinar. Es preferible que definas tareas sencillas, como dedicar un par de minutos a estirar el cuerpo, hidratarte, realizar ejercicios de respiración, limpiar el escritorio, entre otras actividades simples que vayan centrando tu mente en lo que debe hacer y no en lo que le distrae. Lo importante es que identifiques cuál es el mejor ritual para ti y lo repitas cada día antes de disponerte a trabajar.
  • 39. Delimita y prepara tu espacio Si eres de los que tienen la oportunidad de trabajar o estudiar desde casa, es muy fácil sentirte demasiado libre a la hora de atender tus tareas. Por ejemplo, olvidarte de designar un espacio especial para realizar tu trabajo o las tareas de la lista. Sin embargo, los espacios juegan un papel importante a la hora de aumentar nuestra productividad y dejar de procrastinar, por lo que es necesario aprender a ser firmes a la hora de construir espacios adecuados, limpios y organizados para desarrollar el trabajo o las responsabilidades del día a día. Además, está comprobado que trabajar en la cama, en el sofá o en la mesa donde comes, solo genera que procrastines mucho más, ya que tu mente asocia esos espacios con tareas vinculadas al ocio y al descanso y no con lugares en donde debes cumplir con tu trabajo. Primero las tareas, luego el ocio Una vez más, cuando trabajas en remoto o puedes estudiar a distancia, es más fácil ser permisivo con tus tareas y horarios. Anteponer las actividades placenteras con la excusa de “más tarde tendré tiempo para acabar el trabajo». Esto en la práctica hace que tu mente empiece a priorizar erróneamente actividades de ocio como ver series, jugar a videojuegos, navegar en internet, hablar por el chat de amigos/familia, u otras distracciones comunes en tu vida, por encima de responder activamente a tus obligaciones. Lo ideal es anteponer las responsabilidades frente a aquellas tareas que disfrutamos hacer en nuestro tiempo de ocio, no solo porque así no estarías procrastinando y serás más eficiente en la gestión de tu tiempo, sino porque además, recibirás una recompensa al final del día por haber trabajado activamente en tus objetivos. Por otro lado, esta manera de priorizar tus tareas hará que tu cerebro asocie el trabajar sin distracciones con emociones más positivas y placenteras. Trabaja en tu capacidad de concentración y enfoque Muchas veces, los problemas de procrastinación parten de problemas de concentración y falta de foco, es decir, que tienen su origen en dificultades de atención que debemos atender. Cuando los niveles de atención son muy frágiles o vulnerables, es muy fácil dejarnos seducir por las distracciones y los placeres instantáneos, para evitarlo, requieres indagar en aquello que consume tu energía mental y roba tu capacidad de enfocarte y poner atención en las actividades que estás realizando. Esto puede ser consecuencia de un descanso poco apropiado, estrés, escasa actividad física, falta de motivación, entre muchas otras razones. Es conveniente analizar el porqué de esa falta de concentración y motivación para que puedas entrenar tus habilidades y concentrarte en las tareas que transformarán significativamente tu vida profesional, académica y/o personal.
  • 40. Conclusiones sobre cómo dejar de procrastinar Ahora que ya conoces las estrategias y herramientas que te ayudarán a dejar de ser esa persona que no cumple con los objetivos que se traza, que siempre va tarde con las tareas o que por lo general, tiene una excusa para dejar todo «para luego», solo queda poner un poco de voluntad para pasar a la acción y romper con ese espiral de malos hábitos de productividad. Somos conscientes de que esta es la parte más difícil de dejar de procrastinar, sobre todo porque ya sabemos cuál es el siguiente paso y aún así puede ser complicado al inicio, pero así como la procrastinación en sí misma, es un hábito que hemos desarrollado con el tiempo, las formas de vencerla, también constituyen un hábito, que al igual que un músculo, se entrenan y moldean hasta que trabajan a nuestro favor. En definitiva, si logras aplicar estos consejos para dejar de procrastinar, tendrás parte del juego ganado, así que… ¿qué tal si en lugar de empezar mañana, comienzas a desarrollar estos hábitos a partir de ahora? ¡Sí! Aplícalos en la siguiente tarea de tu lista, esa que puedes comenzar en 3, 2, 1… ¡Ya nos contarás cómo te ha ido!
  • 41. 6 FORMAS DE COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN Conoce 6 formas de combatir la procrastinación, evitar distracciones, ser más productivo y aprovechar mejor el tiempo. Era una palabra desconocida, aunque su significado estaba (y está) presente en la vida de todas las personas, todos los días, sin excepción. Ahora es más que conocida: procrastinar es aplazar, dejar algo para después… ¿para cuándo? Tal vez para al día siguiente o el que le sigue a ese… Procrastinar es una actividad tan común como comer. ¿Cómo combatirla? No es que dejar diferentes acciones para más tarde sea malo. Procrastinar puede ser muy útil si se está mental y físicamente agotado, pero no siempre puede ser la salida para no enfrentar asuntos de cualquier índole en el trabajo o la vida personal. Si te estás viendo afectado por aplazar y aplazar, está en tus manos ser más comprometido y cumplir tus responsabilidades. Estas son seis formas de enfrentar la procrastinación. No esperes para ponerlas en práctica. Verás cuánto tiempo te ahorras si aprovechas todos los espacios con los que cuentas. Planea y organiza las tareas de cada día ¿Usas una agenda física o virtual para consignar tus responsabilidades? Esta es una buena herramienta para determinar lo que tienes que hacer en el día y responderte varias preguntas: ¿de verdad alcanzarás a cumplir? ¿Tienes el tiempo suficiente? Sé realista y ubica en el planeador lo que humanamente puedes hacer. Organiza los compromisos y ponte metas: una actividad en dos horas, otra en una hora, etc. Prioriza y sé consciente Puede que tengas muchas tareas por llevar a cabo, pero no es sano que te excedas en el tiempo que le dedicas a tu trabajo. Es fundamental que descanses, pienses en crecer personal y profesionalmente, y compartas con tus seres queridos. De las diez tareas que tienes —por ejemplo—, define cuáles son más urgentes e importantes. Haz esas primero y luego las otras. Sé consciente. Una actividad a la vez Las personas están más ocupadas cada día. La tendencia en el mundo laboral y la academia es ser multitarea, es decir, poder realizar diferentes actividades a la vez. No obstante, tratar
  • 42. de abarcar mucho en poco tiempo puede hacer que, contrario a lo que muchos creen, todo quede empezado y nada finalizado. Haz una actividad a la vez. Te sentirás más satisfecho al saber que verdaderamente cierras procesos. Escoge los espacios adecuados para trabajar Si trabajas en ambientes en los que es difícil concentrarse, te será más fácil tomar la decisión de procrastinar ante la falta de tiempo o la acumulación de tareas. Así no escojas tu lugar de trabajo o no manejes tu tiempo, busca espacios en los que puedas pensar con claridad y logres terminar una actividad completamente o cumplir con un compromiso en un tiempo determinado. Evita las tentaciones de tu celular y otros dispositivos No uses tu celular cuando necesitas centrarte en terminar una actividad. Responder mensajes de WhatsApp te aleja de lo que tenías en mente. Suma cinco o diez minutos cada hora dedicados a revisar tus redes sociales. Al final del día pudiste haber invertido cerca de dos horas en ello. Imagina todo lo que pudiste haber hecho en ese tiempo. No te castigues y piensa que mereces premios Por más que no quieras procrastinar o desees que te alcance el día para realizar todas las tareas que tienes, simplemente puede que no lo logres. Hay factores que se salen de tu control y no debes castigarte por ello. No procrastinar y aprovechar mejor el tiempo es un hábito que se cultiva, así que sé comprensivo. Si no aplazaste ninguna actividad, prémiate. Esto te motivará y dejará una gran sonrisa en tu rostro.
  • 43. Cómo dejar de procrastinar: 10 consejos para empezar ahora ¡10 consejos para eliminar este hábito! 16/10/2022 Por Florencia Bevacqua 12 min Conocer cómo dejar de procrastinar es clave para cumplir con los objetivos que nos proponemos. Todos alguna vez hemos dejado para después una tarea importante en nuestro día de trabajo y terminamos perdiendo el plazo de entrega, sin embargo, hay métodos muy eficaces que pueden ayudarnos a no interrumpir nuestra productividad. No contar con el tiempo suficiente o tener algún imprevisto y postergar una u otra tarea es normal, pero cuando esa actitud se vuelve rutina y afecta el desempeño laboral y el desarrollo personal se trata de un hábito que debemos trabajar para eliminar. Ojo: es muy diferente a priorizar responsabilidades y diseñar un plan para cumplirlas. En este caso, es una decisión que se toma a pesar de saber que traerá consecuencias. Justamente, en este post que te hablaremos sobre el término y cómo dejar de procrastinar. Si también te ha pasado a ti, ¡quédate leyendo! Aquí descubrirás: Índice ¿Qué es procrastinar?¿Procrastinación es lo mismo que pereza?¿Por qué la procrastinación es tan común?¿Por qué es importante dejar de procrastinar?Cómo dejar de procrastinar: 10 consejos¡Dejar de procrastinar es posible! ¡Iniciemos! ¿Qué es procrastinar? Procrastinar significa básicamente postergar, posponer. Quienes procrastinan evitan cumplir con sus responsabilidades ocupándose, en cambio, de cosas más simples o placenteras que no le significan un esfuerzo mental ni emocional tan grande.