Este documento cuenta la historia de amor entre el Sol y la Luna. Aunque se enamoraron cuando se conocieron, Dios decidió que el Sol iluminaría el día y la Luna la noche, por lo que debían vivir separados. Ambos se entristecieron por esta separación forzada. Dios creó las estrellas para hacer compañía a la Luna y darle fuerzas. Hoy en día, el Sol y la Luna solo pueden reunirse brevemente durante los eclipses, cuando el Sol se acuesta sobre la Luna.