Existen dos tipos de contaminación de suelo: la contaminación natural, que se produce por fuentes naturales como ciertas rocas con altos contenidos de elementos, y la contaminación antrópica, que corresponde a la contaminación provocada directamente por las actividades humanas como la explotación minera, el uso inadecuado de pesticidas, y las actividades industriales y domésticas.