2. La historia férrea de Ecuador tiene sus altos y sus bajos, sus buenas y sus malas, una vida,
una muerte y un renacer. Sin embargo, todo lo que está en el medio: planicies y montañas
y un entreverado de anécdotas son las que construyen las rieles de este tren.
Su principal diversión era subirse por la escalera trasera del tren, cuando este ya estaba
andando, y luego bajarse en las estaciones de San Bartolo, Machachi o Tambillo. “Era nuestro
parque de diversiones”, dice; aunque también su castigo. Cuando se portaba mal, su madre
los llevaba a bañarse en el agua helada del “chimbuzo”, un tanque que almacenaba este
líquido para las máquinas de vapor.
Las marcas del ferrocarril
3. Un nuevo giro
Y estos pueblos, por los que pasaba el tren, ahora recuperado, se fueron quedando rezagados en
la historia. Un innovador proyecto turístico está haciéndolos reflorecer.
“Muchos pueblos se estaban convirtiendo en pueblos fantasma y que alrededor del eje turístico
que podían ir desarrollando” asegura Jorge Carrera, gerente general de la de Ferrocarriles del
Ecuador Empresa Pública (FEEP).
Los objetivos de Ferrocarriles del Ecuador son dinamizar las economías locales, recuperar el
patrimonio y la memoria histórica del país y “operar el tren más hermoso del mundo”, dice
Carrera. Este mismo tren que fue declarado Patrimonio Cultural y Nacional en 2008 y que ahora
es “el producto turístico más importante del Ecuador”.