1. Un ejercicio para escuchar tu silencio
Les ofrecemos hoy un ejercicio simple para entender que somos mucho
mas de lo que creemos ser. Prueben cerrar los ojos unos instantes... luego
ábranlos.
¿Qué han visto?
Colores, nada, luces brillantes, oscuridad.
¿Quién es el que estaba viendo, aun cuando aparentemente no se estaba
viendo nada allá afuera?
¿Quién es ese que estaba viendo?
Esa es la conciencia. Tus ojos estaban cerrados, sin embargo, ¿quién se
dio cuenta de que había oscuridad, o luces? ¿O de qué, simplemente,
estabas ahí?
La conciencia.
No somos este cuerpo. Ese es el mensaje que tenemos que comprender
claramente. Tenemos un cuerpo.
Utilizamos un cuerpo para movernos en este plano tridimensional, y bendito
templo es, que nos permite, con una nobleza inigualable, hacer uso y
abuso de él en nuestro paso por estas experiencias en la tierra. Pero caer
en la mera identificación del cuerpo es negar toda la capacidad de
discernimiento de la que somos capaces.
¿De quién depende el cuerpo? ¿Quién mueve el cuerpo?¿Quién está allí
cuando el cuerpo está inmóvil o inerte?¿Quién permanece cuando el
cuerpo cesa en sus funciones?..,
A ver, ahora hagamos lo mismo, pero tratando de detener la mente.
Primero vamos a explicar cómo se detiene la mente, mientras hacemos
este ejercicio.
En el momento en que te diste cuenta de que había oscuridad, o lo que
hubiese allí, no había pensamientos.
Para tener la mente funcionando, necesitas un pensamiento, necesitas un
objeto. Un objeto limitado por el espacio, como una persona o cualquier
cosa física. O una idea, que vendría a ser otro objeto limitado por el tiempo
en el espacio.
Entonces, cuando estabas viendo eso que veías, lo estabas sólo
percibiendo, no pensando.
Ana Maria Gonzalez M.
Facilitador en internalizacion de valores
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2. Cuando cierren los ojos nuevamente, fijen la atención en lo que ven,
préstenle atención a esas luces o a esa oscuridad, o a lo que vean.
Si focalizan en serio y esperan, como el gato cuando está acechando al
ratón, con absoluta atención… van a diferenciar con claridad…
Cerremos los ojos… Luego, los abrimos…
¿Qué pasó?¿Vino algún pensamiento o estaban demasiado ocupados
focalizando ahí?
Si estaban haciéndolo bien, no hay pensamientos. Y si vino alguno,
entonces practíquenlo de nuevo.
Esto nos lleva a entender que si estamos en el aquí y ahora, en lo que ese
está haciendo, o en la focalización del control de la mente, no puede haber
pensamientos al mismo tiempo.
Es realmente simple, todo el mundo lo puede hacer, lo puede practicar.
Esa práctica nos llevaría al silencio interior, y éste nos lleva a la conciencia
de lo que realmente somos, y la conciencia de eso lleva a la
bienaventuranza, a la dicha, a la felicidad.
La idea es, entonces: silencio interior, conciencia, dicha… dicha,
conciencia, silencio interior…
Esa práctica es buena para los que son hiperkinéticos y no pueden estar en
calma con facilidad.
En esos momentos en que falta la paz, y la desazón se hace aparente, con
el malestar que trae aparejado, es cuando más hay que atreverse a
practicar esa detención del flujo de los pensamientos e ir vislumbrando,
cada vez de modo más claro, lo que siempre se ha estado esperando en
nuestro interior.
Este ejercicio también sirve para la gente que tiene tristezas recurrentes, a
veces, sin motivo aparente o, a veces, con una clara idea de la situación
que le produce sufrimiento, sirve para ambos casos.
Cada vez que viene ese caudal infinito de dolor y de tristeza, de emociones
no resueltas, no expuestas, deberíamos quedarnos con calma y practicar el
silencio interior, al que llegarás por la focalización de la mente.
Rápidamente hay una respuesta de dicha en el cuerpo.
Incluso cuando estés en estado de calma, trata de observar la mente. A ver
qué hace, a dónde quiere ir, cómo trata de meterse para llegar nuevamente
a ti.
Se siempre el testigo de tu mente, el observador de la experiencia
3. Vive con pureza y sé tranquilo
Medita.
Vive con pureza y sé tranquilo.
Haz tu trabajo con maestría.
¡Sal de entre las nubes, así como la luna,
y resplandece!
Movimiento
Dos hombres discutían acerca de una
bandera ondeando en el viento. Las energías del amor
“Es el viento el que en realidad se está El día vendrá cuando, después
moviendo” decía el primero. de conquistar el espacio, los
“No, es la bandera la que se está vientos, las mareas y la
moviendo” argumentaba el segundo..” gravedad, nosotros
Un maestro Zen, que andaba pasando conquistaremos -en el nombre
por allí, oyé el debate y los interrumpió. de Dios- las energías del amor.
“Ni la bandera ni lel viento se están Y ese día, por segunda vez en
moviendo” les dijo. “Es la mente la que la historia, habremos
se mueve…Dios descubierto el fuego.
La espiritualidad significa poder tener una relación con el
Creador, y esta relación trasciende el mismo estilo de
vida de la persona. La relación con el Creador genera
vivencias de tipo moral y ético, que conducen a la
persona por el camino del bien y de lo bueno. Esto
afectará todo su entorno y su forma de ver la vida.
Sabemos que los seres humanos atraviesan por distintas
dificultades, cambios, incertidumbres, desafíos, incluso
tentaciones, frente a las que deberán decidir lo mejor, lo
que más les convenga, y no afecte su vida con
consecuencias negativas, acaso irreversibles.
El valor y la práctica de la espiritualidad, es la posibilidad
para el ser humano de tener en cuenta a Dios en sus
actuaciones, en sus planes, en sus decisiones; significa
que el ser humano no opta por ir a la deriva y esperar a
que la suerte lo acompañe para bien, y así no
equivocarse. La relación con Dios ayuda a cimentar a la
persona en los valores y principios
4. El Amor: Valor fundamental de la Espiritualidad
La Espiritualidad, práctica que se ejerce desde el
Espíritu hacia lo Divino, está ligada ciento por
ciento al Amor, y más aún, es imposible de
desarrollar si carecemos de él. Esto se debe a
un mar de razones, de las cuales hemos puesto
algunas de ellas a continuación:
1) En todas las revelaciones de las distintas
culturas, de las cuales hablaremos
posteriormente, se profesa al Amor como valor
primordial y fundamental. Esto, claro está, no es
ninguna coincidencia y menos aún un acuerdo
entre culturas, es algo natural en todos los Seres
Humanos y casi obvio si tomáramos en cuenta
que todas las revelaciones fueron dictadas por el
mismo Dios. Esto, por supuesto, no es posible
afirmarlo pero si proponerlo, ya que, siendo yo
Cristiana por ejemplo, si Jesucristo siendo Dios
mismo nos habló del Amor como el camino a la
Salvación, ¿Por qué habría Nuestro Padre de
dejar, en cierta forma, de lado a aquellas culturas
a las que Él sabía que la Cristiana no podría
llegar? Para mí, una de sus más grandes
muestras de amor hacia nosotros, es justamente
lo contrario, y por lo tanto he de creer que Dios,
en su inmensa Sabiduría, decidió revelarse a
cada cultura de una forma diferente dependiendo
de sus características, ¿No es esa acaso una
clara muestra de Amor Verdadero?
Zen
Una vida de humildad,
una vida de trabajo,
una vida de servicio,
una vida de oración y gratitud,
y una vida de meditación.
5. 2) El postulado anterior está vinculado,
claramente, al Amor Divino, al Amor de Dios hacia
nosotros, pero ¿Por qué es tan importante para
los Seres Humanos desarrollar la capacidad de
Amar?
A) El desarrollo de nuestra enorme capacidad de
Amar es, quizás, lo más importante en nuestras
vidas. Así como Nuestro Dios nos pone día a día
de manifiesto su Amor por nosotros, nos pide
también que pongamos de manifiesto nosotros
mismos el Amor que sentimos por los demás. En
este punto hago un énfasis, y me atrevería a decir
más no a asegurar, que Dios mismo antes de ver
si creemos en Él o no, vería y valoraría nuestra
capacidad de Amar, nuestra Bondad hacia los
demás, y esta sería, y yo creo que así es, otra
gran muestra del Amor Verdadero.
B) El Amor es el único sentimiento que permite la
unidad entre las personas, y de él derivan otros
valores como: la Bondad, la Caridad y la Piedad,
entre muchos otros. El Amor no es un sentimiento
ordinario, aunque parezca que si lo es debido a la
falsa ilusión de que existe mucho Amor en el
mundo, y esto no es fácil de entender sin antes
definir claramente lo que es, en rigor, el Amor.
El amor es un acto de perdón interminable…
El amor es una condición en la que la felicidad de otra persona
es condición imprescindible para su propia felicidad
El amor es sentir que flotas estando con los pies en el piso.
El amor es sentirse libre solo con los lazos del amor.
El amor es la energía mas fuerte del universo.
6. Sueño
Una vez en el lugar mas hermoso del universo vivía un niño llamado
Sueño,
el cual anhelaba crecer y conocer otros mundos.
Sueño se lo pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y
jugando
todo el día.
Una vez Sueño se dio cuenta que el no crecía como crecían sus
amigos,
además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus
ganas de jugar.
Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletín
muy
especial que contenía alimentos para así fortalecer y hacer crecer a
Sueño.
Desde el mismo instante en que aquel mensajero llegó, Sueño
empezó a
sentirse mejor y mejor, ya que cada día aquel mensajero lo
alimentaba
con aquellos manjares. Muchos caldos de constancia con fuerza,
platos
muy nutritivos de voluntad y trabajo, postres echos a base de
paciencia,
fantásticos jugos hechos con decisión y lo más importante, lo
trataba
con mucha confianza.
Sueño creció y creció, y llegó a dejar de ser Sueño para convertirse
en
META y, claro que siguió jugando pero ya no por las nubes, sino
aquí en
la tierra, cada día conoció más mundos, mundos como la felicidad y
la
satisfacción, y un día no muy lejano, Meta dejó de ser Meta y se
transformó en REALIDAD...
7. El amor y el tiempo
Hubo un tiempo en el que en una isla muy pequeña, confundida con el
paraíso, habitaban los sentimientos como habitamos hoy en la tierra. En
esta isla vivían en armonía el Amor, la tristeza, y todos los otros
sentimientos. Un día en uno de esos que la naturaleza parece estar de
malas, el amor se despertó aterrorizado sintiendo que su isla estaba
siendo inundada.
Pero se olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los sentimientos se
salvaran. Todos corrieron y tomaron sus barcos y corrieron, y subieron a
una montaña bien alta, donde podrían ver la isla siendo inundada pero
sin que corriesen peligro.
Sólo el amor no se apresuró, el amor nunca se apresura. Él quería
quedarse un poquito más en su isla, pero cuando se estaba casi
ahogando el amor se acordó de que no debía morir. Entonces corrió en
dirección a los barcos que partieron y gritó en busca de auxilio.
La Riqueza, oyendo su grito, trató luego de responder que no podría
llevarlo ya que con el oro y con la plata que cargaba temía que su barco
se hundiera.
Pasó entonces la Vanidad que también dijo que no podría ayudarlo, una
vez que el amor se hubiese ensuciado ayudando a los otros, ella, la
Vanidad, no soportaba la suciedad.
Por detrás de la Vanidad venía la Tristeza que se sentía tan profunda
que no quería estar acompañada por nadie.
Pasó también la Alegría, pero ésta tan alegre estaba que no oyó la
súplica del amor.
Sin esperanza el Amor se sentó sobre la última piedra que todavía se
veía sobre la superficie del agua y comenzó a menguar.
Su llanto fue tan triste que llamó la atención de un anciano que pasaba
con su barco. El viejito tomó al Amor en sus brazos y lo llevó hacia la
montaña más alta, junto con los otros sentimientos.
Recuperándose, el amor le preguntó a la Sabiduría quién era el viejito
que le había ayudado...
a lo que ésta respondió..... "El Tiempo"..... el Amor cuestionó: ..."¿Por
qué sólo el Tiempo me ayudó?".... La Sabiduría entonces respondió:
"Porque sólo el Tiempo tiene la capacidad de entender cuan valioso es
el Amor" ....
8. EL TREN DE LA VIDA
La vida no es más que un viaje por tren:
repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes,
sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en
otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas
las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje:
nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra.
Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos
de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No obstante esto no impide que se suban otras personas
que serán muy especiales para nosotros.
Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.
De las personas que toman este tren, habrá también
los que lo hagan como un simple paseo.
Otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje …
Y habrá otros que, circulando por el tren,
estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente …
Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera
nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso constatar que algunos pasajeros,
quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al
nuestro.
9. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos.
Desde luego, no se nos impide que durante el viaje,
recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos ...
Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado
pues habrá otra persona ocupando el asiento.
No importa; el viaje se hace de este modo:
lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas ...
pero jamás regresos.
Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.
Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros,
buscando en cada uno, lo mejor de ellos.
Recordemos siempre que en algún momento del trayecto,
ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos …
Ya que nosotros también muchas veces titubearemos,
y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin,
es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos,
mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros,
ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia ...
Creo que sí.
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será
doloroso.
Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste.
10. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento,
llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción
de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré
con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.
Amigo mío, hagamos que nuestra estadía en este tren
sea tranquila, que haya valido la pena.
Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar,
nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos
a los que en el viaje permanezcan.
A tí, que eres parte de mi tren, te deseo un ...
¡¡¡Feliz viaje!!!