El documento describe varios aspectos de la sobrevivencia de la personalidad después de la muerte. Explica que la personalidad sobrevive a través de la sobrevivencia del alma, y que el alma alcanza un estado morontial más elevado a través de la fidelidad a Dios durante la vida. También describe que existen tres tipos de muerte - espiritual, mental y física - y que en cada caso el Ajustador del Pensamiento se separa de la persona y viaja al Paraíso. Además, explica que la personalidad sobrevive a través
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Escrito 10 la sobrevivencia de la personalidad del hombre.doc 1
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DE: JAIME DIAZ PAGE – MÉXICO -
FEBRERO 2003
ESCRITO 10
LA SOBREVIVENCIA DE LA PERSONALIDAD
DEL HOMBRE
En el escrito número 9 hablamos sobre el maravilloso Don de la Personalidad que
Dios nuestro Señor y Creador nos dona en su infinito amor para cada uno de nosotros sus hijos
humanos. El nos entrega de su Personalidad Divina una dotación de ella misma con el
propósito de que nosotros, ejerciendo un correcto uso de ella, logremos unificar mediante la
acción y el amor nuestras energías vivientes y asociadas que son el espíritu, el alma, la mente
y el cuerpo. Sabemos ahora que esta unificación consciente permite que nuestra Alma y
Personalidad sobrevivan a la muerte del cuerpo físico en unión con nuestro espíritu interior que
es el Ajustador del Pensamiento (Dios en nosotros).
Ahora abundaremos sobre todo aquello que tiene relación con la sobrevivencia de
nuestra personalidad divina que Dios nos ha dado.
La Revelación de El libro de Urantia nos enseña que la sobrevivencia de la identidad
de la personalidad depende directamente de la sobrevivencia de nuestra alma, que alcanza
un estado de conciencia morontial (elevado, sutil, refinado) de valores divinos y discernimiento
espiritual en constante aumento por nuestra fidelidad a Dios Padre que nos ha dado la vida.
Durante nuestra vida en la tierra debemos cultivar y producir los frutos del espíritu del Señor
para que nuestra alma se eleve en espíritu y en verdad, en frecuencia divina amorosa y logre
ascender al nuevo orden de vida superior en las mansiones de los mundos de estancia a donde
se dirigirá nuestra alma sobreviviente con su correspondiente Personalidad; pues el don de la
Personalidad sobrevive mediante la sobrevivencia del alma y con ella.
La Sobrevivencia de nuestra Personalidad se relaciona con:
1 La Personalidad y la Realidad;
2 El Yo;
3 El Fenómeno de la muerte;
4 Los Ajustadores del Pensamiento después de la muerte;
5 La Supervivencia del Yo humano;
6 El Yo morontial;
7 La Fusión con el Ajustador del Pensamiento.
Antes de iniciar con los enunciados anteriores, mencionaremos lo que se conoce acerca
de la Personalidad sin tratar de definirla.
a) Es un don potencialmente eterno; b) una realidad donada por el Padre Universal;
c) un don que puede recibir cualquier sistema de energía que posea mente o
espíritu; d) la Personalidad no tiene identidad; e) la Personalidad es inalterable en
la presencia del cambio; f) puede dedicar el libre albedrío a hacer la voluntad de
Dios; g) se caracteriza por la moralidad; h) discierne niveles de conducta y
discrimina entre ellos; i) es única en el Tiempo y en el Espacio, en el Paraíso y en la
Eternidad; j) no tiene duplicado alguno; k) es aquello que se puede agregar al
espíritu; l) puede sobrevivir a la muerte mortal con identidad en el Alma que
sobrevive; m) la Personalidad está conciente del Tiempo de una manera especial,
distinta de la percepción del tiempo que tienen la mente o el espíritu.
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LA PERSONALIDAD Y LA REALIDAD
Los reveladores nos enseñan que la Personalidad funciona en tres fases universales,
teniendo una potencialidad de 7 dimensiones de autoexpresión y realización personal.
Las tres fases serian:
a) De ubicación: significa que la personalidad funciona con eficiencia en la galaxia, en el
superuniverso, y en el paraíso o universo central; b) De significado: funciona de
igual manera en los niveles finitos, absonitos o absolutos; c) De valor: ella puede
realizarse en los reinos progresivos de lo material, de lo morontial y de lo
espiritual.
Las dimensiones de la personalidad finita son tres, son funcionales como sigue:
En el nivel finito la personalidad tiene: a) longitud cósmica, que debe entenderse como
la dirección y naturaleza de la progresión de la personalidad en el Tiempo y en el Espacio; b)
profundidad cósmica, que se entiende como el impulso y las actitudes del organismo, así como
los niveles de autorrealización y la reacción al medio ambiente en el universo; c) amplitud
cósmica, que comprende el dominio, la coordinación, la asociación y organización del yo de la
personalidad.
La longitud indica significado; la profundidad significa valor; la amplitud comprende el
discernimiento, la capacidad de experimentar una conciencia incuestionable de la realidad
cósmica.
La personalidad tiene una potencialidad de 7 dimensiones de autoexpresión y
realización: a) tres en el nivel finito de la existencia; b) tres en el nivel absonito de la realidad; y
c) uno en el nivel absoluto de la realidad.
En el nivel absonito, se nos enseña que no existe el tiempo ni el espacio. La
personalidad se autoexpresa y realiza estableciendo contacto con las cosas y seres que no han
tenido principio ni tendrán fin. Estos maravillosos seres se denominan Absonitarios y son
existenciados. Este nivel se encuentra en el Paraíso del Universo Central.
En los niveles subabsolutos, la dimensión séptima o de la totalidad es experienciable
como el hecho de la personalidad. Esta dimensión séptima es un absoluto asociable que no es
infinito, pero que es dimensionalmente potencial para que nuestra personalidad pueda penetrar
los niveles subinfinitos de este absoluto.
Por otro lado, se nos enseña que en el nivel morontial de la existencia, las dimensiones
finitas del reino material se encuentran notablemente enaltecidas y que nuevos valores
dimensionales serán realizables por nuestra personalidad individual en su
automanifestacion y perfeccionamiento. Debemos saber que todos nuestros logros
dimensionales en el nivel morontial quedan maravillosamente articulados con la séptima
dimensión suprema de la personalidad, a través de la influencia de mota. Amados hermanos,
si no comprendemos en primera instancia estos conocimientos aquí compartidos, no se
preocupen, que el tiempo, la adoración devocional a nuestra divinidad interior y el sincero
interés en el estudio de la revelación de la verdad, se encargarán de que en algún momento los
comprendamos. Tenemos que sintonizarnos con la nueva revelación que nos ha llegado del
Padre Universal. Sigamos adelante.
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EL YO
En cuanto al estudio del yo, la posibilidad de unificación de las energías vivientes y
asociadas, depende de: 1) las cualidades inherentes de las partes físicas constitutivas y energías
presentes subordinadas; 2) de las cualidades del intelecto (coordinado), en asociación creativa
con la Personalidad (superordenada)- autoconciencia y libre albedrío-; y la dirección o guía del
espíritu residente.
En todos los conceptos que se refieren a nuestro yo humano, debemos reconocer que la
manifestación de la vida viene primero, o sea que el niño humano primero vive y después
piensa sobre su vivir. Las partes del yo pueden pensar, sentir o desear, pero solo la
coordinación de nuestra personalidad total puede producir una acción realmente
inteligente; este poder surge cuando asociamos nuestra mente mortal con el ejercicio de nuestra
personalidad, es decir cuando nuestro yo humano coordinado, ama sincera y altruistamente a
otro ser humano o divino. El compañerismo del yo con nuestra divinidad (Ajustador del
Pensamiento) es la meta ideal y eterna para que nuestro yo ascienda en la eternidad; esta es la
clave para la inmortalidad.
Nuestro yo puede unificarse mediante las cualidades que producimos en la interacción
de nuestras energías vivientes y asociadas de espíritu, alma mente y cuerpo, fielmente
coordinadas y vinculadas con nuestro don de la personalidad que posee autoconciencia y libre
albedrío.
Dios Padre ha establecido la evolución cósmica con el propósito de que nosotros
consigamos la unidad de nuestra personalidad, mediante el dominio en aumento de nuestro
espíritu o Ajustador del Pensamiento sobre nuestra naturaleza humana, como una respuesta de
la voluntad de nuestro yo que permite la conducción del espíritu y la personalidad. Esto se
conoce como la evolución del dominio en el yo humano y que es una cualidad cósmica que
indica la medida de control del yo y del medio ambiente.
Nuestro yo humano atravesará en su futuro evolutivo dos fases del dominio de la
voluntad en expansión: A) mediante una técnica que expandirá y actualizará nuestra identidad,
produciendo una mayor autorrealización de nuestro yo; es verdad que los niveles más altos de
autorrealización se alcanzan mediante la adoración a Dios y el servicio al hombre. 1572: 6.
B) una mayor autorrealización de nuestro yo, mediante la experiencia y revelación del Ser
Supremo quien es el Dios de la acción en el tiempo y en el Espacio.
Nuestro yo o ego de identidad humana, depende en su vida física de la función
continuada de nuestro cuerpo físico de vida y del equilibrio/desequilibrio de energías e
intelecto que en nuestro planeta Urantia (tierra) llamamos vida. Pero el yo que puede sobrevivir
a la muerte de nuestro cuerpo físico es nuestro yo evolutivo, es este yo el que puede lograr la
permanencia de nuestra conciencia si realizamos en nuestra vida física el traslado del
asiento de nuestra identidad mediante nuestras obras de amor, desde el cuerpo y mente hacia
nuestra alma morontial que se llena literalmente de la realidad espiritual en la medida que
actuamos con sinceridad, amor, devoción y perseverancia en nuestras decisiones que señalan la
búsqueda verdadera del encuentro con nuestro DIOS CREADOR. Este es el único camino
para la sobrevivencia de nuestra Personalidad, de nuestra conciencia viviente; no hay otro,
ni lo habrá.
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EL FENOMENO DE LA MUERTE
En nuestro planeta Urantia (Tierra) solo conocemos lo que es la muerte física del
cuerpo; pero, hablando del tema de la sobrevivencia de la personalidad, los reveladores nos
dicen que hay 3 tipos de muerte que debemos conocer:
1.- La muerte espiritual del alma.
2.- La muerte del cuerpo mental (intelecto).
3.- La muerte del cuerpo físico y de la mente.
1.- Muerte espiritual del alma: cuando en nuestra vida física, mediante nuestra
conducta y decisiones equivocadas, rechazamos la sobrevivencia de nuestra personalidad,
siendo declarados insolventes y en bancarrota espiritual, por la opinión en conjunto de
nuestro Ajustador residente y nuestro Serafín (el ángel guardián de destino), las huestes
celestiales llamadas Censores y Gobernadores del Superuniverso de Orvontón, ordenan que
nuestro Ajustador residente se separe de nosotros en vida; de esta forma aún con vida física en
el mundo quedamos cósmicamente muertos aunque persistan en nosotros las energías
cósmicas del impulso material y natural de la vida.
2.- La muerte del cuerpo mental (intelecto): cuando en nuestra vida física, se
interrumpen los circuitos vitales del ministerio ayudante de la mente por aberraciones de
nuestro intelecto, o la destrucción parcial de los mecanismos de nuestro cerebro que no se
pueden reparar, nuestro Ajustador residente se separa de inmediato de nosotros y parte hacia el
Paraíso a la esfera de Divinington. Se considera que cuando los circuitos esenciales de nuestra
voluntad son destruidos, nuestra personalidad humana es declarada muerta, aunque los
mecanismos vivientes de nuestro cuerpo físico continúen funcionando. El cuerpo sin la
mente volitiva ya no es humano, pero si nosotros en la vida física antes de los problemas
físicos y mentales, hicimos la elección previa del anhelo sincero de la sobrevivencia, entonces
nuestra alma y personalidad podrán sobrevivir.
3.- La muerte física del cuerpo y de la mente: cuando nos sobrecoge la muerte física en
Urantia (Tierra) nuestro Ajustador del Pensamiento se separa de nosotros en el momento en que
la mente deja de funcionar, entonces parte hacia Divinington (Paraíso) con los registros de
memoria de nuestra mente. Nuestro cuerpo físico queda en el mundo elemental de la tierra.
Nuestra alma morontial inmortal queda bajo la custodia de nuestro Serafín, el guardián de
destino. Más tarde, la reunión de nuestro Ajustador y nuestra alma vuelve a constituir nuestra
personalidad sobreviviente, devolviéndonos la conciencia en el despertar morontial, en los
mundos de estancia.
Los Serafines son necesarios para que la resurrección de nuestra personalidad
sobreviviente sea un hecho. En el momento de la muerte, nuestro Ajustador pierde
temporalmente nuestra personalidad, pero no su identidad; nosotros perdemos temporalmente la
identidad pero no nuestra personalidad. En los siete mundos de estancia nos volveremos a reunir
con nuestro Ajustador residente en manifestación eterna. Un ser humano sin Ajustador nunca
manifiesta identidad activa después de su muerte y tampoco se comunica con los seres vivos
de la tierra. Cuando nosotros los seres humanos vamos a los mundos de estancia después de la
muerte en la tierra, no se nos permite enviar mensaje alguno a nuestros seres queridos.
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LOS AJUSTADORES DESPUES DE LA MUERTE
Cuando ocurre la muerte, ya sea material, intelectual o espiritual, nuestro Ajustador
residente se despide de nosotros y viaja hacia la esfera sagrada del Paraíso llamada
Divinington. Los Censores Universales pueden hacerse de un duplicado de la información que
contiene los valores y significados de nuestra mente y que están en poder de nuestro Ajustador
residente.
También debemos saber que ha habido y habrá seres humanos que por su amor,
devoción, fidelidad y entrega a Dios, son trasladados de entre los vivos, sin pasar por la
muerte física. Ascienden directamente a las esferas de los mundos de estancia en Jerusem.
Significa que estos seres humanos alcanzan a fusionar su Alma-Personalidad con su
Ajustador del Pensamiento estando vivos en la tierra. Este hecho lo puede lograr cualquier
ser humano que se consagre en realidad a hacer la voluntad del Padre en la tierra, sin
condición alguna, logrando personalmente altos niveles de autorrealización espiritual.
Cuando un ser humano pertenece a un grupo de seres que serán repersonalizados al
final de una dispensación planetaria, su Ajustador personal no viaja de inmediato a los
mundos de estancia, sino que se le asigna a: a) servicios que no están revelados; b) al Paraíso; c)
una academia para capacitación en Divinington; d) como observador en una esfera sagrada de
los mundos del Padre en el Paraíso; e) en servicios de mensajería; f) como instructor asociado en
Divinington; g) realiza una selección de mundos donde podría servir en el caso de que su
asociado humano haya rechazado la sobrevivencia.
LA SOBREVIVENCIA DEL YO HUMANO
El yo en el universo es una realidad cósmica ya sea en forma material, morontial o
espiritual. El hecho de recibir del Padre Universal el Don preciado de la Personalidad nos sitúa
como seres personales, cada uno de nosotros es un ser personal reconocido como una verdadera
individualización relativa dentro del organismo cósmico.
Existen en el organismo cósmico universal unidades reales y unidades personales, las
unidades reales enfrentan el destino del todo, pero las unidades personales como nosotros,
estamos dotados del poder de elegir o rechazar el destino final. Nuestro Ajustador del
Pensamiento es una unidad real de Dios; nosotros los humanos somos seres personales que
estamos dotados con la Personalidad Divina del Padre Creador y debemos decidir estar
presentes o no en el logro final de destino de Deidad. El ciclo está predestinado, pero nuestra
participación es facultativa, personal y experiencial, es decir que nosotros nos habilitamos a
nosotros mismos mediante la decisión personal de nuestra voluntad y la experiencia
espiritual.
Nuestra identidad actual (humana) es transitoria y temporal, de ninguna manera es
real; se vuelve real cuando nosotros decidimos permanecer en el universo, volviéndonos
cada uno de nosotros un fenómeno universal continuado dentro del organismo cósmico por la
sobrevivencia de nuestra personalidad de acuerdo a los requisitos espirituales del amor.
Somos los únicos responsables de la dirección de nuestro destino en el universo. Para
permanecer vivos dentro del organismo cósmico, debiéramos tomar el camino hacia el Paraíso
tomados de la mano de nuestro Ajustador del Pensamiento, ya que él es el camino.
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Desde una perspectiva cósmica, nosotros los humanos nacemos, vivimos y morimos en
un instante relativo del tiempo, no somos perdurables desde esta perspectiva. Pero Dios
Padre en su infinito amor por nosotros sus creaturas mortales, permite que por nuestra
propia elección cambiemos el asiento de nuestra identidad material e intelectual
transitoria, al asiento más elevado que es nuestra alma morontial, que asociada con
nuestro Ajustador del Pensamiento fue creada como el vehículo único para la
manifestación y perpetuación de nuestra personalidad en la eternidad. Estableciendo
nosotros una alianza real y efectiva con el Ajustador divino. Si hacemos lo anterior nos
constituiremos como nuevos hijos ascendentes del Padre Creador.
Por otro lado, si los accidentes o limitaciones de la vida material nos impiden en la tierra,
alcanzar los niveles o círculos cósmicos espirituales sin ser culpa nuestra y habiendo sido
sinceros ante el Padre Creador de lograr la sobrevivencia de nuestra personalidad, las
huestes celestiales emitirán decretos que nos darán tiempo adicional para que nos probemos. De
esta forma nos avanzan a un estado de ser transicional en el mundo número uno de los mundos
de estancia, permitiendo que la justicia divina se imparta y la misericordia cumpla su ministerio.
Nosotros los hombres debemos experimentar de hecho la oportunidad que nos permita hacer
una elección autoconciente y final; nuestra alma debe revelar en la acción y en el sentir, su
verdadero intento y propósito autentico de sobrevivir en la eternidad.
Cuando los hombres más avanzados cósmica y espiritualmente mueren en la tierra,
son trasladados de inmediato a los mundos de estancia con su ángel custodio seráfico. Otros
humanos pueden ser retenidos en el mundo número uno o de los finalistas hasta que completen
sus asuntos para después continuar hacia los mundos de estancia, o ser asignados a las filas de
sobrevivientes durmientes para ser repersonalizados en masa al final de la actual
dispensación planetaria.
La repersonalizacion del individuo, ocurre en las salas de resurrección de los mundos
receptores morontiales de un universo local o galaxia. Las autoridades encargadas suministran
la energía universal-morontial, mental y espiritual que hace posible el retorno de la conciencia
del sobreviviente durmiente.
La reconstitución de nuestra personalidad comprende lo siguiente:
1.- La fabricación de una nueva forma de manifestación o nuevo cuerpo de energía
morontial para hacer contacto con el nuevo medio ambiente morontial, conectándose nuestra
nueva mente cósmica morontial a los circuitos de la nueva forma morontial.
2.- El retorno de nuestro Ajustador del Pensamiento que es el custodio de nuestra
identidad ascendente. Su presencia nos asegura que la nueva forma de manifestación será
ocupada por nosotros y nadie más. Así nuestra personalidad despertará nuevamente para ser
igualmente conducida por nuestro Ajustador del Pensamiento hacia el Paraíso.
3.- Una vez que se han reunido los requisitos para la repersonalizacion, nuestro
custodio personal o guardián seráfico entrega nuestra alma morontial sobreviviente a la
nueva forma de mente y cuerpo de manifestación en asociación eterna con nuestro
Ajustador del Pensamiento. De esta manera se completa nuestra repersonalizacion,
reconstitución de la memoria, discernimiento, conciencia e identidad. La condición de nuestro
yo permanece a pesar de los cambios continuos de los componentes de nuestro yo.
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Cuando despertemos en los mundos de estancia de Jerusem, estaremos tan cambiados
por la transformación espiritual tan grande, que si no fuera por nuestro Ajustador del
Pensamiento y nuestro guardián seráfico que conectan maravillosamente nuestra nueva vida en
el nuevo mundo con nuestra vieja vida del mundo pasado, tendríamos al principio dificultades
para relacionar la nueva conciencia de tipo morontial con la memoria renaciente de nuestra
identidad pasada.
A pesar de que nuestro yo personal continua, mucho de la vida mortal pasada nos
parecerá un vago y confuso sueño. El transcurso del tiempo nos aclarará muchas asociaciones
mortales. Las experiencias valiosas de nuestra vida en la tierra permanecerán eternamente
en la memoria de nuestro Ajustador del Pensamiento; y mucho de nuestra vida pasada y
recuerdos que no tuvieron significado espiritual ni valor morontial, habrán perecido con nuestro
cerebro material. Sólo persistirá la memoria de las relaciones de nuestra personalidad que tienen
valor cósmico. En los mundos de estancia conoceremos y seremos conocidos; recordaremos y
seremos recordados por nuestros familiares y amigos del pasado en nuestra corta y estimulante
vida en Urantia (Tierra).
EL YO MORONTIAL
La ascensión morontial de nuestra personalidad en el universo local, va desde el nivel
morontial inicial de existencia del alma, hasta el nivel morontial final de espiritualidad
progresiva. La nueva forma de aspecto de la personalidad morontial no tendrá parecido alguno
con la forma física que tuvimos en la tierra, pero servirá para el mismo propósito en que nos
sirvió el cuerpo físico en la tierra. Nuestro nuevo cuerpo morontial será un reflejo de nuestro
interior espiritual. En la medida que nuestra personalidad vaya logrando niveles mas altos de
belleza espiritual, la forma externa e interna se identificaran cada vez más.
El intelecto material que usamos en Urantia (la Tierra) no existirá más en el nuevo nivel
morontial, pero los altos significados y valores de nuestra mente mortal no perecerán, pues estos
quedarán retenidos en la memoria de nuestro Ajustador del Pensamiento. En los mundos de
estancia recibimos una dotación de mente cósmica modificada. Nuestra nueva mente
evolucionará en contacto directo con la Mente cósmica, de acuerdo a la modificación realizada
por la fuente creadora del intelecto del universo local, la Ministra Divina.
En estos nuevos niveles morontiales, nuestra alma en evolución conserva un carácter
continuado, derivado de nuestras decisiones mentales. Este carácter continuado se vuelve
memoria activa cuando se energiza mediante el retorno de nuestro Ajustador del Pensamiento.
La permanencia de esta memoria es una prueba de la conservación de nuestra identidad de
creatura; y es necesaria para que nuestra personalidad se expanda y continué su progresión
infinita y eterna.
Cuando elegimos la verdad, la belleza y la bondad, fue que se inició nuestra carrera
universal premorontial bajo la tutela de los 7 espíritus ayudantes de la mente (circuitos de la
mente cósmica) y bajo la dirección del espíritu de sabiduría. Posteriormente, al completar los 7
círculos psíquicos de logro premorontial, la superimposición de la nueva mente morontial sobre
la mente ayudante, inició nuestra carrera de progresión morontial universal.
Cuando abandonamos nuestro planeta nativo, dejamos atrás a nuestro ministro ayudante
de la mente y quedamos dependientes solamente del intelecto morontial. Cuando como almas
ascendentes abandonamos el universo local (galaxia), es que logramos el nivel espiritual de la
existencia, habiendo ido más allá del nivel morontial. Nuestra nueva identidad espiritual se
sincronizará entonces con la mente cósmica del Superuniverso de Orvontón.
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LA FUSION CON EL AJUSTADOR DEL PENSAMIENTO
La fusión con el Ajustador del Pensamiento es uno de los fenómenos más fascinantes y
asombrosos de esta época universal. Esta fusión otorga a nuestra personalidad actualidades
eternas que antes eran potenciales. Dotes tales como: la cualidad de divinidad e inmortalidad,
así como la experiencia y memoria de la eternidad pasada, y una fase potencial condicionada de
lo absoluto.
Después de nuestro curso terrestre de vida (una sola vida), nos despertaremos en un
nuevo mundo y mejor, reuniéndonos en abrazo eterno con nuestro Ajustador del
Pensamiento; esto significa hacer de Dios y el hombre uno solo, este es el misterio de la
evolución de la criatura finita, sin embargo es eternamente verdadero.
La fusión puede ocurrir en el planeta nativo o dentro del sistema local (galaxia) en los
mundos de estancia, o en la constelación de Norlatiadek. Autorizada y lograda la fusión
llegamos a la capital del Superuniverso de nombre Uversa y desde ahí, un Seconafín celestial
nos llevará hasta el Universo Central de Havona donde se ubica el Paraíso que es la morada
eterna de nuestro Padre Universal. La esfera sagrada del Padre llamada Ascendington es la
morada de las criaturas fusionadas con los Ajustadores divinos.
En los mundos materiales del universo fue que formulamos nuestras decisiones de
sobrevivencia; en los mundos morontiales confirmamos nuestras decisiones de sobrevivencia;
y antes de abandonar el Superuniverso de Orvontón habremos formulado de hecho las
decisiones de sobrevivencia, convertidos en verdaderos valores universales en nuestra
búsqueda del Valor Universal mas elevado que es DIOS.
Ya fusionados con nuestro Ajustador y antes de abandonar la galaxia, seremos llevados
ante la presencia de nuestro Padre Creador Cristo Michael (Miguel) quien es en realidad
Jesús de Nazaret. El nos habilitará con las credenciales necesarias y autorizadas para continuar
nuestra búsqueda del Padre Universal en dirección al Superuniverso de Orvontón previo al
Paraíso.
Fusionados con nuestro Ajustador, siempre seremos encontrados fieles, útiles y
eficaces para nuestro crecimiento y desarrollo futuro en el camino de ascenso que nunca
finalizará, pues es eterno. El Ajustador y nosotros somos uno, somos uno con Dios. Con la
fusión nuestro Padre Universal cumple su promesa de dotarnos de divinidad y desde ese
momento debemos de realizar y actualizar las infinitas posibilidades que son inherentes a nuestra
real asociación con Dios nuestro Padre.
En el Paraíso formaremos parte del Cuerpo de finalistas. Las Huestes Celestiales nos
dicen que en un futuro los Finalistas serán asignados a los nuevos mundos que aparecerán en
los nuevos universos que se están gestando más allá del Gran Universo en el primer nivel del
espacio exterior.
¡Cuanta maravilla! ¡Cuánto amor de nuestro Padre Universal y sus Huestes de Luz!
La creación gigantesca que es de proporciones colosales, para ser administrada por los
Ajustadores personalizados y humanizados, por sus hijos mortales ajustados y eternizados,
hijos experienciales del Supremo, combinaciones misteriosas y asociaciones eternas de la
manifestación mas elevada de la esencia de la Primera Fuente y Centro, El Padre Universal,
y la forma mas baja de vida inteligente, el ser humano que es capaz de amar, comprender y
alcanzar a su Padre Universal.