El proceso de elección presidencial en Estados Unidos ha cambiado desde su creación en la Constitución de 1789. Originalmente, los candidatos con más votos populares se convertían en Presidente y Vicepresidente, pero esto causó problemas cuando eran de partidos diferentes. La Enmienda 12 de 1804 estableció que el candidato con más votos electorales se convierte en Presidente, y el segundo más votado en Vicepresidente. Actualmente, los candidatos deben tener al menos 35 años, ser ciudadanos estadounidenses de nacimiento y residentes para ser elegibles.